MISIÓN 1; Los Gazettos en la mira ~ Capítulo 2: Uruha... nuestro nuevo aliado? Cospleyeando a los Jrockers! ...~Reituki~
La castaña se dirigió tarareando una canción hasta la cafetería, tenía que informarle a su amiga su logro con el ReitUki y ver como iba ella con los guitarristas que estaba espiando. Se demoró más de lo debido ya que se perdió por las instalaciones y terminó en un cuarto que decía claramente: “No entrar, peligro de muerte”. Afortunadamente para ella y desafortunadamente para los demás, sobrevivió a ese bendito cuarto. ù.ú
Cuando llegó a la cafetería ya no había nadie así que siguió buscándola, aunque no se tardó tanto como ella creía ya que casi al instante vio una escena que prácticamente la dejó sin habla, sin saber si imitarle o pegarle a la pelinegra por hacer lo que estaba haciendo.
Al final del pasillo se veía un supuesto “Byou” colgado del brazo de Uruha mientras reían amistosamente, demasiado para el gusto de la castaña (y para las amantes del AoixUruha xD), siendo seguidos por Aoi quien tan solo reía nerviosamente ante la cercanía de sus amigos. Ahora… ¿Qué tiene de raro ese supuesto Byo? Pues que si uno se fija bien se puede apreciar que aquello que lleva en la cabeza no era más que una peluca, acompañada con unas lentillas y ropa prestada exclusivamente del armario del verdadero Byou-san (M: Prestada, ¿no? H: Sip n_n M: claro…)
– ¡Hiro! Digo,… ¡Byou! – llamó Mina al intento de vocalista de Screw. Los tres presentes voltearon a mirar a la castaña, “Byo” se escondió como pudo detrás del más alto temiendo por su pronta muerte.
– ¿Quién eres tú? – preguntó la segunda guitarra a la castaña, a lo cual esta última esbozo una sonrisa.
– ¡Tu peor pesadilla! – Gritó, provocando que Uruha y “Byou” se rieran ante la cara que había puesto Aoi por su comentario – ok, no… vengo por Byou – apuntó a la cosa de metro y medio que intentaba escabullirse sin ser visto – ¡Ni intentes escapar! – volvió a gritar empezando a perseguir a “Byou” por toda la PSCompany atropellando a quien tuvieran en frente.
– ¡Detente! No me mates – le dijo la pelinegra a su amiga una vez llegaron al estacionamiento, la peluca había quedado en algún pasillo de la compañía. – ¿Se puede saber porque hiciste eso? – Se quejó – ¡Estaba a punto de sacarle información a Uruha!
– Con que eso era – se escuchó una voz entre las sombras, ambas pegaron un grito al ver aparecer como si fuera el malo de la película a nada más y nada menos que al castaño piernas sexys de Gazzete. – era imposible que Byou se hubiera encogido.
– ¿Lo vez? – Le reclamó la castaña – tus cosplays nunca funcionan
– No se metan con mi tamaño ;_;
– Les puedo ayudar – les dijo Shima sorprendiendo a las chicas – Aoi es un baka que si no se le da un empujón nunca se le va a declarar a Kai – dijo como si nada.
– ¡Espera! ¿A mi Aoishi le gusta Kai? – El castaño asintió – ¡¡Kyaaaaaaaaaaa!!
– ¿Y tú que?
– ¿Yo?... pues… al final de la misión les digo con quien salgo n_n
Minutos de silencio…
– ¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
-Regresando a los baños-
– Takanori, ¿Estás bien? – preguntó el bajista acercándose lentamente. Notó como su respiración se empezaba a agitar, se colocó detrás de él con la intención de abrazarlo, lo rodeó con sus brazos y los reposó también en el lavabo. Sus cuerpos se juntaron…
– Mhm… – no pudo evitar reprimir un gemido al sentir el cuerpo de su amigo apegarse al suyo, estaba demasiado sensible y no le ayudaba para nada el tener al bajista tan cerca.
– ¿Ruki? – se sorprendió al escuchar aquello, tenía una leve impresión de lo que le sucedía al vocalista pero para estar seguro… dirigió una de sus manos a la entrepierna del menor pudiendo sentir claramente un bulto sobresaliente – ¿Te gusta? – empezó a masajear esa zona suavemente provocando que Ruki comenzara a gemir, era raro hacerle eso a tu mejor amigo, pero no podía evitarlo.
— Ah... mh… R-reita… — el mayor lo volteó quedando frente a frente y no dudó en atrapar esos labios que en esos momentos le volvían loco.
