Harry estaba de mal humor, de muy mal humor, después del incidente que tuvo Ginebra con Parkinson, había decidido hablar muy seriamente con ella, pero la muchacha pelirroja se puso a la defensiva.
-¿Por qué rayos hiciste eso?- le había preguntado Potter –Tuvimos suerte de que no te haya reconocido nadie, si se enteran que un miembro del equipo de Potter y asociados anda haciendo esos desfiguros…-
-¡Ay, ya déjame en paz!- le gritó Ginny, interrumpiéndolo -¿Quién carajo te crees que eres para hablarme así?-
-Gin, cálmate, lo único que yo…-
-¡Cállate, jodido impotente!-
Y lo había hecho, había tocado “ese” tema, los dos se quedaron estupefactos, Ginny por haber dicho aquello en voz alta, Harry por haber escuchado ese insulto al fin, sabía que el carácter explosivo de Ginebra alguna vez lo sacaría a relucir.
-Harry, yo…disculpa, de verdad…- murmuró la Weasley, completamente sonrojada.
-Olvídalo Ginny, no importa- había dicho el de los ojos esmeraldas, con la voz temblorosa, se maldijo a si mismo por demostrarse tan débil.
-En serio, no debí…-
-He dicho que no importa- Potter con voz mas firme –Olvídalo, déjame solo-
Se había quedado entonces solo, buscó desesperado sus discos de Chopin, Beethoven, Vivaldi, Mozart, pero no encontró ninguno, recordó que los había olvidado en casa y se maldijo a si mismo por segunda vez en el día, rebuscó en los cajones desesperado y encontró unos cuantos discos de Oasis que le había regalado Hermione, prefiriendo no estar en silencio, los puso en su stereo, pronto se encontró tarareando “Wonderwall”, tratando de relajarse, estaba canturreando “Because maybe you’re gonna be the one that saves me” cuando entró George a la oficina, visiblemente agitado, le explicó que había habido un accidente en el edificio, una maquinaria que se salió de control y que golpeó la estructura, dañando un par de pisos, por suerte no hubo pérdidas humanas, pero ahora tendrían que reconstruir desde cero esos pisos, los gastos serían mayores.
-¿Seguro que estás bien?- Le había preguntado el chico Potter al gemelo.
-Bien, bien, lo que está jodido es el edificio- le contestó George, suspirando.
Ahora Harry conducía su BMW para entrevistarse con los ex propietarios del edificio, esperando no tener que enfrentar más problemas.
----------------------------------------------------
Ese día Draco se levantó de un humor excelente, pese a que solo había dormido cuatro horas, su sueño había sido reparador y muy profundo, se vistió e hizo el desayuno, como siempre esperó a sus dos amigos y desayunaron juntos.
-Te ves muy contento hoy- observó Blaise, a lo que el joven Malfoy asintió.
-Me siento feliz- confesó, encogiéndose de hombros.
-Al menos uno de nosotros es feliz…- murmuró Theo, pero ninguno de sus amigos se dio cuenta de ello.
Después del desayuno cada quien se fue a trabajar, Draco recogió a los perros y salieron a dar vueltas al parque, por suerte Cookie* y Lolita* estaban muy calmados hoy, dio varias vueltas y regresó al edificio, bañó a todos los animales, los perfumó y fue a entregarlos a todos los dueños, le pagaban veinte dólares la hora, paseaba a diez perros y los cuidaba por tres horas, lo que daba un total de seiscientos dólares, paseaba a los canes solamente los lunes, seiscientos dólares por semana no estaba nada mal, pero tratándose de mantener a cuatro personas, un penthouse y un apartamento resultaba casi raquítico.
El resto de la semana Draco se encargaba de la casa, de mantener todo limpio y en orden, de preparar la comida, de ir a pagar las cuentas, hacer las compras, lavar la ropa, mandar reparar algo, cualquier cosa que se necesitara, su ritmo de vida era acelerado pero el de sus amigos mas, así que procuraba mantener todo en perfectas condiciones. Esa tarde iría a lavar la ropa, suya y de sus dos amigos (Pansy se encargaba de la suya), cargar casi treinta kilos de ropa durante ocho cuadras no era tan fácil, después tenía que regresar a casa y planchar toda la ropa, terminaba a las cuatro de la tarde de alistar todo, después preparaba la comida, lo cual le tomaba una hora, inmediatamente salía a buscar a Pansy al trabajo y esperaban a que dieran las seis para que llegaran Theo y Blaise, casi no quedaba tiempo para descansar.
