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Planes de boda. por Mirelle

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen ^0^

Basada en la película que lleva el mismo nombre.

Notas del capitulo:

Bueno, es un oneshot, pero bastante largo. Está basado en una película que me encanta, que lleva el mismo nombre...

¡¡Disfruten!!

Planes de boda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Por el poder que me han concedido, yo os declaro marido y mujer. Podéis besaros.

 

 

 

Todo el mundo aplaudía entusiasmado. Empezaron a volar los pétalos por todos los rincones. Las madres lloraban, los hermanos se emocionaban, los amigos gritaban y los demás parientes observaban la situación con una sonrisa.

 

 

 

Las mujeres se pegaban por conseguir el ramo.

 

 

 

Los hombres comentaban entre ellos lo bonita que estaba la novia.

 

 

 

Las suegras miraban a sus yernos con odio.

 

 

 

 

 

-Todo ha salido perfecto, Sasuke.

 

 

 

-Lo sé. – asintió el chico.

 

 

 

-Eres el mejor organizador de bodas que podamos haber encontrado nunca. – agradecía el novio.

 

 

 

Sasuke sonrió.

 

 

 

Era un chico bastante joven. De unos diecinueve años, pero eso no le impedía ser un maravilloso organizador de bodas. Organizaba las mejores bodas del mundo y ese era uno de los motivos por el que todos los famosos quisiesen hacer negocios con él. Pero ese no era su único don. Era además, hermoso. Su piel pálida entonaba perfectamente con el pelo oscuro que le caía delicadamente en la cara. Lo tenía levantado hacia atrás y mucha gente se quedaba prendada de sus hermosos ojos de color ónix.

 

 

 

Acabada la ceremonia, la cantante más famosa del país, Sakura Haruno, se le acababa de acercar. Era una hermosa mujer de pelo rosado y piel blanca con un cuerpo de envidia y unos atrayentes ojos verdes. Se acercó al menor y le sonrió.

 

 

 

-Voy a casarme.

 

 

 

-¡¡Eso es genial, señorita Sakura!! – si quería una cliente más, tenía que trabajársela, aunque de sus labios saliesen mentiras. Odiaba a la chica. ¿Quién era el desafortunado? - ¿Y quién es el afortunado? – preguntó pícaro.

 

 

 

-Ay, Sasuke, ya sabes que perfectamente puedes ser tú… - murmuró la mujer jugando con los mechones del chico. – Pero no, se llama Uchi y llegará dentro de un rato, se está retardando. Debería estar aquí…

 

 

 

-Bueno señorita Sakura, yo tengo un poco de prisa… - explicó con una sonrisa. – Si me disculpa, ya hablaremos otro día… - la mujer le dejó pasar y se fue rápidamente del lugar.

 

 

 

Sasuke no conducía así que se fue tranquilamente por la calle. Pero Dios quiso que a medio cruzar se le cayesen unos papeles muy importantes del maletín. Asegurándose que no viniese ningún coche, se agachó y los empezó a recoger, entreteniéndose mucho. Por el otro lado, llegaba un taxista obeso con dos marcas en las mejillas comiendo un helado. La bola se le cayó en el asiento y se entretuvo a cogerla, dejando de mirar a la carretera.

 

 

 

Iba directamente hacia Sasuke.

 

 

 

Ni Sasuke tenía tiempo de marcharse ni se había percatado del peligro. Por su parte, el taxista, tampoco era consciente de que estaba a punto de atropellar a un chico.

 

 

 

-¡¡Cuidado!!

 

 

 

Una figura saltó sobre el chico empujándolo contra el pavimento unos metros alejado del coche, que frenó de golpe al ver las acciones. El conductor se bajó y observó al chico sano y salvo bajo su salvador, que le observaba con preocupación.

 

 

 

-¿Estás bien? ¿Te duele la cabeza?

 

 

 

Sasuke estaba un poco desorientado, pero no demasiado.

