-¿Pero por qué?- rezongó la mujer, mirando a su hija con suplica en los ojos.
-Mamá, entiéndelo…- habló Pansy, haciendo uso de toda su paciencia.
-No, no y no- gruñó su madre –No, simplemente no me lo aguanto-
-Querida…- le llamó su esposo con voz gutural.
-¡Ay, Alfred!- se quejó la señora -¿Vas a dejar que se salga con la suya?-
-Olivia…deja de quejarte- insistió el señor Parkinson a su esposa, quien se dejó caer en uno de los sillones cruzándose de brazos con fastidio.
-¿Por qué no va a aceptar nuestra ayuda para la boda?, ¿Por qué se niega si podemos darle lo mejor?- exclamó Olivia, muy frustrada -Nena, amor, princesita…entiéndelo, no te estamos dando ninguna especie de caridad, eres nuestra bebé y queremos que tu boda sea como siempre la anhelaste-
Pansy lanzó un gran suspiro –Lo entiendo mamá, pero ya hemos hablado de esto muchas veces… después de la guerra mágica todo fue diferente, parte de la fortuna Parkinson se perdió, como le sucedió a la familia Zabini y Malfoy, madre yo sé que no es caridad, se que quieres lo mejor para mí…pero no pienso quitarles su dinero, ni Blaise piensa pedirle nada a su madre, nos las podemos arreglar, de veras-
- ¡Ya se!- celebró la señora –Puedes verlo como un adelanto de tu herencia-
-No, mamá…- continuó Pansy –Mi herencia se me dará cuando ustedes ya no estén aquí, no antes-
-Ya la oíste- intervino Alfred –Respeta su decisión, Liv-
-Está bien- cedió Olivia –Pero al menos déjame ayudarte a organizar todo, ¿Sí?-
Pansy sonrió, era obvio que su madre pediría eso, siendo una mujer tan entusiasta y alegre amaba las fiestas, pero más que nada disfrutaba organizarlas, para que todo saliera perfecto.
-Claro mamá, claro que sí-
----------------------------------------------------------
Subieron tan rápido como el elevador les permitió, al bajarse Harry corrió a abrir la puerta, sentía una emoción, una ansia recorrerle todo el cuerpo, ganas de tomar a ese rubio que entraba por la puerta y hacérselo hasta que sangrara.
Fueron a la habitación que ocupaba el Malfoy entre besos y caricias juguetonas, el moreno se sentó en la cama y comenzó a desvestir al ojiplata, al tiempo que era desnudado, se metieron en la cama sin prenda alguna, Harry se acomodó sobre el cuerpo blanco de Draco, besándole el cuello con fiereza.
-Mhmmm… - gimió Draco por lo bajo, mientras Harry se deleitaba mordiendo tan delicada piel, dejando una marca muy visible –Ammm… ¡Que fiero!- le bromeó el rubio.
-Cómo un león…voy a comerte…-susurró el moreno al oído del Malfoy, quien se estremeció ante tal acción –Podemos empezar…por aquí…- habló Harry, al tiempo que pellizcaba uno de los rosados pezones.
-Ahhhhhh…- exclamó el Malfoy, Harry bajó a su pecho y tomó el otro pezón entre sus labios, lamiendo y succionando a su antojo, mientras pellizcaba el otro, después sus labios viajaron al otro pezón, repitiendo las acciones que había hecho a su compañero - ¿Qué sigue ahora?- preguntó el sly, encantado por aquel juego.
-Las presas no hacen preguntas, solo se dejan llevar…- contestó Harry, haciendo al rubio ponerse boca abajo, comenzó a besar los fuertes hombros de lado a lado, prosiguió besando la espalda hasta llegar a los glúteos que apretó con ambas manos –Levanta la cadera-
La instrucción fue obedecida sin chistar, el moreno separó los carnosos glúteos para ver mejor la entrada de su amante, se acercó y comenzó a lamer con ardiente lengua.
- ¡Ahhhhh!- gritó Draco, el Potter siguió lamiendo hasta que la pequeña entrada estuvo bien lubricada, enterró la lengua en la estrecha cavidad -¡Ahhhhh, Harry!-
El aludido se apartó y aventuró un dedo en la entrada del rubio, después metió otro, haciendo un masaje circular para dilatar, arrancando con esto tremendos gemidos al rubio que ya no luchaba por contenerlos.
