Cada día es igual por mi pasillo
Nunca llego a mi puerta sin oír el chiflido
Ya no lo soporto mas, siempre cuando llego al edificio es igual, algún fulano me comienza a chiflar, otros a ver con lujuria o a gritar cosas obscenas. Y en verdad me molesta, todos piensan que tengo cuerpo de mujer, y con el cabello largo tantito peor, pero me gusta largo, no sé muy bien porque, pero siempre me ha gustado llevarlo largo.
Veo a un chavo que me dice que me está esperando
Lo que él debía de hacer es ir y darse un baño
Y después un maldito pordiosero, no es que los discrimine, pero uf, que mal huele. Me mira queriéndome desvestir, pero un día de estos estoy seguro que le voy a regalar champú y jabón.
Y un aburrido me detiene otra vez, y yo le finjo interés
He llegado al piso en el que vivo, y mi fastidioso vecino me detiene intentado sacarme plática, es tan molesto.
-Hola Deidara-san- me dice.
-Hola, Sasori- le digo, no tengo nada que perder, me puedo divertir un rato en lo que llego a mi cuarto.
-¿Cómo has estado?- me pregunta tomando los libros que llevo en la mano.
-Bien, gracias, ¿y tú?- le sonrío coquetamente sonrojándolo, suelto una risita, aprovecho su distracción para tomar mis libros, al momento que lo llaman desde su cuarto me adelanto a mío.
Cuando de pronto sale del ascensor
La imagen de mis sueños, el que yo quiero para mi dueño.
El chico del apartamento 5 12
El que hace a mi pobre corazón saltar
Es al que le hago cartas noche y día que no puedo entregar
El chico del apartamento 5 12
Es el que me hace tartamuda y más
Es en que yo pienso y sueño noche y día, él solo él
Estoy a un momento de abrir la puerta cuando veo que el ascensor se abre dejando ver aquel escultural cuerpo, ojos negros, cabello de igual color y largo, siempre lo usa atado en una coleta baja, también tiene unas singulares ojeras que lo hacen ver más sexi de lo que ya es.
Y un viejo me invita
"Chica ven a verme"
Jajá, y yo le digo:
No me caen los viejos rabos verdes
Entra en su cuarto, me recargo en mi puerta resbalándome hasta sentarme en el piso, con la mirada ida, pensando en él, cuando de pronto una voz me saca de mis pensamientos.
-Hola, guapa- me dice un hombre de cabello blanco y bastante largo, con la mirada de pervertido, creo haberlo visto antes, no sé, no me acuerdo bien, mi mente no funciona como debería. -Ven, ¿Por qué no me acompañas a tomar algo?- me pregunta de una forma sensual, según él, aunque en verdad parece un completo idiota, y lo es.
Suelto una carcajada, el viejo me mira de una forma extraña, tratando de adivinar la razón de mi risa. -No me gustan los ancianos- le digo con una gran sonrisa divertido por su expresión, luego me levanto rápidamente y entro a mi cuarto aun riendo.
Y camino a mi cuarto
Muy lentamente
Con la esperanza de verlo
Y cuando sale a caminar
Me saluda con una sonrisa
Que de veras me conquista
Regreso de mi trabajo de medio tiempo, justo a la hora que él sale a hacer ejercicio, quiero suponer que va corriendo hasta el gimnasio, levanta algunas pesas y regresa corriendo de nuevo, subo por las escaleras, al llegar a mi piso camino lo más lento que pueda, estoy demasiado cansado, no me apetece llegar a mi departamento. Suspiro hondo con la mirada clavada en el piso. Llego a mi puerta, juego con las llaves y mis torpes manos las dejan caer, genial, me agacho lentamente, al levantarme y junto con la vista puedo ver como sale de su cuarto, como lo supuse, a hacer ejercicio, me ve y me dedica una de esas sonrisas que solo él sabe hacer, algo prepotente se podría decir, pero que bien le sienta, su expresión fría y seria lo hacen ver sexi, sensual, sexi, misterioso, sexi, ah, y sobre todo sexi.
El chico del apartamento 5 12
El que hace a mi pobre corazón saltar
Es al que le hago cartas noche y día que no puedo entregar
El chico del apartamento 5 12
Es el que me hace tartamuda y más
Es en que yo pienso y sueño noche y día, él solo él
Él vive en el 512, y yo en el 516, a solo una puerta de su departamento, si solo una, la 514, los números pares están del lado izquierdo del pasillo, mientras los nones del contrario. Siempre que lo veo mi corazón se acelera de sobremanera, hasta he llegado a pensar que un día de estos me va a dar un paro cardiaco por su culpa.
Durante las clases libres, o incluso sin ser libres, le escribo cartas, poemas, canciones, en todas plasmo mi amor, y me digo a mi mismo: esta vez si se la entrego, pero al llegar, puf, toda esa valentía se quedan en el pupitre, y no me animo, ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Me maldigo mentalmente.
Me gusta ese pelinegro, Itachi, Itachi Uchiha es su nombre, es verdaderamente sexi, desde que llegue a este edificio y la primera vez que lo vi, no me lo puedo sacar de la cabeza, en el instituto no dejo de pensar en él, los profesores me llaman la atención seguido porque dicen que estoy en las nubes, y mis amigos dicen que estoy en otro mundo, Itachi-landia, dicen ellos, me divierte mucho el cómo se divierten conmigo, es extraño. Y por las noches ni se diga, a veces no duermo por pensar en él, en que habrá hecho durante el día, en quien pensará, en todo de él.
Un día lo vi llegar a mi instituto, me reconoció.
