El comienzo
Me llamo Ciel phantomhive, tengo 13 años y vivo en una mansión. Soy el jefe de la juguetería “Phantomhive” Algo obvio , ¿no?... Bueno, tengo un Mayordomo llamado Sebastian. El es alto, delgado y tiene unos bellisimos ojos... y ¿Por que le mensiono? bueno, creo…que estoy... empezando a sentir… cosas por el... ¡No! ¡¿P-p-ero que estoy diciendo!?.
-aaah…-suspire- que…aburrimiento…
- Bochan, que le sucede?- me susuro el Ojirojo en el oido
–n-n-nada!- Tartamudee, nervioso y sintiendo como la sangre subia a mis mejillas, coloreandolas de carmesi.
No podía soportar que Sebastian hiciera eso, sentía escalofríos por todo el cuerpo tan solo de pensarlo. También sentía algo en el estomago…no sé como describirlo…pero sé que no es muy agradable que digamos….
-Vamos Bochan, dígame que le pasa- insistio, mirandome directamente a los ojos
-no te diré- le respondi cruzando los brazos y dando media vuelta.
-ok…- dijo algo deprimido para luego retirarse de la habitacion.
-Sebastian- le llame casi gritando. No quería que se fuera, no quería que me dejara solo.
Muchas preguntas invaden mi mente cada vez que veo a ese sujeto al cual le tengo tanto aprecio, como ¿Qué pasara cuando el contrato se haya completado?, ¿Serán cierto esos “nunca te dejare solo” que tanto repite?, ¿Seré alguna vez una persona importante para él...? Esas son preguntan que ahuyentan el sol de mi dia y llaman a la oscuridad que termina por quedarse, al igual que aquellas dudas.
-¿Si?- respondio con una pequeña sonrisa naciendole en el rostro.
-Emm…- dude, algo nervioso, ¿Que tenia para decirle? –¿Que cosas tengo para hoy?- termine por preguntarle.
-Nada Bochan, Hoy está libre- me informo, ahora sonriendome mas.
-Ah...- Estaba un poco decepcionado. No me apetecia estar todo el dia al lado de Sebastian.
-¡Bien, Bochan!, ¿que quiere hacer?-
-No se…dime, ¿que quieres hacer tu?- le pregunte en un intento de distraerme y calmar mis nervios.
-mmm… - una sonrisa picara se asomo en su rostro. -¿que tal si jugamos a un juego?- Pregunto al fin.
-¿a que juego?- pregunte por preguntar. La verdad, no me emocionaba mucho la idea.
-¿Quiere jugar si o no? No puede arrepentirse de su palabra. Si dice si es si y no puede retractarla.- Me pregunto algo molesto.
-B-bueno….-
No me gustaba ver a Sebastian enojado, era lo que más odiaba. No me gusta ver enojo dentro de esos hermosos ojos rojos.
-¡Entonces! Jugaremos a cambiar de lugar, usted sera mi mayordomo una semana y yo su bochan- dijo al fin, con una sonrisa triunfante.
-Naniiiii!-
¡No, no podía estar pasando!, ¿Que pasara después de esto? Dijo que no podía retractarme… ¡Pero nunca se me paso por la mente idea como esta!
-U-un conde como yo no puede ser un mayordomo- objete, cruzandome de brazos.
-Oh… ¿enserio? Bueno, tiene razon, un NIÑO como usted no puede ser un mayordomo, ¿cierto?- declaro burlon y desafiante. ¡Como odio que haga eso, siempre pierdo contra eso!.
-¡No soy un Niño! ¡Soy un adulto!- le grite.
-¿un adulto?, ah, bueno, entonces si podrá ser mi mayordomo por una semana, ¿no?- Le fulmine con la mirada.
–O-ok….- rayos, perdi...
-Entonces empezara desde mañana, Bochan- declaro asi el comienzo del juego, con esa sonrisa triunfante en su rostro de nuevo.
¡No puedo! ¡Simplemente no puedo ser su mayordomo! No se limpiar, ordenar, hacer las camas, ¡y mucho menos cocinar!...No sé qué hacer, estoy preocupado… ¿Que ira a pasar?
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-S-se-bas-stian… D-des-spierta-
No quiero hacer esto