-Ha-Harry…mhhhmmmm…ya…- gimoteó el Malfoy.
-¿Ya qué, Draco?- preguntó el moreno con malicia.
-Ya…ya…ya hazlo…ahhhhh…- pidió la serpiente, Harry se acomodó entre las blancas piernas y dirigió su miembro a la entrada dilatada, empujó con firmeza, haciendo un pequeño y suave vaivén con las caderas para facilitar la entrada, pronto se encontró hundido completamente en el interior del rubio.
-Ahhhh…Draco…hmmmm…- farfulló el Potter, comenzando a penetrar a su amante.
-Harry…sigue…justo ahí- indicó el Malfoy, empujándose para lograr que los embates fueran más profundos.
-Mhmmm…ay Draco…ahhh…- gimió Harry, tomando las caderas de su rubio para poder intensificar las embestidas.
-Más fuerte, hazlo mas fuerte…- exigió la serpiente, siendo obedecido por Harry al instante, las estocadas eran tan feroces que causaban dolor a ambos, pero un dolor que les excitaba.
-Ahmmmm…Draco, Draco…ohhhh- gimoteaba el león, apretando con tanta fuerza las caderas del rubio que dejó marcas de sus dedos.
Las estocadas se volvieron erráticas, ambos al borde del orgasmo.
-Mhhhhmmmm…Harry…- dijo Draco, al tiempo que se corría, manchando las sábanas con su esencia, su interior se contrajo causando la culminación a su amante, quien termino dentro de él.
Se dejaron caer rendidos en la cama, Harry salió del interior de Draco y se acomodó sobre el cuerpo húmedo de sudor, era agradable el calor que emanaba del Malfoy, acomodó su cabeza junto a la del rubio y trató de relajarse.
-¿Potter?- le llamó Draco.
-Mhmmm- masculló el aludido, sin abrir los ojos.
-Te…ehh… ¿Te puedes quitar, por favor?-
-¿Por qué?, yo estoy muy cómodo- bromeó el azabache.
-Por favor- insistió Draco –Tengo calor…estoy pegajoso…-
-Ya, ya- le interrumpió el ojiverde acomodándose boca arriba junto al Malfoy.
-Gracias- dijo el rubio, levantándose para meterse al baño.
Harry se quedó tumbado en la cama, escuchó el agua correr, supuso que llenando la bañera, luego silencio, después unos leves chapoteos Draco se estaba bañando, se le ocurrió una buena idea.
El Potter se levantó de la cama, buscó un par de batas en el closet y entró al baño.
-¿Qué pasó?- preguntó el Malfoy, extrañado por la presencia del azabache.
-Nada…- murmuró Harry, metiéndose a la tina también.
-¿Qué pretendes?-preguntó Draco, Harry se aproximó a él a gatas y lo besó con pasión en un beso posesivo, sus lenguas comenzaron a jugar gustosas, Harry terminó el beso para atacar el cuello ya marcado del rubio.
-Acabamos de tener sexo, ¿Recuerdas?- gruñó la serpiente, mientras Harry se afanaba en su labor.
-Ajá…muy buen sexo, por cierto…-ronroneó Harry, deslizando sus dedos tibios por el pecho de Draco – ¿No se te antoja repetir?-
El ojiverde asaltó de nuevo la sensual boca del chico rubio, el juego de lenguas se reanudó mientras los dos muchachos se recorrían con manos ansiosas los cuerpos desnudos y húmedos, Harry sintió la erección del sly en el agua y comenzó a restregar la suya propia contra la de la serpiente, haciéndolos a ambos estremecer.
-Ahhhh…mhhhmmm…se siente…delicioso- gimió el azabache, Draco deslizó sus manos hasta el trasero del Potter y lo apretó –Ahhhh…no hagas eso…-
-Mételo…- pidió el Malfoy, mordiendo ligeramente el hombro del Potter –Mételo ya…-
-¿Y no querías hacerlo?- Se mofó el moreno.
-Solo mételo…- gruñó Draco, abriéndose para Harry quien lo encontró muy sexy así, se acomodó muy bien entre las piernas de Draco y dirigió su erecto miembro a la entrada del rubio.
