-Itachi-san- llamaba un rubio, peli largo, atado en una media cola y los ojos azules. Llegaba casi brincando de felicidad, ¿el motivo? No se sabe.
-¿Qué pasa Deidara?- le preguntó viendo su alegría. Ese día iba a ser especial, Itachi Uchiha, azabache, peli largo, siempre arreglado en una coleta, los ojos negros como la noche y unas ojeras que lo hacían ver sexi. Ese día se había decidido a declarársele a su rubio amigo, tenían apenas 12 años cumplidos, se sentía nervioso y algo apenado, no sabía cómo empezar.
-¿Qué crees? Tengo que decirte algo- le dijo aun brincando con una sonrisa de oreja a oreja.
-Yo también, pero dime, ¿Qué cosa?- le dijo, tal vez así estaría un poco más tranquilo.
-Me mudo- le dijo ilusionado -me voy a ir a la capital- le dijo aun sonriendo, el rostro de Itachi no reflejaba nada, pero sintió una daga en su corazón.
-Que... bueno- pudo decir. -¿C-c-cuando t-te va-vas?- le preguntó shockeado.
-¿Estás bien?- le preguntó, nunca lo había visto tartamudear ni tan nervioso.
-S-si- mintió.
-¿Y qué es lo que me tenias que decir?- le preguntó con algo de curiosidad.
-Nada importante- aclaró.
-Oh vamos, dime- le suplicó.
-Solo que... te voy a extrañar mucho...- el rubio se sonroso al igual que él -es decir, todos, te vamos a extrañar mucho- rio nervioso después de corregirse. Deidara se veía triste, pero no quería verse sumiso en frente del Uchiha, quería pasar la tarde con él, disfrutar cada momento, no sabía cuándo volvería, ni sabía si algún día regresaría, por eso quería estar con él.
3 años después.
Itachi se había dado cuenta que el rubio regresaba de visita a la ciudad, pero solo se quedaría unos días y luego se iría, como hacía tres años. Pero no importaba, lo quería ver, saber cómo estaba y como se la estaba pasando en la capital. Casi de inmediato fue a visitarlo a su antigua casa, fue bien recibido por los padres del rubio.
-Hola Deidara- le saludo, se quedo boqui abierto al verlo aparecer, realmente se veía bien.
-Hola, Itachi-san- contestó, se sentía incomodo con la mirada tan insistente del Uchiha.
-Oni-san...- Naruto había llegado corriendo, se acerco al pelinegro para abrazarlo, este lo recibió y lo cargo. -Llévame con Sasuke-teme, ¿sí?- le pidió.
-Claro, ¿vamos?- le pregunto al rubio mayor, este asintió y luego salieron de la casa, con dirección a la del Uchiha. -Esperen aquí, iré por Sasuke- les dijo entrando a la casa. -Ototo- lo llamo, el nombrado llego corriendo y al igual que el rubio se le echó encima.
-Itachi-nii-san- sonriendo -¿Dónde estabas?
-Hay alguien que quiere verte- contesto.
- ¿A mí?- confundido -¿Quién?
-Vamos afuera- lo tomo de la mano y lo jalo. Naruto y Sasuke cruzaron las miradas, ambos sonrieron pero no se movieron. -¿Quieres un helado, Deidara?- le pregunto mirándolo.
-Claro- sonrió, los menores se separaron y fueron corriendo delante de ellos, mientras platicaban sobre lo que había sido de sus vidas.
-¿Ya has conocido a alguien?- le pregunto, quería saber si había alguien en la vida del rubio, para así hacer el intento o solo dedicarse a olvidarlo.
-Pues...- pensó -hace dos años conocí a un chico pelirrojo, también estudia en la escuela de arte, como yo- le dijo feliz -pero...- entristeció -él se fue a estudiar al extranjero, es mayor que yo.
-Oh... ¿lo querías?- le preguntó.
-Mucho- contestó serio, vio a Itachi, sus ojos reflejaban algo de tristeza y decepción. -Solo como amigo, nunca hubo nada entre nosotros- concluyo.
