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Proyecto Trauma por rayito de luz

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Notas del capitulo:

Hola a todos!! Perdón por la demora >-< pero no tenía mucho tiempo y tenía la mitad del capi listo, pero a veces no me gustaba y borraba o sacaba... en fin, aquí está y espero les guste...

Además, le deseo a Japón una pronta recuperación y mucha suerte, Dios está con ustedes.

Prince of tennis NO me pertenece, sino al grandioso Konomi.

Ryoma miraba su cámara como si fuera de otra época, sin tener idea de cómo usarla. Pero la verdad, era que estaba molesto. Suspiró. ¿Por qué la solterona tuvo que tener esa “gran” idea?

- Recuerden, tienen una semana para realizar el video – Sonrió como en los comerciales de pasta dental.

La solterona, les había dicho que la segunda fase consistía en realizar un video en el cual mostrara lo que más les gustaba de la escuela, lo que hacían fuera de la institución, etc.

Pasaron cinco días y él se olvidó de “esa” tarea. No era su culpa, ya que tenía mejores cosas que hacer: como jugar tenis y ver a Momoshiro.

- ¿Qué haré ahora? – Dijo con pocas ganas y comenzó a jugar con su minino.

Como si de un resorte se tratara, se levantó de un salto, tomó la cámara y comenzó a grabar. ¿Esa metiche quería saber de su vida? Él le mostraría su vida, quizá de esa forma lo dejaría en paz.

Bajó las escaleras y enfocó a su padre, quien estaba sentado en el piso leyendo revistas pornográficas. El pequeño príncipe se acercó y murmuró un: “Viejo verde”.

Salió al patio, tomó su raqueta. Dejó la cámara en un lugar en que lo enfocase lo suficiente para que se viera lo que estaba haciendo. Golpeaba la pelota una y otra vez.

Lo hizo por una hora.

Suspiró. Ya casi eran las tres de la tarde. Era sábado, sabía lo que eso significaba. Momoshiro lo estaba esperando en las canchas públicas para jugar un partido de tenis. Sin apagar la cámara; fue hasta su habitación, se cambió y cargó las cosas que necesitaría. Se fue al lugar acordado.

 

* * * *

 

Momoshiro estaba esperando a su pequeño hacía media hora. Miró al cielo, cuando bajó su vista, vio a su querido que venía con una cara de aburrimiento; cargaba, además de su bolso, una cámara.

 

¡El video!

El mayor tragó grueso. Había “dejado en el olvido” aquella tarea. Una pregunta cruzó por su mente perturbada, ¿Dónde se hallaba la dichosa cámara? Maldecía su memoria.

Un momento.

¡Su adorado principito gruñón-dulce con complejo “Tezukiano”-pilar-de-seigaku lo ayudaría! Ah, como amaba a ese niño.

-¡Ryoma-kun! – Ese tono de voz alertó al nombrado; conocía demasiado a su novio. Sabía que algo pediría con esa melosa voz que le recordaba a una insoportable que vivía gritándole príncipe Ryoma… o algo así. - ¿Cómo amaneció mi salvación electrónica-psicológica?

- … - Definitivamente Momoshiro era tan indirecto como Horio al momento que gritaba: “¡Tengo dos fabulosos años de experiencia en el tenis!”. El otro, en cambio, estaba pensando que buena “indirecta” le había dicho a su pequeño.

- … no.

-¡¿Por qué no quieres ayudar a tu adorado Momo-chan a realizar este horrible video educativo?! – Lágrimas de cocodrilo se asomaron en su rostro.

El video. Video. Video… ¿Qué nadie se acordaba de él? Bueno, él tampoco era un súper ejemplo de los ejemplos máximos, pero por Dios, ¡Se estaba esforzando! ¿Acaso eso no contaba?

 

-¡Ryo-chan!

-No.

….

 

Momoshiro tenía que idear un “súper” plan para librarse de esta tarea. Una idea cruzó por su mente más rápida que la luz…

- Si juntos realizamos el video, ¡Terminarás más rápido y podrás jugar tenis por más tiempo! – Oh, sí. Lo tenía en la palma de su mano.

- …

- …

- … De acuerdo – Suspiró con pocas ganas. Su novio tenía razón, así terminarían más rápido. – Pero me pagarás – Una sonrisa nada inocente se cruzó por su rostro.