-Ah, no te he preparado- recordó Harry, pero Draco lo aprisionó rodeándolo por la cintura con las piernas.
-Solo hazlo, deja de torturarme-exigió la serpiente, Harry se sintió un tanto sorprendido por el deseo de Draco pero no estaba para hacer investigaciones, frotó un poco su sexo y lo puso en la entrada del rubio, empujó con fuerza consiguiendo entrar por completo.
-¿Estás bien?- preguntó Harry, haciendo uso de toda su fuerza de voluntad para no embestir como loco poseso a ese sensual slytherin.
-Estaría mejor si empezaras de una buena vez…-Draco abrazó a su moreno y le besó el cuello –Tómame- susurró al oído del Potter.
Harry no necesitó que se lo dijeran dos veces, comenzó un vaivén desenfrenado provocando placer a ambas partes, Draco le arañaba la espalda sin miramiento alguno y la verdad era que al azabache no le importaba para nada, las estocadas se intensificaron más, Draco lo apretujaba a su cuerpo, se aproximó al hombro del moreno y mordió con fuerza, arrancándole un ronco gemido de dolor y placer.
-Ahhh…ahmmm…Draco…ughh…- gimió el Potter mientras el Malfoy le acariciaba la espalda.
-Sigue…Harry, sigue…si te detienes te mataré…Ahhhhhhhhhh-
-Si me detengo me muero…Uhmmmm….Draco…-
El moreno explotó dentro de su amante, Draco terminó también en un ronco gemido, Harry atrajo al Malfoy a su cuerpo y se recargó en la bañera, acomodando al rubio sobre su pecho, lo levantó ligeramente para salir de su interior y volvió a acomodarlo bien sobre él.
-Genial…ahora el agua está sucia- gruñó Draco, recargado en el pecho húmedo de Harry.
-Pues usamos la regadera- contestó el Potter, sintiéndose repentinamente exahusto.
-No, quería usar la bañera para relajarme…-
-Pues tiramos el agua y llenamos la bañera de nuevo, ¿Cuál es el punto?-
Draco bufó -¿En qué parte te incluyo en mi aseo personal?-
-Pensé que podríamos bañarnos juntos- habló el Potter, sintiéndose realmente desilusionado por las palabras del ojiplata.
-Ya…bueno, déjame vaciar la tina…- el rubio se separó del cuerpo de Harry y quitó el tapón, el agua empezó a salir inmediatamente, salió de la bañera y alcanzó un par de frascos, abrió la llave de agua caliente y agua fría, regulando la temperatura, agregó un poco del contenido de los misteriosos frasquitos, un agradable olor a lavanda emanó del agua tibia, inundando la nariz de Harry quien se sintió automáticamente relajado.
-Ven aquí- pidió el Potter, Draco entró a la tina y se acomodó entre las piernas del moreno quien tomó la cabecita rubia y la recargó en su pecho -¿Qué le pusiste al agua?-
-Sales minerales-respondió el Malfoy, mientras el ojiverde le acariciaba la espalda con ternura.
-Huele bien…- habló Harry, cerrando los ojos, sintiéndose adormilado, pero aun así no soltaba a Draco de su agarre.
-Ehh…este… Me quiero bañar, Potter-
-Báñate pues…-
-No puedo si no me sueltas…-
-Ah, sí, claro…- Harry dejo a Draco libre, el rubio alcanzó una botella de shampoo y comenzó a tallarse el cabello.
-¿No te vas a bañar?- preguntó el Malfoy, mientras se enjuagaba el cabello y comenzaba a enjabonarse el cuerpo, Harry seguía con los ojos cerrados.
-Mhmm… me da flojera…- murmuró el azabache.
-Eres todo un caso… bueno, te lavaré el cabello al menos- Draco vertió una cantidad generosa de shampoo en su mano y comenzó a hacerle un suave masaje a Harry, sintiendo los mechones de ese rebelde cabello negro en sus dedos, el Potter suspiró sintiendo el suave contacto.