Draco se estiró con pereza, estaba sentado en una de las bancas de la lavandería leyendo una revista vieja, recargó su cabeza en el respaldo y miró al techo, estaba cansado, muy cansado, vio que el ciclo de lavado había terminado, sacó la ropa y la metió a la secadora, tomó otra carga mas de ropa sucia, la introdujo en la lavadora, agregó el jabón y la puso en marcha, era la última carga.
Tal vez, después de todo si sería un día pesado.
-------------------------------------------
Ahora Harry no solo estaba de mal humor, estaba enojado, muy enojado, la reunión con los ex propietarios no había salido como el deseaba, aquellos diez viejos se pusieron roñosos, recordándole que habían accedido a venderle el edificio si lo mantenía en pie, pero con lo del accidente no estaban para nada contentos, ¿Acaso no entendían que aquello había sido un jodido accidente?, no quiso seguir discutiendo, se disculpó de mil maneras y les prometió una invitación para cada uno y sus familias para la cena de navidad que organizaba Potter y asociados, solo así pudo callarles la boca.
-Espera a que Nev se entere de esto- le dijo Ronald, al salir de la reunión.
-Oh, Dios, ni me lo recuerdes…tu se lo vas a decir- habló Harry, y después salió lo mas rápido que pudo del estacionamiento, ignorando por completo a Ron.
Eran ya las ocho de la noche y pasadas, no tenía ganas de volver a casa con Luke, condujo sin rumbo fijo hasta llegar a un bar, entró y decidió tomar un poco, relajarse, el se lo merecía ¿Cierto?, su vida no era para nada sencilla, merecía un respiro.
--------------------------------------
Esa noche no había tantos clientes como esperaban, había mucha gente, si, pero no como de costumbre, de todos modos ninguno de los tres ex slyhterin se desanimó, realizaron las coreografías como siempre, y lucieron muy sexys el disfraz de la noche (pirata).
Todo iba perfectamente hasta que dieron las diez, salieron a bailar como de costumbre y Draco pudo distinguir dos bellos ojos esmeralda entre la multitud, el maldito Potter había ido de nuevo, sin prestarle la menor atención, continuó con el espectáculo, después de terminar la coreografía se retiró tras bambalinas con sus dos compañeros.
-¿Viste a Potter?- le preguntó Blaise, algo cabreado.
-Lo vi- afirmó Draco
-Pues olvídenlo, hagan como si no lo hubieran visto, ¿De acuerdo?- Habló Theo, en su tono de padre regañón.
-Si, mami- respondieron burlones Blaise y Draco.
Los tres muchachos fueron a ocupar los cuartos que utilizaban para los privados, la habitación era individual así que se separaron, Draco entró al cuarto que ya conocía desde hacía dos años, constaba de un par de sillones de dos plazas de piel negra, las paredes estaban tapizadas de un color azul oscuro, el piso era de madera, junto a los sillones había una mesa de cristal con copas y champagne, las luces estaban bajas para proporcionar un ambiente de intimidad, había un par de cuadros en las paredes, se sentó en uno de los sillones a esperar.
------------------------------------------------------
No supo exactamente por que había terminado ahí, pero ya estaba adentro, vio a Malfoy y a sus amigos realizar el baile, tenía muchas ganas de platicar con el joven rubio, muchísimas, pero no vio la manera de acercarse, después de todo se encontraba trabajando y el sabía la situación tan difícil que atravesaba, así que decidió no interrumpirle, esperó a que se retiraran y se acercó a un tipo del staff.
-Oiga, disculpe, necesito ver a uno de los bailarines- le dijo, estuvo a punto de ofrecerle un billete al tipo cuando este lo tomó del brazo y lo condujo con una mujer muy guapa, de unos treinta años.
-El señor quiere un privado con… ¿Con quién?- le preguntó el sujeto, Harry no supo como reaccionar.
-Con el chico de cabello rubio, creo…-
-Oh, el joven Malfoy, tiene usted muy buen gusto- habló aquella mujer –Me llamo Kate, cualquier cosa puede dirigirse a mi, ¿de acuerdo?, serán cien por el privado-
Harry extendió el dinero a Kate, ella lo tomó y lo acompañó hasta una puerta blanca.
-Draco está en ese cuarto, le aseguro que no se arrepentirá de haberlo escogido- dijo Kate, marchándose, dejando a Harry solo e inseguro delante de la puerta.
