Prologo.
Un día luminoso amanece, en el aire se respira una alegría inusual. Todos andan atareados y muy felices en Konoha, cuna de los mejores ninjas del país de Fuego. Hoy es el día de la Fiesta de Primavera, creada por el Rokudaime, Naruto Uzumaki.
El rubio de piel canela y ojos azules, llevaba casi tres años ocupando el cargo de Hokage de la Hoja, siempre aconsejado por la antigua Godaime, Tsunade Senju, que decidió dejar el cargo en manos de un muy capaz Naruto, para centrarse en sus investigaciones médicas.
Naruto Uzumaki, el antes tan despreciado como querido ninja numero uno en sorprender a la gente, había podido tomar el cargo como Hokage de Konoha, tras vencer a los Akatsukis en singular combate, obligando a los vencidos a ser fieles a la aldea de la Hoja. Actualmente, Pein, Madara, Konan, Kisame, Hidan, Sasori, Kazuku, Itachi, Deidara y Zetsu, eran los más fieles Anbu del Rokudaime. El rubio les había retado uno a uno a un combate, con la condición de que si les ganara sirvieran a Konoha. Los Akatsuki se habían reído largamente del rubio kitsune, que tan sólo se había limitado a levantar una ceja y espetarles:
-A ver si los ninjas más poderosos del libro Bingo son unos gallinas.
Los shinobis se habían llenado enteritos de venas y habían aceptado el combate, pero todos y cada uno de ellos habían perdido contra el rubio, para su inmensa sorpresa. El kitsune les había ordenado que se rindieran y se volvieran parte de su aldea, mientras tomaba los siete bijous capturados y se los llevaba con él, junto con sus prisioneros, convenientemente maniatados y fuera de combate, utilizando uno de los mejores jutsus de transportación, el Shunshin no jutsu Tria , mejorado gracias a su entrenamiento sennin.
En la aldea había causado sensación, porque ese mismo día Naruto había acabado con sus pocos detractores y había obtenido el puesto de Sexto Hokage, ya que al ver que su niño era el mejor shinobi de la aldea, Tsunade había entregado su dimisión y automáticamente Naruto había sido ascendido de jounnin a Hokage.
Bajo su mando, la aldea había sellado multitud de alianzas con el mundo ninja, y tenían numerosos aliados. Suna era el mejor de ellos y el más cercano, pero el pacto de amistad del Rokudaime había llegado a la aldea oculta de la Roca, Iwakure no Sato, la aldea oculta de las Nubes, Kumogakure no Sato y la aldea oculta de la niebla, Kirogakure no Sato, además de varias pequeñas aldeas más modestas.
Cuando Naruto llevaba dos años y medio en su cargo de Hokage, Sasuke había regresado a la aldea, acompañado de su equipo de ninjas, Suigetsu, Jugo y Karin. Antes de dar dos pasos dentro de la aldea, ya había sido sometido por el escuadrón especial Suki, compuesto por Deidara, Itachi, Madara y Kisame. Los chicos capturados fueron llevados hasta el Hokage, con Sasuke maldiciendo para sí amargamente...
Aquí comienza la historia.
Sasuke había vuelto a la aldea que le vió nacer, Konohagakure no Sato. Venía en compañía de los ninjas que había liberado del cautiverio de Orochimaru, al que había dado muerte junto con Kabuto, tan fiel a su maestro como para seguirlo a la muerte. El pálido Uchiha, de diecinueve años, había buscado sin descanso a su hermano mayor para vengarse de la muerte de su clan, pero tras meses sin rastro de él, había sentido una urgencia muy grande de volver a ver a esa persona especial, de cabellos rubios como besados por el mismo sol y ojos celestes que haría llorar de envidia al firmamento.
Karin, Suigetsu y Jugo, ansiaban tener un lugar para vivir, sin tantas penalidades por las que habían pasado, y Sasuke les había prometido un hogar en la aldea de la Hoja, despues claro está, de un exhaustivo interrogatorio por parte de la seguridad de la aldea...