 

 

 

-Me ahogo…

 

 

 

-Sí, tranquilo, ya pasará… - le dijo su salvador, un chico de unos veinticinco de pelo largo negro y dos marcas en la cara. Tenía unos atractivos ojos negros como los de Sasuke y unos atrayentes labios delgados y apetecibles. Observaba con mucha preocupación al cuerpo que estaba debajo del suyo y buscaba alguna contusión.

 

 

 

-Es que me estás ahogando… - se explicó el menor.

 

 

 

-Tranquilo… - susurró el otro. – Mi nombre es Itachi. No te preocupes, que soy médico. ¿Y el tuyo? ¿Me sabrías decir tu nombre?

 

 

 

Sasuke le echó una mirada extrañada.

 

 

 

-¿Por qué sigues encima de mí…?

 

 

 

-¡Oh, lo siento, perdóname! – el chico pareció reaccionar y se levantó del suelo, ayudando a Sasuke para que hiciese lo mismo pero más despacio. - ¿Sientes mareos? – le respondió el contacto con Sasuke, que había estado a punto de caerse y se había cogido de su brazo. El chico estaba muy mareado.

 

 

 

Sasuke apoyó todo su peso en Itachi, casi abrazándole.

 

 

 

-Hueles a… ciruelas rojas maduras…ummmm…. me gusta…

 

 

 

Y después de eso, se desmayó en los brazos de Itachi, que se quedó perplejo observando el cuerpo del menor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke despertó en una cama de hospital, con un collarín en el cuello.

 

 

 

-¡¡Ay, no!! ¿Qué me ha pasado? ¿Estoy paralítico…? ¡¡No podré volver a moverme!! – gritaba angustiado mientras se revolvía con brazos y piernas. – ¡¡Esto no puede ser, soy demasiad joven!! ¡¡No me puede pasar esto!!

 

 

 

-Lógicamente, si puedes mover los brazos y las piernas, no estás paralítico… - dijo una voz a su alrededor. Sasuke observó como a su lado se encontraba su amigo y compañero de trabajo Gaara, un pelirrojo de ojos aguamarina.

 

 

 

-Ya, gracias…

 

 

 

-¿Qué tal nuestro paciente? – preguntó muy animada una voz distinta. Itachi acababa de entrar vestido de blanco y observó con una sonrisa al chico que estaba en la camilla. Le sacó el collarín y le giró la cabeza comprobando que estuviese bien. - ¿Te duele algo? Esto… no me has dicho tú nombre…

 

 

 

-Sasuke. – se apresuró a decir Gaara. Se había sonrojado un poco. – Yo soy Gaara, encantado. Gracias por cuidar de mi amigo, es muy patoso y eso… ¿Tú le has salvado la vida? Créeme que te estará agradecido para toda la vida y…

 

 

 

Sasuke le observaba con espanto.

 

 

 

Itachi con asombro.

 

 

 

-Queríamos ir a ver una película esta noche. ¿Te vienes?

 

 

 

-¡¡Gaara!!

 

 

 

-Oh, claro. – aceptó Itachi.

 

 

 

-No, no hace falta. – gruñó sonrojado el menor.

 

 

 

-¿Por qué? ¿No quieres que venga? – le preguntó el mayor.

 

 

 

-¿Yo? Pues claro, no me molesta en absoluto…

 

 

 

-Entonces voy.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y así, Gaara, Sasuke e Itachi estaban comprando palomitas en la feria. La película era una de esas que se pasaban al aire libre. Gaara les observó a los dos, un poco cortados y sonrió.

 

 

 

-Bueno, yo, tengo que irme…

 

 

 

Los dos morenos se observaron a los ojos, casi iguales.

 

 

 

Se fueron a sentar a las ramas de un gran árbol bajo, donde siempre se sentaba el menor para ver esas películas. En la mitad más o menos, los personajes empezaron a Antar y varias parejas empezaron a bailar tranquilamente. Sasuke observó con una sonrisa a Itachi.

 

 

 

-¿Quieres bailar?

 

 

 

Itachi no le respondió, se le quedó mirando, confuso.

