No quería dejar a Theo solo, Pansy y Blaise habían ido a trabajar tarde, y aunque probablemente les descontaran el día era preferible perder eso a perder el empleo, se había quedado solo con Theodore quien se había levantado solo para ponerse la pijama, todavía estaba recostado.
Draco fue a la cocina y le preparó un caldo de verduras, hizo suficiente para unas tres o cuatro raciones, Theo no había estado comiendo bien y supuso que se levantaría con mucha hambre, después de apagar el fuego se metió a bañar, trató de arreglarse bien, no era que le importara lo que Potter pensara, simplemente creyó que como el niño-de-oro iba a pagarle bien el debía contribuir, se vistió con unos jeans desgastados, camisa blanca de manga larga, chaqueta negra y una bufanda palestina en el cuello.
Volvió a la cocina para preparar un poco de té cuando se dio cuenta de que Theo estaba ya comiendo.
-Buenos días- saludó Draco, acercándose para sentarse junto a su amigo.
-Buenas tardes- rió Theo –Ya es casi la una, ¿Por qué no me levantaste?-
El muchacho rubio pasó un brazo sobre los hombros de su amigo, besó la sien de Theodore con delicadeza.
-Eres un tonto…-le dijo, a punto de llorar –Un tonto, un idiota…y te quiero-
Nott se giró para poder abrazar al Malfoy, puso las manos sobre los hombros de su amigo ojiplata que ya soltaba un par de lágrimas, sintió un pesar muy grande al ver lo que ocasionaba a los que amaba.
-Yo también te quiero, Dragón, tu, Pansy y Blaise son lo único que tengo…y no voy a abandonarlos- terminó de decir esto y dio un suave y casto beso a los labios de su amigo.
-Voy a salir- anunció el rubio -¿Crees que puedas quedarte solo sin meterte en problemas?-
-No te prometo nada- bromeó Theo –Anda, no te preocupes-
Después de aquello el joven Malfoy se despidió de su amigo un poco intranquilo.
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Harry estaba estacionado afuera del edificio donde vivía su “novio”, no entendía ese cambio de opinión tan repentino de Malfoy, pero al verdad no le importaba mucho, estaba feliz…no era que estuviera enamorado de aquel rubio, pero tenía que admitir que le gustaba su físico además de ser el único capaz de provocarle una excitación genuina y de hacerlo mantener una erección, pensó en el dinero que había gastado en médicos, en psicólogos imbéciles que no podían hacer nada por el, y ahora, de repente, alguien lo “curaba”.
-Potter, ¿Vas a abrir la puerta o te quedarás babeando todo el puto día?- gruñó Malfoy que estaba de pie junto al asiento del copiloto, Harry se estiró para alcanzar el seguro y abrirle al rubio.
-Feliz navidad- dijo el moreno, al ver que el sly no tenía intenciones de responderle, continuó –Bueno… ¿Cómo estás?-
-Bien-
-Que bueno…- De repente Harry se sintió torpe, no supo que mas decir ni hacer. Se quedaron sentados en el coche por un rato, el niño de oro miró a Draco de reojo, estaba muy sexy con esa ropa.
-Ok…- habló Draco –No se tu, pero a mi no me gustaría hacerlo en este auto, es muy bonito y todo, pero no parece nada cómodo, ¿No prefieres ir a tu casa o a un hotel?-
-¿De que hablas?- preguntó Harry ruborizándose al instante.
-¿No me llamaste para que tuviéramos sexo?-
-N-n-no…es decir, si quiero…pero no, quiero decir si…yo…ah, hoy solo quisiera que fuéramos a comer…a ver una película, algo así- contestó Potter, recobrando su color habitual.
-Como quieras- Draco se encogió de hombros.
-No, como quieras tu- habló Harry -¿A dónde quieres ir a comer?-
-La verdad me da igual- confesó el Malfoy, pero luego lo pensó mejor, no había probado bocado en un buen tiempo –Ohm…me gustaría comer hotdogs-
-¿Hotdogs?- preguntó el león –Pues como quieras, por mi está bien-
Harry condujo hasta encontrar un pequeño puesto de hotdogs, el y su acompañante bajaron del auto para comprar la comida la cual comieron en el auto del gry.
-No sabía que te gustaba este tipo de comida- comentó el niño que vivió, mientras se limpiaba las manos con una servilleta.