Sasuke había sido el primero en entrar, y antes de dar su segundo paso, había sido sorprendido por cuatro figuras encapuchadas, que cayeron sobre ellos y les capturaron en cuestión de segundos.
-Quiero hablar con el Hokage.-gruñó el azabache con orgullo y mucha calma, pese a estar totalmente inmovilizado, las cuatro figuras asintieron apenas y se los llevaron hacia la Torre del Hokage, siendo observados por varias personas, que se sorprendieron mucho al ver de vuelta a Sasuke Uchiha, acompañado por tres personas desconocidas.
Al llegar a la torre, fueron arrastrados hasta el despacho del Hokage, que estaba de espaldas a ellos, hablando con un Anbu apostado en la ventana.
-Hokage-sama, hemos capturado a Sasuke Uchiha y otros tres ninjas desconocidos.-musitó respetuosamente una voz sumamente conocida para el azabache, que disimuló su sorpresa...su hermano Itachi.
-¿Y que trae por aquí al ninja renegado que dejó su hogar y sus amigos en busca de venganza?-preguntó una voz ronca y armoniosa, haciendo erizar todos los pelos de Sasuke, lleno de anticipación.
El sillón dio la vuelta y Sasuke se quedó mirando a unos ojos azules inmensamente familiares, aun cuando el rostro profundamente hermoso y la voz ronca y sensual le eran bastante extraños, junto con los ropajes propios de su rango...Naruto Uzumaki era el Hokage.
El rubio se quedó mirando seriamente el rostro casi desencajado de su mejor amigo y rival, mientras miles de emociones le recorrían el pecho sin que se reflejara ninguna en su grave semblante.
-Eres considerado traidor a la aldea, tras tu deserción al lado de Orochimaru, y varios intentos fallidos de traerte de vuelta.-continuó el rubio, con voz calmada y firme-Por suerte, tu hermano Itachi ha estado abogando a tu favor y no serás llevado a juicio, Sasuke.
El azabache se erizó como un gato enfadado, mientras sus tres compañeros ahogaban un suspiro...por eso Sasuke nunca había dado con Itachi, ya que el Uchiha mayor estaba en la aldea.
-Itachi, Madara, Deidara, Kisame, quitaos la mascara y hablad con el cabeza dura de mi mejor amigo.-suspiró el rubio, llevándose una mano a la frente, con principio de jaqueca.
Cuando los cuatro Anbus se quitaron la mascara, dejando a cuadros a los cuatro ninjas, llamaron a la puerta y llegó el resto del batallón ex Akatsuki: Pein (sé que su verdadero yo es Nagato, pero se ve mejor como Pein XD), Konan, Sasori, Hidan, Kazuku y Zetsu, provocando que la mandíbula de Sasuke rozara el suelo y los tres chicos se quedaran con los ojos como platos.
-Pero bueno, dobe... ¿Qué hace el Akatsuki al completo a tu lado?-chilló Sasuke medio histérico.
Naruto puso sus ojos en blanco, mientras sonreía cariñosamente. Los ex Akatsuki se rieron llenos de sorpresa por la reacción del azabache, mientras miraban con agrado el semblante feliz y relajado de su Rokudaime.
-Akatsuki ya no existe, ototo baka.-dijo Itachi con un guiño-Naruto nos venció a todos y nos trajo a Konoha, donde nos dio una nueva oportunidad. Ahora somos sus mejores jounnin de élite y le servimos con total fidelidad.
Todos dieron una cabezadita, mientras Sasuke seguía medio pasado por la impresión, como sus tres compañeros, que parecían peces fuera del agua. Naruto se levantó del sillón y fue hacia el azabache.
