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El Matrimonio por Akko

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fic sacado de un Anime, siempre hice fics originales ya que me son mas faciles xD el ff lleva otro tipo de formato pero quisiera probarlo :P ya que esta pareja me gusta desde muy niña, asi que espero que puedan disfrutarlo como yo al escribirl

Esto transcurre en una gran aldea conocida como el territorio del Rey Tenoh padre de Haruka Tenoh, gobernaba una gran parte del país, era temido por sus enemigos y muy querido por sus aliados.

 

Uno de sus aliados era la Familia Kaoih quienes por décadas habían sido los enemigos más poderosos del país, hubo muchas pérdidas hasta que hace apenas un año habían entrado en paz, los ciudadanos por fin podían vivir sin temor.

 

Pero a causa de tantas muertes innecesarias y perdidas materiales ambos entraron en crisis económica por lo cual ambos se vieron forzados a llegar al acuerdo de hacer un matrimonio arreglado entre la hija del Rey Kaoih, la Princesa Michiru, era conocida como la mujer mas bella del Reino y la Princesa Haruka conocido por su insuperable agilidad y habilidad para la espada, además de ser admirada por tantas mujeres.

 

-El matrimonio será llevado a cabo a final del mes.-Hablo un hombre de tez pálida.

 

Otro hombre asintió a las palabras del señor Kaoih y rápidamente salio del gran salón con varios papeles en manos.

 

-Esperemos que esto vuelva a traer riqueza al país.-Dijo esta vez un hombre robusto con una cabellera dorada.

 

Ambos hombres hablaban de los preparativos ya que sabían que la reputación que tenían ambas adolescentes era muy grande y muchos países vecinos vendría por lo cual ambos territorios seria rápidamente recuperado para empezar una nueva vida.

 

En otro lugar, no muy lejos de donde se estaba llevando el tratado, una joven y bella mujer de unos 18 años, caminaba tranquilamente observando uno de los tantos lagos que no había sido dañado ni ensuciado por la guerra, soltó un suspiro al ver como el sol se ponía.

 

-Princesa Michiru.-Hablo un hombre bien parecido.-Parece ser que este lugar a quedado intacto.

 

-Joven Eduardo.-Sonrió al ver al recién llegado.-Así es.-Hizo una pausa para luego continuar.- Estoy muy contenta de que todo haya terminado.

 

-La tropa de los Tenoh fue muy fuerte, suerte que los países vecinos se opusieron al notar que se estaba saliendo fuera de lugar.

 

La mujer miro un momento el lago fastidiada al escuchar ese apellido, no soportaba esa familia con aura de grandeza pero era mejor no hacer nada para no desatar otra guerra.

 

-Por cierto.-Dijo el hombre al notar el cambio en la princesa.-Venia para avisarte que tu padre la necesita en el gran salón, parece ser que tiene algo importante para hablar.

 

 - -- -- - - - -

 

En una lujosa mansión en medio del pueblo se encontraba la Familia Kaoih

 

-Hija.-Dijo feliz el Rey.-Te estaba esperando, por favor acércate.

 

Michiru tranquila, se acerco hasta su padre, quien pronto empezó a meditar.

 

-Veras, hace unas horas estuve con Tenoh, y hemos llegado a un acuerdo.-Hizo una pausa.

 

Extrañada prefirió callar para escuchar hablar a su padre, era raro que hablaran sobre tratados y esas cosas, siempre el tomaba las decisiones sin mencionar nada.

 

-Te casaras con la hija del Rey, Haruka Tenoh.-Termino de hablar para tragar saliva y mirar atentamente a su hija.

 

-¿Qué?-Fue lo único que pudo salir de su boca para luego poner una expresión alterada

 

 

 * * * * ** * *

 

Algo muy parecido sucedía al otro lado del territorio de la familia Kaoih.

 

-Como te atreves.-Hablo casi gritando, una chica con aspecto masculino.

 

-No grites Haruka.-Hablo tranquilamente su madre, una mujer con una belleza envidiable.

