Corría esa fresca mañana de marzo, la brisa en su rostro, el aire entrando en sus pulmones, le encantaba la sensación de libertad que esto le producía, aumentó aún más la velocidad, cookie*, Sídney*, wolf*, Mike*, tati* y conney* parecieron entenderle, los seis canes aumentaron la velocidad junto con él, el pelaje de Mike al viento se veía gracioso, dio la vuelta en “u” y siguió corriendo…
-¡Malfoy!- jadeó Potter – ¡Por Morgana, más despacio!-
Harry se recargó en una de las bancas y se sentó agotado, Lolita*, Gigi*, Jazz* y Polly* comenzaron a revolotear inquietos a su alrededor.
-Te dije que no era fácil- reprendió el rubio, dejando escapar una risita.
-Ya, ya, me rindo… ¡como corren estos perros!- gruñó el ojiverde, Draco rió con más fuerza.
-¡Pero te di a los más pequeños!- se mofó el Malfoy, sentándose junto a él, Sídney, el Leonberger, se le acercó y comenzó a acariciarlo.
-Si…pero yo no tengo experiencia en esto, bueno, en pasear perros…además ni siquiera tengo perro- se quejó el moreno, acariciando a Sídney.
-¿Eso que tiene que ver con que no estés en forma?-le molestó Draco, mientras hacía cariños a Wolf, el husky.
-¡Yo estoy en forma!, y tiene mucho que ver por que jamás he sacado a un perro a pasear, tengo un gato y el se pasea solo-
Esta vez ambos muchachos se carcajearon.
Terminaron la última vuelta al parque (Harry muy a duras penas) y regresaron al penthouse del rubio, ya estando ahí bañaron a los animales, tuvieron problemas con Tati, la san Bernardo, ambos terminaron más que empapados.
-Tu trabajo es agotador- reconoció el Potter, dejándose caer en uno de los sillones de la sala.
-Tú querías ayudar-recordó el sly, sentándose a su lado, Harry lo rodeó por los hombros.
-Cierto- admitió el niño de oro, se acercó a esos labios tan finos para besarlos con ternura –Pero fue divertido-
-¿No trabajas hoy?- preguntó la serpiente, poniéndose de pie para caminar a la cocina.
-No, de hecho…bueno, sí, pero la empresa es mía y puedo faltar si quiero-
Harry siguió a Draco, lo encontró lavando algunos platos.
-¿Te ayudo?- preguntó el niño-que-vivió.
-Ahm, no, no te molestes, ehm…tengo que hacer la limpieza y todo eso, no creo que quieras quedarte- habló Draco evasivo, mientras acomodaba los platos y caminaba a su habitación.
-Eso depende-
-¿De qué?-
-¿Quieres que me vaya?- preguntó Harry, recargado en el marco de la puerta, Draco soltó las sábanas que estaba doblando y se le acercó.
-La verdad…no- confesó, atrayendo al gryffindor para besarle, sus bocas se unieron en un beso apasionado y profundo, el Potter fue conducido dentro de la habitación, cerró la puerta tras de sí, se tiraron en la cama y rápidamente se enfrascaron en un juego de caricias y besos, se desvistieron entre risas hasta quedar en ropa interior, Harry se acomodó sobre el bien formado cuerpo de Draco.
-En serio tengo que hacer el quehacer- recordó el ojigris, Potter se apartó y comenzó a vestirse sin decir nada – ¿Estás enojado?-
-No, debería pasarme por la oficina- contestó Harry ya vestido –No te preocupes-
El Potter se acercó a la puerta en silencio.
-Ha…digo, Potter…-
-Dime-
-Nos vemos…-
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Cuando Harry llegó al trabajo fue a encerrarse en su oficina, ni siquiera fue a ver si Ginny estaba bien, no fue a saludar a sus compañeros, simplemente quería estar solo.
El rechazo de Draco le había molestado, más que molestado…le había…incomodado, eso, claro que era eso, era más que imposible que le hubiera dolido, a fin de cuentas el no sentía nada por Malfoy, aunado al hecho de que…
-Solo está conmigo por el dinero- se repitió Harry en alta voz.