-Bueno…- dijo para si mismo –Supongo que podré hablar con el-
El joven Potter giró la perilla y entró, cerrando la puerta tras de sí, pudo ver a Malfoy sentado en un sillón de cuero, bebiendo champagne y comiendo fresas, el muchacho de ojos grises se turbó al verlo, frunció el ceño y estuvo a punto de lanzarle un improperio, pero de repente ablandó el gesto y sonrió a Harry seductoramente.
-Siéntate- le dijo, con voz susurrante, Harry sintió que el corazón se le salía por la boca.
-------------------------------------------------------
Potter obedeció a su orden y se sentó junto a el, no iba a darle el gusto, dos podían jugar el mismo juego, sintió a Harry tensarse a su lado, Draco sirvió otra copa y la ofreció al de los ojos esmeralda.
-Gracias, yo…-
-Shhht- le silenció el rubio, poniendo una fresa en los labios del niño-que-vivió –Abre la boca-
Harry se sintió realmente estúpido e incapaz, simplemente hizo lo que aquel muchacho de ojos grises le ordenó, abrió la boca y una fresa fue depositada en ella.
-¿Te gusta?- le preguntó el heredero Malfoy.
-Si- contestó Harry, tragando la fresa, luego dio un sorbo a su copa de champagne.
Draco apartó su copa, dejándola en la mesa de cristal, se puso de pie frente a Potter y se quitó el saco de su disfraz.
-o…o…oye, Malfoy, no me malentiendas, yo…-
-¿Siempre hablas tanto?- le gruñó Draco, comenzando a bailar sensualmente, se sacó la camisa lentamente, desabrochando cada botón con parsimonia, después se acercó a su cliente, tomó la mano de éste y la posó en sus duras abdominales.
-Ah, yo, eh…- masculló Harry, sin poder evitar que su mano recorriera aquel torso tan bien formado, Draco notó la caricia de Potter y se sintió un poco extraño, pero aún tenía ganas de seguir, dio la espalda al ex gryffindor, y se quitó los pantalones agachándose, asegurándose de que su trasero quedara muy a la vista.
-¿Lo hago bien?, ¿Te excito?- Preguntó el joven de ojos grises, el chico Potter estaba absorto ante tan sensual espectáculo, quería decirle que era un malentendido, que el no había ido a eso, pero no podía, simplemente no podía.
-Sss…s…si- contestó el de ojos verdes, atrayendo el cuerpo semidesnudo de Malfoy, el chico rubio se dio la vuelta para darle la cara a su cliente, tomó las manos de Harry y las puso en sus caderas.
-Quítame el boxer- le ordenó, pero Potter no lo hizo, deslizó sus manos temblorosas por las piernas del chico rubio, luego volvió a subir a las caderas, Draco comenzó a irritarse.
-Ok, me lo quito yo- el heredero Malfoy retrocedió para poder sacarse la ropa interior, pero pasó algo que lo dejó desconcertado, Potter pareció reaccionar, y al verle a punto de desnudarse por completo salió corriendo del cuarto.
-----------------------------------------------
¿Qué rayos había pasado ahí adentro?, ¿Por qué había dejado a Malfoy desnudarse?, ¿Por qué no lo detuvo?, ¿Por qué e quedó mirando como idiota?
-¿Por qué salí huyendo cuando se iba a quitar el boxer?- se preguntó Harry a si mismo, recargado en el volante de su auto, tratando se asimilar todo lo ocurrido.
De repente sintió un extraño tirón en los pantalones, volvió su vista extrañado y sintió aquello de nuevo, casi lanza un grito cuando se percató de lo que pasaba.
-Por…Merlín…- susurró el joven Potter al ver la tremenda erección que luchaba por salir de sus pantalones, casi inconcientemente dirigió una de sus manos a su endurecida entrepierna, tocó con suavidad la cabeza del pene y…. –Ahhhhhhhhhh…- gimió.
Sintió el preseminal fluir y empapar sus boxers y sus pantalones, de haberse tocado un poco más seguramente se hubiera corrido, apretó los puños y sintió sonrojarse completamente.
-Debí ir a casa con Luke- se lamentó Harry, arrancando el auto.
-----------------------------------------------
Draco hizo lo que hacía todos los días, se levantó, preparó el desayuno, esperó a sus dos amigos y se quedó solo, ese día no tenía trabajo, así que puso manos a la obra, lavó los baños, la tina de hidromasaje, limpió muy bien la cocina, arregló el cuarto de Blaise, Theo y el suyo, aspiró la alfombra de la sala y los sillones, lavó los platos y limpió el refrigerador, lo hizo todo casi automáticamente, como si fuera un robot, se sentía desconectado, fuera de lugar, y todo por culpa de Potter.
