Tocó la mejilla de su compañero con las yemas de los dedos, sintiéndola suave y fresca, aproximó sus labios a la mejilla pálida, depositando un beso tenue, casi imperceptible, el que dormía a su lado abrió los ojos, esos ojos de plata, de luna, de mercurio y estrellas que lo volvían loco.
-Perdóname- dijo Harry, sonrojándose al instante –No quería despertarte-
-No te preocupes- respondió Draco, estirando su mano para poder acariciar el rostro de su amado moreno -¿Qué hora es?-
-Las nueve- respondió el Potter.
-¿Qué?- exclamó el rubio, levantándose de golpe de la cama -¿Por qué no me levantaste antes?-
El ojiverde se encogió de hombros –Me gusta verte dormir-
Una sonrisa sincera se dibujó en el níveo rostro de Draco, dejó de buscar en los cajones para acercarse a su Harry, lo besó suavemente en los labios.
-Te amo- dijo el Malfoy, abrazando al Potter.
-Yo te amo más- respondió el azabache –Anda, vamos a arreglarnos-
-Si no llegamos…Theo me odiará para siempre- gruñó Draco.
Después de que Harry y Draco por fin confesaran sus sentimientos todo cambió.
Ginny dio a luz a un niño, un bebé de cabellos oscuros y ojos zarcos, le dio por nombre James Sirius, en honor a los fallecidos James Potter y Sirius Black, pidió a Harry y Draco ser padrinos del pequeño Jaime, ellos aceptaron sin chistar, el bebé era muy lindo y creció con un profundo amor a sus padrinos.
Informar a los señores Malfoy sobre la relación que tenían Draco y Harry fue la parte más difícil, sorprendentemente ni Lucius ni Narcisa se negaron, les costó un poco acostumbrarse de ver a Potter como su familia política pero pronto le restaron importancia, mientras su hijo fuera feliz nada más importaba.
Potter y asociados fue vendido, pues Harry decidió que era hora de volver al mundo mágico, por supuesto llevó a Draco con él, compraron una bella mansión con hermosos jardines donde James corería cuando fuera un poco mas grande, todos los miembros de la empresa se unieron a Harry en su retorno al mundo mágico, Luna tuvo que revelar a su novio que era una bruja, Preston siguió a la Lovegood a un mundo que le era desconocido, Angie y George se dedicaron por completo a sortilegios Weasley, tuvieron una pequeña a la que llamaron Roxanne, tanto ella como su hermano Fred amaban pasar el día en la tienda junto a sus padres, Hermione y Ron tuvieron dos hijos, Hugo y Rose, Ronald comenzó a ejerecer como auror, Hermione trabajaba en el Departamento de Aplicación de la Ley mágica, Ginny se casó con un mago de nombre Jason Right, con el cual concibió otros dos hijos, Albus Severus y Lily Luna, Jason hubiera preferido que uno se llamara como él pero estuvo completamente de acuerdo en honrar a esas personas tan importantes para sus esposa, Blaise y Pansy regresaron también, la Parkinson logró emprender un negocio de ropa para mago con diseños muy suyos, Blaise le ayudaba en todo lo que podía, el matrimonio Zabini-Parkinson tuvo dos hijas, Brenda y Paula, con un año de diferencia, Brenda era tan blanca como su madre, pero había heredado los ojos dorados de su papá, Paula era de piel morena como Blaise, sus ojos eran tan azules como los de su madre.
Neville y Theodore también volvieron al mundo mágico, el Longbottom comenzó su propio negocio de ingredientes para pociones, el y Theo se encargaban de cultivar plantas y administrar el negocio, pero la pasión del Nott, la música, jamás quedó relegada, al principio solo tuvo un alumno, Fred II, con el que tenía un lazo muy especial, lo quería como a un sobrinito, pero el grupo creció pronto, cuando Roxanne tuvo edad se unió a las clases de piano, lo mismo pasó con Rose y Hugo, para cuando recordó, la hija mayor de Fleur y Bill Weasley, Victorie, se integró, las hijas de Blaise y Pansy también tomaban clases con el Nott, también James se unió, incluso Ted Lupin se unió al grupo.
Ese día los pequeños y Theodore harían un recital para los padres y los amigos, Draco sabía muy bien lo mucho que se esforzaba su amigo en enseñar a los niños, después de todo la pasión por el piano era un vínculo que Theo había compartido desde muy pequeño con sus padres, por eso ponía tanto empeño en enseñar.
Harry y Draco se aparecieron en la residencia Nott-Longbottom, una bonita mansión en el bosque, Theodore dirigió una mirada enfurecida al Malfoy, en la sala ya estaban todos, Neville y Theo habían quitado los sillones, poniendo sillas para sus amigos y ,en el centro de la sala, un piano negro estaba esperando ser tocado.