-¿Quién?- habló Ginny, parada frente al escritorio de su jefe.
-Gin, no te vi entrar-
-Me doy cuenta- habló la pelirroja, Harry la revisó con la vista, se veía mejor que antes, sus ojos estaban un poco irritados.
-¿Qué se te ofrece?-
-En realidad nada, solo supe que habías decidido venir y quise saludarte, es todo-
-Gracias, que linda-
-Ehmm… ¿quieres comer conmigo esta tarde?-
Harry pensó en Draco, pero en seguida despejó el pensamiento, no tenían nada serio y bueno…Ginny lo estaba invitando.
-Sí, claro-
-¿A las tres?-
Harry sonrió –A las tres-
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Quería hacer algo especial por él, después de todo…Blaise había dejado de lado el orgullo para pedirle que fuera su esposa.
Salió temprano del trabajo con permiso de su jefa, recorrió las calles y muchas tiendas, buscaba algo especial, un regalo que le agradara mucho a Blaise, llevaba dinero que había ahorrado, era más que suficiente para comprarle algo bueno, buscó como desesperada pero nada la convencía, se dejó caer en una banca, agotada de tanto caminar, al levantar la mirada se encontró con una tienda de lencería, una idea llegó inesperada.
“No tiene que ser un regalo material, ¿cierto?” Pensó Pansy.
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Después de terminar con los quehaceres del diario, Draco se sintió solo, se recostó en su cama mirando fijamente el techo, se sentía solo, solo y estúpido, tal vez debió enredar a Potter entre sus piernas… ¿El había pensado eso?.
Negó con la cabeza intentando disipar tan absurdo pensamiento, se removió en la cama tratando de dormir, al acomodarse de lado vio su celular en la mesita de noche, sin saber muy bien por qué lo tomó entre sus manos y vio la hora, las cuatro, siguiendo un extraño impulso escribió:
“Espero no estés muy molesto,
¿Quieres que salgamos hoy?,
Cuídate.
D.M.”
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Al dar las tres Harry buscó a Gin, acordaron ir a un restaurante francés nuevo que había abierto hace poco, cada quien llegó en su auto, entraron juntos y rápidamente les dieron mesa, Harry no entendía muy bien lo que estaba escrito en el menú así que dejó que la Weasley escogiera su comida.
-¿Y a quien te referías con eso de “solo está conmigo por el dinero”?- preguntó la pelirroja, bebiendo un poco de su copa de vino.
-Ahhhm, nadie, ¿Cómo te va con Paulo?- Harry desvió el tema hábilmente.
-Pues…bien, bien, gracias- respondió Gin –Altibajos normales de parejas, tu sabes…pero todo en orden-
-Que bueno-
Decir que la comida transcurrió incómoda es quedarse corto, Harry evitaba a Gin en todo momento y ella hacía lo mismo, Harry no comió mucho, en realidad no tenía hambre y menos en esa situación tan difícil, estaban a mitad del postre cuando el celular de Harry sonó con “viva la vida” de coldplay, sacó el móvil de la bolsa de su saco y ni siquiera revisó quien llamaba, simplemente apagó el aparato.
-¿Todo bien?- preguntó la pelirroja.
-Sí, perfecto…Ginny, me alegró mucho pasar la tarde contigo, no sabes cuánto lamento haber descuidado nuestra amistad- Confesó el ojiverde con sinceridad.
-Y yo lamento lo que viste en el ensayo de la boda- al decir esto, Ginebra se sonrojó hasta las orejas.
-Ah, olvídalo, eso es pasado, sabes que cuentas conmigo siempre, te quiero mucho, Gin-
La cara de Ginny se iluminó en una amplia sonrisa –Yo también te quiero mucho, Harry-
-¿nos vamos?- preguntó el Potter, sin dejar de sonreír.