-Antes de que intentes matar a tu hermano, te informo que él no mató a tu familia, eso fue cosa de Danzou, líder de la Raíz, y sin consentimiento del Hokage, tan sólo porque sospechaban que todos estaban planeando una rebelión contra el Tercero.-dijo Naruto con voz calmada y suave.-Itachi está libre de toda culpa, ya que cargo con todo para salvar tu vida, aún a costa de tu odio.
Sasuke miró con incredulidad a su hermano, que bajó la mirada lleno de tristeza, con lo que el Uchiha menor supo que Naruto decía la verdad. El Rokudaime se acercó a su amigo y le puso la mano en un hombro, haciendo que el moreno levantara la mirada con los ojos brillantes por las lágrimas contenidas.
-Bienvenido a casa, Sasuke.-musitó con sus ojos azules llenos de cariño-Tendrás que hacer algún que otro castigo, junto con tus compañeros, para aplacar a los feudales y al consejo, pero puedes regresar a tu casa con Itachi. Tus amigos se pueden quedar en la posada o en mi antiguo apartamento.
-¿Y dónde te quedas tú, Naruto?-preguntó intrigado el azabache-Tu apartamento es muy pequeño para los cuatro.
-En la casa donde vivieron mis padres, Sasuke.-dijo Naruto con una gran sonrisa-Soy el único hijo del Yondaime, Minato Namikaze, y de Kushina Uzumaki, ambos murieron el mismo día que nací.
Sasuke abrió los ojos como platos, su dobe era el último Namikaze...
-¿Vives en la mansión Namikaze, Naruto?-se sorprendió el azabache-¿Todos saben ya de tu parentesco con el Yondaime?
-Por supuesto, teme.-dijo con voz alegre, mientras su sonrisa se acentuaba-Tsunade me dijo la verdad el año pasado y lo hizo publico. Todos se quedaron muy sorprendidos, pero como ya me habían reconocido todos, nada cambió...excepto que tengo a media aldea intentando casarse conmigo.-terminó con un suspiro el rubio hermoso, haciendo que Sasuke activase su Sharingan inconscientemente, al imaginarle acosado por sus fans.
El perspicaz Deidara supo al instante que el hermanito de Itachi, amaba al más que hermoso Naruto. El pobre rubio pelilargo sufría del mismo mal, así que fue muy sencillo darse cuenta de ello. Él mismo se moría por el hermano mayor del azabache, Itachi, así que entendía que el moreno ocultara su amor...el amor hacia otro hombre no estaba bien visto en el mundo ninja.
Sasuke, ajeno a los pensamientos del bello Deidara, se acercó a su hermano y le tomó con timidez de la mano. Ahora que sabía que su aniki no era el ogro malvado que él creía, el orgulloso chico de casi veinte años, volvía a tener siete.
-Gomen, aniki.-murmuró tan suavemente, que tan sólo Itachi y Naruto lo escucharon.
El Uchiha mayor, levantó su mirada hacia el rostro arrepentido de su hermano, y una nueva esperanza nació en su corazón. Posó suavemente su mano derecha en el alborotado cabello de su ototo, el pobre Sasuke no pudo contener su emoción y se abrazó a su hermano mayor con muchísima fuerza, ocultando sus delatoras lágrimas en el duro pecho de su hermano. Itachi le devolvió el abrazo, mientras miraba los bellos ojos azules del mejor amigo de su hermano y su salvador personal, musitó un inaudible gracias, mientras el rubio salía de la habitación llevándose a sus ninjas y a los tres compañeros de Sasuke.
Unos minutos más tarde, los dos hermanos salían del despacho, con sendas tímidas sonrisas, el Rokudaime había dado trabajo al resto de sus guardias personales, que no eran otros que los antiguos akatsukis, y estaba hablando con los tres compañeros de su mejor amigo y con Sakura, que era su secretaria personal, ya que Shizune había acompañado a su maestra al hospital de Konoha.
