Respiró hondo, el elevador le parecía más lento que nunca, miró los números brillantes como si fueran la cosa más interesante del mundo, suspiró cansinamente, ahí va el de idiota a ofrecerse a ayudar, pero que le quedaba…
El ascensor se detuvo y supo que debía bajar, se aproximó a la conocida puerta y tocó.
-Nev, hola- le recibió su novio, dándole un suave beso en los labios.
-Hola- correspondió el Longbottom, Theodore lo invitó a pasar, eran las seis y media de la mañana, en el comedor Pansy, Blaise y Draco desayunaban en una charla tranquila, levantaron la mirada al ver al gry.
-Hola Neville- le saludó Blaise.
-Hola chicos- dijo Nev, sonriendo –Les…vine a entregar las… este…-
-¿Qué?- preguntó Pansy algo impaciente.
-Las invitaciones de la boda de Gin y Harry- soltó el león, estirando sus manos para mostrar unas bellas invitaciones con flores orientales color naranja.
Draco tomó una sin decir palabra, la abrió y leyó en alta voz:
“Harry & Ginebra
La hoja, cuando ama, se transforma en flor; la flor, cuando ama, se convierte en fruto. (Rabindranath Tagore).
Junto con nuestras familias, tenemos el gusto de invitarles a nuestro
enlace, que tendrá lugar el próximo día 11 de Noviembre a las 18,00 horas
en el hotel La claire fontaine, en el salón Sierra Leona, la celebración se continuará en el mismo.
Esperamos contar con su grata presencia en este día tan especial.”
-Vaya…-susurró Blaise –Creí que ya no estaban juntos-
-Las vueltas que da la vida, amigo mío- comentó el Malfoy burlón.
Neville se sentía cada vez peor.
-No tienen que ir si no quieren- dijo el Longbottom.
-Si quiero ir- Habló la Parkinson –Será divertido, ¿Qué dicen ustedes, chicos?-
-Yo voy si tú vas, amor- le apoyó Blaise.
-Yo iré acompañando a Nev- se explicó Theo.
-No cuenten conmigo- gruñó Draco, levantándose de la mesa.
-¡Eres un amargado!- le recriminó Pansy, cruzándose de brazos en un puchero infantil.
El león tragó saliva, era obvio que Draco no había contado nada de lo sucedido con Harry a sus amigos.
En ese instante se escucharon unos golpes en la puerta, el rubio se adelantó a abrir, dando paso a los señores Malfoy, los señores Parkinson y la señora Zabini, Neville sonrió y saludó con timidez, los últimos tres meses había visto a los recién llegados muchas veces pero aún le daba algo de pena estar frente a ellos.
-¡Ya es mañana!- exclamó Vanessa, abrazando a su hijo de manera protectora.
-¿Pueden creerlo?, ¡Mañana se casan!- dijo Olivia, abrazando a su hija.
-Ay mamá- gruñó Pansy –Gracias por ponerme nerviosa-
-Todo saldrá bien, princesita- le animó su padre, Pansy suspiró con fastidio.
-¿Estarás ahí, Longbottom?- preguntó Lucius, mirado al aludido con curiosidad.
-Claro que sí, señor- respondió el gry, sin poder evitar un sonrojo.
-Bien, bien- habló Alfred, dando palmaditas en la espalda de Nev, las cuales dejaron sin aire al castaño –Faltaba más, hijo-
El señor Parkinson continuó con sus amistosas palmaditas hasta que Theo intervino.
-Lo quiero entero para mañana, Alfred, eso incluye sus pulmones intactos- dijo el Nott, apartando con delicadeza a su ángel del brusco cariño del padre de Pansy.
-Perdón- se excusó el señor, encogiéndose de hombros.
-Oh, no, no, no se preocupe señor Parkinson- balbuceó Neville, completamente ruborizado.
-Cariño, hay que hacer algo con esos sonrojos tuyos- bromeó la señora Zabini.
-Yo, eh…bueno, debería irme…- habló el Longbottom.
-¿Tan rápido?- preguntó Olivia.
-Solo venía a dejar unas invitaciones- aclaró Neville.
-Ah, claro, Potter y la Weasley, ¿Cierto?- dijo el señor Malfoy, Nev asintió.
-Me voy, los veré mañana- se despidió el Longbottom, siendo acompañado hasta la puerta por Theo.
-¡Qué emoción!- canturreó Narcisa, acercándose a Pansy para abrazarla con cariño –Siempre me han gustado las bodas, y te confieso que es la primera donde soy dama de honor, ¡es tan emocionante!-
Pansy sonrió a la señora Malfoy con ternura, se preguntó cómo habría sido Narcisa de novia, seguramente el señor Malfoy fue la envidia de todos con tan bella mujer.
-Hay que irnos ya- intervino Vanessa –Las reservaciones del spa son para dentro de hora y media y hay que estar temprano-
Narcisa y Olivia asintieron, Pansy fue a buscar una pequeña maleta y regresó casi al instante.