 

 

 

-Yo no rechazaría la oferta de un chico así… - alegó un hombre que se encontraba cerca de ellos, que había salido a bailar con su pareja. Sasuke se sonrojó e Itachi sonrió.

 

 

 

-Claro…

 

 

 

Empezaron a bailar al son de una hermosa canción de amor. Itachi acariciaba con suavidad la espalda de Sasuke mientras el menor mantenía su cabeza apoyada en el hombro de Itachi. Sus corazones iban a mil por hora. Ambos estaban sonrojados y enamorados.

 

 

 

Se miraron durante unos segundos.

 

 

 

Sus labios empezaron a juntarse lentamente.

 

 

 

Sasuke cerró los ojos.

 

 

 

Itachi hizo lo mismo.

 

 

 

Cuando ambos labios estuvieron a punto de tocarse, la lluvia cayó, empapándoles por completo. Tuvieron que dejar el beso de lado y corrieron a ocultarse de la lluvia.

 

 

 

-La verdad es que me lo he pasado genial hoy, Sasuke… - comentó con una sonrisa Itachi. – Pero me temo que me tengo que ir… - Sasuke sonrió y negó con la cabeza.

 

 

 

-No importa…

 

 

 

Ambos pensaron que nunca volverían a ver al otro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke llegó al trabajo con una sonrisa radiante en el rostro y todas las tareas las hacía cantando. ¿No era maravillosa, la vida? Sakura se lo encontró por el camino y le sonrió.

 

 

 

-Te ves radiante… ¿Qué te ha ocurrido…? – preguntó.

 

 

 

-Nada, sólo que me he dado cuenta de lo bonita que es la vida. – alegó con una sonrisa el menor. Sakura le sonrió y lo acorraló contra la pared.

 

 

 

-Cuéntame ahora mismo de quién te has enamorado.

 

 

 

Sasuke le explicó entre sonrisas, gritos de emoción y suspiros como había conocido al chico de su vida y como habían estado a punto de besarse. Sakura estaba encantada. Nunca había visto al menor hablar tanto y tan seguido y además con tantas ganas y ese brillo en los ojos. Era maravilloso que su amigo se hubiese enamorado.

 

 

 

-Bueno, ahora me acompañarás a las clases de baile con mi chico, ¿no? ¡Todavía tienes que conocerle!

 

 

 

Sasuke asintió.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke había ido a la residencia donde estaba su padre para jugar con él al ajedrez como siempre lo hacía. Para él ya se había convertido en una rutina. Pero esa vez, algo fue diferente.

 

 

 

-¿Recuerdas al tú amigo del pueblo? – preguntó con una sonrisa el padre. Sasuke pensó un poco y asintió con el fruncido. Neji. Odiaba a Neji. Era un auténtico pesado. De pequeños recordaba como él se había olvidad de él y le había dejado encerrado en un armario mientras jugaban a esconderse.

 

 

 

Se estremeció.

 

 

 

-Sí.

 

 

 

-Pues creo que sería tu pareja perfecta. Siempre ha estado enamorado de ti y justo ayer me lo encontré por la calle. He pensado que estaría bien que os casaseis y formarais una familia, ¿no crees?

 

 

 

-¿¡Cómo?!

 

 

 

Padre se levantó y trajo de una esquina a un chico moreno muy alto, un poco más mayor que Sasuke, de ojos blancos y de pelo largo. Le observaba con una sonrisa “encantadora”. Sasuke intentaba esconderse del ridículo de la situación.

 

 

 

-Hola. – sonrió el mayor.

 

 

 

-¿Sí? – Sasuke se hacía el desentendido.

 

 

 

-Tendremos tres hijos y un perro peludo. – dijo con una sonrisa.

 

 

 

-¿Ah? Interesante…

 

 

 

 

 

 

 

                                                             

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke entró en la sala de baile y se encontró con Sakura, que le hacía gestos con las manos. Se encontró con ella y le sonrió.