-Claro- sonrió levemente, tenía posibilidades, aunque sabía que después de tres o cuatro días el rubio se iría de nuevo, aunque correspondiera a sus sentimientos estarían alejados, y una relación a larga distancia no siempre funciona. Estando frente a la heladería se dieron cuenta que estaba cerrada. -Está cerrada- dijo el azabache.
-Ya que- dijo sin más el otro -vamos al parque- le ordenó. Tomo su mano y camino presuroso al lugar, al llegar siguieron platicando sin darse cuenta que aun estaban tomados de la mano.
-Vamos a la pradera- sugirió Sasuke al rubio.
-Si- corrieron hasta el lugar. Antes de que el rubio se fuera solían pasar el tiempo ahí, platicando, jugando, peleando, ese día iba a ser diferente, no sabían cuando se volverían a ver y querían divertirse hasta cansarse. Al llegar encontraron el piso tapizado, en parte, con hojas secas. Naruto recogió algunas y las deshizo entre sus manos.
-¿Qué haces?- le preguntó Sasuke confundido.
-¿No ves? Destruyo las hojas- sin dejar de hacerlo.
-Eso lo sé, lo que quiero saber es ¿para qué?
-Pues para echárselo a la gente- respondió. Tomo también algunos pétalos de flores que solo se daban en aquel lugar. Al final quedo una extraña mezcla de color entre rojo, amarillo y verde. Sasuke se le unió, también tomo hojas destruyéndolas, y mezclándolas con los pétalos. Cuando sus manitas estuvieron llenas, los dos menores caminaban animadamente entre las estresadas personas, lanzando de cuando en cuando su creación, sacándoles sonrisas divertidas a la gente.
Los dos mayores desconocían el paradero de sus hermanos, y les importaba muy poco, estuvieran donde estuvieran debían estar bien. Se paseaban por la plaza tomados de la mano como cualquier pareja.
-Ven- el azabache jalo fuertemente a su acompañante a uno de los jardines que tenía el parque, teniendo más privacidad.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me traes aquí?- le preguntó.
-Es que, quiero decirte algo.
-¿Y qué es?
-Pues...- dudó un rato -me gustas- dijo al fin, vio sorpresa en el rostro del otro -me gustas mucho.
-¿Desde cuándo?- saliendo de su shock.
-Desde mucho antes que te fueras- respondió.
-¿Por qué no me lo habías dicho?- cuestionó de nuevo, Itachi sentía que lo había incomodado, y como no hacerlo.
-Yo lo iba a hacer, pero justo el día que me había decidido llegaste y me dijiste que te ibas a la capital, no me quedaron ganas de hacerlo, ¿para qué? Te irías y no sabía cuando volvería a verte- le dijo, Deidara veía al suelo, asimilando lo que acaba de escuchar de la boca del Uchiha. -No es necesario una respuesta, solo quería que lo supieras.
-Itachi yo...- hablaba, intentaba hacerlo. De pronto tomo las manos del moreno, las poso en su cintura y las de él en el cuello del otro, y le dio un corto beso en los labios, se separó para encontrarse con el rostro sorprendido del azabache.
-¿Eso significa que...?- no hacía falta concluir la pregunta, el rubio asintió.
-Dijiste que no querías una respuesta, ¿no?- divertido, Itachi rio y volvió a besar al ojiazul, esta vez fue un beso profundo lleno de cariño. En ese momento sintieron algo caer en su cabeza y cara, se separaron para poder ver que era. Nada más y nada menos que hojas y pétalos de colores, además se encontraron con sus dos hermanos, quienes los veían divertidos, Deidara se sonrojó.
-¿Qué es esto?- preguntó Itachi refiriéndose a la mezcla que les acaban de lanzar.
-Es... confeti...- dijo Naruto.
-Confeti natural- completó Sasuke.
Después de todo, no es una mala manera de pasar el tiempo cuando uno tiene 9 años, ¿o sí?