La primera en pasar fue Brenda, tocó “Para Adelina” con mucha soltura, le siguió su hermana Paula que tocó “Para Elisa”,de Beethoven, después de felicitar a las pequeñas, el recital continuó con James quien tocó “Let it Be”, de The Beatles, la siguiente fue Rose, ella tocó “Trouble” de Coldplay, Hugo siguió con “Hamburg Song” de Keane, Roxanne continuó con “Love story”, Victorie tocó una canción llamada “Bésame mucho”, Ted sorprendió con “claro de Luna” de Claude Debussy.
Fred II sonrió al llegar su turno, se acomodó en el banquillo y comenzó con el último movimiento de “La marcha Turca”, de Mozart, continuó con “Vals en do sostenido op 64 #2” de Frederick Chopin, dejando a todos con la boca abierta.
-Espera, Angie, aún no acabamos –dijo Theodore, deteniendo a su amiga que quería correr a abrazar a su pequeño.
Neville acercó a Theodore un estuche del cual el Nott extrajo un violín, el Longbottom traía además un acordeón, acercó una silla y se sentó el ella con el acordeón en las piernas, Theo puso el violín en su hombro.
-Este tango se llama “Por una cabeza”, mis tíos y yo trabajamos mucho en el, espero que les guste- dijo Freddy.
El primero en tocar fue Theodore, casi enseguida lo siguió Fred, Neville permanecía inmóvil esperando su entrada, Nott y Freddy hacían un gran trabajo, todos los presentes los miraban con asombro, la música era muy bella, Nev dio una gran bocanada de aire y comenzó con su parte, los tres tocaron excelentemente, la canción terminó casi tan rápido como empezó, los tres músicos se pusieron de pie, Freddy entre Nev y Theo, hicieron una pequeña reverencia.
-¡Bravo!- exclamó Angelina, orgullosa de su pequeño, ni siquiera hizo amago de esconder sus lágrimas, se acercó a Fred II y lo llenó de besos.
El resto de los invitados se puso de pie, comenzaron a felicitar a los chicos, todos lo habían hecho muy bien, pronto se mezclaron en pláticas amenas, sobre la escuela y los trabajos, la vida en casa y los berrinches de los niños.
-¿Sigues enojado?- preguntó Draco a su amigo Theo, el aludido resopló.
-No, pero ya me parecía que no llegabas- contestó el Nott.
-¿Y perderme tal espectáculo?, ni loco, lo hicieron genial- halagó el rubio.
La tarde pasó tan rápido, entre juegos y risas, que nadie notó que había anochecido hasta que Roxanne anunció que había pedido el deseo a la primera estrella, poco a poco los invitados se fueron marchando de la residencia Theo-Nev, los últimos en irse fueron Harry y Draco.
-Acuérdense de ir a la fiesta de cumpleaños de Draco- les recordó Harry.
-Claro, no nos la perderíamos por nada- habló Neville, recargándose en su Theo.
-Lo hiciste muy bien, Nevvie- elogió el Nott, Neville se sonrojó.
-Eres muy buen maestro- contestó el Longbottom.
-Eres muy buen alumno- dijo Theodore, rodeando a Nev por la cintura.
-Los dos estuvieron excelentes- argumentó el Potter, ganándose grandes sonrisas por parte de Neville y Theo.
-Yo creo que ya nos vamos, estoy cansadísimo- intervino Draco.
-Sí, nos vemos entonces en el cumpleaños de Draco- se despidió Harry.
La pareja al llegar a casa la pareja fue directo a la cama, disfrutaban enredarse en las sábanas, algunas veces haciendo el amor hasta caer rendidos, otras tantas solo a abrazarse y dormir juntos.
Draco se acomodó entre los brazos de su moreno, quien lo recibió gustoso, prodigándole besos y caricias, se acurrucaron en las sábanas, disfrutando estar juntos, sin decir nada, solo escuchando la respiración del compañero, el rubio se acomodó en el pecho de Harry, escuchando su corazón latir levemente acelerado.
-¿Te pongo nervioso?- preguntó el Malfoy medio en broma.
-Me haces infinitamente feliz- respondió el moreno, besando los rubios cabellos de su amor.
-Harry, hoy…al ver a todos nuestros amigos con sus hijos…me estba preguntando si…-
-¿Si yo hubiera querido tener hijos?- interrumpió Harry, Draco asintió –Bueno, no te mentiré, la verdad me hubiera encntdo tener un pequeño corriendo por la casa…-
-Siento mucho no poder…- hipó Draco, derrmando sinceras lágrimas las cules Harry secó con suavidad.
-Lo hemos hablado ya antes, no es culpa de nadie, Draco, es antinatura- consoló el azbache.
-Te mereces…-
-No, Draco, yo soy feliz contigo, con hijo o sin el, eres todo lo que quiero, ¿De acuerdo?-
El Malfoy sonrió ampliamente, se acercó a su Harry para besarlo en los labios.
