Y las almas de esos dos chicos, yami y hikari, vagaban en aquel mundo de eterna oscuridad, con el único consuelo de poder tenerse el uno al otro... para siempre.
"Flash back"
Marik Ishtar, un muchacho triste que vivió toda su vida bajo tierra... para resurgir como el nuevo señor del planeta. Tras la terrible batalla contra Yami, él resultó ganador, perdiéndose de esta manera el alma del pequeño Yugi por siempre... mientras que el Faraón seguiría vivo para echarlo de menos. O esa era la idea que tenía Marik, al menos en un principio. Pero tampoco era importante, por eso dejó que, Yami, enloquecido de dolor, se auto enviara a donde fuera que estuviera su hikari. Casi se había tirado al suelo de la risa al ver las caras de sus amigos(los pocos que quedaban en pie) la niña esa llorando desesperada hasta el punto de perder el conocimiento, mientras el idiota del Tristán ese la sostenía en brazos. Pero lo que más le hizo gracia a Marik era la expresión de Kaiba, que el pobre no sabía ni dónde estaba. Mientras bajaba del ring, se despojaba del duelo disk y recogía el puzzle milenario que yacía sin vida en el suelo, pensaba en qué podría hacer con ellos. Estaba seguro de que disfrutaría matándolos, uno a uno, muy lentamente, pero también podría dejarlos vivos y con el trauma para toda la vida. Y, si, ¿Por qué no? A fin de cuentas, había cosas peores que la muerte. No, la muerte era un castigo poco apropiado para esos seres tan entrometidos y fastidiosos. Por eso pasó de largo. Nadie le encaró, nadie fue hacia él ni le dijo nada. Era como si realmente su mundo se hubiese roto en mil pedazos y les hubiese sumido en la más absoluta oscuridad... prácticamente, eso era lo que había pasado.
Al entrar al dirigible, se topó con su hermana, quién sólo le dirigió una mirada acusadora, como diciéndole: "Tú eres un monstruo y nos has condenado a todos", pero Marik sólo sonrió con sorna y la saludo como si nada. Ya se encargaría de ella después... ahora tenía una idea en mente. Así, con su semblante amenazador que le caracterizaba, se adentró en el cuarto de cierta entidad malvada...
"Fin del Flash Back"
Yo, Marik Isthar, estoy aquí ahora, en algún incierto lugar de Egipto, sentado en el trono de mi adquirido palacio. Lo tenía todo, y creedme si aquello no era suficiente. El mundo rendido a mis pies, todo era un caos a mi alrededor, al despertar los más oscuros deseos en el corazón de la gente, la sociedad estaba aún peor de lo que ya de por sí había estado sin que la oscuridad les rodeara. Mientras, yo estaba tan feliz en mi palacio, holgazaneando mientras, a través de una burbuja de agua, veía las atrocidades que cometían los demás humanos contra ellos mismos. Aquello podría empezado a tornarse aburrido de no ser porque tenía algo, o mejor dicho a alguien con quién compartir mi vida de arrogancia y desastre por donde quiera que pasase. Él estaba a mi merced, vencido y aterrado, sin ganas ya de resistirse o de luchar, porque, ¿Qué podría hacer él, que poseía un sólo objeto milenario, contra mí, que tenía todos los demás? No los llevaba todos encima, claro, eso era sumamente arriesgado y estúpido. Pero, con el collar de mi hermana, mi cetro y el puzzle que me identificaba como el Nuevo Faraón... era más que suficiente.
Estaba de rodillas, entre mis piernas. Verlo así, cabizbajo y tembloroso, me volvía loco, quería hacerlo mío, una y otra vez, hasta conseguir lo que yo quería: que llorara y suplicara.
- Baku-chan-. Lo llamó, a sabiendas de que él no soportaba que le nombrara así. Pero estaba bien domado, y enseguida me prestó atención- Ven aquí.
Veo cómo se estremece, y mis lascivas mente y alma vibran de placer. El espíritu se levantó y se sentó sobre mis piernas, como yo le había enseñado. Retiré, sin que el albino pudiese evitar notarlo y temblar de miedo por ello, la funda del cetro, y con un rápido movimiento le coloco la daga en su precioso cuellecito.
- Bésame, Baku-chan-. Le ordeno, y sé que me obedecerá, porque mis amenazas surtieron un efecto inmediato.
