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El chango de los dos plátanos por misery_182

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Notas del fanfic:

Hola. Pues aquí estoy de nuevo, con otro de mis escritos, espero les agrade, mucho, com a mí, xD. Esta vez es un sasunaru, el único que he terminado, creo...

Bueno, bueno, lo había escrito hacia mucho, pero a penas ahorita se me ocurrió subirlo a esta pagina... ok, estoy divagando, de nuevo ¬¬

 

 

 

 

 

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto. La canción "El chango de los dos plátanos", tampoco me pertenece, es obra de la banda regiomontana Panda, del autor José Madero Vizcaíno.

Notas del capitulo:

Aclarado eso, creo que pueden pasar a leer. Disfrútenlo.

 

PD: si llegase a aparecer un último párrafo lleno de incoherencias, por favor, solo ignórenlo

 

Y aquí estoy, de nueva cuenta, recostado en la cama, tocando algo en mi guitarra, solo para distraerme y por diversión, aunque la diversión se acabo en el momento en que un buscador de talentos nos escucho tocar, a mi banda y a mí, dijeron: "son muy buenos, queremos que firmen con la disquera, ¿Qué dicen?" y ahí entro mi hermano, Itachi, quien se convirtió en el representante de la banda, junto con su rubio amigo, creo que se llama Deidara, aunque él diga que son amigos yo creo que hay algo más entre ellos, pero bueno, de eso hace 3 años, ahora somos famosos, y entre conciertos, firma de autógrafos, convivencia con los fans, lo conocí, conocí a Naruto, un pequeño rubio ojiazul 3 años menor que yo, es el presidente del club de fans de la banda, quien poco después se convirtió en mi amante. Llevamos casi dos años de relación, es bien sabida por los medios y no fue puesta a discusión por nadie, y quien se hubiese atrevido lo habría mandado fusilar.

 

No puede ser

Tengo a dos en mi otra vez

Una es mi guitarra eléctrica

Y la otra mi mujer

 

Decidimos tomarnos un tiempo para pasar con nuestras familias y respectivas parejas, aunque no sé por qué Sai y Gaara insistieron tanto si se la viven juntos, mi hermano y el rubio ese igual, yo soy el único que estoy un poco distante de mi niño, solo va a uno que otro concierto cerca de su casa y no lo veo muy a menudo, pero para eso son estas vacaciones, que estamos pasando en su casa, lejos de la ciudad, de los fans, de los medios y de todos lo que se atrevan a interrumpir mientras estoy en la cama con mi Naruto. Y ya viene de regreso, me ve y se detiene a la mitad del camino.

-¿Qué pasa?- le pregunto extrañado, por lo general vendría directo a mis brazos, para que pudiera mimarlo un rato, después subir un poco el tono y luego hacerle lo que mejor se hacer, claro, después de tocar la guitarra y cantar.

-Deja esa guitarra en paz- me dice, no, me ordena. Sonrío divertido y le obedezco, la dejo recargada a un lado de la cama, con cuidado de no rasparla, devuelvo la mirada a mi rubio, sonríe un poco y después continúa su camino, se sube en mí y me comienza a besar con lascivia, no dudo en responder, hago que quede debajo de mi y del resto me encargo yo.

 

Pero no

No lo deben de saber

Porque yo les soy infiel

Un secreto debe ser

Por favor es que ellas

 

Lo dejo dormido después de eso, curiosamente no tengo sueño, me levanto y me visto, no voy a salir solo no quiero estar acostado, tomo mi guitarra y salgo de la habitación hacia la terraza de su casa, me siento en la silla mecedora que hay y vuelvo a tocar lo que había empezado un rato antes, termino la parte de lo que parece ser una nueva canción, aun sin letra, pero la música va progresando. Hace frio, mis dedos duelen al contacto con las cuerdas de metal, y el vapor sale de mi boca, pero no me importa, sigo tocando, disfrutando de las dulces notas que emana mi fiel compañera, aunque nunca se compararían con la forma en que mi rubio novio dice mi nombre entre susurros y gemidos, eso sí es música para mis oídos. Y así sigo, pensando en él mientras compongo esta nueva canción, aun no pienso en la letra de esta pero tarde o temprano algo se me ocurrirá.