-Entonces…- repasó Pansy –Nos encontramos en la playa, nos vemos-
Después de despedirse, todas las mujeres salieron de la casa, el regalo de bodas de los padres de Pansy era toda la tarde en un spa, emocionadas con la idea, Olivia, Narcisa y Vanessa decidieron unirse a los planes y además relajarse para estar frescas para el día de la boda.
Habían reservado habitaciones en un hotel cerca de la playa, para no tener que andar con prisas y poder descansar, los varones tenían que dar unas cuantas vueltas para recoger sus trajes de la tintorería, después irían directo al hotel, además de comprar unas cuantas sorpresas para la novia.
Lucius y Alfred rentaron un auto para poder realizar los pendientes, lo primero fue ir a la tintorería a recoger los trajes, después fueron al centro de Londres, a buscar la mueblería que les habían recomendado.
- ¿Seguros que es por aquí?- preguntó Theodore, no era que desconfiara de los señores, pero ellos no tenían tanto conocimiento del área como él o sus amigos.
-Si, Theodore, es por aquí- refunfuñó Lucius.
-Ahí está- dijo el señor Parkinson, señalando una gran tienda llamada “Lune”.
Los jóvenes y los señores entraron, el lugar estaba elegantemente decorado, del techo pendían candelabros de cristal, había salas completas, comedores e incluso cocinas, todo ambientado muy hogareño.
-Nev, carajo, ven acá- dijo una vocecita soñadora.
La dueña de la voz, una rubia de ojos grandes enmarcados en un maquillaje negro ahumado, vestía un pantalón negro, tacones negros, blusa blanca y un chaleco gris, caminaba despreocupadamente entre los muebles, detrás de ella iba Neville, cargando tres bolsos femeninos y una carpeta llena de papeles.
-También quiero eso- dijo Luna, señalando una bella sala victoriana en color verde.
-Pero Luuu…- gimoteó el Longbottom.
-Pero Lu y nada, quiero eso, cuéntalo-gruñó la rubia, Neville rodó los ojos con fastidio y garabateó algo en las hojas que llevaba.
Agregándose al grupo de leones apareció Hermione Granger, ella vestía una falda negra, un saco blanco y tacones blancos, llevaba el cabello alasiado y un maquillaje sencillo.
-¿Cómo van?- preguntó la Granger a sus amigos Gryffindors.
-Bien- respondieron los aludidos al unísono.
La pelirroja Ginebra Weasley se unió a sus amigos, ella vestía un vestido gris, unos mallones negros y zapatos de piso negros, su embarazo se evidenciaba sobre la tela, la leona Weasley vio a sus amigos con una sonrisa, al acercarse se percató de la presencia de las serpientes, sonrió aún más ampliamente y se acercó casi corriendo.
-¡Draco!- exclamó, prácticamente colgándose del cuello del slytherin, quien correspondió al abrazo como pudo, ya que el prominente estómago de la pelirroj era un impedimento.
-Wow…estás…muy…embarazada- dijo el Malfoy, la Weasley le sonrió, se separaron del abrazo, la pelirroja saludó al resto del grupo con un asentimiento de cabeza.
-Seis meses- informó la gryffindor -¿Qué haces por aquí?-
-Estamos comprando muebles para remodelar el departamento de Pansy, Blaise se mudará con ella- le contó Draco.
-Oh, pues este es el lugar perfecto, nosotros siempre compramos aquí para las propiedades de la empresa, de hecho estamos en eso- dijo Ginny, mientras el resto de los leones se acercaba.
Herms y Luna saludaron a Theo con mucho cariño.
-Granger, permíteme decirte que te ves muy guapa- elogió Lucius, encogiéndose de hombros.
-Gracias señor Malfoy, usted está igual que siempre- contestó Hermione, estrechando la mano del Malfoy mayor.
-Mucho gusto, Alfred Parkinson-
-Hermione Granger- correspondió la castaña, recibiendo un caluroso apretón de manos por el padre de Pansy.
-Lovegood Luna- se presentó la rubia, Alfred le sonrió y asintió.
-Su hija es encantadora- elogió Herms.
-Salió a su madre- se justificó el señor Parkinson.
-Si están redecorando podemos ayudar- canturreó Luna –Nev, ¿Tienes una hoja en blanco?-
El Longbottom asintió y le dio a su amiga lo que pedía.
-Bien, lo primero es hacer un plano del departamento…- dijo la Lovegood –Nev, ponte de espaldas para que pueda apoyar en ti-
Neville resopló con fastidio pero hizo lo que le pedían, Luna apoyó en la espalda de Nev y dibujó un plano simple del departamento, se lo mostró a Blaise y este asintió aprobatoriamente, la Lovegood calculó el tamaño de las habitaciones, después de hacer unas cuantas preguntas más, la rubia y Gin empezaron a escoger muebles, eligieron una sala y un comedor en tonos cafés y crema, la alcoba elegida fue una cama matrimonial, además de cojines, cortinas y una lámpara, hicieron los arreglos para que los muebles fueran llevados directo al apartamento del futuro matrimonio y fueran instalados.
