Grrrrrrrrrr~
-Debí a ver ido a comer con los chicos... -Tanteo su estomago apenas escucho sus tripas clamar por alimento, pero al mirar aquella desolada habitación, una voz mentalmente le dijo que todo era su culpa por dárselas de "yo puedo con esto, por eso soy el Gran Aoi".
-Grr...agrrr...
Aunque nadie le dijo que además de tener que aguantar el hambre que se jactaba, tenía que soportar algo más o mejor dicho, a esa cosa chica y peluda que mordía fervientemente su pantalón.
-A ver enano, que si tienes hambre, mi pantalón no es comida... -Se quejó, mirando hastiado hacia sus pies, sintiendo que cada paso que daba, aquel peso era notable y no pensaba despegarse de él-. Koron, mi pantalón no es comida ¿entiendes aquello?
Sólo un gruñido fue su respuesta y tuvo que agacharse para pescar al animal ese que tenía por mascota el vocalista de la banda, que parecía ser que no le daba de comer al zacearse este con su pantalón nuevo para colmo, pero a la hora de tomarlo y creer que llegaría a recibir un mordisco, este simplemente se quedo quieto en sus brazos.
-Así que lo único que querías era un abrazo ¿ne? -. Le acaricio la nuca y este ladro gustoso, sacándole una risa-. Ahh... es que ese viejo te tiene muy malcriado-. Rió ante ello y se acerco a su laptop a escribir junto a Koron, si bien su estomago seguía pidiendo por comida y sus ojos le pesaban mucho-. Mejor escribiré algo corto y llamare a Sakai para que me traiga algo de comer~ -dijo con acento aniñado y escribió sobre su ahora compañía perruna.
-¿Ahora qué haremos, ne Koron-chan? -Dijo tomando al perrito desde los costados y moviéndolo por encima de su cabeza, viéndolo hacia arriba, el cual no parecía muy conforme de su posición y se movía incomodo, pero a él eso no le importaba, le daba risa verlo inquieto y tierno. Sin embargo, no procuro una falla de cálculo y termino yéndose de espalda junto a la silla, para terminar tendido en el suelo y con un dolor insoportable.
-Demonios... -Dijo al tiempo que se sobaba la cabeza y aun no abría los ojos, mientras que con el otro brazo intentaba levantar parte de su cuerpo.
-Idiota... ¿estás bien?
-¿Eh? ¿A quién le vienes a de...? -Sus palabras quedaron ancladas en su boca, recordando que estaba solo y ese muchacho al lado suyo... (Pestaño varias veces antes de hablar)-¿Tu... de dónde saliste? -Exclamo, mirando hacia los lados y notando que el perro ese parecía a ver desaparecido, rezando por su alma para que el perro estuviera no muy lejos, sino alguien lo iba a matar.
-Entonces es verdad lo que... dicen -Dijo el chico pensando en voz alta, para después hablarle nuevamente-. ¿De verdad no sabes quién soy?
-Espera... ¿Acaso te conozco? -Se acomodo mejor, a duras penas del dolor de algunas partes de su cuerpo y dio cuenta de un pequeño detalle en el chico, lo cual obviamente hizo que se sonrojara incomodo y mirase a otro lado-. ¿No tienes pudor acaso? ¡Vístete!
-¿Qué? -Se miro de arriba hacia abajo el chico y volvió su mirada, ahora ofuscada, al pelinegro-. ¿Qué tengo de malo?... -entrecerró los ojos y al poco los abrió desmesuradamente, saltando hacia otro lado -¿Me escuchas?
-¡Claro que te escucho! -Le miro interrogante, intentado no bajar la vista en el cuerpo del castaño-. Además no sólo eso, también te veo... -Pesco una de las chaquetas que había y se coloco de pie para pasársela, aunque el chico parecía muy reacio a hacerle caso-. Colócatelo.
-¡¿Estas de broma?! -Gruño- ¡Apenas aguanto que mi dueño me ponga mudas, menos pensare en ponerme eso! -alejándose de Aoi, el cual termino por cabrearse, acercarse más delo debido y pescar al chico -que era más bajo que él o el mismo Ruki- para colocarle la chaqueta, pasando sus brazos por detrás de este.
-Déjate de leseras, no es la gran cosa -Sudo Aoi y al poco recordó lo último dicho por el chico, que más parecía un niño engreído -¿Cómo eso que tienes dueño? -y a todo eso ¿dónde había quedado el perro de Ruki? ¡Debía buscarlo!
