En una hermosa habitación se encuentran dos hombre, el primero un hombre de cabellos y ojos negros se encuentra escribiendo en su computadora, mientras que el segundo estaba dormido sobre la enorme cama, se miraba que esta desnudo pero, era una lastima que la sabana lo tapara, era un hermoso rubio y piel tostadita…
El pelinegro volteo a ver a su compañero.
- Te amo Minato.- dijo con ternura, mientras que volvía a consentirse en la computadora.
_____ PoV Fugaku _____
Esta es una historia que me paso con mi mejor amigo y colega Minato, hace dos años no se como paso, pero que encanto y desde entonce intentamos repetirlo cada día del padre, o en nuestros cumpleaños como un regalo muy especial.
Me llamo Fugaku Uchiha, tengo 39 años, estoy casado con una bella mujer llamada Mikoto y además tengo dos hijos, Itachi de 20 años y Sasuke de 16 años.
Mi mejor amigo se llama Minato tiene 37 años y está caso con la mejor amiga de mi esposa, Kushina, además de que tiene un hijo, Naruto de 15 años.
Sasuke y Naruto son pareja desde hace como dos meses, aunque al principio me enoje y no quería que fueran pareja, comprendí el día el padre que no había nada de malo las relaciones entre hombres, ya que Itachi es pareja de Deidara un sobrino de mi amigo.
Creo que ya me salí de lo importante. Una noche anterior al día del padre nuestras esposas quedaron de acuerdo en pasar el día junto las dos familias.
Y así fue, pero ellas junto con nuestros hijos se fueron como a medio día a realizar unas compras de última hora, ¿Es que las mujeres nunca dejan de comprar?... no se, pero nos dejaron solos en un domingo, en donde hasta los sirvientes esta de descanso.
Estábamos los dos sentado en la sala, platicando de los negocios en común que tenemos, nuestros hijos y de cómo nuestras esposas no paran de gastar nuestro dinero. Hasta que recordé algo que podría hacer que las horas pasaran mucho mejor.
- Minato…
- Si…
- ¿No te gustaría probar el nuevo sake que me llego?
- Claro Fugaku, ¿Pero donde esta?
- Acompáñame al sótano, ahí guardamos las buenas botellas.
Así los dos juntos, bajamos al sótano donde se encontraba el mejor sake que me había llegado últimamente. Entramos y Minato cerró la puerta, sin saber que no servia, ya que no se podría abrir desde adentro y pues hasta que no llegaran nuestras familias no íbamos a poder salir.
Al principio me moleste, pero él con su bella sonrisa me hizo calmarme un poquito. Como no teníamos nada que hacer, deshicimos comenzar a tomar, así paso como una hora, entre tragos de Sake y platicas sin mucho sentido, hasta que él muy curioso de Minato, encontró una caja muy llamativa.
- ¿Qué es?- pregunte.
- No se, yo te iba a preguntar lo mismo.
- Bueno, ábrela para saber que contiene.- ya que en verdad llamaba mucho la atención.
En la casa se encontraba un dado de ocho cifras, una lista enumerada y lubricante. Lo que más me sorprendió fue cuando Minato leyó el titulo en la lista.
- ¿Juego erótico?
- Deja ver, de seguro te equivocaste Minato.
Pero no, él no se había equivocado al leer, así decía y además…
- Reglas: Paso 1. Ser mínimas dos personas. Paso 2. Debe quedar solo en ropa interior. Paso 3. Tirar el dado. Y paso 4. El número que te caiga lo tienes que hacer a tú compañero.
- ¿Cuáles son los puntos?- pregunto mi amigo.
- 1. Un beso, 2. Un beso con lengua, 3. Un revolcón vestidos, 4. Tocar el miembro por encima de la ropa interior, 5. Tocar el miembro al desnudo, 6. Chupar el miembro con la ropa interior puesta, 7. Masturbar el miembro con la boca, y 8. Hacer lo que él otro quisiera durante un tiempo limitado.
- ¿Cuánto?.-pregunto con sus hermosos ojos azules muy llamativos.
- 5 minutos.
- ¿Qué interesante, no crees?
- No se…- conteste algo sonrojado, por que me encantaría jugar ese juego pero solo con él.
- Fugaku.
-¿Qué?
- No se gustaría celebrar el día del padre con ese juego, tú y yo solitos…
- Pero Minato, que esta diciendo, es que te has vuelto loco.- dije como si en verdad estuviera molesto.
- Lo siento, es mejor que guarde esto.- dijo algo triste, pero lo tome entre mis brazo y lo bese, ya no me puse resistir a no sentir esos calidos labios, que desde que nos conocemos he tenido ganas de saber a que sabes, y no le puedo mentir, me encontraba en el cielo.