 

-¡No quiero casarme con esa niña!-Volvió a repetir.

 

-No es ninguna niña, ¡Haruka!-Hablaba su padre perdiendo la tranquilidad llevando una mano a su cabeza.

 

Sabia que su hija no lo apoyaría en esta idea, lo sabia siempre lo supo que nunca se llevo bien con la hija de la Familia Kaoih.

 

Se formo un largo silencio, ambos mantenían sus posturas pero alguien tenia que ceder, y parece que el Rey no lo haría de ninguna manera, quisiese o no, Haruka debía hacerlo.

 

- - - - - - - - - -

 

Un nuevo día junto a una nueva mañana, una joven chica de cortos cabellos, salía muy temprano a correr por el extenso bosque, con un semblante serio.

 

Se escuchaban los jadeos de su respiración, una gota de sudor recorría su blanco cuello para luego perderse, se detuvo un momento apoyando su mano por un árbol.

 

Miro para atrás y recién era conciente de lo que había corrido, era la primera vez que llegaba tan lejos, seguro era por eso que se encontraba cansada sin saber exactamente donde se encontraba.

 

No tan lejos de ella pudo divisar un lago, hipnotizada se dirigió hacia el, era bello ver como los rayos solares caían sobre el agua, reflectaba por los árboles ese aspecto tan cristalino.

 

Se acerco, saliendo del camino para colarse entre los tantos árboles, hasta llegar a la orilla de este, estaba todo tan calmo, que por un momento olvido todas sus preocupaciones.

 

Sin dudarlo se saco sus zapatos para proseguir con su abrigo quedando con una remera blanca, se acerco a la orilla del agua, pero se detuvo al escuchar un extraño sonido.

 

Miro para adelante a unos pocos metros de ella una chica con el torso completamente desnudo salía de las profundidades del agua, parecía que la luz del sol por un momento se centro solamente en ella al igual que los ojos de la chica de cabellos dorados.

 

Haruka observo con la boca abierta, no podía moverse mucho menos pensar, mientras que su rostro se teñía involuntariamente en un bello color rojo que hablaba por si solo.

 

Una inocente Michiru levanto el rostro ante una sensación extraña, ambas se quedaron inmóviles, observándose sin decir una sola palabra.

 

-Ha…ru…ka-Susurro Michiru con el rostro sonrojado tal vez mas que el de Haruka.

 

-¡PERVERTIDA!-Grito dejando momentáneamente confundida a la rubia.

 

Rápidamente se abrazo a si misma para tapar sus pechos y meterse al agua hasta los hombros.

 

-¡Que haces tu aquí!-Grito Michiru avergonzada.

 

Haruka quien aun se encontraba inmóvil con el agua hasta su rodilla, trago saliva para luego volver en si.

 

-Acaso no es obvio.-Respondió cortante llevando una mano a su rostro tapando parte de su boca y nariz para desviar la mirada a otro lado.

 

Sentía su cara caliente, no era normal en ella ponerse así al ver el cuerpo de una chica.

 

Una vez más volvió en ella la imagen del cuerpo de la chica, su piel, sus pechos seguidos por la curvatura de su cintura.

 

Michiru se dio la vuelta y hablo sobre sus hombros -Puedo hacer que te metan en la prisión por invasión, ahora mismo.-

 

-¿Invasión?-Rió sin entender.

 

-Si no te haz dado cuenta es territorio de mi Familia.-

 

Volvió a mirar incrédula a su alrededor y cayo en cuenta de porque no recordaba de esto.

 

-Si es que tienes razón, ¿acaso pretendes meter a prisión a tu futuro esposo?-La miro divertida.

 

-Seria todo un placer hacerlo, ver tu cara detrás de las rejas.-Rió

 

Michiru se acerco a la orilla con sus brazos tapando sus atributos, siendo observada por la atenta mirada de Haruka.

 

-Podrías dejar de mirarme por un momento.-Dijo michiru al ver que no podía vestirse tranquilamente.