-Sí-
Se despidieron en el estacionamiento, Ginny se encontraría con Luna para hacer una lista de lo que necesitarían comprar para el diseño del edificio, mientras Harry iría con Ronald a entrevistar personas para emplear como personal del edificio, Harry condujo hasta la construcción dónde se encontró con un George muy atareado, se saludaron a prisas, el chico Potter entró a un vagón que George utilizaba como oficina, pronto comenzaron a llegar personas, estuvieron realizando entrevistas hasta eso de las siete pero sin muchos buenos candidatos, George entró al vagón más que agotado, les ofreció una cerveza a Harry y a Ron que aceptaron sin pensar.
-¿Cómo les fue?- preguntó George, abriendo su lata.
-Más o menos…-contestó Ron.
-Hoy fui a comer con Ginny- soltó Harry, sin saber muy bien por qué lo hacía.
-Oh…ehmm… ¿Y qué Tal? - volvió a cuestionar George.
-¿Cómo que “que tal”?- dijo el Potter.
-Pues si lo mencionaste fue por algo- colaboró el Weasley menor.
-Pues…solo le dije que estaba feliz de que saliéramos, que me disculpara por haber descuidado nuestra amistad y…le dije que contaba conmigo para lo que necesitara-
-Harry- comenzó el gemelo –Dime la verdad, amigo… ¿Quieres volver con mi hermana?, ¿Aún la amas?-
El joven Potter se quedó atónito, ¿Querer volver con Ginny?, ¿Amarla?...no se había preguntado eso hacía tanto.
-Yo…no- balbuceó el ojiverde.
-¿No qué?- insistió Ron.
-No…no quiero volver con ella- declaró Harry –No quiero volver con ella, la verdad…ya no siento lo mismo, es decir…siempre será importante para mí y siempre de alguna u otra manera sé que voy a amarla, pero ya no la quiero a mi lado, no en ese sentido…es decir…ustedes entienden-
-Claro- habló Ronald –Hay alguien más, ¿no es así?-
Harry se sonrojó al instante –Pues si…estoy saliendo con alguien-
-Oh, vaya, ¿Y para cuando piensas presentárnosla?-dijo George, se acercó al Potter y le dio un amistoso codazo en las costillas.
-No lo sé, nuestra situación es…complicada-
-¡Hey!, ya se, ¿Qué tal si la llevas al evento de caridad que haremos?- sugirió Ron, George apoyó a su hermano.
-Ehhh... es que de verdad es MUY complicado-.
-Vamos Harry- pidió George
-Ok, veré si puede ir- accedió Harry, de repente recordó que le habían llamado, sacó el celular del bolsillo del pantalón y lo encendió, reviso el mensaje:
“Espero no estés muy molesto,
¿Quieres que salgamos hoy?,
Cuídate.
D.M.”
Lo había enviado hacía tres horas, Harry se pateó mentalmente.
-Tengo que irme- dijo Harry, y salió de ahí casi volando, entró al auto y marcó el número de Draco.
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Theo salió del trabajo a la hora de siempre, no tardó mucho en divisar a Dodge Journey de Nev, entró como si nada pero al volverse para besar a su león lo notó muy serio.
-¿Pasa algo?- preguntó Theo.
-No, ehm…tengo mucho trabajo, te llevo a casa, ¿de acuerdo?-
-Claro…-
Neville condujo en silencio y con rostro serio, Theodore no se atrevió siquiera a encender la radio, Nev aparcó frente al edificio sin borrar la expresión severa de la cara.
-¿Qué tienes, Nev?- preguntó el Nott, rodeando a su chico por los hombros, acerándolo a su cuerpo, Neville no respondió –Mhmmm, se de algo que te hará hablar…-
Theo tomó la corbata de Neville y haló de ella para acercarlo aún más, lo besó apasionadamente, trató de abrirse paso con la lengua y no encontró resistencia por parte del Longbottom, pero el león no se esforzaba por corresponder, después de tratar unos instantes Theodore dejó de insistir.
-¿Es lo único en lo que piensas?- bramó el gryffindor.