 

 

 

-Mira, mira, te presento a Uchi…

 

 

 

La chica fue a llamar a un chico que se encontraba de espaldas a ella, moreno con una coleta. Sasuke sonrió preparado para recibirle, pero en su lugar sintió una bofetada en la cara y su sonrisa se borró rápidamente.

 

 

 

No podía ser.

 

 

 

¡Itachi estaba delante!

 

 

 

Los dos se miraron asombrados, sin decir nada.

 

 

 

A Sakura le sonó el teléfono.

 

 

 

-¿Sí? Claro, claro… - se fue alejando para hablar. – No, mire, lo que ocurre es que… ya… sí…

 

 

 

-No me lo dijiste, que te estabas a punto de casar. – dijo Sasuke con una sonrisa falsa.

 

 

 

-¿Y qué querías? Pensé que no volvería a verte… - se quejó el mayor.

 

 

 

Era hora de empezar a bailar.

 

 

 

Sakura les hizo señas para que bailasen juntos y entre todas las parejas, empezaron el baile. Un vals.

 

 

 

-No sabía que te llamaras Uchi. Pensé que tu nombre era Itachi. – le reprochó.

 

 

 

-Me llamo Itachi pero a Sakura le gusta llamarme por el apellido. – gruñó mientras daba vueltas.

 

 

 

-Oh, perfecto Uchi. ¿Y cuándo querías decirme que estabas comprometido? ¿Cuándo me enviases las invitaciones?

 

 

 

-No tengo motivos para decirte nada. No nos conocemos.

 

 

 

-Oh, perfecto, estás a punto de besarme en un parque y no nos conocemos. – le reprochó mientras subía su pierna a las de Itachi en pleno baile. El profesor los miraba completamente asombrado. Bailaban perfectamente.

 

 

 

-Mira, lo pasé muy bien, pero no…

 

 

 

-Eres un imbécil. – dio una vuelta.

 

 

 

-Un imbécil que huele a ciruela roja madura… - rió.

 

 

 

-¿¡Cómo?!

 

 

 

-Es lo que dijiste antes de desmayarte, lindura. – gruñó. Apoyó a Sasuke sobre su cama y bajó con él cerca del suelo, cuando terminó el baile. Todos aplaudieron.

 

 

 

-Felicidades, señores. ¡¡Esto sí es bailar!! – gritó ilusionado el profesor. Sakura les sonrió mientras seguía hablando por teléfono.

 

 

 

Sasuke salió enfadado de la pista de baile, seguido por Sakura y por último Itachi. Cuando la chica le atrapó, le picó la espalda con una sonrisa.

 

 

 

-Espera. Todavía tenía que decirte algo… El martes nos vamos a ver el terreno donde se celebrará la boda. – dijo Sakura con una sonrisa.

 

 

 

-¿Nos? – preguntaron asustados Sasuke e Itachi.

 

 

 

-Claro, los dos me acompañaréis.

 

 

 

Genial.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El martes siguiente, ya veíamos a Sasuke en la parte trasera del 4x4 mirando hacia la ventana mientras Itachi conducía y mirada por la ventana también, pero en dirección contraria. Sakura se encontraba en el asiento del copiloto, observando con una sonrisa a Sasuke.

 

 

 

-Y dime, Sasuke, ¿Qué tal con ese chico del que hablabas tanto que te había salvado? – preguntó.

 

 

 

Itachi perdió la concentración y el coche casi se choca contra otro, llevándose gritos del conductor. Volvió a concentrarse mientras Sakura le reñía.

 

 

 

-No quiero morir… Bueno, dime.

 

 

 

-El muy imbécil… - empezó con una sonrisa sarcástica. - …se iba a casar con una de las novias a las que le estoy organizando la boda y no me lo había dicho.

 

 

 

-Oh, qué cabrón. – gruñó Sakura realmente molesta. – A los hombres como esos les arrancaría los huevos. – Itachi tragó saliva. – No me lo puedo creer, seguro que ese cerdo sólo quería aprovecharse de ti…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llegaron al terreno.

 

 

 

Era hermoso.