- Por supuesto – Se acercó y rozó sus labios. – Te lo pagaré con intereses, si quieres…

- Bien – Se separó y  filmó al mayor. – preséntate.

- ¿Eh?

- … serás idiota, di tu nombre.

 

- ¡Ah!  Yo ya lo sabía… - Carraspeó un poco. – Mi nombre en Momoshiro Takeshi – Sonrisa sexy.

 

* * * *

 

Era lunes, el día estaba nublado. Los alumnos ingresaban a los salones  con pocas ganas de vivir, es decir, muy emocionados para comenzar las clases y sacar a relucir todo lo que estudiaron, sus tareas y proyectos. O al menos, así quería imaginar el director de Seigaku.

Para la psicóloga Ishida, era un día perfecto para empezar con su trabajo. Amaba la vida, su trabajo, las personas… especialmente a los niños y adolescentes. Esos seres que harían de este mundo un lugar mejor.

- “Al menos, alguien es feliz…” – Pensaba la autoridad del instituto. - ¿Por qué no comenzamos a ver los videos, señorita Ishida?

- ¡Sí! Verá lo felices y amorosos que son estas preciosas criaturas.

- … ajá “¿Por qué contrato a cada loco…?”  

Se sentaron en un amplio sillón negro. Los primeros videos serían de séptimo año. Pusieron algunos, con la certeza – y esperanza – de encontrar algo productivo y bueno.

 

/ * /

 

-¡Mi nombre es Tomoka Osakada! Soy la presidenta del club de fans de Ryoma-sexy-sama.

-¡LE CONVIENE NO ACERCÁRSELE ISHIDA RITSUKO! ¡PORQUE SÉ DONDE VIVE! Ò_Ó

-Amo a mi príncipe… sus ojos gatunos… esas mejillas… ¡ESE CUERPO SÚPER QUE TIENE! Ah… *-*

 

 / * /

 

- …

- Ah, que tierno, ¡Tiene un amor platónico! – Se sonrojó, pues recordaba aquellos momentos en que soñaba con Brad Pitt.

- “Inhalo y exhalo, Inhalo y exhalo… “

 

/ * /

 

Se enfoca un cuarto con paredes rosas y un montón de pósters, recortes y fotos de una persona: Echizen Ryoma.

La – chillona - niña colocó torpemente la cámara en – al parecer -, un mueble. Caminó y se sentó en su cama. Debajo de su almohada sacó un sobre. Lo abrió con un cuidado extremo, como si en el, hubiera partículas radioactivas

- Este sobre contiene mi mayor tesoro – Sonrió como una psicótica fugitiva del hospital psiquiátrico.

 

/*/

 

 - … - El director pausó el video. Lo admitía, él alguna vez fue adolescente e hizo muchas cosas guidas por las hormonas a flor de piel, pero jamás había llegado a ese extremo. Quizá se debía a que eran épocas diferente… esperaba que fuera eso.

- Qué amor siente esa muchacha. – Ritsuko-san estaba feliz de saber que en el mundo aún había amores como los suyos. – Qué épocas, director Matsuda-san ¿Acaso no lo cree así?

- … ajá. – Se preguntaba qué tenía de normal ESO.- “¿Adorar la educación es pecado?”

 

/*/

 

- Este simple sobre de papel, tiene algo que es más valioso que cualquier otra cosa en mundo… ¡más que el oro y los dieces en matemáticas e inglés!

El contenido del dichoso papel no era nada más ni menos que…

¡Un mechón de cabello!

- Estos preciados cabellos son de mi ¡PRÍNCIPE RYOMA! Jajaja – Comenzó a reírse como la loca que era.

La chica se levantó y tomó la pobre e inocente cámara entre sus perversas manos. Sonrió como un cazador que acecha a su presa o como a Ichimaru cuando trata de violar a Hitsugaya en hermosísimos fics… ejem, volviendo al video…

El aparatito filmaba a la muchacha hablando sin parar sobre su “amor verdadero y único”.

- Cómo olvidarlo, ese día el sol estaba radiante. Yo caminaba hacia las canchas de tenis con tranquilidad y serenidad que todos se sorprendían e incluso envidiaban. Porque además, estoy dotada de una hermosa figura….