-Tu manos…- habló Harry –son muy…suaves y finas…-
-Gra-cias…-habló el rubio, sintiéndose sonrojar, agradeció infinitamente que Harry tuviera los ojos cerrados, enjuagó el cabello del moreno con abundante agua. –Vamos, salgamos de la bañera-
-Yo estoy muy cómodo-
-No te puedes quedar dormido en la tina, anda- insistió el rubio, saliendo de la bañera y colocándose uno de los albornoces blancos, el Potter se levantó de mala gana y se envolvió en la otra bata, caminaron juntos a la habitación del rubio, Harry se dejó caer en la cama, el joven Malfoy rodó los ojos y una sonrisa se le dibujó en los labios, se acostó junto a su moreno.
-Estoy agotado- ronroneó el gry.
-Sí, ya lo noté-
No pasó mucho tiempo para que Harry se quedara profundamente dormido, el ojiplata observó al atractivo joven que descansaba a su lado, recorriendo cada facción, cada centímetro de esa piel hermosa y perlada, el cabello estaba húmedo y mas rebelde, esparcido en la blanca almohada, Draco deseó poder ver esos ojos esmeralda pero no se podía tener todo, ¿Cierto?.
-Harry…- susurró, sintiéndose extrañamente feliz al pronunciar aquel nombre, volvió a sonreír para sí mismo –me gustas, Harry…- decirlo en voz alta lo hizo sentir bien, liberado, acarició las mechas negras con los dedos, la ternura que le provocaba el Potter era indescriptible –Harry…te quiero…-
Los ojos de Draco se aguaron al pronunciar aquella frase, “te quiero”…algo tan simple y a la vez tan complejo, y en la situación en la que estaba era muy complicado, pero sin embargo…
-Te quiero- repitió, limpiando las lágrimas que brotaban de sus ojos, el Potter se removió entre sueños y lo rodeó por la cintura, Draco no pudo evitar soltar una risita, se acercó más al cálido cuerpo de Harry, acurrucándose en su pecho para quedarse profundamente dormido.
-------------------------------------------------------------
Su sueño fue perturbado por los rayos del astro rey, que se colaban por la ventana, molestándole en los ojos, se removió y notó la cama muy vacía, abrió los ojos para comprobar que estaba solo, se asustó, se levantó a toda prisa de la cama y le buscó en el baño, no estaba ahí, el miedo creció en su pecho, miedo a quedarse solo, corrió a la sala y tampoco estaba ahí, entonces fue al comedor, ahí estaba el, sentado desayunando, había un plato extra especialmente para el.
-Theo, despertaste- habló Nev –Buenos días-
Theodore sintió un gran alivio al ver a su león, Nev aún traía puesta el pijama, comía hot cakes con miel, se veía tan despreocupado.
-Nev, buenos días- contestó el Nott, acercándose al gry quien se extrañó al ver que Theodore se colocaba frente a él.
-¿Qué pasa?- preguntó el castaño, su labios fueron tomados con dulzura, el beso, al principio tierno, se transformó en pasión pura, Neville se levantó de la silla para besar con las libertad al sly, sus lenguas se encontraron acariciándose con fervor, se separaron sintiendo los labios arder.
-Te quiero- murmuró el slytherin, comenzando a besar el sensible cuello del Longbottom, el castaño sintió estremecerse, sus manos viajaron a los botones de la camisa de Theo y empezó a desabotonar con habilidad, la prenda terminó tirada en el suelo.
-Yo también te quiero- Correspondió Nev, al tiempo que Theo igualaba la situación, desprendiéndolo de su camisa, el Nott continuó besando el cuello de su león, después se dirigió al hombro , continuó por la calvicula hasta los rosados pezones, que mordió y chupó a su gusto, arrancando deliciosos gemidos de la boca del Neville.
En un sorpresivo movimiento, Theodore subió a Nev en la mesa, tomó el frasco con miel y derramó un poco sobre el pecho del león, para después retirarlo con su lengua hambrienta.
-Ahghh…mhmmmm…Theo…-
El joven Nott retiró los pantalones y la ropa interior de su novio, volvió a verter miel en el cuerpo del Longbottom, pero esta vez en la entrepierna ya endurecida, comenzó a lamer aquel miembro por toda su extensión, luego lo metió de lleno en su boca, sintiendo a Neville estremecerse y acariciarle el cabello.
-Mhmmmmm….Theo…ahhhhh- gimió Nev, Theo abandonó el miembro deseoso de su novio y se dirigió más al sur, a la entrada estrecha, comenzó pasando la lengua por el pequeño ano, después uso sus labios, prodigando besos suaves que excitaban a su novio.