-Te encontré- dice mi niño detrás de mí, en un leve susurro, lo ignoro, solo para molestarlo. Camina hacia mí despacio -deja esa fea guitarra y regresa a la cama- me dice.

-¿Crees que es fea?- le digo sonriendo divertido, viéndolo a los ojos. Él gira el rostro hacia otro lado, con las mejillas infladas y un lindo puchero, no puedo evitar reírme, sé que es celoso y no me importa, de algún modo me gusta que me cele de esa manera, algo posesiva, pero, ¿al grado de molestarse por una guitarra? Eso nunca lo había visto antes, ni siquiera en Itachi, y valla que es celoso, yo también lo soy, en una ocasión iba a golpear a un tipo, y resulto ser que solo le estaba pidiendo la dirección de un lugar turístico de la ciudad, y para acabar estaba casado y con dos hijos, me avergoncé y es difícil hacerme sentir apenado.

Dejo el instrumento a un lado con extremo cuidado, ahora me está viendo, detallando cada uno de mis movimientos, le hago una seña con la mano para que se acerque, me obedece, lo siento en mis piernas y lo abrazó para protegerlo del frio, comienza a dibujar figuras extrañas en mi pecho y cuello, lo miró entretenido, ¿Cómo puede ser tan inocente pero a la vez tan... sexy? Veo su pijama, le queda algo grande, es de color blanca con algunos dibujos de una espiral en color naranja, ahora que lo recuerdo nunca la había visto antes.

-¿Y eso?- le preguntó, me mira interrogante, señalo la prenda y me sonríe ampliamente, hay esa sonrisa, siempre tiene que estar sonriendo, a todos, y no me gusta, solo quiero que me sonría a mí, no a todo el que se atraviesa en su camino.

-Ah, el pijama- me dice viéndola.

-Sí, el pijama- le digo mostrando molestia, que no es fingida, pero tampoco me voy a molestar por algo así... ¿o sí?

-M-me la regalo Itachi-san- dice aun con su vista en ella, -sabía que estaríamos aquí, y como hace frio pensó que sería un buen regalo- me explico sonriendo, al final me miro a los ojos, lo mire un rato, después recargue la cabeza en el respaldo de la silla, con los ojos cerrados y el ceño ligeramente fruncido, claro, sin dejar de abrazarlo. Noto que me molesto el gesto que tuvo mi hermano a para con él, pero es que esta inocente y mi hermano es tan pervertido, temo que le pueda hacer algo, conociéndolo como lo conozco, pienso lo peor de él. Naruto se acomodo entre mis brazos, acurrucándose, su rostro está en mi cuello, siento su cálida respiración en el, esta soplando levemente, ahora me dio un casto beso en esa parte, sabe que soy sensible, pero no me molesta, sigue repartiendo pequeños besos, y de pronto siento algo nuevo, me ha lamido el cuello, mis facciones se relajan y me permito dejar salir un suspiro, si ya de por sí, me excita fácilmente, si comienza a provocarme estoy seguro que lo tomare ahí mismo.

-Naruto- lo llamo sin verlo, él me mira -¿Qué dices si te quito esa fea pijama?- le propongo divirtiéndolo, sonríe y se aferra a mi cuello, lo cargo al estilo nupcial y lo llevo adentro, olvidando mi guitarra por completo, no me hará falta.

 

Yo no soy así

Más no soy feliz

Si no tengo a las dos para mí

Ya tengo una buena razón de vivir

Las dos tienen todo lo que podría pedir

Lo que yo podría pedir

 

Lo tengo entre mis brazos, ese pequeño y dócil ángel caído del cielo, dormido, tan sumiso, tan lindo, tan... ¿Dónde está mi guitarra? ¿Dónde la pude haber dejado? Lo acomodo entre las sabanas lentamente evitando despertarlo y me levanto en busca de el instrumento, ya me acorde, está en la terraza, salgo rápidamente para poder continuar con esa canción que parece nunca terminaré, claro, tengo que dedicarle el mayor tiempo posible a mi rubiecito. Regreso a la alcoba, con guitarra en mano y comenzando a idear la letra de la canción, ya está quedando, poco a poco va tomando forma, la letra me parece tan divertida, sobre todo porque la he comenzado con la ayuda de mi niño y de sus celos hacia mi guitarra, sonrió y continuo, tomo una hoja y una pluma, por un lado escribo las notas de la canción y por el otro la letra. Estoy tan entretenido que no me doy cuenta de que Naruto me está mirando.