-Hola, Deidara- me dijo dulcemente.
-H-h-h-hola- musité con un notable sonrojo, lo sabía porque podía sentir el calor en mi cara, se fue rápidamente, mis amigos se burlaban detrás de mí, pero les aseguro que si estuvieran en mi posición no se burlarían así.
Pero hoy por fin me he decidido de veras
Todo mi amor a confesarle
Toco su puerta y se me enchina la piel
Y me contesta una güera y mi corazón se quiebra
Estoy de vuelta, en el edificio, otra vez me dije que le declararía mi amor durante las clases cuando le escribía una canción, o eso intento que parezca, voy subiendo tarareando mi canción, y me doy cuenta de que es cierto lo que dice, todo; teniendo un conflicto entre mi mente y mi corazón termino de subir, me detengo y me quedo viendo la puerta con ese número, 512. Suspiro hondo y antes de que aquel pelirrojo fastidioso salga, me acerco. Esta decidido, le declarare mi amor, lo hare, no le pediré una respuesta, solo quiero que lo sepa.
Toco la puerta varias veces con el revés de la mano, mi corazón está a mil por hora, no lo puedo controlar, mi piel se eriza al escuchar como la abren desde adentro. Cuando de pronto sale un chico rubio, ojos azules, tan azules como el mismo cielo. -¡¡NO!! No... Dios debe de odiarme- pienso. También siento como algo se quiebra dentro de mí, en mi pecho específicamente, ¿ese es mi corazón? Si, si lo es.
El chico del apartamento 5 12
El que hace a mi pobre corazón saltar
Es al que le hago cartas noche y día que no puedo entregar
El chico del apartamento 5 12
Es el que me hace tartamuda y más
Es en que yo pienso y sueño noche y día, él solo él
No es justo, nada justo, tanto tiempo pensando en él, soñando con él, y todo ¿para qué? Para ver que ya está con este rubiecito copia de mi en pequeño. Pero si es un niño, un inocente niño, mis ojos se cristalizan lo sé por la mirada que tiene de preocupación, si supiera que me le voy a declarar a su chico no se preocuparía tanto y me cerraría la puerta en la cara. Un pelinegro se acerca a él, no es Itachi, aunque es muy parecido a él.
De veras que sentí mi corazón quebrándose
Cuando de repente me preguntó: ¿Buscabas a mi hermano?
Ante la mudes de ambos, el pelinegro decide hablar.
-¿Buscabas a mi hermano?- me pregunta. Yo lo miro perplejo, ¿hermano? ¿Cómo que Itachi tiene hermanos? -Onisan- lo llama, después toma al pequeño rubio por la cintura para ir sacándolo del departamento, bajando las escaleras abrazados, los miro confundido sin prestar atención a lo demás, una voz gruesa y sensual me saca de mis pensamientos.
-Hola, Deidara- volteo el rostro y miro a Itachi con una playera negra con rojo, un pantalón vaquero y converse negros, una mano recargada en el marco de la puerta y con la otra se arreglaba el cabello, me quede embobado. -¿Deidara?- veo que sus labios se mueven, pero no escucho su voz, -¿se te ofrece algo?- me pregunta pasando una mano delante de mi cara para llamar mi atención, en ese momento reacciono, agito la cabeza para despertar, lo miró.
-Hola- le susurro.
-Hola- me dice con otra de sus sonrisas que me conquistan. -¿Se te ofrece algo?- me pregunta de nueva cuenta.
-Sí, es decir no... bueno si, pero...- oh vamos, tengo que decírselo. Anda, no seas cobarde y dile. Él me mira divertido suelta una pequeña risita, trato de contenerse, lo vi tapar su boca discretamente para evitar herirme con su risa, supongo. Respiro hondo, trato de hablar, pero de nuevo me trabo, creo que será mejor irme... NO, pero que estoy pensando, se lo tengo que decir ahora, no puedo esperar más. -Itachi-san... yo...- me quedo callado, viendo al piso mientras noto como quiere que prosiga. Como se que no podre hablar tendré que actuar.
El chico del apartamento 5 12
El que hace a mi pobre corazón saltar
Es al que le hago cartas noche y día que no puedo entregar
El chico del apartamento 5 12
Es el que me hace tartamuda y más
Es en que yo pienso noche y día, él solo él
Suspiro hondo, trago saliva y de repente, lo besó en los labios, tomo sus mejillas entre mis manos, hago que se tambalee, no responde al beso, creo que se sorprendió, ¿y quién no? No todos los días llega a tu puerta un rubio y te besa. Se siente bien, siempre quise probar sus labios, degustarlos, siento su húmeda lengua en mi labio inferior. ¿Corresponde? SI, si esta correspondiendo al beso, y lo quiere profundizar, no lo dudo y dejo el camino libre a su juguetona lengua. Me toma de la cintura atrayéndome a él, paso mis manos por su cuello. Aire, necesito aire, al parecer él también, se separó de mi, sin soltarme.
-¿Y bien?- me dice con una sensual sonrisa. -¿Se te ofrece algo?- me pregunta bromeando. Me gusta pero odio su actitud prepotente. Lo miro con curiosidad, después pícaro.
-Si... tú- acaricio su mejilla, sonríe de medio lado y hace que entre al cuarto, cierra la puerta detrás de mí y seguimos besándonos, pero, esa, es otra historia.
El chico del apartamento 5 12
El que hace a mi pobre corazón saltar
Es al que le hago cartas noche y día que no puedo entregar
El chico del apartamento 5 12
El chico del apartamento 5 12
El chico del apartamento 5 12