-Muchas gracias- Habló Alfred con sonrisa en los labios.
-De nada, a Pansy seguro le encantará todo- respondió Ginny.
-Nosotros nos vamos, espero verlos a todos en la boda- dijo Blaise.
Las serpientes se despidieron de los leones, salieron de la tienda y caminaron al estacionamiento donde habían dejado el auto, Hermione logró darles alcance.
-Malfoy, ¿Te puedo hablar por un segundo?- preguntó la castaña, recobrando el aliento.
-Estamos hablando- respondió el ojigris.
-En privado- insistió la Granger.
-Claro- contestó Draco –Los alcanzo en un minuto-
Sus compañeros se adelantaron, dejándolo solo con Hermione.
-Tú y Harry…-
-Potter y yo-
-¿Ya no es Harry?-
-No-
-Tú y… rompieron por Gin, ¿verdad?- inquirió Mione.
-Cierto- admitió Draco.
-Lo sabía, Harry es ese tipo de persona…-
-¿Era todo?- la cortó el sly, hacía tiempo que no pensaba en Harry, o al menos eso pretendía él.
-No- comenzó Herms –Malfoy, tu…estás…enamorado de Harry, ¿No es así?-
El corazón dentro del pecho del rubio comenzó a latir desbocado -¿Qué si lo estoy?-
-No puede casarse con Gin si es así, Malfoy, el te…-
-No, no es cierto- interrumpió Draco –No lo digas, ahora por favor vete-
Hermione negó con la cabeza –Te engañas, Malfoy-
Después de aquellas palabras, la leona le dio la espalda al ojiplata y se marchó.
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Se sentía tan inquieto, continuó con el equipaje, tratando de despejar la mente pero…es que lo vería después de tres largos meses, y eso lo tenía tan nervioso, cuando lo escuchó decir “Te quiero” no tuvo el valor de ir tras él, no podía dejar sola a Gin en un asunto como aquel.
Después de un mes de aquello, Harry le propuso matrimonio a Ginny, ella se mostró dudosa pero aceptó, incluso se habían mudado juntos al penthouse de Harry, la familia Weasley celebró esa unión, Pero Luna, Neville y Hermione se veían reacios en el asunto, les gustara o no, Potter ya había tomado una decisión y la llevaría hasta el final así le costara lágrimas de sangre.
-Amor, ya llegue- gritó Gin desde la sala.
-Estoy en la habitación- contestó el ojiverde.
La pelirroja entró sonriendo, Harry correspondió el gesto, la Weasley se acercó a él y lo besó suavemente en los labios.
-¿Cómo les fue?- preguntó el Potter, pasándole a su prometida una maleta para que comenzara a empacar, habían decidido pasar la noche en un hotel cerca de la playa y quedarse el fin de semana.
-Muy bien- respondió Ginebra –Por cierto, me encontré con Draco-
Harry se tensó pero logró ocultarlo con facilidad.
-Ah, sí, ¿Y cómo está?- dijo el niño de oro con fingido desinterés.
-Está muy bien- contó la pelirroja, cerrando su maleta, se acomodó frente a Harry y lo besó de nuevo.
Ginny se apartó un poco de su novio para poder sacarse los mallones, después retiró el vestido para quedar en ropa interior, Harry la miró de arriba abajo, Gin era preciosa y el embarazo la hacía lucir bellísima.
-Gin, yo…- balbuceó Harry, pero fue acallado con un beso.
-No digas nada…- susurró la pelirroja, mientras terminaba de desnudarse.
Harry tomó a su prometida suavemente por los hombros y la guió a la cama, el Potter se quitó la ropa lo más rápido que pudo y se acomodó sobre el cuerpo de su novia, besó el blanco cuello con ternura, después pasó a los hombros cubiertos de pecas, acarició los pechos redondos y blandos, jugueteando con los sensibles botones rosáceos, arrancando gemiditos quedos a su pareja, entró despacio, cuidando no lastimar a Gin.
-Mhmmm…sí cariño, sí…- gimió la pelirroja, abrazándose al cuerpo de Harry.
El Potter comenzó a moverse a un ritmo suave pero firme, no podía negar que estar con Gin era muy excitante y placentero…pero no era lo mismo, y aunque disfrutaba el contacto, siempre terminaba pensando en el, en Draco, en su piel blanca y suave, sus manos frías, su cabellera rubia y fina, sus labios, su cuerpo, su estrecho interior, Draco, siempre acababa pensando en el.
-Harry…sigue, mnmmm…- pidió Ginny, el gry atendió, aumentó la velocidad y la fuerza de las estocadas, su boca y la de su prometida se encontraron en un beso apasionado y feroz.