-Hay muchas cosas de mi que no sabes- contestó Draco, poniendo la basura en una bolsa, vio a Potter, el muy idiota tenía una mancha en la cara.
-¿Qué?-
-Tienes mostaza en la cara- informó el sly, riendo.
-Oh, ¿Dónde?- el Potter se miró en el espejo retrovisor en busca de la mancha, Draco lo tomó de la barbilla y lo atrajo hacia el.
-Aquí- el ojiplata retiró la mostaza que había cerca del los labios de Harry, lo hizo con la lengua, el moreno se estremeció, el príncipe de las serpientes se acercó a sus labios, lo miró a los ojos con lujuria, el niño de oro trató de buscar sus labios pero Malfoy se retiró.
-Bueno, ¿Vamos al cine?- preguntó Draco riendo.
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Theodore estaba acostado en la sala, encendió el televisor pero se aburrió pronto, tal vez si debió pedirle a Draco que se quedara, pero como lo vio arreglado supuso que se trataba de una cita y el no quería interferir en eso, suspiró resignado.
Fue a su habitación a buscar el libro que le había regalado Blaise y el disco que le regaló Draco, volvió a la sala para poner el CD en el estereo, se dio cuenta de que el CD que le había enviado Longbottom aún estaba ahí, no pudo evitar una sonrisa…salió de sus pensamientos al escuchar que tocaban el timbre, se apresuró a la puerta imaginando que sería Draco.
-Ho…Hola- saludó Neville con timidez, Theo lo examinó de pies a cabeza, vestía un suéter rojo, naranja y negro, guantes, pantalones y zapatos negros, cubierto por la misma gabardina que intentó ofrecerle la última vez.
-Hola- respondió Nott –Por favor, pasa-
Theodore y Neville caminaron a la sala, el león se dio cuenta de la cojera de Theo, Nev se quitó la gabardina y los guantes, se sentaron uno al lado del otro sin saber que decir.
-¿Te ofrezco un té?- preguntó Theo, haciendo ademán de pararse, Neville negó con la cabeza.
-¿Cómo estás, Nott?- preguntó Longbottom
-Es Theodore- habló el aludido –Theo, si prefieres-
-Oh…entonces dime Neville, bueno, si quieres…-
-Claro que si, Neville-
El chico Longbottom sonrió tímidamente.
-Escucha, yo…- comenzó Theo –Se que leíste mi diario- Neville estuvo a punto de decir algo, pero Theo lo impidió –No, esta bien, no estoy molesto, de hecho yo…ayer llegué a mi límite…colapsé, tuve una crisis nerviosa, me llevaron al hospital de urgencia por que me puse muy mal…- Theo se detuvo al ver la expresión de pesar en la cara de Neville.
-¿Estas bien?- preguntó Longbottom.
-No lo estaba- confesó Theo –Esta mañana regresé a casa, me sentía igual que antes, mal, deshecho, pero…pero me llegó un paquete, de un tal “Gazpacho Tortellini”, escuché la canción que me envió y…y lloré, Neville, lloré como nunca-
Neville bajó la mirada, Theo lo tomó de la barbilla y lo hizo mirarlo a los ojos.
-Tu eres como un ángel, Neville…debes serlo, ¿Sabes por que?- el león negó con la cabeza, Theo tomó el rostro del gry con su manos –Por que tu lograste lo que nadie mas pudo, me hiciste reir, me hiciste llorar, hiciste que sacara todo el dolor que guardaba, y hoy ya nada me atormenta-
Nott se fue acercando mas a aquel león, sus rostros quedaron a centímetros, Neville estaba completamente sonrojado, Theo sintió demasiados deseos de besarlo y lo hizo, lo besó, rozó sus labios con los de el de forma tierna, casi trémula, el gryffindor respondió entreabriendo la boca, situación que Theodore no dejó desaprovechar, aprisionó el labio inferior de Neville entre los suyos, lo recorrió con la lengua y lo succionó con suavidad, repitió la misma operación con el labio superior, después introdujo su lengua con delicadeza hasta tocar la del otro, la acarició lentamente, continuó con su exploración de la boca del Neville hasta que necesitó respirar, se separó de el dejando los labios del león rojos.
El joven Longbottom desvió la mirada completamente sonrojado, de sus ojos comenzaron a brotar gruesas lágrimas.