-Se nota que no es muy inteligente, aunque eso lo supe desde que probé la tan mala calidad de sus jeans -El castaño de cabello rebelde rió entre dientes al ver la cara desencajada del morocho enfrente de él, en eso que se acercaba y ladraba cerca de su cara:- guau, guau... -en forma de broma, lo que le dio más risa como este respondió retrocediendo espantado, notando como chocaba con el tablero a sus espaldas.
-¡Eso no es cierto! ¡Eres un humano, no un perro! -Le apunto acusador y él simplemente se saco el estorboso saco -según él-, girando al tiempo entre sus pies y pasar una de sus manos a su cuello, tomando entre sus dedos la pequeña placa de su collar.
-Koron-chan desu~ -Terminado su presentación moviendo su pequeña y afelpada colita que se encontraba sobre su retaguardia, en tanto Aoi tenía los ojos fijos en lo último y con la cara desencajada, sin creer lo que veía.
-Esto debe ser un sueño... eso debe ser... -Dijo el moreno, pasando una mano por su cara y dando leves golpes para despertar. Eso ya era mucho-. "¿Qué mierda pasa por mi cabeza?"
-No entiendo bien que dices, pero... eres divertido-. Río el más bajo e intento acercarse, pero el pelinegro lo detuvo y busco la forma de escapar de ahí. Sentía que todo DEBÍA ser un sueño, porque NO, no era posible que fuera Koron, el perro de Ruki...
-¡No me molestes! ¡Tengo mejores cosas que buscar que perder el tiempo con un exhibicionista! "¡¿Esa pulga dónde está?!" -Empezó a revisar por debajo de la mesa y a llamar al perrito, aun teniendo en cuenta que esa mirada estaba detrás de él, por lo que se decía a cada momento "solo fue una ilusión por la caída, ya que Koron está por ahí escondido" y cosas por el estilo. Si bien, aquel individuo se sintió ofuscado y molesto de ser ignorado. Notando al poco Aoi como algo estaba encima de él y que le mordía el cuello de su camisa -¡¿Qué mierda?!
-¡No me igrrnores! -Gruño el chico, el cual tuvo que empujar a un lado del suelo para que lo soltase, pero en cuanto creyó que no volvería a montarse encima de él, vio que este volvía al ataque y tuvo que emplear su agilidad para pescar al chico de las muñecas , quedando encima él ahora del que se decía ser Koron -. ¡Déjame, graprr, graprr! -Forcejeaba, pero sin ningún intento en vano, lo cual ya estaba sacando de sus casillas a Aoi.
-¡A ver mocoso, yo no tengo el tiempo para bromas como esta! ¡Así que ahórrate el show ¿bien?! ¡Ahora vete y déjame...!
-¡Pero yo soy Koron! -Grito el chico con mirada desafiante y cachetes inflados, pero el moreno sólo apretó más las muñecas del otro enrabiado, teniendo en cuenta que algo de ternura embriago sus emociones contradictorias al ver al menor tan indefenso como decidido-. ¡Tú me tomaste en brazos y me acariciabas! ¡Creí que ya no me odiabas!
-¡¿Qué hablas?! -Grito nuevamente envuelto en una situación que le parecía de lo más descabellada-. No puedes ser... aggss... ¡eso! ¡¿Un perro?!¡¿Acaso estás enfermo?!
Escucho que el menor gemía por un momento y al otro, como acerco el rostro al suyo, sintiendo como le lamía los labios, dejándolo petrificado.
-¿Qué-qué fue...eso? -Tartamudeo, alejando sus manos del chico, pero este se le colgó rápidamente en el proceso y volvió a hacer el mismo acto.
-Quiéreme...
-Yo... -Y ahí quedaron sus palabras, hasta sentir como el chico se apegaba más a él, rozando sin querer sus miembros y lo que al segundo produjo que abriera la boca para soltar un pequeño gemido, lamiendo sus lenguas-. Ahh...
-Aoi-san~
Sin control aun de sus decisiones y aun confuso, sus manos se dirigieron al cuerpo del más pequeño, aun procesando el beso que no pareció desagradarle, sino al contrario... una sensación muy tentativa para su carente experiencia sexual durante un buen tiempo por estar pendiente de su trabajo.