-¿Qué haces? Deja eso ya- me dice.

-Un minuto más- le pido, creo que se ha molestado pero estoy tan inspirado que no puedo dejar de escribir la letra, siento que este será el próximo sencillo del nuevo disco.

-Haz lo que quieras- me dice, se levanta, se viste y sale de la habitación, lo miro irse, creo que he metido la pata, y bien metida, ¿Cómo le hare para que me perdone?

Llevo horas partiéndome la cabeza, pensando, imaginando como es que le voy a hacer para que me perdone, mientras pensaba, digo, me quebraba la cabeza, seguía con mi canción... ¡eso es! Mi canción, si le canto la canción me perdonara, ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Ya estaba bastante avanzada, unas cuantas palabras más, uno que otro arreglo a la música y listo, se la podría tocar a mi niño.

¿Y ahora qué? ¿Cómo le puedo hacer para que la escuche? No me ha hablado en todo el día, un nuevo record, lo admito, tiene orgullo, tanto como el mío, le puedo dejar una nota para que vaya al estudio y ahí, le pueda cantar la canción. Qué suerte tengo, se ha metido a bañar, le dejo la nota en el buro, salgo y regreso al estudio, espero unos minutos, ya la debió haber leído, falta que quiera venir, pasa el tiempo.

No vendrá, ya se ha tardado demasiado, tomo la guitarra y comienzo a tocar mi nueva canción, a punto de empezar a cantar veo como se abre la puerta, es él, Naruto, mi niño, sonrío complacido, repito el acorde y ahora sí, canto solo para él, escucha atento la letra, suelta una risita con la segunda estrofa, sonrío nuevamente, se sienta delante de mí, como cuando todos los menores se sentaban interesados, y los adultos un poco más atrás, sin tanto interés, alrededor del abuelo a escuchar otra de sus historias de juventud, sigo cantando, viéndolo a los ojos, parece que le ha gustado.

-Sasuke, ¿Qué ha sido eso?- me pregunta cuando he terminado, dejo la guitarra a un lado y lo llamo, para que como la primera vez, se siente en mis piernas y poder abrazarlo.

-Solo una canción que he compuesto para ti...- le digo rosando su nariz con mi dedo índice, me sonríe -...y a mi guitarra- concluyo, ríe y baja la cabeza negando, con delicadeza lo tomo de la barbilla para que me mire, lo beso en los labios, me corresponde, y de nuevo terminamos en la cama.

 

Y sigo así

No me puedo decidir

A las dos las quiero

Y no quiero darle un hasta aquí

 

Qué maravilla, las vacaciones se nos han terminado, tenemos que comenzar con la gira nacional, que pesado, y más por el hecho de que ya no estaré con mi rubito. Suspiro con pesadez, tomo mi teléfono celular, lo llamare, más tarde no será posible, en el avión no se pueden utilizar los teléfonos, ¿olvide mencionar que estoy en el aeropuerto? ¿Sí? Pues es que estando lejos de él me vuelvo un completo inútil, mi cerebro no coordina bien, ¿Cómo es que le hago durante los conciertos? Sencillo, pienso que después de ese, es uno menos y por lo tanto, más rápido podre estar a su lado, estúpido ¿no lo creen? Pero funciona.

-¿Diga?- me responde como si fuera un completo desconocido.

-¿Me podría comunicar con el ser más bello del universo?- le digo sacándole una risita, sí, soy todo un Romeo enamorado, ¿y qué?

-Veré si le puede responder, está demasiado ocupado amando a un famoso canta-autor- me responde, sonrió orgulloso, ¿Qué? Nadie se lo ha pedido, pero está alimentando mi ego.