-Lo siento- habló Theo –de verdad-
-No, yo lo siento –hipó Neville –Esto…esto está mal, lo lamento, debo irme-
Neville se puso de pie dispuesto a marcharse pero Theodore lo jaló de la muñeca con brusquedad, lo recostó en el sillón y se acomodó encima suyo, aprisionando con sus piernas las piernas de Nev.
-¿Por qué está mal?- preguntó Theo, mientras limpiaba las lágrimas de su ángel con el dorso de la mano.
-Por…porque…porque si- gimoteó el gry –me gustas- confesó – me gustas mucho, y es ridículo…está mal, no es correcto…-
-Hey, yo te besé, significa que no me importa que seas hombre-
-No solo es eso- insistió Nev, sin dejar de llorar –Es que tu…tu eres tan inteligente y atractivo, seguramente podrás estar con quien quieras y yo…-
-Escúchame Neville- le interrumpió Theo -¿Qué te hace creer que yo no querría estar contigo?, justo ahora…lo que mas me apetece eres tu-
El llanto de Neville se detuvo, miró los hermosos orbes marrones de Theo y supo que era verdad, Theodore volvió a besar al Gry, pero esta vez profundizó el beso, su lengua no fue rechazada, comenzó a jugar con la lengua de Nev, quien se movía torpemente pero esto no molestó a Theo, en cambio, le pareció tierno y muy dulce, guió a Neville en un apasionado beso, después se dirigió al cuello del león, le mordió con suavidad, después comenzó a besar y lamer.
-Mhhh…ahmmm…-gimió Nev, llevó sus manos a su boca para contener los gemidos, Theo se enterneció por aquella acción, con una mano apartó las de Neville.
-No lo hagas- pidió Theo.
-P-p-p-pero…-
-Esta bien, no debes avergonzarte…- Theodore separó su cuerpo del león para poder quitarle el suéter, dejándolo en una camisa interior que también retiró sin problema, volvió a besar a Nev en los labios, fue bajando por el cuello hasta la clavícula, luego se dirigió a uno de los rozados pezones que tomó entre sus labios y comenzó a succionarlo.
-Ahhhhhhh….ahhh, mu…muérdeme…por favor, muérdeme…ahh- pidió Longbottom lo cual consiguó excitar aún mas a Theo, atendió enseguida el pedido del gry y comenzó a mordisquear aquel pezón hasta dejarlo rojo, luego se dirigió al otro y repitió la operación.
-¿Te gusta?- preguntó Theo, dando un lengüetazo al pecho de su ángel.
-Sí…sí…- gimió Nev –yo…quiero…quiero ver tu cuerpo-
Theodore sonrió ante la petición de Neville, se apartó quedando sentado sobre el cuerpo del moreno, para que este pudiera verlo, se quitó la camisa de la pijama dejando ver sus duros pectorales y sus abdominales bien trabajadas, Nev lo miró, no cabía duda que aquel cuerpo era hermoso, Theo le sonreía al gry quien se levantó quedando sentado, acercó a Theo hacia el y comenzó a besarle el pecho con torpeza, el slytherin le acarició el cabello con dulzura mientras este comenzaba a lamer y succionar sus pezones.
-Ahmm…- gimió Theo, Nev se sintió motivado y siguió con su labor, después pasó al cuello de la serpiente, succionando con suavidad, dejando rastros de saliva, Theo buscó a tientas la entrepierna de Longbottom y comenzó a acariciarlo sobre la ropa.
-Ah…no…- gimoteó Neville, apartándose un poco.
-Relájate- habló Theo, recostado de nuevo al león en el sillón, le quitó los pantalones con habilidad, luego empezó a acariciar la erección del moreno sobre la tela.
-Ahhhmmm…mmmmmhh…si, así…tócame…- pedía Neville, el joven Nott retiró el boxer para comenzar a masturbar el miembro de su amante –Ohhh, Merlín…aaahhh…-
Theodore se apartó un momento para poder bajar sus pantalones y su ropa interior, dejando a la visa su miembro palpitante, el pre seminal escurría ya por el pene, lo utilizó para lubricarlo, después bajó hasta quedar a la altura de la pelvis de su compañero, tomó el sexo del león con una mano y lo dirigió a su boca, lo metió de una sola vez y comenzó a deleitar a su amante.
-Ohhhh, que rico….ahhh…si, mas fuerte, hazlo mas fuerte….- Theo atendió, chupando con glotonería descarada, después se dirigió a la pequeña entrada del gry, dio lengüetazos para lubrificar, después introdujo un dedo, sintió a Nev tensarse, pero volvió a succionar el miembro del moreno para que olvidara el dolor, después de estar así un tiempo Theo se sintió en su limite, hizo a un lado las piernas de Neville y se acomodó muy bien entre ellas.