Sin más ni más, introdujo uno de sus dedos, al tiempo que masturbaba la virilidad de su amante, introdujo otro dedo, Nev se quejó un poco por la intromisión pero aguantó, después de un rato así Theodore consideró que la entrada estaba ya suficientemente dilatada, se acomodó entre las piernas de su león y friccionó su pene, dirigiéndolo a la estrecha entrada, se deslizó con delicadeza, tratando de ir lentamente.
-Métemelo todo…Ya…hmmmm…- pidió Neville, rodeando a su novio con las piernas, empujándolo, Theodore se adentró por completo, las paredes del interior de su chico le apretaban, era tan cálido y placentero, rodeó a Neville en un abrazo tierno, mirándose a los ojos, comenzó a moverse con suavidad, buscando el punto exacto que hacía explotar a Nev.
-Mhmmm….ahhhhh…Neville…aghh…- gimió la serpiente, por fin dio con ese lugar especial en la intimidad de su novio.
-Ahhh, más…más, más- exigió el Longbottom, moviéndose para obtener más contacto –Dame más…-
Las embestidas de Theodore se volvieron más rítmicas, tocando una y otra vez ese lugar que hacía a Neville vibrar, sus cuerpos comenzaron a sudar, los roces entre las dos pieles causaban placer a ambos.
-Ahhhh…ohhhhmm…Nev, te quiero…-farfulló el sly, entrelazando su mano con la de Nev.
-Te quiero…ahhhhhh-gimió el león, culminando en un orgasmo frenético.
-Ammm…Neville….- murmuró Theo, al tiempo que derramaba su simiente en el interior de su novio.
Theodore se dejó caer rendido en una silla, dejando a Neville tumbado en la mesa.
-Theo…- ronroneo el Longbottom, buscando a su novio a tientas.
-Aquí estoy- respondió el Nott, sentando a Nev en su piernas.
-No vuelvas a dejarme solo, por favor…-
-No la haré- respondió Theo, besando la mejilla aún ruborizada de su querido Nev –no lo haré, eres mi ángel, Neville, no te dejaré-
---------------------------------------------------
Se sentía tranquila, el sábado, pese a que Paulo había estado de muy mal humor, no la tocó para nada, y hoy domingo el tipo se había salido desde temprano, ya eran las once pasadas y no daba rastros de llegar pero poco le importaba, si quería perderse por ahí mejor para ella, que no volviera nunca.
Se puso su pijama de seda rosa, se recogió el cabello en un chongo flojo, se miró al espejo comprobando que poco quedaba de las marcas que dejaban los golpes, nada que un simple hechizo no pudiera cubrir, estaba a punto de meterse en la cama cuando escuchó la puerta de la entrada abrirse y cerrarse con violencia, asustada corrió a la sala, encontrándose con Paulo, evidentemente estaba borracho.
-Gin, ven aquí- ordenó el carioca, con voz tranquila pero firme, Ginebra se acercó llena de miedo, su novio la apretujó en un abrazo sofocante, olía horriblemente a alcohol y Ginny se sintió mareada.
-Paulo…- le llamó ella, tratando de zafarse del abrazo.
-¿A quién metiste a la casa?- preguntó el ebrio, lanzando a Gin a un sillón.
-A nadie, estuve sola todo el día- contestó la pelirroja, tratando de levantarse pero su novio se lo impidió, empujándola con fuerza.
-No me mientas- rugió el brasileño, dando un golpe a los pechos de Gin, causándole un gran dolor.
-No estoy mintiendo, estuve sola- se defendió la pelirroja, de nuevo trató de incorporarse pero una bofetada de Paulo la hizo caer en su sitio.
-No te di permiso de levantarte-
-Paulo, por favor…- Gin fue abofeteada nuevamente.
-Tampoco te di permiso de hablar- le gruñó su novio, acostándola en el sillón y acomodándose sobre el menudo cuerpo, sentándose sobre ella.
-Por favor, no…- gimió Ginny, Paulo esta vez dio un certero puñetazo en el rostro de la Weasley.