-¿De qué hablas?-
-Besarme, tocarme, follarme… ¿solo para eso me quieres?- Al decir esto Neville lanzó al Nott una mirada envenenada, cargada de resentimiento.
-Claro que no- se defendió Theo -¿Por qué piensas eso?-
-Dime por qué estás conmigo- rugió el león.
-Nev, te lo he dicho, tu eres de gran ayuda para mí, me haces sentir feliz…-
-Eso no me sirve, Theodore- gruñó Neville –Dime una buena razón, algo que de verdad cuente-
-Bueno, yo…- la serpiente se quedó sin palabras.
-Me lo imaginaba- siseó el gry –bájate de la camioneta-
-Oye Nev, no te pongas así…-
-Dije que te bajaras…no debemos volver a vernos-
-¿Por qué?- Theo sintió que el corazón se le saldría del pecho, ¿De verdad quería dejarlo?, ¿De verdad lo abandonaría?
-Tú no me quieres, las cosas así no van a funcionar…me ves como a algo de lo que aferrarte, no quiero ser eso para ti, Theo, mas que ayudarte te estoy perjudicando, ahora por favor bájate de la camioneta-
El joven Nott descendió en silencio, cerró la puerta sin volverse y entró al edificio, cuando entró a su casa encontró a Pansy y Draco bebiendo whiskey, se acercó a la mesa y tomó la botella, le dio un trago y la puso de nuevo en la mesa.
-Wow, ¿Todo bien?- preguntó Pansy, revisando el contenido de la botella.
-No- contestó Theo –creo que acaban de romper conmigo-
-¿QUÉ?- vociferó Draco.
-Que me acaban de dejar-
-Oh, Theo, lo lamento- habló la morena, abrazando a su amigo -¿Estás bien?-
-No, no estoy bien- respondió el Nott.
-Ay cariño- se lamentó Pansy, ofreciéndole un poco más de whiskey, Theodore lo tomó sin chistar.
En ese momento entró Blaise, se acercó sonriendo pero al ver la expresión de Theo se puso serio al instante.
-¿Qué pasó?- indagó el Zabini, ocupando un asiento junto a su novia.
-Logbottom rompió con Theo- informó Draco.
-Ese idiota- gruñó Blaise.
-No es ningún idiota- contraatacó Theo.
-¿Lo estas defendiendo?, ¿Lo defiendes aún después de que te desechó?- habló Blaise de nuevo.
-Sí, lo estoy defendiendo-Ladró el Nott –No sabes nada de él…-
-Por lo visto tú tampoco- dijo Blaise, pero se arrepintió enseguida al ver a Theo palidecer.
Draco estuvo a punto de decir algo pero sintió su celular vibrar en su bolsillo.
-Ya vengo- anunció, si se metía al baño se escucharía toda la conversación, si se metía a su habitación puede que también, entró al cuarto Blaise y respondió.
-¿Bueno?- dijo su interlocutor.
-Potter- masculló el dragón, miró a su alrededor y se sorprendió al ver que había velas por todos lados, el edredón de la cama había sido cambiado por sábanas de satín blanco y encima de esta había un babydoll rojo.
-Oye, no pude responder tu mensaje porque estaba ocupado-
-¿Haciendo qué?- Draco se dio topes mentales al haber dicho aquello, a fin de cuentas a él no debería interesarle.
-Estaba comiendo con una amiga-
-¿Cuál amiga?- El Malfoy se lamentó de tener esa gran bocota.
-Ginny, pero solo salimos a comer-
-No tienes que darme explicaciones de nada- sonrió por haber dicho algo adecuado.
-Pues entonces no me las pidas-
Draco resopló fastidiado -¿Para qué me llamaste?-
-Solo quería aclarar eso-
-Pues ya está, no te preocupes-
Se hizo un silencio incómodo en la línea.
-Creo…que deberíamos colgar- fue Harry quien habló.
-Sí, seguro…bueno, adiós-
Otra vez silencio.
