Elliot Moreau cerró la puerta tras de sí, y exhaló el aire que había retenido durante esos larguísimos cinco minutos. Cuando notó que seguía negando con la cabeza, suspiró, intentando recobrarse de lo que acababa de escuchar dentro de esa oficina, y no pudo evitar volver a preguntarse, ahora en voz alta: “¿Por qué a mí?”. Y realmente no lo entendía.
No era precisamente el mejor de los estudiantes, no participaba en actividades extracurriculares, no frecuentaba a sus compañeros de clase, y definitivamente no tenía ni un ápice de espíritu escolar; todo eso le parecía evidencia más que suficiente del profundo odio que sentía por el Instituto y por cualquier cosa que pudiera llegar a tener algo que ver con eso, entonces, ¿por qué lo elegían precisamente a él para ser tutor del chico más tonto de la escuela? ¿Acaso pretendían castigarlo por no ser feliz estudiando?
-Mierda.-Sentenció, colgándose la mochila del hombro, resignado. El director había sonado demasiado entusiasmado con la idea, y ante su rotunda negativa inicial no dudó en recordarle las clases de verano, los expedientes personales, los pequeños accidentes ocurridos por su causa, etc. No tenía salida.
El trayecto hasta su última clase de la tarde se le hizo eterno, pero se alivió al ver a su mejor amiga, Alice, esperándolo en la puerta con una enorme sonrisa.
-¿Cómo te fue? ¿Qué quería ese hombre horrible?
-Quiere hacerme la vida imposible. Y lo logró. A partir del jueves seré el tutor de Cole Damiani.-Contestó de mala gana, mientras se dirigía a su pupitre.
-Mierda.
-Sí.
-Bueno… Cole Damiani. ¿Del equipo de baloncesto?
-Sip.
-Al menos es lindo.
-¿Crees que me importa? ¡El tipo es un cabeza hueca!
-No seas marica que no es para tanto…-Canturreó Alice, sentándose a su lado.- Podría ser mucho peor.
-¿Ah, sí? Alice, tengo que hacer de niñera de un tipo que tiene un balón de basket por cerebro.
-Sólo tienes que ser su tutor. Ayudarlo con algunas materias de vez en cuando. Además, Cole está como para comérselo.
-¡No me importa! ¿Por qué siempre haces eso?
-¿Hacer qué?
-No soy gay, Alice. Ni ahora, ni la semana pasada cuando intentaste ligarme con ese tipo en el parque, ni nunca.
-Ay. Serías un estupendo gay.
-Cállate, ¿quieres?
-Eres un amargado…
La hora y media de clases transcurrió tranquilamente, entre el sopor habitual que producía la voz del profesor de Química y los gruñidos mudos de Elliot. Cuando sonó el timbre indicando la salida, fue el primero en cruzar por la puerta, seguido por su amiga.
Caminaron en silencio hasta la calle donde Alice esperaba generalmente que su padre la pasara a buscar y se detuvieron frente a la heladería, como siempre.
-Eh, Elliot, ¿ese que está en la heladería no es tu nuevo pupilo?
-Mpf…-El joven se volteó a regañadientes para comprobar que Cole Damiani salía de la tienda, acompañado por dos chicos que vestían la chaqueta del equipo de basket del Instituto.
-Creo que viene hacia acá.
-¿Por qué demonios vendría hacia acá?
-No te pongas nervioso.
-No me estoy poniendo nervioso. No digas estupideces.-Concluyó Elliot, fulminándola con la mirada.
-Buenas, Alice. ¿Tu amigo es mi nuevo tutor?-Saludó jovialmente el joven de cabello oscuro.
Elliot asintió con la cabeza, bastante seguro de que si abría la boca diría alguna estupidez. Cole esbozó una sonrisa amable, enseñando sus dientes perfectamente blancos a juego con su piel perfectamente morena y sus ojos perfectamente azules.
-Oh, sí. Es Elliot, mi mejor amigo. Saluda, Elliot…-Intervino Alice, dándole un codazo en las costillas al aludido.
-Em, hola.
-Es un poco lento, pero te aseguro que será un buen tutor.
-Eso espero, si no paso química no podré jugar el próximo partido. Bien, tengo entrenamiento, nos vemos el jueves, Elliot. Fue un gusto conocerte.
-Mpf…
El moreno se alejó, bromeando con sus amigos rumbo al Instituto. Elliot suspiró, odiando con todas sus fuerzas a quien fuera responsable de que tuviera que pasar tiempo con ese chico estúpido.
-Eres un idiota.-Murmuró Alice, sacándolo de sus cavilaciones.
-¿Por qué?
-Cole intentaba ser amable y tú no eres capaz de comportarte como un humano normal.
-¿De cuándo te interesa que me comporte como un humano normal?
-Quiero que te lleves bien con Cole.
-¿Por qué?
-Porque ser verían muy monos juntos…