-Voy a ir despacio…- anunció Theodore, acercándose a besar los labios de Nev, dirigió su pene a la entrada dilatada y empujó suavemente, solo introdujo la punta, Neville no se quejó, volvió a empujar y logró meter la mitad de su miembro.
-¡Ayyy!- gimió Nev, abrazando al Nott –Duele…me duele, Theo-
El aludido sonrió de medio lado al escuchar su diminutivo salir de los labios de su ángel, empujó con más fuerza y consiguió meter todo su sexo, las paredes de Neville se resistían a su invasor, contrayéndose de una manera muy placentera para el Sly.
-Me duele, me duele mucho…-dijo el gry, sin dejar de aferrarse al cuerpo del Nott.
-Tranquilo, no voy a lastimarte- susurró Theo al oído de Longbottom, lo cual causó un calor sofocante al ex gryffindor, rodeo la cintura de Theodore con sus piernas y comenzó a empujarlo.
-Muévete…métemelo- rugió el león, Theodore obedeció aquello, primero comenzó con un vaivén suave, que se fue incrementando rápidamente, la sensación que le llenaba al estar dentro de Neville era aturdidora, sintió como si nada a su alrededor existiera, solo el y el muchacho que estaba recibiendo sus estocadas en esa punto que hacía temblar a Nev.
-Oh…ohhh, ohhhh Theo, Theo…más fuerte, así –
-¿Lo hago bien?, ¿Te gusta? ammmmmhh, estas delicioso…- el slytherin aumentó aún mas la velocidad e intensidad de sus embestidas.
-Me gusta, sí….me gusta…más, más, no pares….ohhhhhhh, justo ahí, si…-
Theo se inclinó sobre el cuerpo de Nev e intensificó los embates, pronto los dos se sintieron perderse en el otro, el joven Nott tomó la mano del gry, entrelazaron sus dedos sin dejar de mirarse, las embestidas comenzaron a volverse erráticas.
-¡Ya!... ¡ya casi!, ahhhhhhhhhhhhh- gritó Longbottom, al tiempo que terminaba, manchando el abdomen de ambos de la blanca semilla, Theo no resistió mas, dejó salir el semen dentro de Neville, se tumbó sobre el león, sintiendo como sus respiraciones se acompasaban, en ningún momento desenlazaron sus manos.
El joven Nott observó al muchacho al que acababa de usurpar, tenía los ojos cerrados pero no estaba dormido, trataba de regular su respiración sin mucho éxito, los labios carnosos y rojos por los desenfrenados besos, las mejillas sonrosadas, el cabello castaño revuelto, lo miró embelesado hasta que el muchacho abrió los ojos.
-Lo siento- dijo, soltando la mano de Theo al instante, hizo ademan de levantarse, Theodore salió de su interior sintiendo estremecerse, Neville lanzó un pequeño gemido, el semen comenzó a correr por sus piernas.
-Lamento no haber salido a tiempo- se disculpó Nott, incorporándose en el sillón para senntarse, Neville lo imitó, dándose cuenta de que tenía el abdomen cubierto de semen al igual que las piernas, se sonrojó y se puso de pie al instante.
-No te preocupes…-
-¿Llevas prisa?- preguntó Theo, al ver que Nev no se sentaba.
-Es que no quiero manchar tus muebles-
-Entonces te sugiero que te sientes…- habló Theodore.
-¿Eh?-
-Si sigues así dándome ese hermoso panorama…te prometo que este sillón quedará tan sucio que habrá que tirarlo a la basura-
Neville se sentó al instante y cubrió sus genitales con las manos.
-Lo siento-
-¿Siempre te disculpas?- Nev se sonrojó.
-Pues no…es decir, si…pero no, yo…lo sie…- se interrumpió a media frase, Theo le sonrió.
El slyhterin se acomodó el pantalón y fue a la cocina en busca de algo para limpiarse el abdomen, encontró un paquete de trapos de cocina nuevos, sacó un par, los humedeció y se limpió, regresó a la sala y le ofreció uno a Neville.
-Límpiate con eso- indicó Theo, Nev tomó la húmeda franela en sus manos, miró a Theodore expectante.