Las piernas de Gin le rodearon por la cintura, empujándolo para obtener mayor contacto, sus pieles se rozaban frenéticamente.
-Ahhhhh…Harry, nmmm, ahhh…- gimió la Weasley, llegando al orgasmo, sus músculos se destensaron al instante y quedó rendida sobre la cama. Un par de estocadas más bastaron para que el Potter derramara su simiente en el interior de su novia.
Ambos jóvenes quedaron recostados en la cama, Ginny parecía satisfecha y feliz, por su parte, Harry se sentía miserable, porque al final de todo aquello el cabello de Gin se había pintado de rubio y era corto, sus pechos habían desaparecido dando paso a un pecho firme y plano, se había imaginado a Draco, por eso pudo correrse, siempre era así.
-Tengo que ir al baño- anunció la leona, levantándose de la cama, recogió sus ropas del suelo y entró al tocador sonriéndole a Harry.
El ojiverde se levantó también, volvió a vestirse y esperó a que su prometida saliera del baño, sin duda sería un largo fin de semana.
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Lucius conducía como loco, los ocupantes del auto se arrepintieron de haberle dejado manejar.
-Padre, no es por esta calle- se quejó Draco.
-Pues doy la vuelta y ya- gruñó el señor Malfoy, dando una vuelta brusca que los hizo a todos dar un respingo.
-Carajo, Lucius- exclamó Alfred -¿cuál es la prisa?-
-Ninguna- bramó Lucius, estacionando el coche abruptamente.
Todos bajaron del auto algo mareados, usaron el elevador y pronto se encontraron en el penthouse, los muchachos debían hacer maletas para irse directo al hotel, además de llevar los centros de mesa y los regalos para la boda.
-¿Va a venir Neville?- preguntó Blaise, regresando de su cuarto a la sala con varias maletas listas.
-Si- contestó Theo –Se ofreció para ayudarnos con las maletas y todo eso, su camioneta es muy grande y hay mucho espacio-
-Debe ser lo único que tiene grande- bromeó Blaise, ganándose un zape por parte del Nott.
-No es asunto tuyo- bramó Theodore, para después marcharse a su habitación.
-Ay que delicado- comentó el Zabini, dejándose caer en uno de los sillones.
-Tú eres demasiado entrometido, querido amigo, no deberías hacer ese tipo de observaciones- reprendió Draco.
-Sabes que es bromeando- se defendió el moreno.
-Sabes que Theo es muy reservado- contraatacó el rubio.
-No es que de verdad me importe saber el tamaño del “arma” de Neville- gruñó Blaise.
-¿Qué arma?- preguntó Nev, que acababa de llegar.
Draco miró a Blaise con burla.
-Yo no cazo, no me gusta, no tengo armas- aclaró el Longbottom, tanto el señor Malfoy como el señor Parkinson estallaron en carcajadas.
-No, nada, debí confundirme- mintió Blaise, Nev asintió inocentemente.
-Oh, Nev, llegaste- saludó Theodore, el aludido sonrió ampliamente al ver a su novio.
-Gracias por ayudarnos- habló Draco.
-De nada- correspondió el león -¿Qué quieren que me lleve?-
-Es todo esto- dijo Alfred, señalando seis cajas de cartón.
-Venga, te ayudamos- habló Blaise, levantando una de las cajas, Nev imitó la acción, Lucius también levantó una caja y Alfred también, a la tarea se unieron Draco y Theodore.
Colocaron las cajas en la journey de Nev.
-Hay que irnos ya- habló Lucius
-Rayos, las maletas- recordó Theo –Yo subo por ellas-
-Te ayudo- se ofreció Draco.
Ambos jóvenes regresaron por las maletas de ambos, Theo aprovechó que estaban solos.
-¿Y bien?- preguntó el Nott.
-¿Qué?- dijo Draco.
-Cuéntamelo todo- explicó Theodore, Draco sabía muy bien a qué se refería.
-No puedo…- murmuró el Malfoy.
-Claro que si- insistió Theo.
-Es muy complicado- se justificó el ojiplateado.
-Eso me dijiste aquella vez, ok, es complicado, pero explícalo-
-Theo…-
-Ya, ok, no quieres hablar…pero dime una cosa, ¿Tu quieres a Potter?-
-Bésame- pidió el rubio, dejando a su amigo boquiabierto.
-¿Qué?-
-Que me beses-
-¿Por qué?
-Tú solo hazlo-
Theodore suspiró, no era que no se hubieran besado antes...pero esta vez era diferente, tomó a Draco por la cintura y éste le rodeó también.
-Espero una explicación después de esto…- susurró Theo, el Malfoy asintió.