-Idiota- masculló Draco, volviendo a guardar la comida en el refrigerador, comprobando lo que faltaba y apuntándolo en una libreta.
Al mirar el reloj se dio cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo, se encaminó enseguida a buscar a Pansy, los dos fueron juntos y en silencio a casa.
-¿Qué te pasa?- le preguntó su amiga, ya en el penthouse.
-No se, Pans, son muchas cosas- suspiró Draco, encaminándose a la cocina para empezar a preparar la comida.
-Anda, cuéntame, te sentirás mejor- le animó la chica Parkinson, Draco lanzó otro suspiro.
-Está bien, pero ten cuidado con ese cuchillo- cedió el joven Malfoy.
--------------------------------------------
Potter se levantó con una resaca terrible, Luke estaba bien acomodado a su lado, acurrucado contra el pecho de su amo.
-Hey, flojo, a levantarse- dijo Harry a su hermoso gato de Angora Turco, acarició a Luke mientras el animal se estiraba perezosamente.
Potter se levantó de la cama y fue a desayunar, sentía que la cabeza le iba a explotar así que tomó un par de aspirinas, se sirvió leche y cereales y además acercó una botella grande de agua, después de comer se dirigió a su habitación, abrió su enorme closet y rebuscó, separó una camisa blanca de mangas largas, corbata negra y lisa, un pantalón de vestir y en vez de saco una chaqueta de cuero, zapatos y cinto negro.
Se metió en la bañera con agua caliente y sales relajantes, el aroma a lavanda lo relajó, trató de no pensar en lo que había pasado anoche pero fue imposible, inevitable, el recuerdo de esas abdominales duras como el acero, los bíceps bien formados y las piernas torneadas ocupó su mente, esa manera tan sensual de moverse y…la manera en que Harry se había excitado.
Entre el agua espumosa pudo distinguir su erección, dura, palpitante, comenzó a frotarse lentamente, primero pensando en Ginny, jadeante y sonrojada, en sus muslos blancos y abiertos para el…luego pensando en Draco y su sensual baile, en Draco y su cuerpo prefecto, en sus ojos grises, su piel suave y clara, su rubio cabello, se lo imaginó empapado de sudor susurrando su nombre “Harry…Harry…Harry…”
-¡Harry!- Dijo para si, y dejó de masturbarse, sintiéndose insatisfecho -¿Qué rayos te pasa?- la verdad no lo sabía.
----------------------------------------------
-¿De verdad?- le preguntó Pansy, sentada frente a el, ya habían terminado de preparar la comida, solo estaban esperando a que llegaran Theodore y Blaise.
-De verdad, Pans- reafirmó Draco.
-¿Y cómo te sentiste…bailándole?- el muchacho Malfoy se sonrojó ante esa pregunta.
-Igual que con todos los clientes- mintió, la verdad era que se había sentido…raro, incluso excitado –Pero fue incómodo-
-Vaya…- murmuró Pansy, pero no se había creído la respuesta de Draco -¿Y que piensas hacer?-
-Nada- respondió el de los ojos grises –No voy a hacer nada-
-¿Entonces por que te molesta?- preguntó Pansy, juguetona.
-No lo se, Pans, por Merlín, no tengo idea-
-Ok, pero no te enojes- se defendió la morena, riendo.
Justo en ese momento la puerta del penthouse se abrió, dando paso a dos muchachos agotados, el joven italiano enseguida se acercó a donde platicaban Pansy y Draco, se sentó junto a su novia y la saludó con un beso en los labios.
-Hola amor- dijo Pansy, sonriendo.
-Hola preciosa, estoy agotado- habló Blaise, abrazándose a su novia.
Theo en cambio prefirió excusarse.
-No tengo hambre- les dijo.
-¿Comiste basura o que?- le bromeó Blaise, juguetón, todos rieron.
-Algo así, solo quiero dormir… ¿Me pueden ir a despertar mas tarde?- pidió Nott, encaminándose a su cuarto.
-Claro- dijo Draco.
De haberse tomado un segundo en observar, los tres hubieran notado las lágrimas inundando los ojos de su amigo, pero nadie se dio cuenta.
------------------------------------
Habían tenido una junta de emergencia, por el accidente en el edificio y la reacción de los antiguos dueños, discutieron por un largo rato las consecuencias que tendría aquello y la inminente necesidad de aumentar los precios, tomaron la decisión que les pareció mas correcta, Harry notó que Ron no le mencionó a Neville lo de las invitaciones extras, al salir de la sala de juntas Harry se acercó a Ronald y le murmuró.
