Ambas castañas miraban con los ojos hechos platos lo que de ahora en adelante sería su morada.
— No puedo creerlo... — Se quejaba internamente por tener que lidiar con una jefa tan... ¿especial? Ni siquiera tenía una palabra para calificar a aquella para la que trabajaba.
— No puedo creer que mi tía haya hecho esto...
— Pues ándate acostumbrando, si supieras todo lo que hemos soportado por su culpa..... — Dio un largo suspiro resignándose a tener que pasar el resto de su estadía en Japón en los dormitorios de una residencia para desempleados, ¿como fue que llegaron ahí? Pues claro, a su jefa no le costaba nada pagar la pensión correspondiente de la casa que alquilaba la compañía en es ciudad, pero nooooo... Ella prefería gastar esa plata en tontas apuestas en las que finalmente siempre salía perdiendo.
— Por lo menos cada una tiene su dormitorio, ¿no? — Preguntó Mei con una leve esperanza que desapareció inmediatamente después cuando vio el rostro de su compañera que denotaba un claro "¿TU QUÉ #%*@& CREES?" — Maldita sea...
Ambas se dirigieron hasta el tercer piso donde se encontraba el dormitorio que ocuparían, no era tan chiquito como creían, pero aun así no era suficiente para que las dos pudieran vivir ahí sin la necesidad de botar, o en el mejor de los casos, de asesinar a la otra.
— Se me ocurrió una idea — habló Mina dejando de lado lo que estaba haciendo — Ven, vamos a hacerle una visita a un amigo — Sin esperar respuesta cogió de la muñeca a Mei y se la llevo a rastras por las calles de Japón en busca del tan deseado edificio.
**International Airport**
Los letreros se actualizaban dando por confirmado el aterrizaje y despegue de varios aviones, pero ninguno era el que el chico andaba buscando, suspiró resignado ante la idea de tener que esperar mas tiempo en ese aburrido aeropuerto cuando sus ojos leyeron aquello que tanto había esperado; había aterrizado el vuelo proveniente de su
amiga.
— Estúpida aeromoza, espérate nomás que me voy a encargar que no vuelvas a sonreír en lo que te queda de vida... — Dudó por unos instantes si seria saludable acercarse a ella en el estado en el que se encontraba, normalmente terminaba golpeado cuando la morocha maldecía a alguien. Estaba a punto de dar media vuelta cuando fue descubierto y no pudo hacer mas que sonreír ante el repentino abrazo de su amiga — Estabas huyendo, maldito — se quejó divertida mientras deshacía el abrazo — ¿Cómo has estado?
— Sobrellevando mi aburrida vida, extraño salir a divertirnos juntos — Agarró las maletas que su amiga llevaba consigo y caminaron hacia el amplio estacionamiento donde había aparcado el auto.
— Tranquilo, que ahora nos vamos a divertir de lo lindo — No puedo evitar que una sonrisa malévola se dibujara en rostro.
— Eso me huele a que odias a alguien — Se burló el castaño — Con gusto te ayudaré a deshacerte de ella.
— Gracias, y no te preocupes, esta vez la jefa si piensa pagar por el trabajo — le guiño el ojo a su acompañante quien no podía creer que la jefa fuera a pagar algún servicio — Lo se, es sumamente extraño y casi imposible, pero esto es de vida o muerte.
— Entiendo
**De regreso a Japón**
— No se porque tuve la sospecha de que volvería a verte, para mi mala suerte fue en poco tiempo — Suspiró dejándose caer en el sofá, al frente de él estaban las dos castañas con claras intenciones de hospedarse en su casa, ya sea a las buenas o a las malas.
— Bien que me extrañaste, Uruha — Alardeó Mina sentándose en uno de los sillones — Vamos, sabes que a también te gusta andar haciendo de cupido sexon~
— Pobres chicos que se verán envueltos en nuestras garras — Rió levemente — ¿Donde esta Hiro? ¿Y quien es tu nueva amiga?
— Mucho gusto, Mei — Saludo la muchacha estrechando su mano.
— Hiro tiene otra misión, más adelante nos alcanzara, ¿Eso significa que contamos contigo?
— Kai últimamente nos tiene esclavizados, por el momento solo podré ayudarles con el hospedaje.
— Eso es suficiente por el momento.
Regresaron por sus cosas y se instalaron rápidamente en el departamento del de Gazette. Pasaron toda la tarde poniéndose al día de la situación de sus víctimas y planeando posibles estrategias para cumplir con su misión. Entre juegos, bromas estúpidas y reclamos por parte de Mina para que Uruha le dijera quien era su pareja, sin ningún resultado, se paso la tarde.
**PSCompamy//Sala de Alice Nine**
— ¿Alguien sabe donde esta Nao? El nunca llega tarde... — Hablo el menor de los cuatro presentes quejándose por la tardanza de su amigo. La mayoría de los chicos se encontraban desparramados en los sillones sin hacer algo útil por la vida... Como siempre.