-Sakura, revisa a Sasuke, Karin, Suigetsu y Jugo, por favor.-decía en ese momento el rubio, de nuevo en su cargo de Hokage.-En cuanto termines con ellos, acompaña a Sasuke hasta su casa y lleva a sus compañeros a mi antiguo apartamento.
La pelirosa hizo una leve reverencia y sonrió con dulzura a Sasuke y sus amigos, deteniéndose sin poder evitarlo en los ojos claros de un chico de pelo color arena, que la miraba medio hipnotizado. La bella pelirosa se ruborizó suavemente y disimuló saludando a su antiguo compañero de equipo.
-Bienvenido de vuelta, Sasuke-kun.-dijo sonriéndole calurosamente, mientras seguía mirando de reojo al chico, que no era otro que Jugo ^^
-Muchas gracias, Sakura.-contestó el azabache, sorprendiendo un poco a la muchacha, pues no era muy hablador ^^.
La chica le sonrió aún más calurosamente y le llevó hasta el hospital de la aldea, donde los revisó con cuidado, alterándose un poquito con el guapo Jugo, y despues de que los acompañó hasta el antiguo apartamento de Naruto, se fue hasta la mansión de los Uchiha con Sasuke.
-No sabes la alegría que nos has dado con tu regreso, Sasuke-kun.-dijo Sakura, mirándolo afectuosamente. Sasuke se dio cuenta de que la chica había superado su amor infantil y le sonrió de medio lado.-Sobre todo a Naruto, ya que siempre pensó que había fallado como amigo al no conseguir encontrarte, y fue necesaria mucha insistencia para que aceptara el cargo de Rokudaime.
El azabache estaba muy sorprendido por lo que su amiga le contaba. Con aparente tranquilidad le preguntó:
-¿Por qué, Sakura? El ser Hokage siempre fue el sueño de Naruto.
-Porque Naruto estaba convencido de que no sería buen Hokage para Konoha, ya que no había conseguido traerte de vuelta.-murmuró Sakura, con ojos tristes.-Su frase literal, fue: "¿Cómo voy a ser Hokage si ni siquiera pude ser su amigo y traerlo de vuelta a la aldea?"
Ni él ni Sakura volvieron a hablar más. La chica lo llevó hasta su casa, donde Itachi le estaba esperando, les hizo una reverencia y se marchó silenciosamente, dejando a Sasuke pensativo y muy arrepentido, ahora tenía una idea aproximada sobre la magnitud del daño que le había hecho al dobe...
Naruto por su parte, estaba sólo en su despacho revisando unos papeles, intentando concentrarse en su tarea.
-Es inútil que finjas, cachorro.-musitó una voz a su oído, haciéndole soltar los documentos y dar un salto en su sillón-Sé que no estás enterándote de nada de lo que estás leyendo...
-Kyuubi.-trinó el rubio, abrazando a su amigo, el hermoso pelirrojo le devolvió el abrazo, mientras le acariciaba con suavidad el pelo dorado.
-Todos mis hermanos ya están a salvo en la dimensión bijou, Naruto.-dijo con ternura a su pequeño ototo-Ahora me quedaré contigo en Konoha como el enlace de nuestras dimensiones. Mis hermanos y yo, ya hemos hecho el tratado de paz que pediste. Mañana anunciarás a la aldea mi presencia y la nueva alianza.
El rubio Hokage se separó un poco, sonriéndole radiantemente a su hermano mayor. Le debía muchísimo al nueve colas. Gracias a él era más poderoso que nadie en la aldea, incluso podría decirse que nadie en el mundo ninja, porque el bijou pelirrojo había compartido toda su sabiduría con él, llegando incluso a adoptarle formalmente. Era un secreto para todos, pero Naruto también era un príncipe bijou, compartiendo todas las características de ellos y más de una sorpresa ^^.Había llegado el momento de anunciar la verdad sobre su hermano y él.
Continuará...