-No le dijiste nada, te recuerdo que yo no le daré esa noticia a Nev-
-No quiero decirle nada hasta después del ensayo- se justificó el pelirrojo.
-¿Ensayo?- preguntó Harry, dudoso.
-Por favor, estás bromeando- habló el Weasley, pero al ver que la expresión de desconcierto en la cara de su amigo se alarmó –En serio Harry, dime que estas bromeando, estas bromeando, ¿verdad?-
-No…- contestó Potter, negando con la cabeza.
-El ensayo de la boda es esta noche, Harry, en nuestra casa, mas te vale asistir- aclaró Ronald en tono severo.
-Por Merlín, lo había olvidado por completo…- lamentó el de los ojos esmeraldas
-¿No habrás olvidado que vas de padrino de anillos?- reprendió el pelirrojo.
-Claro que no, soy distraído no estúpido-Se quejo Harry, pues se las había arreglado para poder conseguir un par de alianzas muy especiales.
-Ya, ya, discúlpame, exageré, pero no puedes faltar Harry-
Los dos amigos se dirigieron cada quien a su oficina sin decir más.
---------------------------------------------------------
El joven rubio se dirigió a la habitación de su amigo Theo, abrió la puerta lentamente, tratando de no hacer ruido, encontró al Nott profundamente dormido, abrazado a una de sus almohadas de satín negro, se le veía tan en paz que se sintió ligeramente mal al despertarlo.
-Theo…- le llamó, moviéndolo para que se levantara.
-¿Mmmmmh?- masculló el muchacho.
-Son las ocho, Theo, hay que alistarnos- insistió Draco, moviendo con un poco más de fuerza a su amigo.
-Ya, ya me levanto- contestó Theo, levantándose de la cama y apartando la almohada –ve y despierta a Blaise, por favor-
Draco salió de la habitación de su amigo, supuso que se encontraba de mal humor por que lo habían despertado, entró entonces al cuarto de Blaise, la cama del moreno estaba cubierta por ese edredón que a Pansy tanto le molestaba, Blaise estaba acostado boca arriba roncando.
-Hey Blaise- le llamó Draco, moviéndolo bruscamente.
-¿Qué?- gruñó el italiano.
-Ya es hora de ir a trabajar, vamos- dijo el Malfoy, haciendo que la serpiente italiana se cayera de la cama.
-¡Idiota!- vociferó Zabini, mientras Draco salía de la habitación corriendo.
En la sala se encontraba Pansy, estaba recostada en uno de los sillones dormitando.
-Pans, si quieres ve a mi habitación- Dijo Draco desde el comedor, sirviéndose un poco de jugo.
-No, no te preocupes, ya me iba de todos modos- aclaró la muchacha morena, incorporándose y alisando su ropa –nos vemos, despídeme de Theo y Blaise-
-¿Segura que no te quedas a dormir?-
-Oh no, no podría molestarlos, tú sabes…Blaise y yo en la misma habitación…quiero dejarlos dormir en paz- comentó Parkinson divertida –Se merecen un descanso-
El joven de ojos grises acompañó a su amiga a la puerta y la despidió con un beso, unos minutos mas tarde sus dos compañeros estaban ya alistados para salir.
------------------------------------------------
La casa que compartían Hermione y Ron era amplia y bonita, habían decorado todo de forma elegante y los muebles también eran de muy fino gusto, Harry llegó al ensayo sin saber muy bien que hacer, en la gran sala encontró a los invitados, solo amigos cercanos y la familia de los novios, Harry se acercó a saludar a toda la familia Weasley, luego saludó a los padres de Hermione, después saludó a Neville, Luna y a Ginny, planeaba ir a hablar con los novios cuando apareció otra persona.
-Potter, buenas noches, ¿Cómo te va?- le dijo aquel hombre, Paulo, el extranjero hablaba con un marcado acento.
-Muy bien, gracias- contestó el de los ojos esmeraldas, tratando de no parecer cortante.
-Que bien por ti- agregó el carioca, rodeando a Ginny por la cintura.
-Discúlpenme, quiero saludar a los novios- excusó Harry, caminó hasta Ron y Hermione hecho una furia.
-¿Qué te pasa hermano?- le preguntó Ronald, tomando una copa de vino de una mesa para ofrecérsela a Harry, quien le dio un buen trago.
-Es ese estúpido novio de tu hermana- siseó Harry entre dientes –No me lo soporto-
Hermione rodó los ojos con fastidio –Pareces un niño, por favor madura-
------------------------------------------------
Regresaban a los camerinos después del primer baile de la noche, vieron que había muchísima clientela, lo tres recibieron bastantes “propinas”, fácil tenían cien cada uno, el disfraz de la noche era de bombero.