-Lamento no poder estar contigo en tu cumpleaños- le digo triste, lo notó, vaya sorpresa.

-No hay problema- me dice.

-¿Veraz el concierto por televisión?- le pregunto algo animado.

-¿Concierto? ¿Cuándo?- no le respondo, se que está haciéndome enojar -Ah ya, tenía pensado salir, pero habrá mal clima, me quedare a verlo- me dice, sonrió de medio lado.

-Qué bueno que lo harás, te tendré una sorpresa- le digo.

-¿Una sorpresa? Pero Sasuke...

-Te gustara, te lo aseguro.

-Sasuke, vámonos ya, hace rato que están llamando para que abordemos- me dice mi hermano, solo lo miró y le hago una seña para que espere un rato más.

-Anda ya, no te retrases más, perderán el avión- me dice, lo ha escuchado, gracias Itachi, pienso con sarcasmo.

-Está bien- le digo resignado, se molestara si no le obedezco -te amo- le digo.

-Y yo a ti- me dice para después colgar, me levanto y camino lentamente hacia los demás, solo faltaba yo, que sorpresa.

-Ánimo Sasuke- me dice mi hermano, lo miró y sigo caminando, siento su mirada en mi espalda, está preocupado, lo sé, se preocupa demasiado por mí, y ahora más por verme en este estado tan depresivo, pero es que él no sabe lo que se siente estar alejado de la persona que amas, y es que yo soy el único del grupo que no puede estar con él. Itachi lleva para todos lados al rubio, Deidara; Sai, guitarrista y Gaara, baterista, pues ni se diga, y Neji, el bajista, pues él está con Hinata, su prima, pero que también es la encargada de la imagen, la publicidad y es diseñadora, nuestra ropa, pues ella la hace, me da tanta envidia cuando los veo, pero todo se compensa cuando lo veo llegar a alguno de nuestros conciertos, me hace tan feliz verlo.

En algún momento Itachi sugirió que, como era el presidente del club de fans, podía viajar con nosotros, pero yo me negué rotundamente, les sorprendió mi respuesta, pero no voy a permitir que deje de estudiar, todo por estar conmigo, también me dieron solución a eso, podría tener maestros particulares, me lo pensé un rato, pero tampoco accedí, ¿y donde quedaba su vida social? No quiero que por estar viajando de un lado a otro, no disfrute de su vida, no gracias, no quiero que por mi culpa no sea del todo feliz.

 

Pero no, no me puedo decidir

Yo no lo resuelvo así

Todo es cuestión de seguir

Al fin y al cabo ellas

 

Esta es la última canción del concierto, recuerdo a mi niño, sonrío sinceramente.

-Qué bueno que han estado aquí- digo al micrófono, dirigiéndome a todos los fans, gritan eufóricos, -esta última canción, estará incluida en el nuevo disco en el que estamos trabajando- de nuevo gritos, -también se la quiero dedicar a alguien que ustedes conocen muy bien, es rubio y de ojos azules, ¿saben quién es?- pregunto sin esperar una respuesta concreta -pues hoy es su cumpleaños, y, lamentablemente no pude estar con él, pero esta canción la escribí pensando en él... y claro, en mi guitarra, ahora verán porque- doy la señal para empezar a tocar, la música empieza, y luego mi voz la acompaña, todos los presentes se mueven al compas de la canción, algunos sonríen divertidos por las ocurrencias que dice, otros, debería decir otras, muestran un gesto algo molesto, pues saben que el rubio les ha ganado la partida, como sea que estén yo solo espero que él la este escuchando. Después de repetir el coro, algunos me acompañan, me alegra que les haya gustado.

-Muchas gracias por haber venido, sin ustedes no seriamos nada- les digo cuando hemos terminado, me despido con la mano, y Sai, como siempre, manda besos y guiños a algunas chicas, bajo la mirada asesina del pelirrojo. Veo a mi hermano hablando por teléfono, no sé ni me importa con quien esté hablando, solo me quiero ir al hotel para poder descansar, debería estar con Naruto.

-¿Vamos a tomar un trago, Sasuke?- me invita Sai.