Además, aquella manera de besar tan inexperta, lo calentaba más de lo que creía. Siguió besando, entrelazando sus lenguas, guiándolo y escuchando gemir de vez en cuando, que olvido todo por un momento. Bajo sus manos a los glúteos del otro y antes de apretarlas tentativamente, estás dieron con la cola afelpada, volviéndolo a la realidad.
-¡Aléjate de mí! -Grito, tirando al chico/perro al piso-. ¿Qué me está pasando? -Se llevo ambas manos a la cabeza y se tapo la cara.
-Aoi-san... -se acerco a cuatro patas hacia el morocho, viéndolo con los ojos entrecerrados e intentando lograr escuchar mejor lo que decía entre mormullos-. ¿Aoi-san?
Pero en cuanto vio los ojos del moreno, un tanto fríos, un escalofrío pasó por su columna y se encogió a la vez que cerró los ojos, asustado. Aun cuando fue en vano intentar no verse amenazado por la presencia del otro y no terminar en la misma posición de antes, contra el frío suelo y el mayor sobre él, con su aliento acariciando su oído, provocando que se sonrojara.
-Ahh...Aoi-san~
Apenas gimió, sintiendo como unas manos recorrían su cuerpo con inusuales caricias y percibiendo como el mayor restregaba algo con su entrepierna, provocando que gimiera más fuerte.
-Aoi-san yo...
-Si esto es un sueño, si eres quien dices ser, o si no eres Koron... -Algo húmedo sintió en su cuello y al virar los ojos, noto como este lamía en su cuello hasta su mejilla, en ello que daba un salto al sentir como el mayor tomaba su miembro, dando caricias que nunca creyó sentirse que se derretía -me da igual... Sé un buen chico ¿ne?
-Si... -Dijo cegado por el placer que el otro le producía, hasta que vio como el mayor le daba la cara al levantarse un poco de encima para abrir su pantalón y mostrar su erecto pene-.
-No puedo creer que me ponga así... un mocoso-. Rió con cierto sarcasmo hacia él mismo, pensándose loco, vuelto en lujuria por montarse con un niño que no conocía y le había puesto a mil, que parecía engreído, pero tenía cierta ingenuidad que le encantaba, más encima de decir que era Koron, calificándose a sí mismo como zoófilo si aquello era cierto. -Estoy loco... -Se dijo, mirando al menor que estaba atento y para que decir curioso, de lo que iba a hacer, aunque él lo tenía muy en claro o quizás no, pero aquellas caricias del menor... las quería volver a sentir, sentirse querido una vez más, sin importarle si aquello era un sueño o no.
Volvió a besarlo y se acomodo entre sus piernas, acariciando las pequeñas extremidades, escuchando los gruñidos de satisfacción como jadeos, sintiendo esa mística sensación al ver la lujuria en los ojos del otro, que para cuando quiso seguir, este le empujo y quedo encima de él, mirándolo con rostro asustado.
-¡Yo aun no estoy en celo! ¡¿Por qué siento esto?!
El sonrojo en el menor era notable y nos sabía si reír ante la pregunta, pero no creía poder aguantar más. Koron al notar aquello, también entonces puso resistencia.
-¡Déjate, tu también quieres! -Se quejo Aoi al ver que no tenía cooperación del otro.
-¡Cómo si estuviera loco! -Ladro el menor, intentando usar la poca fuerza que se le estaba yendo por el cansancio y seguir gritando-¡Usted quiere hacer lo mismo que él le hace a mi amo!
-¡¿Eh?! -Le miro incrédulo-.
Frunció el seño el menor, olvidando la lucha entre ambos.
- Yo sólo sé que un tipo que siempre le va a ver y se roba TODA su atención, anda siempre en celo -gruñendo por lo bajo- no me agrada. Muchas veces se queda en casa y no lo deja tranquilo.
-Tonto...
-¿Eh? -Le miro incrédulo el menor, notando como el moreno le acariciaba el rostro-.
-Eres muy mono, ¿sabías? -Sin poder contenerlo, se dejo guiar por las caricias del mayor-. Y no me importa ya nada.
-¿Eh? No entiendo-.Abrió los ojos y noto como Aoi lo recostaba, descubriendo que al bajar la guardia este no perdió oportunidad, y aunque quisiese que aquello no siguiera por miedo, la mirada del mayor como aquellas caricias, le resultaban demasiados reconfortantes para dejarlas a un lado.