-¡Nos fe de maravilla!- exclamó Blaise, volviendo a contar el dinero, sus dos amigos asintieron.
-Si sigue así toda la noche yo creo que podremos darnos un pequeño lujo esta navidad- comentó Draco, sonriendo.
-Ojala…- suspiró Theo.
Blaise y Draco miraron a Theo con preocupación, algo iba mal, estaban seguros.
-¿Qué pasa, Theo?- preguntó Blaise.
-Nada, no pasa nada- contestó Nott, tratando de distraerse poniéndose de nuevo el disfraz.
-¿En serio?- le insistió el heredero Malfoy.
-En serio, chicos, muy en serio, solo estoy cansado, es todo-Theo forzó una sonrisa para sus amigos –Pero volviendo al tema de lo de navidad…quisiera que le compráramos algo lindo a Pans, ¿Están de acuerdo?-
-Claro- habló Zabini.
-Sí, pero ahora a trabajar- agregó Draco, mientras los tres se vestían.
-------------------------------------------
El chico Potter se paseaba por aquel lugar como perdido, habían ensayado la ceremonia y después de eso se dispersó todo el mundo, se suponía que después habría una cena pero supuso que había problemas, recorrió la sala con una copa en la mano sin mirar a nadie en particular hasta que su amiga Luna se le acercó.
-Una hermosa velada, ¿no crees?- Preguntó Luna, que lucía un vestido negro y durazno, con una especie de falda aglobada, el diseño era extraño pero a la rubia le venía muy bien.
-Hermosa y desorganizada- ironizó el joven Potter.
Luna rió de buena gana.
-No los culpes, están tan ocupados poniéndose melosos y siendo felices que…-
-¿Y tu, Luna?- le interrumpió Harry -¿Estas ocupada con alguien poniéndote melosa y feliz?-
La chica Lovegood sonrió de medio lado y dijo: -¿Te me estás insinuando, Harry Potter?-
-Oh no, me malinterpretas querida- susurró Harry, apartando uno de los mechones de cabello que habían ido a parar a la frente de Luna, luego le acarició la mejilla juguetón –Eres una hermana para mi, no acostumbro el incesto-
-Bueno, pues perderías tu tiempo-
Luna Lovegood se apartó de Harry dejándolo con una enorme sonrisa en los labios, Hermione se acercó a el con cara de preocupación.
-Ay Harry, esto es un desastre- gimoteó la castaña.
-¿Qué pasa?- le preguntó su amigo ojiverde en tono conciliador.
-Los meseros, no pudieron venir todos los que pedí, solo hay tres y están alistando la mesa en este momento, Harry, hemos sido amigos durante toda una vida y…-
-¿Qué quieres que haga?- le interrumpió el Potter, a la muchacha castaña se le iluminó el rostro.
-Te adoro, ¿lo sabías?, bien, por favor ve a la cocina, en la mesa hay una bandeja con canapés, llévalos al comedor-
Harry solo asintió sin decir nada, se dirigió a la cocina evitando a la gente, asomó la cabeza y divisó la bandeja que Hermione había indicado, entró y la tomó, pero al voltear la dejó caer de lleno al piso.
Ginny estaba ahí, sentada en una de las barras de la cocina, con su vestido morado levantado y las bragas tiradas en el suelo, entre sus piernas blancas y largas estaba Paulo, con el pantalón en los tobillos y el boxer un poco abajo, Ginebra lo abrazaba con fuerza y lo acercaba a su cuerpo, ambos estaban completamente empapados de sudor, extáticos, ni siquiera advirtieron su presencia, aún después de haber dejado caer la bandeja y ocasionar un gran ruido, el joven Potter se quedó inmóvil, Ginny abrió los ojos y lo miró.
-Oh, por Merlín, ¡Harry!- exclamó la pelirroja completamente sonrojada, apartó al brasileño con brusquedad, pero Harry pudo ver claramente como el carioca salía de Ginny, sintió ganas de vomitar y fue lo que hizo, se acercó al lavabo y vomitó, no se dio cuenta en que momento empezó a llorar.
-Harry… ¿Estás bien?- preguntó la Weasley, acercándose con preocupación a su ex novio que palidecía, trató de acariciarle la espalda pero Potter se apartó.