 

-Lo siento.-Susurro apenada.

 

Haruka salio del agua para acercarse a sus zapatos, luego de unos minutos volvió a voltear hacia Michiru al ver que esta se estaba recogiendo el pelo con un lazo verde dejándolo en una coleta, luciendo así su largo y atractivo cuello.

 

Lentamente se fue acercando a Michiru quien sin mirarla dio dos aplausos con sus manos.

 

-Mejor vete.-Dijo Michiru sin mirarla.-

 

-Oblígame.-Rió Haruka ante las palabras de la joven

 

-Entonces así será.-La miro.

 

Antes de que Haruka pueda estar frente a Michiru, un gran caballo apareció entre los árboles parándose en dos patas frente a Haruka quien inmediatamente se detuvo llevando sus manos a un lado de su cadera, dándose cuenta que había dejado su espada.

 

Retrocedió y perdió el equilibrio cayendo al suelo al ver que el blanco caballo la ignoraba para luego dirigirse tranquilamente hacia Michiru.

 

La mujer de cabellos aquamarinos empezó a reír con delicadeza al ver a una asustada Haruka, acerco sus manos a la cabeza del caballo quien inmediatamente bajo para ser acariciado.

 

-Tranquila, no muerde.-Decía agarrándose del caballo para luego subirse con elegancia en el.

 

Ya en el caballo miro un momento por donde había venido la rubia para luego acercarse a ella.

 

Habrá estado corriendo por casi 2 horas para llegar de su aldea hasta este lago, sin duda le sorprendía.

 

-Ahora que pretendes hacer.-Hablo Haruka mirándola desde el suelo.- ¿pisotearme?

 

-Estaba pensando hacerlo.-Se rió.

 

El caballo empezó a andar tranquilo por el mismo lugar que Haruka había llegado.

 

-¿Pretendes dejarme aquí?-Miro con una mirada incrédula, aguantándose la risa.

 

-Si llegaste hasta aquí sabrás como volver.-Dijo dedicándole una sonrisa perversa.

 

Michiru se detuvo y Haruka pensó aprovechar para subirse, pero ante un repentino sonido que no supo exactamente de donde vino, cambio rápidamente su semblante.

 

-¿Haruka?-Pregunto extrañada ante el repentino cambio de la rubia.

 

-¡Vete!-Grito Haruka y rápidamente se paro para darle un fuerte golpe al caballo quien salio corriendo.

 

Una flecha rápidamente fue a impactar con un árbol donde hace pocos segundos se encontraba Michiru.

 

-Bandidos.-Dijo para si misma al ver el tipo de flecha, con la respiración acelerada miro para todos lados.

 

Rápidamente empezó a correr, la zona donde se encontraba era muy abierta como para tratar de esconderse.

 

Aun podía escuchar el caballo pero algo le extraño, no podía escuchar a Michiru, trago saliva y comenzó a dirigirse hacia donde se escuchaba el sonido del caballo.

 

Pudo divisar al caballo blanco venir corriendo en dirección a ella, inmediatamente se le acelero el corazón al no ver a Michiru en el.

 

El caballo se detuvo al ver a la rubia e instintivamente Haruka lo monto.

 

-¡¡Michiru!!-Grito con todas sus fuerzas para volver a llamarla.-¡Michiru!

 

Que demonios estaba sucediendo, donde estaban los guardias, ahora que lo pensaba donde estaban los guardias cuando paso el territorio, supuestamente debería de haber una docena como mínimo, pero si fuese así lo hubiera notado.

 

-Michiru, por favor, aparece.-Decía casi sin voz, para luego sentir como una gota de agua chocaba en su frente.

 

El clima estaba cambiando, el cielo lentamente se volvió cada vez más negro, hasta que el primer trueno se hizo presente iluminando por un segundo todo su alrededor, junto a la lluvia que no se hizo esperar, caía con tanta desesperación.

 

Continuara…

 


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