-Te amo- dijo Draco, acurrucándose de nuevo en el pecho de su novio.
-Yo también te amo-
Al día siguiente Harry y Draco se levantaron muy temprano, empezaron a arreglar la casa, recibieron a cinco elfos domésticos que se encargarían de hacer la comida (Por supuesto, Hermione les advirtió que debían tratarlos con respeto), pronto comenzaron a llegar los invitados, los señores Malfoy se presentaron felices, tomados de la mano, ambos saludaron a Harry con mucha calidez.
Los mas esperados fueron Luna y Preston, el matrimonio tenía dos gemelos, Lorcan y Lysander, la Lovegood trabajaba como investigadora, descubriendo varias criaturas mágicas, su esposo, Preston, seguía con su trabajo de siempre, por razones del trabajo de Luna, debieron mudarse a Bulgaria dónde mantenían estrechos lazos de amistad con Viktor Krum, llegaron contando que Viktor se había casado con una mujer llamada Ivet Dimitrov con quien había concebido cinco hijas, Viktoria, Raina, Elitsa, Katerina e Ivana.
-¿Y todas juegan quidditch?- preguntó Draco, sorprendido.
-Todas- respondió Preston –Y son fantásticas-
-Incluso Ivet juega- comentó Luna.
-Saluden mucho a Viktor- habló el Malfoy.
-¡Hora de los regalos!- exclamó Hermione, la castaña y su esposo empujaban una mesa repleta de paquetes con brillantes envoltorios.
-¡Felicidades, tío Draco!- dijeron los niños al unísono, acercándose a besar y abrazar a su “tío”.
El rubio fue abriendo los regalos de uno a uno, todos muy buenos y finos, pues siendo un Malfoy estaba acostumbrado a recibir lo mejor, Harry tragó saliva cuando llegó su turno.
-¿Qué me compraste, Harry?- preguntó el slytherin, sonriendo tímidamente a su novio, Potter fue a buscar algo en un cuarto contiguo.
Harry se sonrojó hasta las orejas al regresar con un pequeño gatito siamés, el felino llevaba un moño rojo en el cuello, el gato de Harry, Luke, había muerto hacía varios años, Harry se sorprendió haciendo cuentas, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que él y Draco habían confesado su sentir en la playa?... 25 años, de repente Harry se sintió viejo.
-Es tan lindo- dijo Draco, tomando al gatito entre sus brazos.
-¿Cómo vas a llamarle?- preguntó Angie, acariciando al gato que ronroneaba.
Draco y Harry se miraron sonrientes, con gesto de complicidad.
-Anakin- contestó el rubio, el y su pareja no pudieron contener una risita, sus invitados los miraban sin entender.
La fiesta continuó en la casa, pronto empezó a sonar música y todos empezaron a bailar, los niños jugaban en el jardín, Draco estaba sentado en un columpio, viendo a los pequeños divertirse, Harry ocupó el columpio junto a él, comenzando a mecerse con gesto infantil.
-¿Te diviertes?- preguntó el Malfoy burlón.
-¿Tu te diviertes?- preguntó Harry, sin dejar de mecerse.
-Sí, muchísimo- respondió Draco, empezando a columpiarse el también.
-Te hubiera regalado algo diferente si tan solo me dijeras que es lo que quieres para tu cumpleaños- al decir esto,Harry detuvo el columpio, su mirada se clavó en el suelo –Quiero darte lo mejor, algo que te guste y te haga feliz-
Draco dejó de mecerse.
-¡Chicos, a cenar!- gritó Herms desde la puerta, los niños corrieron a la casa, la castaña sonrió a la pareja y les dio un poco de privacidad.
-Me gustó mucho tu regalo, amor- dijo el rubio, para después besar la cicatriz en la frente del moreno.
-Han pasado tantos años…- suspiró el Potter –hice cuentas, Draco, 25 años juntos, me da miedo… ¿Nunca te cansas de mí?-
El Malfoy rio con soltura.
-Si, Harry, a veces me canso, a veces quiero huir, a veces…simplemente no quiero verte-
Los ojos verdes del azabache se inundaron en lágrimas casi al instante, Draco se arrodilló frente a Harry, limpió las lágrimas del moreno con el dorso de la mano.
-Escúchame, Popotter- Harry rio ante el mote de su adolesencia –Todo eso…es parte de estar enamorado, tan enamorado como yo lo estoy de ti-
-Tienes razón- cedió el Potter, acercándose para besar los finos labios de su rubio, -Mejor entrar a la casa-
El Malfoy asintió y se puso de pie, Harry lo imitó.
-Por cierto…no quería nada de cumpleaños- comentó el ojiplata, mientras caminaban a la casa.
-¿Nada?-
-No…- dijo el sly, deteniéndose, abrazó a Harry y le susurró al oído: -Yo ya tengo lo que quiero, a ti-