 

 

 

Tenía grandes zonas verdes y fuentes.

 

 

 

Realmente hermoso.

 

 

 

-¿No es genial? – preguntó Sakura con alegría.

 

 

 

-No me gusta. – gruñó Itachi. Sakura se enfadó un poco por la respuesta del chico y le fulminó con la mirada. Cuando la chica se dio la vuelta para ir a hablar con un conocido, Itachi observó a Sasuke con nostalgia.

 

 

 

-¿A ti te gusta?  - preguntó.

 

 

 

-Bueno, no particularmente, pero está bien para una gran boda…

 

 

 

-Ese es el problema. A mí siempre me han gustado las bodas pequeñas, con uno o dos familiares en vez de las grandes celebraciones… - se explicó con una sonrisa ensoñadora.

 

 

 

-A mí me pasa lo mismo.

 

 

 

Cuando volvió Sakura los tres empezaron a hablar, hasta que unos gritos les alertaron, Un moreno se acercaba a ellos a toda prisa. Sasuke tragó duro.

 

 

 

Era Neji.

 

 

 

-Hola, buenas, ¿Cómo están? – tanto Sakura como Itachi le observaron con el ceño fruncido. – Siento no haberme presentado, les he seguido por la carretera. Soy Neji, el prometido de Sasuke.

 

 

 

-¿Prometido? Oh, encantado, soy Itachi, un placer. – respondió con unas alegrías renovadas. Sakura también le saludó con una sonrisa y se pegó a Sasuke para susurrarle.

 

 

 

-Nunca me habías hablado de ese hombre… es muy guapo, ¿no? – Sasuke bufó. – Bueno, ya que estamos aquí, vayamos a ver las instalaciones, ¿no? – Itachi y Neji fruncieron el ceño, aburridos.

 

 

 

-Ya lo sé. Mientras ellos miran las instalaciones, tú y yo vayamos a hacer cosas de hombres. – le sugirió Neji a Itachi, el cual asintió conforme. Sasuke quiso gruñirles. ¿Él no era hombre? Pero prefirió callarse. No tenía ningunas ganas de ir con dos payasos a “hacer cosas de hombres”.

 

 

 

Así, se separaron.

 

 

 

Neji llevó a Itachi al gimnasio de la casa, donde se puso a correr en la cinta. Itachi hizo lo mismo e intentaba superarle corriendo, pero al cabo de media hora estaba a punto de morirse mientras que Neji seguía como una rosa.

 

 

 

Luego subieron a las barras, pero aunque Itachi intentara aguantar el tipo, estaba agotado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Y cómo os conocisteis? – preguntó Sasuke. La chica le sonrió.

 

 

 

-Llevamos saliendo desde el instituto. Yo era la chica guapa y ella el empollón. Hacíamos buena pareja. Y desde entonces, no nos hemos vuelto a separar…. – Sasuke frunció el ceño. Era una historia extraña.

 

 

 

Cruzaron unos caminos y se encontraron con Neji e Itachi, que estaban luchando en medio del jardín. Sasuke sintió vergüenza ajena.

 

 

 

-¡¡Eh!! ¡¡Itachi!! ¡¡Para ya!!

 

 

 

Itachi observó a la chica que le llamaba y Neji aprovechó para hacerle un placaje, cayendo encima de él.

 

 

 

-¡¡Ah!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luego los cuatro se fueron a dar un paseo en caballo. Sasuke llevaba en el suyo el picnic para después. Cada uno sobre su caballo, Neji intentaba acercarse más a Sasuke mientras él recordaba con disgusto como de pequeños le perseguía preguntándole si tenía pene o no.

 

 

 

De pronto, el caballo de Sasuke tropezó y se asustó, empezando a correr campo a través, derramando toda la comida a su paso.

 

 

 

-¡¡AAARRGGGG!!

 

 

 

-¡¡Ya voy, Sasuke!! – gritó Neji. Pero el que puso a su caballo a galopar a toda velocidad detrás del caballo de Sasuke fue Itachi. Corrió detrás hasta atraparlo y se posicionó a su lado.