-¿Por qué carajo no cuelgas?- gruñó el ojiplata.
-No se- se defendió Harry.
-Adiós- refunfuñó Draco, al tiempo que colgaba.
Cuando volvió al comedor se encontró a sus tres amigos comiendo en silencio, ocupó su lugar sin decir nada, la cena transcurrió sin que nadie hablara, no hubo tiempo de tomar siesta, los tres muchachos despidieron a Pansy y fueron directamente al club.
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La conversación con Malfoy mas que calmarlo logró dejarlo más intranquilo, pero… ¿A qué se debía ese sentir?, acarició a Luke, que dormitaba perezosamente junto a él, miró el reloj, eran apenas las once de la noche y el ya estaba en pijama.
Se levantó y se vistió, salió de casa dejando a Luke un buen plato de comida, condujo hasta el pub y aparcó cerca, no planeaba quedarse mucho, al entrar fue directo a Kate, pagó el privado sin decir palabra, cuando entró al cuarto encontró a Draco vestido de vaquero, el ojiplata frunció el ceño al verlo.
-¿Qué quieres?- le gruñó, sentándose en uno de los sillones.
-Quiero hablar- contestó Harry, se acercó a Draco y se paró junto a el –Levántate-
-¿Por qué?-
-Ehmmm… ¿Por favor?, Solo hazlo-
Draco obedeció.
-Sirve dos copas, por favor- indicó Harry, refiriéndose al champagne que había en una mesita de cristal, Draco fue a servir las copas y el Potter se sentó en el sillón, recargando la espalda en uno de los brazos, cuando el Malfoy se acercó y le dio su copa le pidió que se acomodara entre sus piernas, el rubio hizo lo que le pedían, el niño de oro acomodó apoyó la cabeza en el hombro de Draco, buscó los labios del ojigris y este enseguida entendió, se besaron despacio y profundamente, al separarse Harry dio un sorbo a la champagne y volvió a acomodar la cabeza en el hombro del sly.
-No pasó nada…- comenzó Harry –No pasó nada entre Ginny y yo-
-Ya te dije que no tienes por qué darme explicaciones- recalcó el Malfoy.
-Sí, lo sé…solo quiero contarte lo que pasó, ¿No fuiste tú quien se ofreció a escucharme aquella vez?-
-Sí, es verdad- cedió Draco, girando un poco la cabeza para ver esas hermosas esmeraldas, Harry no pudo resistir la tentación y volvió a depositar un suave beso en los labios del rubio.
-Bueno…en realidad ella me invitó- compartió el gry.
-Ajá-
-Fuimos a un restaurante nuevo, deberíamos ir después, es muy bueno…en fin, le dije lo que me aconsejaste-
-¿Sí?-
-Sí, le dije que lamentaba haber descuidado nuestra amistad, que podía contar conmigo para lo que fuera, ella se mostró feliz pero…-
-¿Pero?-
-La noto muy…evasiva, algo está pasando, algo malo, no sé qué hacer-
-No puedes hacer nada más –explicó el heredero Malfoy –No puedes intervenir si ella no se abre, por el momento lo único que puedes hacer es apoyarla-
-Mhmmm…hueles bien….- susurró Harry al oído del rubio, comenzando a besar el sensible cuello del sly.
-Potter, por favor concéntrate- gruñó Draco, tratando se sonar molesto, pero la sonrisa en sus labios era evidente.
-Me concentraré en besarte el cuello- siseó el Potter, mientras comenzaba a recorrer el torso de Draco, desabotonando el chaleco y la camisa del disfraz para poder tocar esa nívea piel.
-Ahhh…- gimió el Malfoy bajito, acariciando la melena negra de su amante.
Harry comenzó a bajar las manos hasta la entrepierna del rubio, bajó el cierre del pantalón con manos hábiles, bajó un poco el bóxer y empezó a acariciar el miembro endurecido del ojiplata.
