Kyousuke apoyo su cabeza en el hombro de Katou, no quería dejarlo ir, aunque sabía que este estaba con alguien mas no quería, porque en el momento en que eso pasara, el tendría que aceptar que jamás fueron el uno del otro, y aun mantenía la ilusión de que para Katou no fue solo una noche mas como cualquier otra.
Mientras tanto Katou lo tenía sujetado bastante fuerte de la cintura, temiendo que solo fuera un espejismo y al momento en que este lo soltara, se desvanecería.
Katou: que irónica es la vida no lo crees? – Kyousuke se separo un poco del cuerpo del otro, a que venía esa pregunta – yo buscándote en cada rostro de esta ciudad, siempre pensando en ti y tu, comprometido con mi mejor amigo desde hace ya dos años, el tiempo en el que nos conocimos.
Kyosuke se separo rápidamente de ese cuerpo que tanto le llamaba, estaba enojado, eso que dijo Katou parecía un reclamo, pero que se creía.
Iwaki: así que yo tengo la culpa de todo no es así?... yo soy el culpable de que tu andes de cama en cama con cuanta persona se te ponga enfrente – para esos momentos ya comenzaba a gritar – soy el responsable de que mi padre me diera en compromiso con un desconocido, de que… de que tu – no pudo continuar mas, estaba llorando, nunca había llorado frente a alguien que no fuera el mismo, ni siquiera frente a Carlo que lo había visto en todas sus facetas.
Katou: yo no quise decir eso yo – no pudo terminar de aclarar todo ya que Kyousuke estaba dispuesto a irse.
Se había alejado unos pasos del lugar cuando sintió que lo abrazaban por detrás, las lágrimas no habían dejado de correr, era por eso que quería salir de ahí, no quería que lo viera así, pero sobre todo, le dolía que él fuera el culpable de todo, y aun mas que el otro se lo echara en cara.
Katou: no es eso lo que quise decir – había recargado su cabeza en el hombro del otro y le susurraba – sino que… si yo hubiera sabido que tú eras la persona de la que tanto hablaba él – no podía ni siquiera pronunciar su nombre sin sentirse mal – yo habría hecho todo a mi alcance para que ustedes no se casaran, pero… es demasiado tarde, yo solo quiero que seas feliz.
El azabache se giro sin permitir que el abrazo terminara, al momento de verle la cara se sorprendió, como no había sido capaz de ver ese golpe, lo había besado y aun así no fue capaz de verlo. Acerco sus finos dedos hacia un lado de los labios de Katou y tentó esa zona muy delicadamente, temiendo provocar dolor al otro.
Al momento en que sintió los dedos de su delirio sobre el golpe, cerró los ojos, disfrutando de su contacto.
Iwaki: que te paso? – seguía observando curiosamente el moretón que se había formado en la zona.
Katou: no es nada – tomo la mano del azabache y la beso – solo un pequeño recuerdo de la persona con la que vine – en ese momento Kyosuke se zafó de la mano del blondo, eso le había vuelto a la realidad, Katou ya tenía a alguien más.
Iwaki: cierto, donde lo dejaste se veían muy melosos allá adentro – trataba de zafarse de los brazos de Katou, pero este apretaba mas el abrazo – podrías soltarme… no quiero ser un sustituto de tu… de lo que sea que es.
Katou comenzó a reír de lo que el otro decía, era tan lindo cuando se enojaba, y más aun cuando estaba celoso, y fue ahí cuando supo que quería conocer todo de él, quería verlo reír, llorar, gritar, quería conocerlo del todo. Pero eso hizo enojar a la persona que mantenía presa.
Iwaki: de qué demonios te ríes, te exijo que me sueltes, AHORA - eso solo sirvió para que el otro lo callara con un beso igual o más demandante que el anterior, pero esta vez no le correspondió, no cedería, no dejaría que sus instintos le traicionaran, no permitiría que… al demonio con sus pensamientos, su cuerpo hacia lo que su cabeza se rehusaba a hacer, estaba respondiendo al beso y no de una manera inocente, es mas él había incitado a una lucha de lenguas.
