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Helado por Shin Black

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Notas del fanfic:

Los personajes le pertenecen a Konomi!!

Helado


 


 


 


El dulzor helado que se desliza por los dedos puede ser una bella imagen cuando uno está enamorado. No, realmente no era sólo una “bella imagen”, sino muchísimo más que eso. Una melodía de sabor y aroma que empalaga los cinco sentidos, que hipnotiza tus sentimientos,  que se propaga en todo tu interior hasta decir que realmente aquella persona, que devora ese helado de crema, es con la que quieres pasar el resto de tu vida.


 


Giras la cabeza para un lado, intentando que la imagen de él te llene el estómago, pues tú decidiste no comer porque te hacía mal a los dientes. No es que tuvieras apetito de comer un helado, para nada, tienes el apetito de poder unirte en un dulce beso, donde la crema helada sea un plus para sentirte especial. Pero no lo haces, callas, mantienes las apariencias porque cerca de ti hay otros miembros de tu equipo también haciendo lo mismo que tu compañero.


Tú los miras, los envidias ¿cómo es posible que ellos puedan hacer lo que tu no? No era el simple hecho de saborear una dulce y fría crema helada, para nada, sino el demostrar sus sentimientos en público y que nadie dijera una sola palabra. Si fuera él, todos se escandalizarían y aparecería en los periódicos.


 


Vida de mierda.


 


No podía ser un chico normal con problemas normales, tenía que vivir bajo un manto de egoísmo; el egoísmo de sus padres por las apariencias; egoísmo que él no quería para su vida, pues su forma de ser estaba cubierta por una máscara, una máscara de protección que usaba para no hacerse daño ni que le hagan daño.


Sólo dos personas conocían su verdadero yo, lo habían visto llorar y lo habían consolado. Uno, su compañero y mejor amigo Kabaji, quien parecía su esclavo en vista de todos pero que Atobe valoraba enormemente.


 


Y el otro…..él


 


Jirou Akutagawa.


 


–Mmm, ¿no quieres Atobe? ¡Está muy rico! –dijo contento el muchacho de cabello naranjo.


 


–Mn –una negación un tanto contradictoria, su mirada decía “sí”, pero sus gestos decían “no”, y Jirou lo sabía, por lo cual sonrió.


 


De nuevo se sentía preso de las miradas del resto, cuando sus ojos se desviaron a la mesa de al lado y Hiyoshi Wakashi le miraba intensamente, con cierta duda y temor. Bufó molesto y se levantó, no quería que todo el mundo lo viera en esa maldita heladería. Movió su cabeza por todos lados buscando a Kabaji que se levantó de su haciendo, pero con un ademán con la mano le hizo sentarse de nuevo.


 


–Quédate aquí, con los chicos, necesito caminar un poco –habló Keigo y tomó su chaqueta de la silla y se la colocó para salir del lugar.


 


Inmediatamente una mata de cabellos naranjas lo siguió involuntariamente.


 


Atobe ni siquiera se inmutó en girar su cabeza para ver quien le seguía, estaba acostumbrado a ese tipo de cosas y casi siempre sus acosadores eran los mismos. Sonrió de costado, no demasiado porque sería muy notorio, pero lo suficiente para que su acompañante se diera cuenta que le gustaba.


 


–¿Estás seguro que no quieres helado? –Preguntó de nuevo Jirou–. No hay nadie que nos mire.


 


“No hay nadie que nos mire”.  Definitivamente era aquella frase la que estaba logrando que Atobe pasara de un rotundo “No” a un Ni, a una indecisión. Casi ríe de una forma extraña, bajito y cubriendo su boca para que no se notara, y se detuvo.


Se colocó frente a él y bajó su cabeza un poco para tomar el helado, pero rápidamente Jirou lo levantó, dejándole algo de crema en la nariz de Atobe, crema helada.


 


–Jirou….


 


–Jajajaja, lo siento Keigo….. –rió el muchachito y acercó sus labios a la nariz, dándole un suave beso para sacar la crema de allí–. Ya está.


 


–No, aun quedó….


 


–¿Eh? Yo no veo nada….. –Jirou inocente comenzó a buscar en el rostro de Atobe donde había crema para sacarla, pero con la simple visión no podía notarlo.


 


–No, no en mi, sino en ti –señaló los labios y en un arrebato lo tomó de la cintura y se hundió en un suave y dulce beso.


 


El helado nunca había sido tan exquisito cuando se mezcla con el calor de la boca, la pasión de los cuerpos y la movilidad de las lenguas. Las manos de Akutagawa se enterraron en los cabellos instintivamente, mientras los brazos de Keigo se aferraron en la cintura.


Un beso que probablemente hubiera durado una eternidad si tuvieran branquias o si pudieran respirar por otra parte del cuerpo, pero estaban agitados, cansados por caminar y sonrojados.


 


Atobe se separó momentáneamente para observar el brillo de los ojos de Jirou. Era el helado más dulce del mundo o al menos en la boca del muchacho lo era.


 


No sabía realmente que era lo que le gustaba de él, probablemente su forma de ser tan alegre o……


 


….tal vez y sólo tal vez se deba a que Jirou era él, su ser que no fue, el que sus parientes no quisieron que se desarrollase. Nunca había sido feliz, las apariencias tenían que conservarse y él inhibirse ante el mundo que lo afectaba.


Pero con Jirou no, con Jirou era él, no tenía que cuidar la apariencia porque ambos eran parecidos, porque Jirou sonreía por los dos, porque se divertía por los dos, porque era feliz por los dos…..pero Atobe había aprendido muchas cosas y todas al lado de ese muchacho escuálido del tercer año del Hyoutei…..había aprendido a ser tolerante, a sonreír más, a entender que no todo pasa por lo externo sino que lo interno es lo más importante, pero sobre todas las cosas, aprendió a amar y a ser feliz amando.


 


El dinero no le importaba cuando tenía a Jirou a su lado, un simple helado era la muestra más pura de la inocencia de ambos.


Acarició el cabello naranja y sonrió, ya sin importarse las apariencias.


 


Total, cuando estaba con Jirou, su hielo se derretía, su capa de helado era consumida por esa dulzura de persona. Cuando estaba con Jirou no existían las máscaras, ni los escudos, ni siquiera las barreras, porque Jirou era el único que podía ver su esencia….


 


 


Porque Jirou era el amor de su vida….y lo seguiría siendo….


 


 


–Te amo Keichan…. –dijo Akutagawa con una sonrisa mientras se terminaba de comer el helado.


 


–Yo también te quiero….Jirou-tan…..


 


 


¿Alguna vez habían visto a alguien enamorado? Creo que se resumiría a ellos dos.


 


 


Fin

Notas finales:

Ok, esto me gustó, fue algo dulce pero sin resultar empalagoso. Es para el cumpleaños de Musaga ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! =3~~


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