-No, gracias, estoy cansado, me voy al hotel- le digo.

-Como quieras- se va junto con Neji.

-¿Tu no vas Gaara?- le pregunto, ya que esos dos se la viven juntos.

-No lo creo, si tantas fans tiene que se vaya con alguna- me dice orgulloso el pelirrojo, sonriendo con complicidad. Niego con la cabeza, me parece tan extraño, ambos.

-¿También te vas Itachi?- le pregunto viendo como se aleja junto a Deidara.

-Si- se van besándose, vaya hermano que me ha tocado tener.

-¿Nos vamos?- me pregunta Gaara algo impaciente, voy detrás de él y subo en la camioneta. Llegamos al hotel, mi extraño amigo va directo al elevador. -¿no vienes?- me pregunta viendo como me he quedado parado a la mitad de la recepción.

-No, vete, no importa, iré por un trago- creo que fue un error no haber aceptado la invitación de Sai, ya que, tomare algo y me iré a dormir. Voy al bar que hay en el hotel, pido cualquier cosa, me la tomó con paciencia, cuando he terminado el trago, me quedo sentado en la barra, jugando con los hielos en el vaso de vidrio. Una chica se me acerca, que fastidio, alguna otra fan estúpida, será mejor irme a mi habitación.

-Sasuke, espera- me dice una voz conocida, dulce, tímida, no puede ser otra persona que Hinata.

-Hinata, ¿Qué pasa?- me detengo.

-¿Sabes donde fue Neji?- me pregunta, me da tanta pena, pero le tengo que responder.

-Se ha ido con Sai, a tomar algo por ahí- se que Neji no le seria infiel a ella ni en un millón de primaveras, pero Sai es otra cosa, seria capas de emborrachar al pobre chico con tal de que no lo deje solo, Hinata me mira algo triste, demonios, ¿Por qué me pasa esto a mi? -Vamos arriba, para que descanses y, si quieres, lo puedo llamar...

-No hace falta- me dice, suspiro agradecido, hago que camine delante mío para ir al elevador -Sasuke, si alguien nos ve subir juntos creerá, que, bueno, pues...

-Tienes razón- era cierto, lo había olvidado, los medios, la gente que es capaz de todo con tal de sacar algo de dinero fácil, seguro que saldrían con la onda que ella y yo, pues... ustedes saben a lo que me refiero. Dejo que se vaya primero, Neji tiene suerte, es una chica verdaderamente linda e inteligente, si la deja ir es porque es un completo idiota. Luego de un rato la imito, al llegar al piso, mi habitación es la ultima del pasillo, a un lado está la de Itachi y el rubio. En frente de la mía la de Sai y Gaara, y a su lado la de Neji y Hinata. Me da tanta envidia.

Me introduzco al cuarto, enciendo las luces y oh sorpresa, me encuentro con un bello rubio de ojos azules sentado en mi cama.

-Na-Naruto- musito al verlo.

-Sasuke, hola- me dice de lo más tranquilo, como si el que me lo encontrara en mi habitación fuera cosa de todos los días.

-¿Q-Q-Que haces a-aquí?- aun sin salir de mi asombro.

-Esa no es manera de saludar a tu novio- me dice parándose, se acerca a mí, pasa sus manos por mi cuello y me besa apasionadamente, no dudo en responder, lo tomo por la cintura, al separarnos lo levanto, rotando, abrazándolo fuertemente. -Sasuke, para, que me mareo- me dice, me detengo y lo bajo para besarlo de nuevo.

-Pero dime ¿qué haces aquí?- le pregunto, pero ahora feliz.

-Pues... solo te puedo decir que se lo agradezcas a Itachi-san- me dice sonriendo, recuerdo cuando lo vi hablando por teléfono, seguro que estaba dando indicaciones a los trabajadores para que no me dijeran nada.

 

Yo no soy así

Más no soy feliz

Si no tengo a las dos para mí

Ya tengo una buena razón de vivir

Las dos tienen todo lo que podría pedir

Lo que yo podría pedir

 

Soy la persona más feliz del mundo, en serio que lo soy, ahora más que nunca. Levanto a Naruto y le llevo hasta la cama, lo recuesto, me posiciono arriba de él, pero antes de empezar nada, apago las luces, comienzo a besarlo en los labios, paso a su cuello para lamerlo y besarlo, morderlo para dejar una que otra marca que logra sacarle gemidos de dolor.