Ruki se debatía internamente acerca de aquella situación, no entendía porque su cuerpo reaccionaba de esa manera, y le aterraba el hecho de estarse excitando más al contacto del bajista. Su mente trataba de detener la situación, pero ya no había caso. Sus manos se enredaron en los rubios cabellos de su acompañante logrando que el beso se profundizara aun más. Abrió su boca dándole pase a su amigo para que jugara con ella como se le diera la gana, enredaban sus lenguas en una batalla sin fin, degustando el sabor del otro. Pequeños gemidos se escapaban de la boca del menor ante ese beso que poco a poco los dejaba sin aire, pero que desearían nunca acabar.
— Mh… nh… — sus ojos miraban el techo tratando de encontrar en él alguna distracción que le hiciera apaciguar todo aquello que estaba sintiendo, la boca del mayor se paseaba por todo su cuello, besándolo, lamiéndolo y mordiéndolo, asegurándose de que mas tarde aquellas marcas dejaran bien en claro que Ruki era solo de él.
Ya no le interesaba saber que razón los había llevado a aquella situación; el mensaje de Ruki, y su estado cuando entró al baño; obviamente algo había pasado para que el menor se encontrara así, pero en esos momentos solo podía pensar en degustar aquel cuerpo del cual no podía apartar su mirada, aquella figura a la cual había comenzado a seguir inconciente notando cada detalle, cada manía.
— Mmm... ¡Ah! — gemía el vocal al sentir la boca del rubio descender cada vez más, abriéndose paso entre la piel que iba quedando al descubierto; no se había percatado de cuando el bajista de su banda había comenzado a desprenderlo de su camisa. Una vez abierta la camisa sus manos descendieron hasta toparse con un bulto sobresaliente en las ropas del menor, empezó a masajear por encima del pantalón, antes de desabrocharlos liberando su miembro de aquella prisión. Las mejillas de Ruki estaban teñidas con un suave rojo carmín, mientras que sus ojos mostraban un brillo debido a la excitación. Le desprendió de sus pantalones, dejándolos a un lado, acarició por encima del boxer, escuchando los leves gemidos del menor. Se acercó a su rostro y empezó a besarlo dulcemente. Dibujo un camino de saliva desde su cuello, jugando con sus tetillas, deleitándose con unos deliciosos gemidos que se escapaban incontrolablemente de su boca; hasta llegar al boxer, deshaciéndose de él. Tragó de una la virilidad del otro, empezando el sube y baja, primero lentamente, provocando una tortuosa sensación de placer en el vocal. Sus manos se dirigieron a los cabellos del rubio, obligándolo a aumentar la velocidad; se sentía desfallecer, viendo con sus ojos entrecerrados a causa del éxtasis como el bajista hacia desaparecer su miembro dentro de su boca. Reita llevó una mano hacia la boca del menor logrando instantáneamente que él comenzara a humedecerlos.
— Ngh… no… ¡AH! — no pudo seguir conteniéndose, necesitaba liberar todo ese remolino de sentimientos y sensaciones del cual estaba siendo víctima, y terminó por correrse en la boca del bajista; respiraba agitadamente mostrando un semblante por lo más provocador. El rubio no dudó ni un segundo en tragarse todo esa esencia, lamiéndose los labios cerciorándose de que no quedara ni una sola gota sin degustar. Una sonrisa de medio lado se formó en su rostro al ver lo excitado que seguía su compañero de banda. Lo sentó encima del lavabo para tener más acceso a su cuerpo, sus manos tantearon su cuerpo, buscando su entrada, penetrándolo lentamente con los dedos.
— Mhm… Akira… — era raro sentirse invadido, nunca en su vida imaginó que terminaría haciéndolo con un hombre, pero no podía negar que era muy placentero, incluso mas excitante que cuando lo hacia con una mujer, aunque pareciera extraño, esa sensación de sentirse dominado le agradaba. Sentía como corrientes eléctricas viajaban por todo su cuerpo, enloqueciéndolo. Ya eran tres dedos los que se encontraban en su interior, dilatando aquella estrecha entrada para poder dar paso a algo mas grueso. Al principio un dolor punzante lo invadió, al sentir como esos dedos se movían dentro suyo, dolor que poco a poco fue disminuyendo en intensidad hasta desaparecer por completo, dejándolo a la merced del placer puro.