 

 

 

Le agarró bien por la cintura.

 

 

 

-Cuando cuente tres, saltas.

 

 

 

Asustado, el chico asintió.

 

 

 

-Una, dos, ¡¡tres!!

 

 

 

Sasuke quedó sentado en la falda de Itachi, mirándose a la cara con las piernas bien enroscadas a su figura. Su cara asustada se relajó un poco al sentirse seguro sobre Itachi.

 

 

 

-Gracias….

 

 

 

Pronto, llegaron Sakura y Neji por detrás, sonriendo por la increíble ayuda.

 

 

 

-Pero hemos perdido toda la comida…

 

 

 

-¿Sabéis la parte positiva de todo esto…? ¡¡Que el vino lo llevo yo!!  - gritó emocionada Sakura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Itachi y Sasuke habían quedado en la floristería ya que Sakura no podría asistir. Tenían que elegir las flores para la boda.

 

 

 

-¿Éstas? – preguntó Itachi.

 

 

 

-Dan mala suerte.

 

 

 

-¿Y éstas otras?

 

 

 

-Si quieres divorciarte a los tres días… - gruñó Sasuke.

 

 

 

-¿Y éstas?

 

 

 

-¡Perfectas! – pero de pronto, Sasuke vio entre la multitud un chico y una chica conocidos. - ¡Oh, no! ¡Escóndeme! – pidió mientras se ponía en la espalda de Itachi. Él se giró y le observó extrañado. Sasuke se agachó y gateó debajo de una mesa. Pero por mala suerte, el rubio le vio.

 

 

 

-¿Sasuke?

 

 

 

-¿Sí…?

 

 

 

La chica pelirroja que estaba a su lado también le observó. Sasuke cogió una flor que estaba en el suelo y se la tendió a Itachi, que llegó curioso.

 

 

 

-Sí, esta flor es bellísima… Esto… Itachi, te presento a Naruto Uzumaki y a su mujer, Karin Kitsune.

 

 

 

-Encantado.

 

 

 

El rubio le sonrió a Sasuke.

 

 

 

-Te ves bien…

 

 

 

Y entonces Sasuke se percató de la gran panza que tenía la chica.

 

 

 

Embarazada.

 

 

 

Perfecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡¡Lash floresh shon blanshaaassss!! ¡¡Losh pajaritos shon de colorineeessss!! ¡Y yo tengho losh pelos rosssaaassss!!

 

 

 

-Sasuke, por favor…

 

 

 

Después de encontrarse con aquellas dos personas, Sasuke se había metido en un bar y había empezado a beber todo lo que no había bebido en años. Itachi le acompañaba hasta su casa mientras el otro iba cantando y desviándose del camino, dando tumbos.

 

 

 

-¿Un elefaaaannnttteehh seeehhhh balanceabbaaa sobhhhrrrreeee laaaaaahh tellllla de unha arañaaaaaaa? ¿Por qué, Itachi? ¿Eraaahhh tonitohhhh? – preguntaba. Llegaron a la casa e Itachi sacó las llaves del bolsillo del menor y empezó a probar una tras otra para hallar la correcta. Mientras tanto,, Sasuke tocaba los interfonos. -¿Te llaaaamamamamaahhhhh “Rosharhio…?

 

 

 

-¿Sí, dígame…?

 

 

 

-Yo un díah te dejéh sal…. Pero nho me rechonoches, siemhpre trabajo, nhunca nos hemos vistohh nih hablado… soy uhn desgrahchiado… -  y se apoyó sobre la pared a llorar. – Noh tengo ah nhadhie…

 

 

 

-Venga, vamos, que te dejo en casa… - dijo Itachi mientras cargaba al menor en sus brazos y le llevaba a su casa. Abrió la puerta y dejó a Sasuke en el sofá. La cerró y se sentó en el suelo, observando al chico que estaba estirado.