Los labios de los chicos se unieron, Theodore comenzó con un suave roce, jugando con los finos labios de su amigo, atrapándolos entre los suyos, succionándolos, mordiéndolos, Draco abrió la boca para dar paso a la lengua trémula del Nott, se envolvieron en un apasionado beso, ambas lenguas jugaban y se tocaban, ardían, las manos del rubio viajaron hasta el bien formado trasero de su amigo y lo apretaron, Theodore no se quedó atrás y aprovechó para acariciar al Malfoy, le acarició la espalda, colando sus manos debajo de la camisa.
-Disculpen- dijo una voz desde la puerta, el corazón de Theo prácticamente se congeló en su pecho.
-Nev, yo…- balbuceó Theodore.
-Las maletas, se estaban tardando- explicó Neville- Los ayudo- al decir esto, tomó un par de maletas y caminó a la salida sin siquiera mirar a Theo.
Draco miró a su amigo, se sentía horriblemente culpable, Theodore negó con la cabeza –Tranquilo, voy a explicarle, tú no te preocupes Draco-
Las serpientes recogieron las maletas restantes y alcanzaron a Neville en el elevador, el león parecía tranquilo, no intercambió palabras ni miradas con el Nott en ningún momento, al llegar al piso de abajo fue directo a su camioneta, seguido por Draco y Theo.
-¿Por qué se tardaron tanto?- gruñó Blaise.
-Tuve que ir al baño- se excusó Draco.
-Bien, ya vámonos- insistió el Zabini.
-Nev, me voy contigo- dijo Theo, acercándose a su novio quien lo esquivó fríamente.
-Claro, sube- contestó Neville en tono indiferente.
El viaje era un poco largo y Theo usaría ese tiempo para explicarse.
-Lo que viste, Nev, no fue nada…-
-Fue un beso- interrumpió Neville, sin quitar la mirada del camino.
-No fue nada, Nev…-
-Fue un beso, Theodore, fue un beso…- insistió el Longbottom. –Lo estabas tocando…-
-Por favor, déjame hablar…-
-El te tocaba, te estaba tocando, Theo, ¿Cómo puede ser “nada”?-
-Draco me pidió que lo besara- se justificó el Nott.
-¿No pudiste negarte?, pudiste haber dicho algo como “Oh, casi lo olvido, tengo NOVIO”-
-Es algo más complejo que eso, Nev…-
-Sí, lo que digas-
-Neville…-suspiró Theo, le dolía tanto esa manera tan fría en que Neville lo trataba, pero lo entendía perfectamente –El me lo pidió, y yo acepté porque…dijo que después de eso me contaría todo lo que pasó con Potter-
-Solo admite que te gusta Malfoy-
-Nev, Draco me dijo que está enamorado de Potter, Draco lo quiere, lo quiere en serio-
Neville detuvo la camioneta, volteó la mirada a Theo, los ojos del león le dolieron a Theo hasta el alma, esa mirada triste que tenía Nev…dolía tanto saberse culpable de hacerle sufrir.
-Me dolió…-Habló el Gry, -Me dolió mucho…-
-Lo lamento-
-Puedes…lastimarme tanto, tienes tanto impacto en mí que…que me asusta, Theo, te amo muchísimo…-
-Y yo a ti, también te amo- Theodore tomó el rostro de su novio entre sus manos, depositando un tierno beso en los labios de su Nev.
Después de aclarar aquello, el viaje continuó tranquilo, fueron cuatro horas conduciendo, al llegar al hotel se encontraron con los demás.
-Tardaron un poco más- observó Alfred.
-Manejo un poco lento en carretera, me pongo nervioso- mintió Nev, sonrojándose.
Bajaron las cosas de la camioneta y entraron al hotel, llamado “Sand Castle”, la recepción era muy elegante y espaciosa, las paredes y los pisos eran de mármol blanco, los recibió una guapa muchacha de ojos color topacio y cabello negro, la chica les sonrió ampliamente.
-Buenas tardes, ¿En qué puedo servirles a los señores?- preguntó la recepcionista, su ajustado uniforme rojo enmarcaba sus bellas curvas.
-Tenemos reservaciones- contestó el señor Malfoy.
La muchacha se sonrojó ante el imponente y elegante señor, bajó su mirada avergonzada a la pantalla de su computadora y preguntó -¿Bajo qué nombre?-
-Lucius Malfoy, Alfred Parkinson, Draco Malfoy, Theodore Nott, Blaise Zabini- contestó Lucius, indiferente a las sonrosadas mejillas de la empleada.
-Las habitaciones del señor Lucius Malfoy, el señor Parkinson y Zabini ya están ocupadas por sus parejas- explicó la muchacha, acomodando su liso cabello como por instinto, buscó algo en su escritorio y después entregó una tarjeta a Draco, Theo y Blaise –Las llaves de sus habitaciones, llamaré a alguien para que les ayude con su equipaje-
La recepcionista tomó el teléfono y marcó rápidamente, casi al instante apareció un muchacho, usaba también un uniforme rojo, el cabello del chico era castaño claro, sus ojos eran de un verde limón con toques grises, empujaba una especie de carro y se acercó a las serpientes.