-No…-murmuró el niño de oro –No, no me toques, yo…perdóname-
El niño-que-vivió se alejó corriendo del lugar, con los ojos anegados en lágrimas, escuchó a Ginebra gritar su nombre, escuchó a Hermione gritar su nombre, escuchó su nombre muchas veces pero no se volvió, solo quería huir.
---------------------------------------------
Draco entraba a los camerinos, ya eran las doce, y Potter estaba ahí…de nuevo.
-Oigan, ¿Vieron a Popotter ahí afuera?- preguntó Blaise.
-Si, pero ya les dije que lo ignoren…- remarcó Theodore, en tono de fastidio.
-¿Creen que se haya enamorado de alguna de las bailarinas?- bromeó el italiano, Draco rió forzadamente.
-Si, seguramente es eso, bueno, me voy…-
El heredero Malfoy casi corrió a la habitación de los privados, Potter estaba ahí, Potter seguramente pediría verlo, sentía el corazón latirle desbocado, estaba nervioso, muy nervioso… ¿Por qué?, ¿Por qué se ponía así?, era solo el estúpido de Potter, el imbécil al que molestó durante seis años seguidos en Hogwarts, no había razón para ponerse así…y sin embargo estaba nervioso, se sirvió una copa de champagne, un buen cristal y la tomó de golpe, luego se sirvió otra.
Comenzó a dar vueltas como león enjaulado, escuchó pasos por el pasillo, luchando por calmarse se sentó en el sillón y esperó.
-------------------------------------------------
Esta vez no tuvo duda, se dirigió al lugar indicado, pagó y entró solo, recorrió el pasillo lleno de luces fluorescentes hasta dar con la puerta blanca, la abrió y encontró una escena similar a la anterior, Draco estaba sentado sobre uno de los sillones, solo que esta vez no comía fresas y su copa estaba vacía, usaba un disfraz de bombero.
-Potter, ¿otra vez por estos rumbos?-Le gruñó Draco, Harry se sentó junto a el y el joven Malfoy captó el mensaje, se puso de pie frente a su cliente.
-Hazlo- ordenó el Potter.
-Vaya… ¿Esta vez no vas a correr?- se burló el de los ojos grises.
-Solo hazlo-
Draco no dijo más, había tenido clientes que se ponían peor, comenzó a bailar, primero quitándose lentamente el saco, jugando con el un rato, luego jugueteó con los tirantes del pantalón, quitándoselos con parsimonia, después haló de sus pantalones, quedando solamente en boxers, botas y el casco.
-¿Me lo quito?- le preguntó a Harry, libidinosamente, el ex gryffindor asintió.
Malfoy rió ácidamente, se quitó los boxers sin decir nada, Potter lo miraba como embobado, empezaba a sentirse incómodo.
-Bueno, ya te…- las palabras del ojiplata se le ahogaron en la garganta al sentir la caricia de Harry en su miembro.
-No hables- Harry continuó acariciando aquel miembro flácido hasta que se endureció, Malfoy reaccionó.
-¿Qué mierda te pasa?- exclamó, usando el casco para tapar sus genitales -¿Te has vuelto loco?-
-Para nada, hoy me siento mas cuerdo que nunca- al decir esto el joven Potter estiró a Draco para sentarlo a su lado, no le costó mucho mandar el casco a volar y siguió acariciando el miembro erecto de Malfoy.
El ex slytherin quería detenerlo, apartarlo, insultarlo y llamar a seguridad, pero las caricias que le prodigaba el niño de oro eran deliciosas, se sentía demasiado excitado para reclamar.
-¿Qu…ahhhh…que…que es lo queeehh quieres?- farfulló Draco, entre gemidos.
-Quiero saber como es, como se siente…- confesó Harry, sintiéndose patético, tenía veintitrés años y era virgen.
Draco se sintió enfurecer, el idiota de Potter solo tenía “curiosidad”, saber como era el “otro lado”, pues bien, tendría lo que deseaba, el muchacho Malfoy no era un inexperto, había tenido experiencias sexuales con chicas, pero también con hombres, para ser mas específicos: con Theo y Blaise, eran amigos, si, de toda la vida y eso, pero habían “experimentado” con sus cuerpos en un par de ocasiones, así que Draco sabía como hacerlo con un hombre.
Sin más ni más, apartó a Potter, quien se quedó atónito, estuvo a punto de hablar pero el Malfoy no le dio tiempo, sentándose a horcajadas encima del niño de oro, buscó con la mano la entrepierna del Potter, sintió la erección bajo la tela, hábilmente abrió los pantalones y apartó el boxer para liberar el miembro de Harry, lo miró por unos segundos antes de comenzar a acariciarlo, sintió a Potter languidecer bajo su cuerpo, pero las manos del moreno se aferraron a los hombros de Malfoy mientras este le masturbaba con mano experta, el ojiverde sintió derretirse, el preseminal resbaló por su miembro, entonces Malfoy dejó de tocarlo.