 

 

 

-Narutoh y yo nos íbamos a casar. – explicó triste. – El día de la boda le encontré montándoselo con su “amiga” pelirroja en mi coche… Y yo parecía el loco… ¡¡Soy un desgraciado!!

 

 

 

-Vamos, no digas eso…

 

 

 

-Yo sólo era el sustituto de la pelirroja…. Y ahora están felices y van a tener un hijo…

 

 

 

-Sasuke… -itachi estaba triste. – Oh, vamos… tenían cara de amargados. Seguro que su matrimonio en un desastre y lo intentan compensar con un bebe. Se notaba que eran muy infelices.,..

 

 

 

-¿De veras?

 

 

 

-Pues claro. Además, la pelirroja es una sustituta tuya.

 

 

 

-Gracias…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El día del cumpleaños de Sasuke había llegado y todos le estaban haciendo regalos. Su padre había salido de la residencia para verle y todos parecían encantados. En medio de todo, apareció Neji, que se arrodilló delante de Sasuke.

 

 

 

-Te he amado desde hace mucho, Sasuke. Sé que tú no me amas de la misma forma, pero te prometo que algún día me amarás tanto como te amo yo a ti. Estoy convencido de que finalmente me podrás pertenecer por completo a mí… Sasuke, eres el chico más hermoso y he visto nunca, también el más educado y el más amable. Eres todo lo que un hombre podría desear… Y si ahora me respondes a esta pregunta con lo que quiero oír, me harás el hombre más feliz del mundo…

 

 

 

Sacó una cajita de su bolsillo y se la mostró, y su contenido.

 

 

 

-Sasuke… ¿Quieres casarte conmigo…?

 

 

 

Los ojos de Sasuke encontraron los felices de su padre.

 

 

 

Los enternecidos de todos los demás.

 

 

 

Los ansiosos de Neji.

 

 

 

Pensó en las miradas de Itachi.

 

 

 

En la amabilidad de Itachi.

 

 

 

En Itachi.

 

 

 

-Sí, acepto…

 

 

 

Por qué Itachi nunca sería suyo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El gran día había llegado. Todos los invitados de la boda iban entrando lentamente y Sasuke observaba feliz su trabajo. A su lado, Gaara le felicitaba por el trabajo. Cuando los invitados estuvieron todos en sus puestos, Sasuke miró a Gaara con una sonrisa.

 

 

 

-Bueno, pues ya está, me voy.

 

 

 

-¿¡Cómo que te vas?! ¿Te vas? ¿Y la boda?

 

 

 

-Voy a casarme y la boda puedes continuarla tú. – alegó con una sonrisa confiada. El pelirrojo se horrorizó.

 

 

 

-No, no puedo…

 

 

 

-Adiós.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Itachi se observaba al espejo. No. Él no quería todo aquello. ¿Hasta donde habían llegado? Ya vestido se dirigió al cuarto donde estaba Sakura, vestida de blanco y con flores en la cabeza, hermosa.

 

 

 

-¿Qué haces? ¡Da mala suerte ver a la novia antes de la boda! – se quejó, sonrojada.

 

 

 

-Tenemos que hablar de algo…

 

 

 

-¿Y tiene que ser ahora…?

 

 

 

Itachi la condujo hacia los jardines de la casa. Estuvieron paseando un  rato hasta que Sakura se sentó a esperar lo que el otro tenía que decirle.

 

 

 

-¿Dónde hemos llegado, Sakura?

 

 

 

-¿Eh?

 

 

 

-¿Por qué quieres casarte conmigo?

 

 

 

-Itachi, me estás asustando… - se quejó la mujer, asustada.

 

 

 

-Respóndeme y nos casaremos. ¿Por qué?

 

 

 

-¡¡Itachi!! – Sakura se estaba poniendo muy nerviosa. - ¡¡No entiendo por qué haces todo esto!!

 

 

 

-¿Por qué quieres casarte conmigo?

 

 

 

-…

 

 

 

-…

 

 

 

Sakura sonrió.