-Hola Carol- saludó el botones.
-Lleva el equipaje de los señores, Anthony- Contestó Carol con frialdad, el muchacho se quedó estático.
-Claro, permítanme ayudarles con eso-
Anthony puso las maletas y las cajas en su carro y los condujo al elevador.
-¿Qué piso?- preguntó el empleado con tono cortés.
-Piso 20- contestó Lucius.
Carol lanzó una última mirada al señor Malfoy antes de ocultar su rostro completamente sonrojado al haber sido descubierta, una vez que se cerraron las puertas el botones no pudo evitar resoplar con fastidio.
-Lo siento- se apresuró Anthony a disculparse.
-¿Chica difícil?- preguntó Alfred.
-Ahmmm…-titubeó el muchacho –Sí, bastante-
-Buena suerte- le animó el señor Parkinson.
-Gracias señor, la verdad es que a veces me gustaría tener veinte años mas… sin ofender al señor- dijo el chico, esto último refiriéndose a Lucius.
-No te preocupes- lo disculpó el Malfoy mayor.
-¿Piso veinte?- habló Anthony –Oh, hace un par de horas cuatro bellezas subieron a ese piso-
-¿De verdad?- preguntó Draco, arqueando las cejas.
-Sí, con algo de suerte le tocará a alguno de los señores estar de vecino con alguna- añadió el botones, Neville soltó una risita queda.
-¿Cómo eran?- insistió Blaise.
-Pues verá…- comenzó el chico –Una rubia de unos cuarenta y tantos, bonitos ojos, buen cuerpo, de ese tipo de mujeres con las que no te importaría vivir una historia de cuarenta y veinte-
Todos rieron de buena gana.
-Otra era…- continuó Anthony –Una mujer de piel oscura, cabello negro y ojos dorados, también entrada en años pero igual de hermosa, me dio propina y todo-
De nuevo, todos rieron, Blaise trató de ocultar su disgusto con una risa forzada.
-¿Y las otras dos?- preguntó Theo.
-Oh, creo que eran madre e hija- comentó el muchacho –La señora también tendría sus cuarenta y tantos, cabello negro y largo, ojos azules, buena figura, pero su hija…la muchacha no estaba para nada mal-
-¿De verdad?- preguntó Blaise, sonriendo forzadamente.
-De verdad, guapísima la chica, cuerpo de infarto, carita de ángel, un encanto-
-Sí, sabes, se va a casar conmigo- soltó Blaise, Anthony se quedó mudo.
-La rubia es mi esposa- contó Lucius.
-Y mi madre- agregó Draco.
-La mujer de piel oscura es mi madre- dijo el Zabini.
-Y la otra mujer es mi esposa, y la muchacha es mi hija- explicó Alfred, el pobre Anthony estaba completamente sonrojado.
-Ay Dios…perdónenme, de verdad- rogó el chico.
El ascensor sonó, anunciando que habían llegado a su destino.
-No te preocupes muchacho- dijo el señor Parkinson, sin poder contener una risa.
El botones les ayudó a llevar el equipaje a las habitaciones correspondientes, Draco tendría una habtación individual, el resto se quedaría con sus respectivas parejas.
-Muchas gracias- dijo Theo, entregando un billete al apenado muchacho.
-No hay de qué, y de nuevo, mis disculpas-Después de decir aquello, se retiró.
Theodore se metió al baño para ducharse, se sentía agotado y solo quería dormir, cuando terminó de ducharse salió del baño con una toalla amarrada a la cintura, encontró a Neville sentado en la cama, completamente desnudo a excepción de una corbata de Gryffindor.
-¿Neville?- le llamó Theo, el aludido no respondió, comenzó a acariciarse la erección enorme que tenía.
-¿Te gusto?- preguntó el Longbottom, continuando con su tarea.
-Ne..Ne..Neville…- balbuceó Theodore, mirando embelesado a su novio, su entrepierna se endureció al instante, se acercó a Nev y trató de acariciarlo, pero el chico lo apartó poniéndole un pie en el pecho, haciéndolo hacia atrás.
-¿Te gusto?- insistió el Longbottom.
-Me encantas- contestó Theo, trató de tocar a Neville pero fue apartado nuevamente.
-¿Me deseas?- Preguntó el león, Tho no sabía a que jugaba su novio pero aquello estaba empezando a gustarle.
-Te deseo, mucho…- contestó en un susurro, Neville le sonrió y continuó masturbándose.
-¿Te excito?- preguntó el gry, aumentando el ritmo de su mano.
-Mírame- respondió Theodore, poniéndose de pie y retirándose la toalla para dejar a la vista su erección –Me excitas-
Neville dejó de tocarse, se aproximó gateando a la orilla de la cama hasta quedar lo suficientemente cerca de Theo, tomó el sexo endurecido de su novio y comenzó a lamerlo, después lo introdujo a su boca bruscamente.