Si darme cuenta mi erección ya era incontrolable, ni con mi mujer me había pasado eso, además me imaginaba con aquel juego, estaba totalmente sumiso a las órdenes de Minato, pensaba en él tocándome, él y yo abrazados, deje de pensar por temor a eyacular.
Minato y yo somos los mejores amigos, además de que nuestras familias están juntas por nuestros hijos, y tenía miedo de que después de jugar este juego pedirá a mi amigo.
- ¿Por qué me besaste?- preguntó mi amigo algo apenado.
- ¿Por qué me correspondiente?- y sonreír al verlo todo sonrojado.
- ¿Jugamos?
- Bueno, lo primero es quedarnos en calzones.
- Vale, pero desnudémonos el uno al otro.
Nos pusimos de pie y tomo mi saco, suavemente me la quitó, acariciando mi cuerpo dulcemente, la tiro sobre un colchón viejo que esta en el sótano y me rozo el pecho. Estire mis manos y fui uno a uno desabrochando los botones de su camisa pellizcando por un segundo sus pezones, estábamos bastante calientes, Minato me agarro las nalgas y me apretó su paquete con el mío, frotando con pasión.
Se agacho y comenzó a bajarme el pantalón, mi miembro peleaba por salir, él se dio cuenta y me beso el paquete por encima de la ropa, le separe para que no siguiera, lance lejos mis pantalones, y me agache, esta vez el que lo beso fui yo, note su pene duro a más no poder, y le quite los vaqueros ensimismado en hermoso regalo.
Le tumbe en el colchón y saque mi dado.
- Bueno yo comenzaré.
- Está bien Fugaku.
Tiré el dado, y la incertidumbre me excito tanto que un poco moje mi pantalón, mientras daba vueltas mi mente soñaba con Minato penetrándome (aunque no lo crean tenia todas las ganas que él me estrenara por mi culito), el dado se paro y salió un tres.
Minato tomo la lista y lo leyó.
- 3. Un revolcón vestidos, no se si cuando empiece podré parar.- dijo.
- Pararas, el juego es muy largo.- dije.- Además debe se muy divertido, no crees.
No me contesto, así que me senté junto a él, nos abrazamos y nos tumbamos, me quede debajo y Minato movía su cadera apretando dolorosamente mi pene, le arañe la espalda y soltó un ligero gemido, entonces le agarre las nalgas y se las apreté hasta perder la cabeza.
- Venga, te toca, lanza el dado.- dijo con una gran sonrisa de lujuria.
Minato lo agarro y lo lanzo rápidamente, saco un dos.
- 2. Un beso con lengua.
Me acerque y cerré los ojos, nuestras lenguas se juntaron inmediatamente y se dejaron llevar por la pasión para no hacer hueco en nuestras bocas para tanta locura, pero lo divertido no se quedo allí, Minato con una mano me manoseaba el hoyito, que separando mis piernas de ofrecí con descaro, no paso mucho tiempo cuando decidí parar.
- Bueno, me toca. – tome el dado y lo lance. – no esta mal, un seis, mírame la lista a ver que dice.
- 6. Chupar el miembro con la ropa interior puesta.
Me puse de pie, le agarre la cabeza y le se puse en los labios, el tacto del algodón y la presión de sus labios era muy agradable, comencé a suspirar, eso le calentó y abrió aun más la boca creí que mi ropa interior no aguantaría la presión, quería corredme pero me controle, pronto note la humedad de su saliva y le separe.
- Mira Fugaku este juego me encanta pero estoy muy caliente, quiero hacerlo ya.
- Yo también, pero esto me excita de una manera que no llegue a imaginar, sigamos por favor.
- De acuerdo, como tú quieras dame el dado es mi turno.
Minato con un gesto rápido lanzó el dado, y sacó un cuatro.
- ¡Por qué!, me la tienes que tocar con el boxer.
Acepte su gesto de desagrado, pero estaba muy feliz de poder jugar con Minato a los dados, me arrime y con una mano le frotaba el pene, el tacto de sus boxer azules y con zorritos rojos eres muy sexy y además era extremadamente suave, con la que me quedaba libre, le masajeaba sus testículos, lo hice con pasión pero a él, ese juego ya no le divertía.
- Vale Minato, entiendo que esto ya es tontería, hagamos modificaciones, tira el dado si sacas más de cuatro, te la chupo, si sacas menos me la chupas.
Aceptó, lanzó el dado y saco un tres, yo recibiría su chupada muy rica, Minato se agacho y me quito los calzoncillos me masajeo unos instantes y comenzó una chupada que dejo clara su calentura.
- Si saco un siete o un ocho te corres en mi boca y te hago mío, si saco menos soy tú esclavo hasta que lleguen…- dijo un muy confiado Minato.