-Me vas a dejar lleno de chupetones- me dice con molestia, solo sonrío y continúo. Le quito la chamarra y después la playera, haciendo lo mismo con mi ropa, dejando al descubierto mi pecho, sigo besándolo en el cuello, poco a poco bajo a su pecho, mis manos no se están quietas, acarician del abdomen hasta las piernas y de regreso, me entretengo un rato con sus pezones, comienzo a lamer uno, escuchando sus gemidos, como había dicho, no puede haber mejor música que esa. Cuando está duro paso al otro, mis caderas se mueven, haciendo un exquisito roce entre su miembro y el mío, por encima de las ropas, pero no por eso deja de gustarnos. -Sasuke, por favor- me ruega, se lo que quiere, pero aun no, no es tiempo.

Sigo bajando, besando todo a mi paso, al llegar al ombligo me detengo, soplo suavemente, haciendo que su piel se erice, con mi lengua simulo penetraciones, sigue gimiendo, por Dios, juro que en excitarme de esa manera es el mejor. Continuo mi recorrido hasta el botón del pantalón, lo desabrocho con los dientes, y vuelvo a subir, esta vez más rápido, llego a sus labios.

-Sasu... ke- gime deliciosamente mi nombre, vuelvo a bajar hasta el pantalón, bajo la cremallera con los dientes y le saco el pantalón y el bóxer juntos, me detengo a observarlo, parece un ángel, y es un ángel que estará solo conmigo, porque fue destinado para mí, solo para mí y para nadie más.

Observo su miembro, está demasiado excitado.

-¿Qué podre hacer ahora?- me pregunto asegurándome de que me escuche.

-Déjate de bromas- me dice con molestia. Sonrío de medio lado y lo tomo con ambas manos, rozo la punta con mi lengua y gime, después la paso por todo el tronco vuelve a gemir mi nombre, si esto no es cielo entonces no se en donde está.

 

Yo no soy así

Más no soy feliz

Si no tengo a las dos para mí

Ya tengo una buena razón de vivir

Las dos tienen todo lo que podría pedir

 

-Estas muy borracho, mejor ya vámonos- decía un castaño de ojos, extrañamente, blancos, a un chico de piel demasiado pálida con ojos y cabello negros.

-No esh verdadsh hip- contestaba tambaleándose, deteniéndose en el castaño para no caerse.

-Sí lo es, vámonos de una vez antes de que otra cosa suceda- abrazándolo por la cintura, lo sacó de ahí casi a rastras, vio su auto, corrección limusina, parada afuera del bar, camino con el pelinegro y subió en la limusina negra. -Llévanos al hotel- ordeno al chofer, se volvió hacia su amigo, ¿Cómo le quitaría la borrachera? Pero si eso no era ningún problema.

Tomo unos hielos del champaña que solían llevar, le tiro uno en la camisa, por la espalda, también tenia uno arriba de su rostro, derritiéndose en su mano.

-¿¡PERO QUE DEMONIOS TE PASA, NEJI!?- grito removiéndose para poder quitarse el hielo de la espalda.

-Tenía que quitarte la borrachera de algún modo, ¿Qué iba a pensar Gaara si te veía así?- se excusó.

-Pero, ¿porque me sacaste de ahí? Me la estaba pasando de maravilla.

-No- rio -ellas se la estaban pasando de maravilla, y mejor la iban a pasar cuando te quitaran la mitad del dinero que traías- sentándose más tranquilo.

-Tienes razón, ¿Qué aria yo sin ti?

-Seguramente amanecer cada día con una mujer distinta y hacer que tu relación con Gaara fracase- respondió.

-Eso no era necesario- molesto por la respuesta.

-Ya llegamos, anda, ve a con Gaara para que sepa que no le pusiste el cuerno, de nuevo.

-Oh por favor, solo han sido un par de veces.