-No tienes que entender nada... simplemente déjate hacer, si quieres ser querido-. Suspiro en sus labios y se dejo guiar, notando como algo entraba y se movía de forma extraña por su ano, provocando que ante tal efecto se aferrara más al otro y lo mordiera en el hombro. -¡Agrr...! ¡Cuidado!
-¡Duele!
-Espera un poco, ni siquiera lo he... ahhh -gimió al cambiar sus dedos por su miembro, provocando un aullido del otro, que volvió a morderle y no le importo, al contrario, aquello hizo que una descarga de placer lo bombeara, empezando a embestirlo.
-Ahh...ahhh... calor!
-Eres estrecho...mm...-gimió ronco, dándole en el punto que volvía loco al niño bajo suyo.
-¡Mmm...más...ahhgrr...más...!
Jamás lo había hecho con otro hombre, y la verdad, entre tanto placer, lo menos que quería era ponerse a razonar del porque hacía todo eso. La dulce sensación y el calor abrazador que le entregaba al más bajo, eran únicos y no quería dejar todo eso hasta ahí, más cuando no podía dejar se de mover y notar bajo suyo como aquel niño que sostenía de las muñecas, gimiendo ante cada estocada que daba...
-¡Ahh... lo siento!
-Ahh...annggg...
-¡Ahh...Aoi-san!
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-Fue un milagro que los chicos no hayan llegado... -Comento más para si mismo, que al chico aun recostado en el piso, el cual parecía muy atento a sus acciones-. Pero esto fue...
-Aoi-san...
Acomodo nuevamente la pretina de su cinturón, como lo último que le quedaba para colarse, y desvió la mirada, posando sus ojos en la sala acústica donde estaban los instrumentos, pero su mente estaba desconectada de todo.
-Yo quiero despertar...esto es... un sueño. -Volvió a decir, sin percibir la mirada gacha del menor tras suyo-. ¿no Koron?
-Ya hablas con esa pulga andante Aoi- Escucho una risa y algo asustado se giro para ver como entraba Reita y Uruha tras suyo, el cual traía un a bolsa en las manos.
-Pues yo...
-Ya deja de molestar Reita, que acá le tengas odio a Koron, no significa que los demás también-. Rió Uruha, lo cual saco un gruñido al rubio como algunas palabras indescifrables.
Miro a sus alrededor y así fue, no había niño, por ello los chicos no habían actuado extraño y él ahora tenía la imagen de aquel perrito bajo sus pies, que corrió cuando el castaño lo llamaba.
- Les traje comida a ambos, una por parte de Ruki y este -tendiendo la bolsa al moreno que miraba atento lo que le ponía en mano -por mi parte. Mira, que no queremos esqueléticos en la banda.
-Gracias-. Dijo, aunque con la atención en el cachorro que comía tranquilo de la mano de Uruha.
-Sí, porque con uno basta y sobra-. Bromeo el bajista que sin previo aviso, recibió un golpe en la cabeza por parte del otro recién llegado-. ¡Ruki!
-Eso te pasa por bocón -rió el menor y al poco llego Kai a la sala, notando la armonía nueva, sacándole una sonrisa.
-Entonces, apenas termine Aoi-san de comer, seguimos en lo que estábamos.
-¡Hai!
"Un sueño..."
Fue lo que pensaba el moreno, que después de mucho tiempo no había dado cuenta de aquel detalle, mientras su amada guitarra producía pequeños acordes de melancolía...
"Quiéreme..."
Miro al perro durmiendo al lado suyo y sonrió, en ello que pasaba una de sus manos por la cabeza del can, deseando por extraño que fuese, la necesidad de que volviese a ser una persona...
-"Quizás me este volviendo loco, pero gracias Koron-chan por quererme tu a mí..." que tengas dulces sueños...
En otro lado de la sala.
-Aww ~que tranquilidad transmite Aoi-san al lado de Koron...
-Sakai, ¿qué dices? -Interrumpió Reita, a un lado, que al igual que Sakai, mira a Aoi-. Es solo un perro y AOI.
-En parte, pero... ¡Aoi-san vamos a tomar hoy juntos! -Grito el manager, acercándose al moreno, sin fijarse en el canino que despierta por el grito y al ver que se abalanza contra Aoi-¡Ahhhhh...!
-Esto sí que es música para mis oídos-Comento el rubio, viendo como Ruki intentaba quitarle su adoro "hijo" de la mano de Sakai junto a Aoi-.
Fin :3