....Flash Back.....
- Hazlo, Baku-chan-. Le ordenó Marik, pero Bakura, a pesar de su desventaja, al estar atado sobre la cama, negó con la cabeza, más furioso que nunca.
- ¡Jamás! ¡Y deja de llamarme Baku-chan o te juro que...!-. Sus palabras fueran cortadas por un fuerte puñetazo.
Bakura le escupió. Pero Marik, con el cetro en la mano, apretó la daga contra su cuello, dejando correr un hilillo de sangre para después lamerla.
- En ese caso...-. Dijo Marik, y su voz sonó tan fría como el hielo de Alaska. El ojo de su frente brilló, y sin que Bakura pudiese hacer nada, liberó su mente, sustituyendo al yami albino por el pequeño hikari, quién, al verse en esa situación, chilló aterrado.
Aún pudo oír la voz de Bakura en su mente, suplicándole, pero Marik, sin ningún tipo de piedad, tomó al pobre Ryou dejándole completamente roto y destrozado...
....Fin del Flash Back...
Bakura jamás permitiría que volviese a tocar a su precioso hikari. Desde aquello, no había dejado de estar en la perturbada y llena de angustia mente de Ryou, consolándole, permaneciendo a su lado. Aquel monstruo le había destrozado la vida, pero no volvería a tocarlo, nunca más. Aunque eso significara tomar su lugar, que, a fin de cuentas, era lo que Marik quería.
POV- Bakura
Me has mandado que te bese, malditos sean tus muertos, Marik. Pero sé que no tengo opción, así que lo hago. Oh, Seth, me repugna, siento tu asquerosa lengua de víbora enredándose con la mía, siento tu mano sobre mi cuerpo, tocándolo, mancillándolo una vez más, bueno, mejor yo que Ryou, ¿No? Me retuerzo de dolor al recordar lo que ese salvaje te hizo, mi pequeño, pero eso no volverá pasar, te lo juro.
POV- Marik
Estás desesperado, Bakura, lo siento. Sé que te repugna estar conmigo, y eso sólo lo hace más excitante todavía. Ahora quiero hacértelo, pero antes, voy a divertirme un poco...
POV- Bakura
- Ven, Baku-chan-. Me dice, el muy asqueroso, y me hace levantarme para luego levantarse él y arrastrarme hasta la puerta del fondo... hasta su cuarto. Sé lo que viene, estoy acostumbrado, pero no puedo evitar ponerme a temblar. Al entrar en tus malditamente magníficos aposentos, dignos del amo del mundo, veo como me tiras violentamente sobre tu cama y te abalanzas sobre mí como un chucho en celo, besándome, atándome y sometiéndome a tu voluntad, encima tengo que soportar tus burlas acerca de mi debilidad... es más de lo que puedo soportar. Cuando te cansas, te incorporas y agarras el cetro-puñal con decisión, quiero suplicar, pero no voy a darte ese placer. Sin embargo, pegó un grito de dolor cuando me cortas levemente el brazo...
POV Marik
- ¿Te gusta, Baku-chan?-. Te pregunto con burla. Complacido, veo como tú sacudes la cabeza, intentando controlar en vano tus lágrimas. Ahora quiero verte desnudo, por eso te arranco las ropas de la forma más violenta posible. También me despojo de las mías. Oigo salir un sollozo de tu deliciosa boquita. Ahora toca el plato fuerte...
Fin POV Marik
El moreno le separó las piernas, con una risa demente y expresión sádica, y pasó lenta y torturadoramente su lengua por el miembro de Bakura, quién sólo cerró los ojos con suplicio.
- Ya empieza otra vez...-. Pensó el albino.
Marik lo chupó y masturbó, con labios y lengua, pero no dejó que se liberara, sino que antes quería hacer algo más.
- Quizá te duela-. Comentó- Pero no lo sé, como nunca me lo han hecho...
Se rió de él, al ver la cara que ponía Bakura, y simplemente le penetró brutalmente.
Bakura chilló, las lágrimas corrieron por su rostro, quiso rogarle, pero sólo podía gritar. Sentía el dolor, el dolor de ser torturado cada noche de su vida, de ser cortado y penetrado hasta la insconciencia, el dolor de saber que era suyo... por siempre jamás.