 

 

 

-Es verdad, no quiero. – se empezó a reír como una loca y se levantó, empezando a dar vueltas. - ¡¡No quiero casarme contigo!! ¡¡No quiero!! Me gusta ser libre, no quiero casarme. Somos amigos, nuestra relación no lleva a ninguna parte… ¿¡Cómo no me he dado cuenta antes…?!

 

 

 

Itachi sonrió, complacido.

 

 

 

 

 

Sakura cogió un taxi y se marchó al aeropuerto, donde cogería el primer avión hacia otro lugar. Itachi, por su parte, se estaba despidiendo de ella. El taxi se fue.

 

 

 

-¿Ella era la novia? – gritó Gaara histérico.

 

 

 

-Sí, esa era la novia.

 

 

 

-Se ha ido.

 

 

 

-Sí, efectivamente. – Itachi contestaba con alegría y sonrisas. Muchas sonrisas felices.

 

 

 

-¿Y piensa volver?

 

 

 

-No, no lo creo.

 

 

 

-Ah…

 

 

 

-¿Dónde está Sasuke? – preguntó feliz mirando a Gaara a los ojos.

 

 

 

-Sasuke no está, se fue a casar…

 

 

 

-¿¡A casar?! ¿¡Qué pinta casándose Sasuke?!

 

 

 

Gaara se quedó sin palabras.

 

 

 

Itachi llamó a un taxi y se largó.

 

 

 

-¿Se acaba de marchar el novio…?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Si hay alguien que tiene algo que decir para que estos dos jóvenes no puedan unirse en santo matrimonio, que hable ahora o que calle para siempre…

 

 

 

-…

 

 

 

-…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Itachi se encontraba en medio de un buen atascó. Gritó frustrado, le pagó al taxista gordinflón con marcas en las mejillas que llevaba el taxi y se marchó corriendo. ¡¡Tenía que llegar a tiempo!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al llegar, se encontró con el padre, algunos familiares y el novio en la puerta, hablando. Corrió hacia el padre y le tomó por los hombros.

 

 

 

-Amo a su hijo. – se empezó a reír como loco. – Sí, amo a su hijo. Me he enamorado locamente de Sasuke. ¡¡Amo a su hijo!!

 

 

 

Padre le miró con una sonrisa.

 

 

 

Neji sonrió.

 

 

 

-Pues ve con él.

 

 

 

-¿Eh?

 

 

 

-No podía casarme con él si sabía que estaba enamorado de ti… - rió. Él mismo había impedido que el amor de su vida estuviese en sus brazos. ¡¡Menudo imbécil estaba hecho!! – Se acaba de marchar…

 

 

 

Rápidamente, el moreno desapareció.

 

 

 

El padre sonrió.

 

 

 

-¡Me gusta este chico!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Itachi fue rápidamente al parque donde habían visto la película y bailado la última vez.

 

 

 

Lo encontró sentado en el mismo árbol.

 

 

 

Mirando a las parejas pasar.

 

 

 

-¿Puedo sentarme?

 

 

 

Sasuke le observó con una sonrisa tranquila.

 

 

 

-¿Tú no tendrías que estar de luna de miel? – preguntó con un deje de tristeza en la voz.

 

 

 

-No me he casado.

 

 

 

Sasuke le observó con los ojos bien abiertos.

 

 

 

-¿Cómo?

 

 

 

-Tú tampoco.

 

 

 

-Lo sé.

 

 

 

-Te amo. – susurró Itachi. – Te amo. Te amo.

 

 

 

Sasuke sonrió y se levantó, tendiéndole la mano.

 

 

 

-¿Quieres bailar?

 

 

 

Itachi asintió.

 

 

 

-¿Cómo decirle que no a un chico así?

 

 

 

Sasuke sonrió.

 

 

 

Se acercaron.

 

 

 

Ambos se agarraron en una especie de abrazo. Sus corazones latían como la primera vez. Sus labios se iban juntando lentamente, pero esta vez, ninguna lluvia les separaría.

 

 

 

-Te amo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

The End.

 

 

Notas finales:

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