-MMhhhh…ahhhh…espera, déjame acomodarme mejor-
-Quédate así- pidió Harry –Hoy solo quiero tocarte-
El Potter comenzó a acariciar el sexo palpitante de Draco, recorriéndolo y propinándole caricias deliciosas que hacían al rubio estremecer, el Malfoy pronto empezó a masturbarse también, los roces casuales que se daban entre sus manos y las de Harry lo hacían excitarse aún más.
-Ahhhhhmmm…sí, mhhh…- gimió Draco, buscó desesperadamente los labios de Harry y rápidamente fue atendido, se besaron con pasión, jugando con las lenguas.
-¿Te gusta?- preguntó Harry, sin despegar sus orbes verdes de los ojos plateados de su amante.
-Sí…me gusta, mhhhh…- gimoteó el Malfoy, acariciando el cabello azabache de Harry.
-Pídeme que siga-
-Sigue, no te detengas…ahhhhh-
-¿Qué?- preguntó Harry con malicia.
-Que sigas ahhhhhh, sigue Harry, más, más, no pares…mmhhhh-
-Draco…-murmuró el Potter, escrudiñando la mirada de Draco, que parecía hecha de mercurio, plata y estrellas, la excitación en esos orbes grisáceos conmovieron algo en Harry que nadie antes había tocado, le hicieron desear darle placer a Draco sin importarle el suyo propio, solo hacer gozar a ese rubio que se derretía entre sus manos.
La serpiente dejó caer su cabeza sobre el hombro de Harry, recuperándose del orgasmo.
-Dame un minuto y…-
-No- interrumpió el niño de oro –no quiero que hagas nada, estoy bien-
-¿seguro?-
-Seguro- respondió Harry, mientras tomaba el pañuelo que guardaba en la chaqueta y se limpiaba las manos. –Quiero hablarte de algo-
-Dime-
-El próximo mes Potter y asociados organizará un evento de caridad-
-Ok…-
-Quiero que vayas conmigo-
-¿Qué?- exclamó el Malfoy, incorporándose de golpe.
-Ven, siéntate- pidió Harry, Draco se sentó a su lado –No tienes nada de qué preocuparte, irás como mi acompañante-
-Pero… ¿Tú de verdad quieres que vaya?-
-Sí, quiero que vayas conmigo, pero quiero que me digas si puedes disponer de días libres-
-Creo…que tengo un fin de semana libre, pero no creo que coincida con tu evento-
-Coincidirá-
-¿Por qué estás tan seguro?-
-Porque ordenaré que se haga el fin de semana que tú tienes libre-
De alguna manera extraña, Draco se sintió muy complacido por aquellas palabras.
-Bueno, si me lo pones así no puedo negarme-
-Bien- canturreó Harry, dando un pequeño beso a Draco –Entonces me avisas, ¿Ok?, te dejo trabajar-
El joven Potter se puso de pie y caminó a la salida, antes de irse se volvió y se despidió de Draco agitando la mano, el rubio correspondió embelesado con esas bellas esmeraldas que Harry tenía por ojos, cuando este se hubo ido Draco reaccionó de su letargo.
-No, no, no….- se dijo a sí mismo –Draco Malfoy…no puede gustarte Harry Potter…-
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Theo esa noche se sentía desconectado, ausente.
Realizó los bailes como un robot, en los privados dejó que las clientas lo toquetearan, incluso permitió que algunas lo besaran, se sintió como un zombie durante toda la noche, ¿Por qué se había quedado callado?, ¿Por qué lo había dejado marcharse?
La noche de trabajo terminó sin que él la sintiera, esperó a sus dos compañeros y salieron por la puerta de personal, Theo vio la Dodge Journey de Neville estacionada a una cuadra de ahí.
-Chicos, los alcanzo en la casa- habló Theo, mientras caminaba a la camioneta, ninguno de sus amigos puso resistencia, abrió la puerta del vehículo y subió.
-Hola…- dijo Nev, tímidamente, Theodore no respondió –Yo…-
-¿Qué te pasa?-
-Yo…esto es ridículo- Neville miró a Theo a los ojos -¿Quieres la verdad?, me estoy enamorando de ti…y sucedió tan rápido que parece mentira, como un sueño…-
Theo seguía en silencio.