-Si a un par le llamas 54 veces... entonces sí, solo fueron "un par de veces"- caminando al elevador.

-Tú adelántate, yo aquí me quedo- yendo hacia el bar.

-No señor, tu vienes conmigo- lo jalo del cuello de la camisa.

-Oh pero que malo, solo quería charlar con esas jovencitas- ya en el elevador.

-Niñas, dirás, no parecían de más de 15 años.

-¿Y la edad importa?

-Bastante- respondió bajando, caminando a su habitación. -Hasta mañana- se despidió.

-Buenas noches- dijo el otro en respuesta -Gaa-chan, no te enojes mucho por favor- rezó en un susurro. Abrió la puerta despacio y entro igual, sin hacer el menor ruido, hecho un vistazo a la cama, se podía ver un bulto en ella, estaba durmiendo. -Qué alivio- susurro entrando en el baño. Debía quitarse por completo el olor a alcohol y perfume. Salió usando solo el pantalón del pijama, se acercó a la cama y se metió entre las cobijas despacio, evitando despertar al pelirrojo. Se junto más al cuerpo a su lado, para poder abrazarlo.

-Mph... ¿Sai?- cuestiono somnoliento.

-Sí, soy yo, Gaa-chan- respondió abrazándolo posesivamente.

-Que bien, ¡porque dormirás en el suelo!- grito aventándolo junto con una almohada.

-Pero, ¿Por qué?- desde el suelo.

-Por ser tan mujeriego e irte a beber, ¿crees que no me di cuenta que llegaste tomado y que estabas con alguien?- sentado en la cama viéndolo molesto.

-Pero, no estaba con nadie, cariño mío, si tome, pero solo unas cuantas copas.

-Toda la botella y con la mitad de un burdel, querrás decir- le dijo -y no me digas cariño- si bien, Gaara no era de esos que le reclaman de todo a sus parejas, también le perdonaba de vez en cuando que se fuera por ahí con mujeres, a fin de cuentas, siempre sería el único hombre para Sai, y que se fuera a tomar, era su cuerpo no el de él, pero esta vez no, no le perdonaría nada.

-¿Pero porque te pones así? Nunca me habías dicho absolutamente nada- se puso de pie.

-Y todavía preguntas- cruzo los brazos y le dio la espalda.

-Ah, es por eso...- dijo, fue hasta donde se suponía debía estar su maleta, esculco rápido en ella, tomo algo pequeño escondiéndolo en su puño, regreso a la cama, se sentó detrás del ojo verde -es porque olvide que hoy cumplimos...- abriendo su puño, mostrando una pequeña caja negra -... un año- abriendo esta, había un anillo de plata. El otro miraba la pieza asombrado, sin creerlo. Sai tomo el añillo y luego la mano izquierda del menor, lo coloco en el dedo anular, después observando la mano. -Se ve mucho más hermoso en tu mano- le dijo sin soltarla.

-Sai...- conmovido, estaba a punto de abrazarlo y recordó que estaba molesto, se volvió a girar dándole la espalda -sigo molesto- le dijo cerrando los ojos.

-¿Mucho?- asintió -no importa- lo abrazo por la cintura y se acostó -con que me dejes dormir contigo me basta- le susurro al oído. El pelirrojo se acurruco entre sus brazos y se dedico a dormir.

 

-Hasta mañana- se despidió el castaño entrando en su habitación, y claro, la de su linda novia - ¿Hinata?- la llamo susurrando. -¿estará ya dormida?- pensó terminando de entrar. Encendió la luz y la vio dormida sobre las cobijas, sonrió enternecido, se quitó la ropa y se puso el pijama, dejando su torso descubierto. Quito las sabanas, levanto a la chica y la acostó, tapándola, luego él a su lado, después apagó la luz.

-Neji- susurro la chica abrazándola.

-Duerme- dijo el otro imitándola.

 

-Vamos al hotel- pedía un rubio ojiazul, sentado en las piernas del Uchiha. Estaban en un bar, les importaba poco que los vieran, ¿Qué podrían decir de ellos? Solo eran dos personas más en ese enorme antro.