-Ahmmmm…ahhh…Nev- gimió Theodore, le sorprendía esa actitud de su león, sobre todo porque jamás le había hecho sexo oral, pero no se iba a poner a preguntar, solo quería disfrutarlo.
-¿Te gusta?- preguntó Nev, mirando a su novio a los ojos
-Sí- contestó Theodore, acariciando la mejilla de Neville.
El Longbottom volvió a introducir el pene de su amante en su boca, pero esta vez viéndolo a la cara, Theodore jadeaba y gemía quedamente, Nev volvió a apartarse, tomó las manos de Theo y las colocó en su nuca.
-Si te gusta, empújame y pídeme más- dijo el Longbottom, volviendo a su tarea.
-Ahhhhhhhhhh…Nev, sigue…- gimoteó el Nott, acariciando los mechones castaños, empujó sus caderas para obtener más contacto al tiempo que empujó la cabecita de su novio.
Neville entendió el mensaje, siguió chupando con fuerza, Theo se sentía extasiado, a punto del orgasmo.
-Ahhh..si, Neville, más, más…nmhhhh- farfulló la serpiente, empujando mas a Nev, quien continuó afanándose en su tarea –Ohhh…mmhh…-
Theodore terminó en la boca de su novio, Nev se apartó y volvió a sentarse en la cama, Theo apoyó con sus manos en el colchón, tratando de recuperarse del orgasmo.
-Aún no acabamos- informó Nev.
El Nott miró a su novio, Neville sonrió socarronamente y abrió las piernas, ensalivó un par de sus dedos y los introdujo en su ano, su carita de contrajo en gesto de dolor, comenzó a mover los dedos en su interior, entrando y saliendo.
-Ahhh…nmmhh…Theo…aghhh…- gimió Nev, jugueteando con los dedos en su interior.
La serpiente lo observó, se relamió los labios y se acercó a su Neville, trató de tocarlo pero fue apartado.
-¿Sabes que me gustaría mucho?- preguntó Longbottom, Theo negó con la cabeza –Me gustaría muchísimo que reemplazaras estos dedos dentro de mí con tu pene, ¿Qué dices?-
Theodore tragó en seco.
-Digo…que me gustaría mucho a mí también.-
-¿Quieres metérmelo?- preguntó Neville seductoramente.
-Sí, sí quiero-contestó Theo, el león se hundió aún mas profundo aquellos dedos, soltando un quejido.
-¿Me amas, Theodore Nott?-
-Te amo, Neville Longbottom- correspondió Theodore, acercándose para besar a su novio, retiró los dedos del interior del pequeño ano, Nev se quejó un poco –Perdón, leoncito-
-No importa- contestó Nev, sonriendo dulcemente a su novio –Yo también te amo, Teddy-
Theodore soltó una ligera risa por el mote tan cariñoso, volvió a asaltar la boquita sedienta de besos de su chico, sus lenguas se encontraron danzando juguetonas, Theodore bajó al cuello de su novio y succionó, dejando una roja marca, después continuó besando los hombros, fue hasta el pezón que mordió ligeramente.
-Ahnmmmm…Theo, así…- suspiró Neville, acariciando los mechones negros de su amor.
El Nott continuó con el otro pezón, bajó por el pecho hasta llegar al vientre de Nev, el cual beso con ternura, abrió las piernas de su novio, introduciendo la lengua en el ano.
-Aaaaaaaaaaaahh, Theo, Theo…nmmm, sí…- gimió el Longbottom, sintiendo la ardiente lengua en su interior.
El aludido retiró su lengua de la cavidad y la reemplazó con su miembro, entró por completo y de una sola estocada.
-Hnmmm…Nev…ahhh- gimió Theodore, Neville lo rodeó en un cálido abrazo, lo miró juguetón y contrajo los músculos de su interior –Ahhhhhhhhh, no…no hagas eso…-
-¿Por qué no?- preguntó el Gry, apretando de nuevo.
-Ahhhhhmmmm, Nev…no…no lo hagas, si…si lo haces me dan ganas de embestirte hasta hacerte sangrar- gruñó Theo, empezando un ritmo acompasado pero profundo.
-Ahhh…entonces hazlo…- gimió Neville –Dame fuerte, lastímame, hazlo-
Theo lo miró sorprendido, besó aquellos labios con mucho cariño –Te amo tanto, Neville-
-Hazme el amor- pidió el león –solo a mí me haces esto, solo conmigo, ¿cierto?-
El sly suspiró, hasta ahora entendía todo aquello, salió del interior de su león quien al sentirlo alejaro lo aprisionó con las piernas, Theo las retiró con delicadeza, se sentó en la cama sin decir nada, Neville se acercó a él gateando, tomó el miembro aún erecto de Theo pero el chico lo apartó.
-Nev, te expliqué lo de Draco- habló Theodore.