 

(Una hora después)

- él me miró; sus bellos ojos se cruzaron con los mío, fue fugaz, pero eterno a la vez… se acercó y dijo que nunca había conocido a tan perfecto mortal, que debía ser una Diosa condenada a vagar en este mundo rodeada de pecados… que era pura cual flor….

 

(Una hora y veintitrés minutos más tarde…)

- Entonces me propuso matrimonio una vez que había salvado su vida de las garras de Súperman y Dino-Sumiré…

 - ¡POR ESO SOY LA FUTURA TOMOKO OSAKADA ECHIZEN!

La descarriada niña comenzó a girar y girar. Hasta que calló y la cámara se apagó. Dando como concluido su video.

 

* * * *

 

- Ah, me recuerda a mi niñez…. - La castaña estaba sentada abrazando las notas que había tomado al transcurro del video.

- Me alegra que al menos, alguien lo haya disfrutado, porque a mí NO. – Estaba rojo del enojo y con ataques de conciencia, ¿Por qué su Pepe Grillo lo atormentaba? Él amaba la escuela, la educación, la miserable vida de los estudiantes y los trágicos accidentes de los profesores. - ¡No aportó nada!

- Sí aportó, Director.

- ¿En qué? Ni siquiera había un libro en esa habitación, ¡Lo único que me quedó claro, es que esa mocosa debe conseguir ayuda!

-¿Por qué dice eso?

- … - Suspiró y trató de calmarse.

- Veamos… ¡éste! Seguro que le gustará… oh, espere, parece que dos estudiantes trabajaron juntos, ¡qué bueno que existan las amistades así!

- Sí… “usted no sabe hasta qué punto puede “apoyar” un amigo a otro.”

 

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 La cámara se prendió y lo primero que se observó fue una imagen extraña. Un movimiento y apreciaron el rostro de un niño de trece añitos. Su mirada era de enojo y murmuraba palabras que no se podían entender.

- Mi nombre es Ryoma Echizen. – Arrugó sus cejas.- La escuela no me gusta. Sólo en tenis y lo demás, es confidencial.

Ahora se apreciaba el piso de una habitación muy desordenada, luego escaleras y finalmente, lo que parecía ser una sala. Un hombre estaba tirado leyendo una revista. El chico se acerca y se puede comprobar el contenido no apto para menores.

 

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 - “Esto explica muchas cosas…” – Pensó el Director.

- …

 

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El chico se dirigió al patio y comenzó a practicar. Con su raqueta golpeaba la pelotita una y otra vez…

Siguió así un largo tiempo; casi una hora. Hasta que de pronto, se detuvo y miró la cámara. Se fue. El paisaje era lo único que se podía apreciar. Las hojas verdes caían de los árboles, los pajaritos jugaban, cantaban y danzaban en el viento.

De la nada una mano cubre la lente. Se observa el movimiento que hace el chico.

Se detiene y se escucha una conversación con un chico.

- … De acuerdo –Se escuchó un suspiro – Pero me pagarás.

- Por supuesto. Te lo pagaré con intereses, si quieres…

- Bien – Se separó y  filmó al mayor. – preséntate.

- ¿Eh?

- … serás idiota, di tu nombre.

- ¡Ah!  Yo ya lo sabía… - Carraspeó un poco. – Mi nombre en Momoshiro Takeshi – Sonrisa sexy.

 El chico era alto y de ojos morados. Su físico era lo que resaltaba.

- Voy a octavo año. No me gusta el Inglés, Lengua, Matemáticas, Física…

Como suponen, el chico siguió y siguió relatando sus horribles experiencias en la escuela. Y, de paso, los cambios que haría en la institución si dependiera de él.

- Haría que la comida de la escuela fuese comestible y en más cantidad. Y la privacidad de la vida de los alumnos no tendría que ser interrumpida…

- Momoshiro…

- Hay cosas que se pueden hacer en público y nadie se da cuenta…

- No… idiota… ¡aléjate!

 

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- Y-yo...

- … “¡No de nuevo!” – El Director sacudió sus cabellos negros.

 

En ese momento, el hombre que amaba la educación y odiaba la ignorancia, por segunda vez en su vida, deseaba no saber.

 

Continuará…

Notas finales:

Espero que la lectura haya sido de su agrado.


Ahora que comené las clases, no sé si podré subir, pero prometo no demorarme tanto... ¡Lo siento! T-T


Cuídensen y mucha suerte :)


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