-No sé a que vine, solo…quería verte, Theo…me gustas mucho y me estoy enamorando, no sé cómo detener todo esto, necesitaba verte de nuevo-
-¿Supones que yo sé cómo detenerlo?- preguntó Theodore, sin desviar la mirada de los ojos del león.
-No- respondió el Longbottom –Tenía la esperanza de que…-
Los ojos de Neville se llenaron de lágrimas, esquivó la mirada marrón de Theo y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano.
-Me…- comenzó el Nott- Me gusta tu sencillez- al decir esto sonrió –Y la manera en que me ríes, me gusta que me recuerdes que no puedo culparme por todo, me encanta el color y el sabor de tu piel y lo suave que es al tacto, me gusta que eres valiente y a veces pareces no notarlo, me gusta cómo se sienten tus manos al recorrerme, me gusta que seas tímido y dócil cuando estamos juntos, pero en la cama eres exigente y fiero, como un león…me gustas, Neville, me estoy enamorando de ti, estoy enamorado de ti-
-Oh, Theo- gimió Neville, abrazándose a su serpiente, se separó un poco y lo miró a los ojos –Hazme el amor-
Theodore sonrió ante la petición de Neville, quien se sonrojó completamente, el Nott abrazó fuertemente a Nev y lo besó en los labios con ternura.
-Haz el amor conmigo- Theodore se ruborizó ligeramente, el león miró los ojos marrones con ternura y le besó suavemente.
Pansy encendió todas las velas que había puesto en la habitación de Blaise, traía puesto el babydoll que había comprado esa misma tarde, volvió a mirarse en el espejo, su cabello negro le llegaba a mitad de la espalda, se había perfumado más de lo normal, le hubiera gustado broncearse un poco pero no tuvo la oportunidad, sacó el paquete de condones que sabía que Blaise guardaba entre su ropa y lo puso en la mesita de noche, extrajo un par de preservativos de la caja y los puso a la mano, se sentó sobre la cama y esperó pacientemente.
Al fin escuchó ruidos desde la sala, se acomodó bien sobre las sábanas de satín blanco, pronto escucho pasos en el pasillo, la perilla de la puerta se giró y Pansy se sintió nerviosa, como la primera vez.
-¿Pansy?- preguntó su novio, recorriendo con la mirada el cuarto repleto de velas, luego observó a su novia que estaba hermosa en esa lencería.
-Silencio- susurró la morena, mientras abría las piernas descaradamente, a Blaise casi se le cae la mandíbula -¿Adelantamos la noche de bodas?-
-Theo… ¿Estás seguro? - volvió a preguntar Nev, mientras su novio lo acariciaba sin pudor alguno en el elevador de su edificio.
-Sí, Pansy se quedó a dormir, lo que significa que ella y Blaise estarán haciéndolo toda la noche, Draco cae como piedra cuando está cansado, no van a darse cuenta…-
-P-p-pero…-
-Llegamos-
Theodore condujo a Nev dentro de la casa, el león se sonrojó al ver el sillón donde él y su novio habían estado juntos por vez primera, Theo lo llevó al balcón donde había un jacuzzi.
-¿Aquí?- preguntó el gry algo nervioso, Theodore lo comenzó a desvestir.
-Sí, aquí, es menos probable que nos escuchen-
-Pero…-
-Tranquilo…- susurró el Nott al oído de Neville.
El joven Longbottom terminó de quitarse la ropa, ambos se metieron a la tina desnudos, Theodore tomó a Neville entre sus brazos y comenzó lo besó lenta y profundamente, Nev se dejó llevar y correspondió el beso con mucha pasión, aventurando su lengua en la húmeda cavidad de su amante.
-Neville…me encantas- murmuró Theo, para luego atacar el cuello del león.
-Ahhhhhh…- gimió Nev, se cubrió la boca con las manos para contener los gemidos que quería dejar escapar.