-No miraré, dime cuando pueda voltear- Theodore se giró dándole la espalda a un desnudo Neville que comenzó a limpiar su abdomen con el trapo, después pasó a limpiar entre sus piernas, se quejó un poco por el dolor, tomó su ropa interior del suelo y se la puso.
-Ya puedes- concedió Longbottom, Theodore se volteó.
-¿Tienes muchas cosas que hacer?...- preguntó Theo dudoso.
-La verdad…hoy no trabajo, pero pensaba ir a visitar a mi abuela…- respondió Neville, mientras se ponía de nuevo el pantalón.
-Ya veo…- habló Nott, alcanzando el suéter de Nev para entregárselo.
-Gracias…-murmuró el gry, mientras se ponía el suéter de nuevo, se sentó para calzarse los zapatos, luego volvió su vista a Theodore, que seguía solo con el pantalón de la pijama, Theo lo miraba como si estuviera haciendo lo mas interesante del mundo.
-Yo no me he disculpado- habló Theo –Me comporté como un idiota saliendo del restaurante, discúlpame-
-No importa, en verdad, pasé una tarde agradable ese día- contestó Neville con sencillez –fue divertido-
El Longbottom se levantó, se puso los guantes y la gabardina sin decir nada.
-Te acompaño a la puerta- ofreció Theodore, supuso que probablemente Neville no quisiera volver a verlo, pero estaba bien, podría intentar vivir con eso…pero solo intentar.
-Escucha…-comenzó Neville –Yo…entenderé si no quieres volver a verme…-
-¿Por qué no lo querría verte?- le interrumpió Theo –Podemos… ¿salir a comer alguna vez?, claro, si tienes tiempo-
-Por supuesto que si- se apresuró Nev, se sonrojó ante su acción acelerada –Es decir, si… ¿Puedo llamarte?-
-No puedes- Neville desdibujo la sonrisa en su rostro, Theo rió socarronamente y agregó –No puedes por que no tienes mi teléfono-
Ambos rieron con ganas.
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Aquella tarde el cine estaba desierto, la mayoría de las películas que se exhibían eran de temáticas navideñas, pero a ninguno de los dos le apeteció ver cine para niños, terminaron escogiendo una película al azar, Harry insistió en comprar las palomitas, argumentando que avanzada la película seguro a Draco se le antojarían, el lo dejó hacer lo que quisiera, a fin de cuentas era una especie de contrato lo que tenían, el era como un empleado y tenía que obedecer, por mas que le costara.
Ya estando dentro de la sala se dieron cuenta de que estarían solos, Potter puso las palomitas entre el y Draco, la película comenzó, los dos estaban en silencio a pesar de que nadie podría quejarse de su ruido, Harry miraba la pantalla nervioso, sin poner la mínima atención a la película, de vez en cuando miraba al slytherin de reojo pero este parecía muy concentrado en la pantalla, estuvo así casi media función, volteando a la pantalla y volviéndose para ver a Draco, al rubio no le pasó desapercibida la mirada de Potter, hastiado, se volteó hacia el.
-¿Qué?- le gruñó.
-Nada…- contestó Harry, llevándose a la boca un puñado de palomitas.
-¿Crees que no me di cuenta de que me mirabas?, llevas así mucho tiempo, ¿Qué quieres?-
-Realmente nada- el ojiverde se encogió de hombros y fingió que veía el filme.
-Ajá, pues no te creo nada-
-No tienes que creerme-
-¿De qué se trata la película?- preguntó a Potter, el moreno se tensó y no contestó –Ya me lo suponía, en serio, ¿Qué quieres?-
-Yo…bueno…no nos hemos besado- reconoció el niño de oro.
-¿Eso es todo?- Draco bufó- Pues besémonos y ya-
El heredero Malfoy se giró a Potter, trató de acercarse pero la caja de palomitas se lo impidió, la tiró al suelo sin ningún miramiento.
-¡Oye!- se quejó el gryffindor, pero no pudo continuar, sus labios fueron tocados por los de Malfoy, la serpiente no se movió esperando a que Harry guiara el beso, el niño-que-vivó comenzó a rozar sus labios contra los del Malfoy, abrió la boca y se giró para besarlo mejor, empezó un a mover sus labios a un compás lento que Draco siguió sin dificultad, después de un rato se separaron.
-Vaya…- murmuró Draco.