-Ese estúpido de Potter… ¿Estas con él, verdad?- Gin negó con la cabeza, ganándose otro golpe con el puño cerrado – Claro que estás con el…con él y con ese imbécil rubio de Malfoy-
-No, no estoy con el…- el carioca se enfureció ante estas palabras, se levantó y arrastró a Ginny del cabello hasta la habitación, dejándola caer de golpe en el suelo.
-¡Eres una puta!- exclamó Paulo, dando una patada a Ginny en el estómago, dejándola sin aire, rápidamente se acercó a uno de los cajones y extrajo un cinto de cuero –Pero yo te voy a quitar lo zorrita-
Comenzó a dar azotes a la pelirroja en la espalda, Ginny gemía y lloraba pidiéndole detenerse, lo cual solo enfurecía mas al carioca, Paulo le arrancó la blusa de la pijama y siguió dándole golpes ahora en la piel desnuda, volvió a acercarse a Ginny para quitarle el pantalón y la ropa interior, continuando con el castigo, marcando la blanca piel de la pelirroja que ya estaba sin sentido, tomó el cuerpo laxo y lo depositó en la cama, se desnudó y se acomodó sobre ella, tomándola nuevamente por la fuerza.
Ginny se despertó en medio de la madrugada, su cuerpo dolía horriblemente, comenzó a sollozar al recordar el brutal ataque, a su lado dormía Paulo, trató de levantarse de la cama y sintió un horrible dolor en su intimidad, se percató de la extraña humedad, se levantó un poco y vio los rastros del abuso, comenzó a llorar con más fuerza y corrió al baño ignorando el dolor creciente de su cuerpo, abrió la regadera y se sentó en el piso, rendida y con mucho sueño, sintiendo el agua correrle por la piel, borrando cada evidencia, cada rastro, solo quería estar limpia, después de casi una hora bajo el chorro de agua tibia Ginny se incorporó, salió del baño y buscó su pijama, volvió al baño con varita en mano, mirándose al espejo.
-Son demasiadas marcas…- murmuró, comenzó a sollozar al verse en ese estado tan deplorable, empezó a conjurar hechizos para cubrir los moretones más visibles, los de la cara y los brazos, los de la espalda y las piernas los dejó para luego, volvió a vestirse y fue caminando de puntitas, rogando por no despertar al carioca, se metió en la cama lo más alejada que pudo del cuerpo de su novio y cayó rendida al mundo de los sueños.
--------------------------------------------
-Malfoy…-le llamó una agradable voz, al tiempo que lo movía con delicadeza.
-¿Qué?- preguntó el rubio, acurrucándose de nuevo en ese lecho tan agradable.
-Dijiste que tus amigos regresaban el lunes en la mañana…bueno, ya es lunes en la mañana-
-¿QUÉ?- exclamó el rubio, dio un respingo y se incorporó de golpe.
-Tranquilo, yo te llevo-
Después de una media hora el joven Malfoy ya estaba listo, el fin de semana de ensueño había terminado, suspiró con desgano y salió de la habitación, en la sala lo esperaba Harry, sentado en el sillón blanco, acariciando a Luke.
-¿Estás listo?- preguntó el Potter, al tiempo que se levantaba del sillón.
-Sí- respondió Draco, deseando quedarse ahí para siempre.
No tardaron mucho en llegar a su destino, Draco miró el edificio donde vivía, le pareció una nada comparado con el de Harry, no porque fuera menos lujoso, eso era evidente, le pareció tan vacío por el hecho de que el Potter no vivía ahí.
-Te…agradezco, me divertí mucho este fin de semana- dijo el rubio, sonriendo ampliamente al moreno.
-Claro, y vaya que eres muy buen actor, cuando les explicaste a todos por qué salías conmigo, wow, por poco y me la creo- declaró el Potter, Draco sintió un dolor muy fuerte instalado en su pecho.
-Sí, yo también- correspondió el ojiplata, sin borrar la sonrisa.
-Bueno, me alegra que te la hayas pasado bien- habló el moreno, extendiéndole un cheque que el rubio tomó enseguida.
-Adiós- dijo el Malfoy, saliendo del auto con las cuatro maletas.
Se alivió al ver que el elevador ya estaba reparado, entró y dejó caer las maletas en el piso, miró el cheque en sus manos sintiéndose sucio, “¿Cuánto tiempo más podré seguir con esto?” se preguntó, tratando de ignorar el dolor creciente en su pecho.