-Tus deseos son órdenes- dijo levantándose, lo tomo de la muñeca y lo jalo afuera del lugar. Caminando rápidamente a su auto, un Ferrari F430 negro, amaba ese auto. Quito los seguros y abrió la del copiloto para que el rubio subiera, la cerro luego, fue hasta el otro lado para subir por la del piloto. Arranco a una velocidad impresionante.

-¿Tanta prisa tienes?- preguntó divertido, viendo su expresión.

-¿Prisa? No, no- respondió -deseo- dijo con lujuria, saboreando cada letra al pasar por sus labios.

-Oh por Dios- susurro el rubio, aferrándose graciosamente al asiento y a la puerta. -Ya no quiero ir al hotel- dijo con miedo fingido.

-Pero, si fuiste tú el que me dijo que fuéramos- sonrió de medio lado con malicia. El otro trago grueso, haciendo que el otro riera. Llegaron rápidamente a su destino, bajaron y entraron al elevador, el mayor se iba a dedicar a besar al otro, pero no pudo, una joven pareja había subido al mismo tiempo, estaban abrazados en un extremo del pequeño elevador, al igual que el rubio y el otro, solo que el mayor daba pequeños besos y lamidas en el cuello del ojiazul, sacándole leves suspiros, llamando la atención de los otros dos.

-¿Por qué a mí no me dejas besarte?- le pregunto al oído el chico.

-Porque tú no tienes autocontrol- respondió ella, mirando cómo se seguían besando. Se bajaron, agradeciendo infinitamente eso, caminando torpemente a su habitación, entraron con desesperación. El azabache comenzó a quitarle la camisa, tirándola por ahí, sin detenerse, avanzando a la cama, el rubio giro para encararlo y hacer lo mismo, dejándose besar.

-Habías dicho que ya no querías venir al hotel- tumbándolo en la cama y él encima.

-Mentí- respondió. Entre gemidos y suspiros, el azabache besaba todo a su paso, llegando al pantalón, quitándolo junto a la ropa interior, se incorporo para poder verlo -trampa, sigues vestido- dijo infantilmente. El otro se levanto, quedando desnudo ante la atenta mirada del rubio.

-Listo- dijo volviendo con lo suyo: causarle placer, mucho placer, al rubio, a SU rubio. Y únicamente de él, de eso estaba seguro, le había quitado la virginidad.

 

Yo no soy así

Más no soy feliz (Lo que yo podría pedir)

Si no tengo a las dos para mí (Lo que yo podría pedir)

Ya tengo una buena razón de vivir (Lo que yo podría pedir)

Las dos tienen todo lo podría pedir (Lo que yo podría pedir)

 

Ahora me encuentro en el paraíso, embistiéndolo y masturbándolo frenéticamente, sigue gimiendo mi nombre, esto sí que es vida.

-Ah... Sasu-ke, ya ah... ya no p-puedo ah... ma-ah as- dice para después derramar su semilla en mi abdomen, apretando deliciosamente mi miembro en su interior, a causa del orgasmo. Yo hago lo mismo pero en su interior, espero un momento para salir de él.

-Magnifico- susurro acostándome a su lado, acariciando su mejilla con ternura.

-Idiota- me dice, acostándose de lado para verme de frente.

-Sí, pero soy tú idiota- rozando su nariz con la punta de mi dedo. Sonríe zorrunamente, abrazándome por la cintura, acostándose en mi pecho. -Naruto- lo llamo antes de que se quede dormido.

-¿Mph?- "responde" a mi llamado.

-Feliz cumpleaños- digo.

-Oye- me llama esta vez. -¿y cómo se va a llamar tu canción? Es decir, la que me compusiste a mí, y a tu, guitarra- pienso un rato y llego a una conclusión.

-El chango... de los dos plátanos- contesto.

-¿Y crees que con ese nombre se va a vender su nuevo disco?- me dice bromeando, creo. Sonrío complacido, no me importa si se vende o no, al fin y al cabo, solo necesito de él y de mi guitarra para ser feliz. Mi niño ya está dormido, como debe de ser, cierro los ojos y lo imito.

 

Lo que yo podría pedir.

Notas finales:

¿Meresco un review? :D


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