— Pon... Murai viajó ayer en la noche, ¿No sabías? — Habló la segunda guitarra, quien luego se arrepintió de haber abierto su boca ya que todos lo miraban con ojos asesinos a punto de lanzarse sobre su presa.
— ¡¿Y no nos dijiste nada?! — Chilló Saga — ¡Bien podría estar durmiendo!
— Pensé que ya les había dicho, la verdad... Me sorprendió verlos acá :D
— Tora idiota...
— ¿Se fue... se fue a ver a su novia? — Se escuchó apenas la voz del vocalista, estaba sentando en posición fetal con la cabeza hundida entre sus piernas, se le notaba decaído, y quien lo conociera bien podría decir que estaba a punto de llorar.
— Shou... — Hiroto se acercó envolviéndolo en sus brazos, todos callaron, sabían perfectamente acerca de los sentimientos del vocal hacia su baterista, se les hacia demasiado raro que Nao fiera el único que no se hubiera percatado de ello a pesar de que los demás lo descubrieron por su cuenta, a menos que hubiese decidido ignorar esos sentimientos por temor a herirlo. De cualquier forma, no supieron que hacer cuando les llegó la noticia de que Nao había empezado a salir con una muchacha amiga del instituto, al batero se le veía feliz, no podían negarlo, pero el castaño lloro amargamente durante varias noches, expresando sus sentimientos en canciones trágicas, melancólicas, capaces de hacer llorar al mas tirano. — Toda va a estas bien... — le acarició los cabellos suavemente sin saber exactamente que decir — ...nos tienes a nosotros...
El silencio siguió reinando luego de eso, no había mucho que desearan hacer.
**Departamento de Uruha**
— ¿Cómo es que sabes tanto de ellos? — Preguntó Mei mientras le ayudaba a preparar la cena, su compañera estaba recostada en el sillón viendo una telenovela con un paño para las lágrimas.
— ¡¿Por qué, Julian, por qué?! ¡¿No vez que es su hermano gemelo malvado?! — le gritaba a la televisión con la clara intención de que la escucharan en la pantalla. Ambos chicos en la cocina no hicieron más que verla con una sonrisa torcida y una gota en
su cabeza.
— Ignoraré eso... — dijo volviendo a centrarse en la comida — Digamos que tengo mis contactos... Además que hay que estar bien informados cuando de la persona que te gusta se trata.
— ¿Te gusta alguno de los Alicios?
— ¿¿¿QUE TU QUÉ??? — se apareció la castaña de la nada junto a Uruha casi dándole un paro cardiaco.
— la próxima que hagas eso te boto de mi casa >_>
— ok, no te esponjes... — cinco segundos de silencio — ... Pero, ¡¡responde!! — chilló agitando los brazos.
Dio un largo suspiro y llevo su plato al comedor seguido por las chicas, los tres se sentaron y comenzaron a comer.
— A mí siempre me gusto Shou... Desde que lo conocí — No hace falta decir que Mina casi se atraganta con su comida y Mei casi escupe su bebida. Se le quedaron mirando atónitas sin saber que decir — Pero eso fue hace mucho tiempo y ahora solo lo veo como un amigo, aunque sea lindo acosarlo~
— No creo que te hayas rendido solo por eso...
— Pues no... Lloré mucho por él, la verdad — Ambas chicas guardaron silencio, algo asombradas por la seriedad con la que había hablado Uruha, dejando que continuara. — se podría decir que fue la primera persona por la que sentí algo verdadero, tenía una vaga esperanza de que algún día se diera cuenta de mis sentimientos y los correspondiera, me acuerdo que en esa época todos decían que me comportaba extraño porque pasaba más tiempo en la sala de los alicios que en la de gazette. Todos se habían dado cuenta de lo que sentía hacia Shou... Todos menos él. Él solo tenía ojos para una sola persona, y me llenaba de rabia saber que Nao recibía toda su atención sin siquiera pedirla, lo que más me dolía era que no le correspondiera, y muchas veces fui testigo de las lágrimas que derramaba... No me quedó más que convertirme en su apoyo, poder consolarlo cuando quisiera llorar... Aquello solo hizo que mi odio hacia Naoyuki creciera. — Cerró los ojos tratando de recordar algún momento de su pasado, sonriendo amargamente — Aun recuerdo su mirada cuando golpee a Nao en un arranque de cólera, en ese momento me odió, y me dolió como nunca...
— Pero ahora... ¿Las cosas están bien entre ustedes? — Se aventuró a preguntar Mei.
— Si... Al final hablamos y le dije como me sentía... Fue duro al principio... Aceptar que no me correspondía... — Una sonrisa se dibujó en su rostro cambiando dramáticamente la atmósfera con su nuevo tono de voz — Pero bueno~ no fue nada que Byou no pudiera curar con mimos y sexo duro~
................