— Ah… ah!.. Aki… mmh… q-quiero t..tu…. mmh! — El rubio sonrió de medio lado ante las suplicas del vocal, posicionó su miembro en la entrada del menor, y comenzó a adentrarse en aquel cuerpo lentamente. Gemía roncamente al sentir sus paredes apretar su miembro de una manera exquisita, admiró hipnotizado su rostro extasiado, nada tenía comparación con lo que sentía en ese momento. Salió de su trance al sentir como unas uñas se incrustaban en su espalda, notando como los ojos del rubio de encontraban algo húmedos. Repetía incesantemente su nombre, pidiendo por más; cosa que el bajista no dudó en darle. Empezó un vaivén suave, lento, tratando de torturar al menor con aquellas sensaciones que inundaban sus sentidos.
— A-ah! … Más… ah… rápido… — gemía deliciosamente en busca de más. El rubio lo cargó en peso, pegando la espalda del menor contra una pared, logrando que su miembro ingresara más profundo en su interior, arrancándole aun mas gemidos. En esa nueva posición empezó a moverse cada vez más veloz, provocando que Ruki ya no gimiera, gritara.
— Dios.. ah.. que.. Escandaloso eres… — se sentía en el cielo, la estreches del vocal le estaba enloqueciendo, aumentándole a eso los besos que recibía en el cuello en un intento del menor por acallar sus gemidos.
— ¡Ahh!.. Ahí! Mas! — gimió descontroladamente al sentir la presión sobre cierto punto erógeno en su in terror.
— Ngh… ¿Aquí? — Preguntó sin dejar de tocar ese punto con cada embestida. No parecía poder aguantar más, el placer que lo embargaba no se comparaba con ningún otro, y ya estaba llegando a su límite. El mayor lo notó, y al sentir las paredes del vocal contraerse, empezó a masturbarlo al ritmo de las embestidas.
— Ah! Ah! Me ven…! — gimió por ultima vez antes de derramar su esencia, manchando ambos vientres, totalmente agotado. Reita arremetió unas cuantas veces mas antes de venirse en su interior, logrando que el otro jadeara al sentirse invadido por aquella sustancia blanquecina. Se besaron nuevamente, tratando de transmitirse aquello que no podían con las palabras, aquello solo les había servido para darse cuenta de los sentimientos que siempre se negaban a tener, se amaban, y luego de eso ya no lo podían ocultar.
El mayor comenzó a arreglar su ropa en silencio, no se atrevía a mirar a los ojos al vocal de su banda, y no lo hizo sino hasta que escuchó un leve gemido proveniente del menor. Levantó la mirada extrañado, encontrándose con un sonrojado Ruki que trataba de taparse la cara con las manos debido a la vergüenza. Bajó un poco la mirada, observando su pecho, hasta posarla en cierta parte que comenzaba a palpitar nuevamente. Se acercó a su ahora amante, susurrándole sensualmente al oído mientras que con una de sus manos apretaba un poco el sexo del menor, causando un estremecimiento por su parte.
— ¿Otra ronda?
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
— Mmm… ¿Por qué no los encerramos como yo hice con Reita y Ruki? — opinó la castaña.
— ¿En serio lo hiciste? — Miró divertida a la castaña — ¿Y le pusiste afrodisíaco a la bebida de Takanori?
— Claro... Y cualquier cosa... Es culpa de Kai — sonrió, y ni Uruha ni Hiro pudieron contener la risa al imaginarse a Ruki culpando a Kai por lo que podría estar pasando en ese baño.
-Dos horas más tarde, PSCompany-
— ¿Recuerdan el plan? — Preguntó sigilosamente el de cabellos castaños con la mano en la perilla de la puerta, listo para abrirla.
— Etto... ¿Me lo repites? ._. — dijo una morocha más perdida que de costumbre, siendo secundada por la castaña, causando que Uruha empezara a arrepentirse por el dúo con el que se había aliado para formar el AoixKai.
— Olvídenlo — suspiró resignado.
— Como que ya lo hemos olvidado, por algo te preguntamos.
— Solo... Improvisen y actúen como la gente NORMAL, recuerden que son mis "primas" — la paciencia se le estaba agotando.
— ¿Y que tiene eso de normal? — susurró la castaña en el oído de su amiga logrando que esta se riera y el de Gazette quisiera matarlas por hablar a sus espaldas... Aunque técnicamente haya sido en sus enfrentes xD.
Abrió la puerta rogando por que Kai no estuviera enfurecido por haberse desaparecido dos horas en las que deberían de haber estado ensayando, sabiendo que ni Ruki ni Reita se aparecerían el resto del día y de seguro Aoi lo estaría odiando por dejarlo solo a la merced del militar Kai (H: o__o) y de todo su griterío.
Giró la perilla lentamente, y las tres cabezas se asomaron una encima de otra en la puerta para ver si había rastros de Kai. Lo que vieron... Les dejó sin habla, o eso se dice...