-¿Qué?-
-Fue tan…sin chiste-
-¡¿QUÉ QUÉ?!-
-Lo que oíste, ese fue el beso mas insípido que me han dado- contestó el Malfoy, encogiéndose de hombros.
-Estas mintiendo, yo no beso mal- reclamó Harry, enfuruñándose al instante.
-No besas mal…besas horrible-Draco no pudo contener las carcajadas ante el gesto de molestia en la cara de Potter.
-¿Por qué dices que fue malo?-
-Un beso sin lengua no es beso-
-¿A sí?, ven aquí- Harry tomó a Draco delicadamente por la barbilla –entreabre los labios- su orden fue obedecida, se acercó al Mallfoy sintiendo el tibio aliento brotar, delineó el interior de aquellos labios con su lengua que después introdujo en la boca de la serpiente, acarició con su lengua la del heredero Malfoy, comenzando así una deliciosa lucha entre las dos lenguas por dominar, Harry exploró la húmeda cavidad, aprisionó el labio inferior del rubio, chupándolo, después succionó los finos labios de su compañero, volvió al labio inferior y se fue separando, mordiéndolo con suavidad.
Harry miró los ojos grises con fijeza y dijo -¿Mejor?-
-Algo- admitió Draco, tocando su labio ligeramente hinchado –pero por poco y me arrancas el labio-
-No juegues, no te mordí tan fuerte-
-Potter, no se tu pero esta película me esta aburriendo, ¿Nos vamos?-
El ojiverde asintió, en realidad no sabía de que iba la película así que no importaba mucho, salieron del cine, fueron al estacionamiento y entraron al auto de Harry.
-¿A dónde vamos?- preguntó Draco.
-A comprarte algo- contestó Potter.
-No necesito que me compres nada-
-No lo hago por ti- aclaró Harry
Llegaron a un mall bastante grande, el niño-que-vivió fue seguido por Draco hasta una tienda de celulares.
-No tienes móvil, ¿Cierto?-
-No- respondió Draco, paseando la vista por la tienda, había equipos muy nuevos y costosos.
-¿En que les puedo ayudar?- preguntó una atractiva muchacha rubia, que se acercó a ellos, los examinó a ambos y sonrió coqueta.
-Queremos un iPhone- contestó el ojiverde con sencillez, la chica fue por el equipo y volvió en lo que canta un gallo, Draco se dio cuenta de que la muchacha deshizo un par de botones de su blusa para pronunciar su escote.
-Le puedo ofrecer un plan en el que…-
-Escúcheme, quiero hacer esto sencillo…-habló el Potter, mientras sonreía con coquetería a la chica –Quiero que ese teléfono que tiene usted en sus bellas manos tenga siempre tiempo aire como para…como para hablar a Japón durante tres días seguidos, ¿entiende?-
Después de llenar unas cuantas hojas y de que la chica le explicara a Draco como manejar el teléfono y activarlo salieron del lugar, pronto estaban de nuevo en el auto.
-¿A dónde quieres ir ahora?- preguntó el muchacho Potter.
-¿Qué hora es?-
-Como las cinco, ¿por qué?-
Draco pensó en Theo –Debería irme a mi casa-
-Pero aún es temprano- habló Harry.
El slytherin sintió unas tremendas ganas de golpear a Potter, pero se contuvo, después de todo el le iba a pagar. –Ya, ¿A dónde quieres ir tú?-
-Si tienes que volver a tu casa no hay problema- contestó Harry, arrancando el auto –Te puedo ver otro día-
-Oye, no te molestes…- comenzó Draco
-No estoy molesto- interrumpió el león –no te preocupes-
-Nunca dije que estuviera preocupado-
-Cierto- Potter rió.
Al aproximarse a su destino, el niño de oro estacionó el coche unas cuadras antes de llegar al edificio, cerca del parque donde vio a Draco paseando a los perros.
-¿Por qué te detienes?-preguntó la serpiente.
-Porque quiero hacer esto- Harry posó su mano en la nuca de su compañero y lo atrajo hacia si, giró su cabeza para besarlo con mas libertad, Draco tardó unos segundos en corresponder, por un largo rato solo se escuchó el chasqueo que provocaban sus labios al rozarse, se separaron sin decir palabra.
-Debo volver a mi casa- habló Draco.
-Si, de acuerdo…tienes mi celular, yo el tuyo, te llamo, ¿De acuerdo?-
-Bien-
Draco salió del auto sin decir mas y caminó a su edificio, estando ahí encontró a Theo recostado en el sillón leyendo.