La apuesta de mi amigo fue muy arriesgada y yo teniendo todo a mi favor acepte, él agarro el dado, le dio un par de soplidos y lo lanzó, la suerte me castigo por tenerlo tan caliente y él sacó un ocho. Busco mi mirada con una amplia sonrisa, le ofrecí una mueca de aceptación y me la comió con descaro, notaba la humedad de su boca, su lengua acariciando mi pene suavemente, sus dientes apretándome levemente mi glande para provocar un poco de dolor excitante, con sus manos me acabo de tumbar en la cama, me separo las piernas y dejo claras sus intenciones.
- ¿Dónde dejaste la crema?
- Sigue en la caja.
Fue rápido en sus movimientos, tomo el lubricante y me unto su dedo, y después con mucha pasión comenzó a metérmelo, al principio era dolor, extrañar y sobre todo por que la crema estaba fresca, eso me esta excitando mucho, y para que se me olvidara que comenzó a meter otro de sus dedos, me besaba efusivamente.
- Ya hazme tuyo.- dije entre gemidos.
Como me vio tan desesperado, me agarro de las caderas poniéndome bocabajo, además tomo nuestro sácalos para alzar mi culo y con detenimiento mi amigo inicio la penetración.
- Hazlo despacio pero no pares.- dije con emoción por que era mi estreno a mis 41 años.
Note como entraban aquellos centímetros como si fuera la distancia de Tokio a Kyoto, el tiempo se hacia eterno mientras notaba como mis dos nalgas se alejaban como nunca antes habían hecho, me la empujaba suave, pero sin ceder, y así al cabo de unos minutos note sus testículos rozando mi piel, cuando mi esfínter se hizo a mi nueva compañía el ritmo de Minato se acelero, se tumbo sobre mi, y me besaba dulcemente, sus caderas tenían ya un ritmo infernal, ahueco un poco mi cuerpo, y metió la mano para masturbarme, el ritmo era insoportable, y pronto sus gemidos y la tensión de su cuerpo me desvelaron su secreto. Se esta corriendo y sobre todo dentro de mi, y al primer choro que sentí, me corrí junto con él, llegando junto al clímax.
Cuando descansamos un tiempo abrazado, y diciéndonos que siempre habíamos deseado experimentar al estar con un hombre y sobre todo, que fuéramos entre nosotros. Él miro la hora, y nos dimos cuenta que era hora que cambiarlos y limpiar todo el desastre que realizamos, además de dejar el jueguito erótico en su lugar.
Cuando ya habíamos terminado, alguien abre la puerta y para nuestra sorpresa era Karin, la sobrina de Kushina.
- ¿Tío que haces aquí?
- ¡Que bueno que llegas!.- dijo emocionado mi amigo.- Es que nos quedamos en cerrados por error.
- ¿En cerrados?
- Hola Karin, ¿Qué haces aquí abajo?
- Hola señor Fugaku, mi tía y su esposa me enviaron por un vino tinto para destejar su día.- dijo recordando a lo que venia.- Así ¡FELIZ DÍA DEL PADRE!- Nos grito y abrazo muy emocionada la chica pelirroja.- Además es mi cumple.
- ¡Felicidades Karin!.- dijo mi amado rubio, mientras que yo tomaba una de las mejora botellas de vino tinto.
- Es mejor que subamos.- dije seriamente, por que no me gusto como Minato abrazaba a su sobrinita.
^*^
Desde esa primera vez, los dos disfrutamos los momentos a solas, sin nuestros hijos, sobrinos o esposas…Fue nuestro mejor día del padre.
___ Fin del PoV Fugaku ___
El rubio abrio su hermosos ojos azules, que con calma se quito la sabana que taca su hermoso y bien trabajado cuerpo.
- Fukagu… - dijo coquetamente y con una hermosa sonrisa.
- Mmmm, pensé que seguía dormido dormilón. - el pelinegro no voltio, ya que estaba terminado de escribir.
- ¿Me vas a dejar aquí solito y desnudo?.- dijo haciendo un lindo pucherito.
- “Se ve tan hermoso mi amado rubio, ahí desnudo y con su miembro en guardia para darme una muy buena batalla…”- pensó.- Claro que no amigo.
- Feliz día del padre mi amor.- dijo el rubio mientras abrazaba y besaba a su amante.
- Feliz día del padre y aniversario Minato.- dijo con una gran sonrisa, que solo a él le mostraba.
- Es verdad, hoy cumplimos dos años de relación y de engañar a nuestras esposas e hijos.- dijo tristemente.
- Olvídate de eso mi hermoso rubio, mejor sigamos festejando nuestro día…
Los dos se abrazaron y comenzaron a besarse sobre esa cama, esa cama que ha visto y gozado con ellos muchos momentos de pasión y amor.
*-* Fin *-*