-Entonces lo sabrás…- dijo el rubio, levantando sus caderas, con una mano se apoyó en los hombros del león y con la otra guió el pene de su cliente a su entrada, empezó a introducirlo despacio al tiempo que bajaba las caderas.
-Oh, Merlín…esto es…-gimió Harry, abandonado por completo a las sensaciones, abrió los ojos para encontrarse con un gesto de dolor por parte del Sly -¿Te duele mucho?-
-¿Y a ti que?- gruño Malfoy, pero Potter no le prestó atención a su desdén, no quería lastimarlo, sin saber muy bien lo que hacía tomó el olvidado miembro del striper y comenzó a masturbarlo.
-¿Mejor?- preguntó el león, mientras acercaba sus labios al níveo cuello de Draco.
-Sss…sí- contestó el rubio, se aferró a Potter tomándole de los hombros con ambas manos y en un brusco movimiento hundió el pene del gry en su interior, los dos gimieron con fuerza, se quedaron así por un rato, invadidos por las sensaciones de placer y dolor, el Malfoy comenzó a moverse con lentitud, buscando que la virilidad de su cliente tocara ese punto especial, Potter posó sus manos en las caderas de Draco y sintió su ritmo.
-Es…delicioso…- murmuró el Gry, comenzando a guiar a Draco.
Por fin, Potter consiguió tocar ese punto en Draco que lo hizo gemir con fuerza, se envolvieron en un vaivén de caderas muy placentero, en un movimiento inesperado, Harry recostó al Malfoy en el sillón y tomó el control de la situación, Draco no supo por qué, solo sabía que estaba disfrutando aquello mas de lo que debería, rodeó con sus piernas la cintura del Gryffindor.
-Así…si, justo ahí…ahhh…me encanta, Harry…ahhhh- gimió la serpiente.
Al muchacho Potter le pareció muy sensual aquello –Draco…Draco, Draco…ahhh…-
El sudor perlado corría por los cuerpos de ambos, se miraron a los ojos envueltos en deseo y lujuria, Harry hundió su rostro en el cuello del Malfoy, propinando besos y lengüetazos a diestra y siniestra, Draco acariciaba el cabello de Potter con una mano y con la otra lo tomaba de las caderas y lo empujaba aún mas.
-Más, mas fuerte…más, ohhh, Harry…-gimoteó el striper, enseguida Potter atendió su pedido, se inclinó un poco mas sobre el cuerpo del rubio e incrementó la velocidad de sus estocadas.
-¿Te gusta?, ahhhh, estas tan rico…-habló Harry al oído del sly.
-Me gusta, me encanta, más…no pares, voy a…-
-Yo también, resiste-
Harry comenzó a sentir que el orgasmo se acercaba, puso aún mas fuerza en sus embestidas, miró a los ojos a aquel rubio, las grises orbes se veían demasiado sensuales lo cual consiguió excitarlo aún más, vio como el Malfoy cerraba los ojos con fuerza y lanzaba un gemido, sintió las contracciones del orgasmo del sly, sintió el semen manchar su abdomen y el también terminó, derramando su blanca semilla en el interior de Malfoy, dejándose caer sobre el.
Se quedaron así, regulando sus respiraciones, Harry sintió demasiado calor, miró a Draco empapado en sudor y se le antojó probarlo, puso sus labios en el hombro de la serpiente y comenzó a lamer, pero fue apartado bruscamente por Draco.
-No- dijo el rubio –Salte-
-¿Qué?- preguntó el Gry, sin entender.
-De mi, estúpido, salte-
El ojiverde obedeció, ambos se estremecieron, del interior de Draco brotó el semen de su cliente, quien al verlo se sintió excitado de nuevo.
-Ahora vete- ordenó Draco
-Pero…-
-Dije que te fueras-
Harry se levantó, se quitó la chaqueta cubierta de semen y la dobló completamente sonrojado, acomodó sus pantalones y abandonó de la habitación sin decir nada
-¿Qué rayos estaba pensando?- se preguntó Draco…no resultó ser como el creía, el tiro le salió por la culata, todo estaba mal, había disfrutado aquel encuentro. –No debí hacerlo-
Se lamentó el Sly, mientras volvía a ponerse el disfraz de bombero.