Jadeando y obligados otras vez por la necesidad de aire, se separaron, Katou lo observaba y muy quedamente le dijo, casi en un susurro.
Katou: quieres que te suelte, en verdad eso deseas? – No hubo respuesta de su parte, solo se limito a bajar la mirada y ocultarla bajo su flequillo – porque estoy dispuesto a hacer todo lo que quieras, me alejare y te dejare en paz si eso es lo que quieres – su voz parecía quebrarse con cada palabra que decía – solo que jamás me pidas que deje de amarte como lo hago, porque eso será lo único que no podre hacer.
Iwaki: como me hablas de amor, tu ya tienes a alguien…
Katou: ves esto? – señalo el golpe en su labio y parte del rostro – me lo ha dado cuando le dije que lo nuestro no podía continuar, aunque debo admitir que no duele más que el saber que ya no serás libre, que dentro de poco te casaras y yo no podre hacer nada, ahora dime tu con qué derecho me reprochas algo? – en ese momento, antes de que Kyousuke pudiera dar su respuesta, se ve como dos jóvenes van agarrados de la mano y de lo más contentos, esos jóvenes: Magira y Carlo, al momento de verlos Katou quedo petrificado, su único pensamiento era: como es capaz de hacerle eso a Kyousuke. Cuando las personas que venían distraídas los divisaron, el más joven se lanzo a los brazos de Kyousuke, el cual ya no estaba aferrado a Katou.
Magira: muchas gracias, en verdad… no sé cómo agradecerte – casi se podía ver como sus ojos se llenaban de lágrimas.
Carlo se acerco a ellos y el también abrazo a Kyousuke y le susurro – le he contado de quien ha sido la idea… el acepto – le regalo una sonrisa y desaparecieron de su vista.
Katou no podía creer lo que veía, que acaso no estaba lastimado Kyousuke al ver esa escena.
Katou: tu lo sabías?... tu sabias que él es su amante – su voz se escuchaba acusadora – como has permitido que se burlen de ti? – y hubiera continuado diciendo mas si no es que Kyousuke lo caya con un inocente beso, apenas un roce.
Iwaki: Te amo, eso es lo que me da derecho de reprocharte – sus labios mantenían una sonrisa de lo más sincera que jamás Katou haya visto – y porque te amo es que Carlo y yo no nos casaremos, de hecho Carlo si se casara, pero como has visto… no conmigo así que… necesito saber si lo que paso hace dos años no fue más que una noche como cualquier otra para ti… porque yo no te pude olvidar y veo que tu si – sin quererlo sus ojos de volvieron a llenar de lagrimas, alguna vez Carlo le había comentado que tenía un amigo que no duraba más de una semana con alguien, y que de vez en cuando más de uno pasaba una sola noche con él, jamás imagino que de quien hablaba fuera el mismo chico que conoció, simpático, amable, testarudo, tenia tantos calificativos para esa persona, pero ahora era diferente, había cambiado para convertirse en un Casanova que se sentía congelar si no tenía a alguien desnudo en su cama.
Katou pudo imaginar lo que estaba pasando por la cabeza del chico que por dos años estuvo buscando y al no encontrarlo decidió remplazarlo para olvidar el dolor que sintió al no verlo en su cama al día siguiente, así que le tomo la barbilla e hizo que lo mirara.
Katou: jamás te olvide, te busque, en verdad que lo hice, pero jamás te encontré, pasaban los días y necesitaba sacarte de mi cabeza… así que… empecé a salir con cuanta persona parecida a ti se me pusiera enfrente, pero jamás fueron tú, tú eras diferente, no podía durar más de una semana con esas personas porque al que quería era a ti, solo a ti – estaba rojo como un tomate, jamás creyó que admitiría algo así, pero era la verdad, salía con esas personas y no duraba una semana en averiguar que no eran como su demonio disfrazado de ángel como lo hubiera llamado nada más conocerlo