— ¡¡¡¿¿ESTAS SALIENDO CON BYOU??!!! O___O
**América**
— ¿Segura que aquí está el chico? — Preguntó mientras caminaban observando con detenimiento cada detalle del establecimiento, terminando el pasillo había un amplio espacio con un escenario en la esquina, las mesas estaban arrinconadas luego de haberlas limpiado y los instrumentos en el taburete estaban desenchufados.
— Mmm… si… No creo que pueda pasar mucho tiempo sin una batería, y según lo que he averiguado, este es el lugar más cercano que tiene. ¿Cómo conseguiste que entráramos? — Preguntó subiéndose sobre el escenario, se acercó a un micrófono y empezó a jugar con él.
— Tengo contactos ;) — Ambos sonrieron, no se creía lo de los contactos, ahí había sucedido algo más, pero dejaría el tema ahí. Siguieron conversando y bromeando un buen rato, de vez en cuando la chica fingía cantar para que no les echaran del local por no hacer nada productivo.
— Etto… ¿Está ocupado? — Una tercera voz en aquella sala hizo que voltearan a ver al recién llegado, una sonrisa se dibujó en el rostro de Hiro al ver al líder de Alice Nine en la entrada.
— Oh, no claro que no, solo estamos tonteando — Se bajó del escenario y se acercó a Nao seguido por Taro — Hiro, mucho gusto — Le extendió su mano en forma de saludo, el otro respondió el gesto y estaba a punto de presentarse pero se vio interrumpido por la morocha — ¿Eres Nao-san, verdad? No soy una fan acosadora no te preocupes xD — habló al ver la cara de sorpresa del baterista — Soy prima de Uruha — Tanto Taro como Nao se le quedaron viendo raro, aunque el primero ya se imaginaba algo de lo que habría ocurrido, Nao no sabia que responder a ello, si bien estaba en paz con Uruha (aunque nunca supo el porque le odiaba), nunca pensó encontrarse con algún familiar suyo y no tenía la más mínima idea de como tratarla. — Ya sé lo que estas pensando... No soy igual que mi primo, no te preocupes, jeje, pero bueno... ¿sabes? ¡Seria honor si pudiera escucharte tocando la batería!
El ambiente se relajo luego de eso, comenzaron a platicar amenamente entre los tres. Durante todo ese tiempo ambos le estuvieron sacando información al baterista discretamente para ver que podían hacer para completar su misión y desacerse de la enamorada, tendrían la oportunidad de verla ya que al parecer iría al local a encontrarse con Nao y no pensaban perderse aquello. Ya atardeciendo, los tres salieron del local y se quedaron en la entrada, Nao esperando a que su novia llegara y los otros dos “acompañándole” mientras esperaba. Al rato apareció un auto rojo que se estacionó justo frente a ellos, del auto bajó una chica rubia ondulada con unos lentes oscuros y grandes que tapaban casi toda su cara.
— Nao-shi, mi amor — Saludó a su pareja si darse cuenta de la presencia de las otras dos personas, la morena tuvo que controlarse enormemente para no romperle la quijada a la maldita que osaba besar a Nao frente a sus ojos.
— ¿Y a nosotros no nos saludas, Kaori-chan? — Sonrió MUY cínicamente, logrando que con su comentario la rubia volteara a verla con una cara de de total sorpresa.
— ¿Tú? ¿Q-qué haces acá, muerta de hambre? — Dijo escupiendo cada palabra con claro odio.
— ¿Perdón? Que modales son esos, Kaori-chan, y enfrente de Murai-san — La rubia e tapó automáticamente la oca al ver lo que había dicho en frente de su novio, miró a la morocha con odio y pasó de ella.
— Mi amor, espérame en el auto, tengo unos cuantos asuntos que hablar con mi antigua compañera — Sonrió forzadamente a lo que Nao la miró extrañado, aun con dudas le hizo caso y se subió al asiento del copiloto.
— ¿Ahora si somos antiguas compañeras? — Se burló ante el comportamiento de la otra chica.
— Cállte, ¿quieres? Y escucha, no se para que te habrá mandado la estúpida de tu jefa, pero ni creas que me vas a alejar de Nao… ni de su dinero — Dijo lo último con una sonrisa de satisfacción al ver el enojo que provocaba en la muchacha.
— Esta te va a salir caro, Kaori…
— Intenta lo que quieras, él solo tiene ojos para mí — Dio por terminada la conversación subiéndose al asiento del piloto. Taro y Hiro vieron partir el auto, la segunda se moría de rabia por aquella conversación, pero eso no se iba a quedar así.
— ¿Lo grabaste todo? — Le preguntó a Taro.
— Claro…
Y ese solo era el comienzo de es guerra, porque no se iba a detener hasta que Kaori nunca más volviera a asomar su cabeza por el mundo de los famosos.