-¿Cómo sigues?- le preguntó.
-Muy bien- respondió Theodore -¿Cómo te fue?-
-Ah…bien-
-¿Te ayudo con la cena?-
-No, tú descansa, ya me encargo yo-
-¿Seguro?-
-Seguro-
Theodore no decidió insistir, probablemente, con un poco de suerte, Draco se la hubiera pasado casi tan bien como el se la pasó esa tarde.
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Esa mañana recibió un fuerte regaño por parte de su jefa, le explicó la situación de Theo y la mujer se mostró flexible, no iba a rebajarle el día, estaba segura de que Draco se quedaría en casa cuidando a Theo así que decidió ir a buscar a su novio, tomó un taxi que la dejó en el local de café, entró sonriente.
-¿No me digas?, hahahahaha –rió una muchacha, castaña y muy bonita, estaba platicando con Blaise, Pansy se quedó estática en la entrada.
-En serio, haha- contestó su novio.
-Ay, Blaise…eres tan gracioso- comentó aquella extraña, mientras tocaba los bíceps de su novio, quien enseguida los tensó para apantallar a la chica –Oh, ¿Haces mucho ejercicio?-
-No mucho- contestó el italiano, mientras aquella tipa acariciaba su brazo.
-Pues a mi me parece que si, tienes MUY buen cuerpo-
-Gracias, preciosa-
-Bueno- dijo la chica, tomando su café del mostrador –Debo irme, nos vemos guapo-
La muchacha pasó junto a ella mientras mantenía una sonrisita tonta en los labios, Blaise la siguió con la mirada y por fin la vio.
-Oh, amor, ¿Cuánto llevas ahí?-
-Vámonos- cortó Pansy, en unos cuantos minutos esuvieron afuera, buscando un taxi que los llevara a casa.
-Oye Panini, esa chica…no es nada- explicó Blaise.
-Claro- contestó ella ácidamente, sin siquiera voltear a verlo.
-Pans, no tienes que desconfiar de mi, yo te amo-
-Blaise…-
-¿Qué te pasa, muñeca?-
-Pues eso- siseó la morena –Me tratas como a una muñeca, como a un juguete, ¿Crees que no se que coqueteas con otras?, lo he tolerado por que creí…que podías cambiar, pero ahora veo que nunca vas a cambiar, y yo no soy juguete de nadie-
-Panini, princesa, cálmate, ¿Si?, hablemos de esto- rogó el Zabini, pero Pansy no quería escuchar, comenzó a caminar mas rápido ignorando a su novio. –Pans, ven-
-No quiero- gruñó ella, pero Blaise la aferró de la muñeca con fuerza.
-¿Por qué te pones así?-
-¿Por qué coqueteas con otras?, ¿Por qué me haces esto?, Blaise, me estas lastimando, suéltame…-
-No, no te voy a soltar hasta que digas que me amas-
-Y te amo Blaise- el italiano la soltó sintiéndose aliviado, la atrajo hacia si tomándola de la cintura, pero Pansy lo apartó –Te amo, pero no quiero seguir así-
-¿Quieres terminar?, ¿Por una estupidez como esa?-
-No pienso seguir contigo si sigues coqueteándole a cuanta cosa con falta se te pase por delante-
-Yo no tengo la culpa de que las chicas me noten- Pansy rió ante tal comentario.
-A mi también me notan los hombres, pero no por eso les coqueteo-
-Por favor, Panini, esa tipa no me interesa-
La muchacha Parkinson suspiró resignada –Me voy a casa-
-¿Qué?-
-Que me voy a mi departamento-
-¿Sin mi?- Blaise abrazó a Pansy por la espalda y susurró a su oído -¿Esto se podría arreglar con una buena y rica sesión de sexo?-
La morena sintió hervir la sangre, se controló y volteó para darle la cara al Zabini, pasó las manos por el cuello del muchacho y le sonrió.
-¿Sexo, eh?-
-Si…sexo, increíble y salvaje, Te encanta, ¿No es así?-
-No se tu, pero en estos cinco años que llevamos juntos yo nunca tuve sexo contigo, yo siempre te hacía el amor- La chica propinó un rodillazo en la entrepierna de Blaise y se alejó.
Tomó un taxi que la llevó a casa dónde pudo llorar a solas, se arrepintió de haber ido a buscar a Blaise al trabajo, y con el corazón doliéndole se quedó profundamente dormida.
