MISIÓN DOBLE; ¡Ahí llegan los Alicios! ~ Introducción.
— Nada mal… no está nada mal… — hablaba para sí misma una pelinegra con mechas de colores, dueña de una de las más famosas compañías en el ámbito que manejaban, SCAY COMPANY. Se encontraba revisando el reporte escrito por dos de sus chicas, revisando minuciosamente el trabajo que habían realizado en su última misión. Dejó los papeles a un lado junto con los CDs y fotos que le habían entregado y las miró con una sonrisa limpia en el rostro. — Estoy muy contenta con su trabajo, chicas.
— Que esperabas… somos tus mejores chicas, ¿no? — Se rió suavemente la castaña — Además, fue un placer lograr que al fin estén juntos.
— Si… era estresante, a Aoi se le notaba a leguas que se moría por su baterista — Alegaba la pelinegra mientras intentaba abrir un frasco inútilmente. — …Estúpido frasco…
— Bueno… esto se venderá como pan caliente, tendremos listas las copias en muy poco tiempo y ustedes serán las primeras en tener una copia, ¿Vale? — Ambas sonrieron al escuchar sus palabras.
— ¿Y ahora que vamos a hacer, jefa? — Preguntaron ambas curiosas por saber cual sería la siguiente misión.
— Mmm… por ahora vayan a comer algo, ya anunciaré luego sobre la siguiente misión. — Ambas obedecieron y se fueron a la cafetería del gran edificio donde se encontraron con sus compañeras. Platicaron un buen rato antes de que anunciaran que ya estaba en el panel principal la información acerca de la siguiente misión que se llevaría a cabo. Ambas chicas decidieron terminar de comer tranquilas antes de fijarse en la lista, pero empezaron a notar que lago extraño sucedía.
— Hiro-sempai, de verdad lo siento mucho — decía un poco deprimida una novata al acercarse a la mesa de las dos chicas — Me imagino como se debe sentir, pero ánimos, se que eres una gran persona y la mejor de la compañía. — La mencionaba no lograba entender a que se referían, aquella niña no fue la única que se acercó con un comentario como ese, y la verdad es que no entendía absolutamente nada.
— Esto… ¿qué ocurre? — Le preguntó a una rubia que también se le había acercado.
— ¿De verdad no lo sabes? O… todavía estás en la etapa de negación, ¿cierto? No debe ser fácil para ti enterarte que no fuiste seleccionada para la siguiente misión… — Más que responderle, parecía estar haciendo un monólogo — …de todas maneras, te deseo la mejor de las suertes, Mina-chi, estoy segura que lo harás bien.
— …
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— ¡Que me dejen pasar! — Gritaba enfurecida la pelinegra tratando de escapar de los guardias que cuidaban que la reunión no fuera víctima de disturbios. A las finales, Hiro logró zafarse de ellos gracias a la ayuda del insecticida que cargaba siempre en su bolso (?), abrió la puerta pateándola ante la asombrada mirada de todos los presentes. Su jefa solo se sobó las sienes y se tapó las orejas, sabía perfectamente que la pelinegra haría algo como eso.
— ¡¿Cómo que no participaré en la próxima misión?! — Todas miraban sin poder creer que una de las mejores estuviera siendo rechazada. Sigo profiriendo insultos, gritos, amenazas hasta que todos los presentes se largaron despavoridos por miedo a terminar siendo el saco de boxeo de la chica.
— ¿Terminaste? — Susurró la jefa tratando de desaparecer su dolor de cabeza con unos masajes. Hiro la miró unos segundos y se sentó frente a ella.
— Habla… — Le dijo simplemente buscando una explicación. La otra chica suspiró, era difícil lidiar con el temperamento de esa niña.
— Pongámoslo así, a ti te necesito para otra misión igual de importante, que influirá bastante en lo que ocurra durante la otra misión, ¿entiendes? — Cogió uno de los dardos de su escritorio y lo lanzó contra el mismo póster de siempre cayéndole de lleno al ojo de la chica impresa en él. La pelinegra sonrió.
— ¿Quiere que me encargue de ella?
— Lo más pronto posible, luego podrás alcanzar a tu amiga en Japón.
— Está bien, solo porque le tengo las mismas ganas que usted, jefa — Ambas rieron — Pero… ¿Qué tiene que ver ella con la misión de ahora?
— ¿No lo sabías? La oxigenada esa está saliendo con Murai…
— ¿Queeeeeeeeeeee? Esa maldita, perra… ¿Cómo se atreve? Me las va a pagar… juro que me las paga… — Maldecía interiormente con todas las maneras habidas y por haber.
— ¿Ahora entiendes?
— No se preocupe… yo misma me encargo que ella
— Bien dicho...
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— ¿Me mando llamar, jefa? — Preguntó la castaña entrando al despacho principal, la mencionada asintió con la cabeza así que se sentó en una de las sillas esperando que le dijeran el motivo de su llamado.
— Supongo que también sabes que Hiro no será tu acompañante en esta misión…
— Si, lo sé, y la noto demasiado contenta a pesar de eso — Mencionó contrariada.
— No te preocupes, ya hablé las cosas con ella, lo que me interesa es que tú conozcas a la persona con quien irás a Japón.
— ¿A Japón? ¿Otra vez?
— Si, lo se, mejor las hubiera dejado allá, incluso son de la misma compañía, pero bueh…
— ¿También son de la PSCompany?.. Espere… ¡No me diga que es Alice Nine!
— Bingo…
— ¡Kyaaaaaa! — Chilló emocionada — ¿Y quién me acompañara?
En ese momento tocaron la puerta, una chica de cabello castaño ondulado con algunas mechitas rubias entró a la habitación saludando fraternalmente a la jefa.
— Quiero presentarte a mi prima.
— Mucho gusto, soy Meii, Tu nueva compañera — extendió su mano en modo de saludo, sonriendo abiertamente a la joven.
— Mucho gusto…
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En la PSCompany
— ¿Ocurre algo, Shou? — Preguntó preocupado el pelinegro al verlo sudando frío.
— No… no es nada… solo… un mal presentimiento… — Eso lo decía más para convencerse a si mismo que para convencer a los demás.
— Debe ser por el estrés, Kohara, hay que pedirle a Nao que nos de vacaciones — Se quejaba el menor de la banda.
— No se fíen tanto — Habló un castaño ajeno a la banda.
— ¿A que te refieres, Uruha?
— Que la última vez que Reita tuvo un “mal presentimiento”, tuvimos que lidiar con dos pesadillas andantes…
— Ojalá y no sea lo mismo…