-¿Tienes que mencionarlo en la cama?- gruñó el Longbottom, sentándose en la cama con los brazos cruzados.
-Quiero hacer el amor solo por las razones correctas-
-¿Qué?-
-Como por ejemplo porque nos amamos, porque nos deseamos, porque lo disfrutamos, no porque estas celoso o enojado- explicó Theo, Neville no dijo nada –Voy a ducharme-
Una gran punzada de dolor se clavó en el pecho de Neville, sintió que su corazón sangraba y muchas ganas de llorar, se levantó de la cama y abrazó a Theo por la espalda.
-Nev…- murmuró Theodore, una extraña humedad corrió por su espalda, Neville estaba llorando.
-No te vayas…- pidió el Longbottom, dejando salir sus lágrimas.
-No llores- dijo Theodore, girándose para poder abrazar a su novio.
-No quiero que me dejes…- habló Nev, recargándose en el pecho de Theo.
-No me iré, solo quiero bañarme, Nev-
-Quiero que sigamos- confesó Neville, restregándose ansiosamente contra el cuerpo de su chico.
-¿Por qué?-
-Porque te deseo…porque te amo…- respondió el león, arrojando al Nott a la cama, se acomodó a hojarcadas sobre él.
-Sigue tu- habló Theo, acariciando la espalda del gry.
Neville levantó las caderas, Theo detuvo su miembro para faclitar la tarea de su chico, el Longbottom comenzó a bajar, introduciendo aquel endurecido sexo en su interior, se estremeció un poco por el dolor, pero se dejó caer consiguiendo así enterrar el pene completamente.
-Ahmmmm…Nev, sí…-gimió el Nott, abrazando a su león con ternura –muévente, amor-
Ni tardo ni presuroso, el Longbottom comenzó a subir y bajar, consiguiendo hacer gemir y jadear a su Theo, el también obtenía placer de aquel íntimo contacto, jugó con el negro cabello de Theodore al tiempo que se envolvían en un apasionado beso.
-Te amo, Ted, Theo, mi Theodore- susurró Neville, aumentando el ritmo.
Theodore ayudó a Neville tomándolo de las caderas, ayudándolo a subir y bajar.
-Te amo Nev- contestó.
-Ahmmmm, Theo…-gimoteó el león, mientras se derramaba en el abdomen de su novio.
-nmmm…sí…ah…- suspiró Theodore, corriéndose también.
Theodore se recostó en la cama con Nev sobre el, aún no salía del interior de su novio y la verdad es que no quería salir, se abrazaron con fuerza, Neville se acomodó en el pecho de su serpiente, Theo estiró una sábana y curbió sus cuerpos, pronto se rindieron a un profundo sueño, sin soltarse de su abrazo.
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Draco se levantó de la cama, eran las once y no podía dormir, se vistió con lo primero que encontró y bajó a la recepción, saldría a dar una vuelta a la playa.
-Tenemos reservaciones- dijo una voz familiar.
-¿Bajo que nombre?- preguntó Carol.
-Potter- contestó la voz.
Draco trató de restroceder pero fue tarde.
-¡Draco!- le saludó la dueña de la voz, Ginny se le acercó para abrazarlo por segunda vez en el día.
-Hola- contestó el con una sonrisa.
Cierto moreno de ojos verdes lo miraba con sorpresa, se acercó y le tendió la mano.
-Draco- saludó Potter, con la mano en el aire.
-Potter- correspondió el Malfoy estrechando esa mano sin ganas, Harry se sintió un poco herido al no ser llamado por su nombre.
-Dos veces en un día, debe ser el destino- comentó Ginny.
-Claro…- respondió Draco -¿Se hospedan aquí?-
-Sí- le contestó Harry, Malfoy evitaba esos ojos a toda costa -¿Tu también?-
-Sí, estoy aquí con mis amigos, mis padres y los padres de Pansy- respondió el rubio.
-¿Pensabas salir?- preguntó Harry.
-Iba…a dar una vuelta, pero creo que es mala idea- explicó el Malfoy, regresando sobre sus pasos para entrar al elevador.
Anthony, Harry y Ginny entraron con él al ascensor.
-Anthony, hola- le saludó Draco burlonamente.
-Hola señor- correspondió el botones.
-Anthony, ehm…la boda de mis amigos es mañana, ¿Te gustaría ir?- preguntó el Malfoy, el ojiverde disimuló su molestia, tomó a Ginny del brazo y entrelazaron sus manos.
-Oh, vaya…- murmuró el chico –Pues…claro señor, será divertido- contestó Anthony, sonriendo coquetamente.
-No soy señor, soy Draco- habló el ojiplateado, sonriendo.
-Claro, Draco- contestó Anthony.
-Aquí me bajo- anunció el Malfoy –Gusto de verlos, Anthony, mañana en a recepción a las cinco, ¿De acuerdo?-
-Sí, Draco- dijo el botones, regalando al rubio otra sonrisa coqueta.