-¿Qué haces?- preguntó Theo.
-Es que…nos pueden oír-
-Te aseguro que…-
-¡AHHHHHHHHH, BLAISE!- el alarido de Pansy interrumpió a Theo, él y Neville comenzaron a reír.
-Bueno, creo que no nos van a oír- concluyó el Longbottom, abrazándose a Theo, reanudó el juego de lenguas mientras acariciaba la espalda de su novio, se despegó de aquella sensual boca y comenzó a besar el pecho de Nott, aprisionando uno de los pezones entre sus labios, lo chupó hasta dejarlo firme y repitió la operación con el otro, Theo bajó sus manos hasta el trasero de Nev y lo apretó ligeramente.
-Ahmmmmm…Theo, no hagas eso…- gimió el león, recargándose en el pecho de Theodore.
-¿Por qué no?- preguntó la serpiente, repitiendo la acción, haciendo estremecer al gryffindor, atacó de nuevo el sensible cuello de Neville mientras este se estremecía entre sus brazos.
-Mhmmmm…muérdeme- pidió Nev, Theo accedió gustoso –Ahhhhhh, si…mhhhhh-
-Me encantas, Nev- declaró el Nott, comenzó a mover su pelvis de manera que su miembro y el del león se rozaran, causando miles de sensaciones a ambos jóvenes.
-Ahhhhhhhhh, Theo…mmhhhh…ya….- gimió Longbottom, moviendo sus caderas frenéticamente –Ya te quiero dentro-
-Espera, no….- habló Nott, Neville se acomodó sobre él, separó sus glúteos con ambas manos y comenzó a introducir el sexo de Theo en su interior, se dejó caer de golpe logrando la penetración total. –Ahhhhhhhhh, Por…ohhhh…Nev… ¿Estás bien?-
-Ahhhhhh, sí…- respondió el león, se apoyó con ambas manos en los hombros de Theo y tomó impulso para comenzar a moverse, subía hasta casi sacar de su interior a Theo y bajaba hasta adentrarlo lo más posible.
-Arghhhhhhhh…Nev, si…muévete así….mhhhhhhhhhhh…-
-Ah…Ahhh…mhhh…Theo…me…me gustas….me encantas…-
El slyhterin abrazó a Neville y lo ayudó a intensificar los embates, sus lenguas jugaban traviesas, sus ojos derrochaban pasión, los movimientos se volvieron más fuertes y erráticos, ambos estaban a punto del éxtasis, Nev miró a Theodore a los ojos, sintió el momento exacto en que el sly se corrió, derramándose en su interior, Nev sintió el orgasmo, y mientras terminaba susurró:
-Theo…te quiero…-
Estuvieron un rato así, abrazados sin decir nada, Theo levantó a Neville con delicadeza para poder salir de su interior.
-Ahhhmm…-gimió el león al sentirlo apartarse, el Nott se fue y regresó casi enseguida cubierto con un albornoz negro, ofreció uno igual a Nev, pero el Longbottom no se movió.
-¿Qué sucede?- preguntó Theo, poniéndose en cuclillas para estar más cerca del gry.
-No puedo levantarme- contestó Neville –Me duelen las piernas-
Theodore ayudó al león a levantarse y este se sostuvo de él para ponerse la bata.
-¿Puedes caminar?- preguntó la serpiente, ayudando a Neville a salir de la tina.
-No se-
El joven Nott levantó al gryffindor sin mucha dificultad, lo cargo hasta su habitación y lo recostó en la cama con mucho cuidado, luego se dejó caer al lado de Nev.
-No tenías que cargarme- habló el Longbottom.
-No pesas mucho, no te preocupes- contestó Theo, abrazando a Neville por la espalda. -¿Estás cómodo?-
-Sí- contestó el gry, ¿Cómo no podía estar cómodo entre los brazos de su Theodore?, sonrió en la oscuridad.
-Por cierto- habló Theo, acercó sus labios al oído de Neville y susurró –Yo también te quiero-
