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Defectos por Kim Ming

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Notas del capitulo:

RPS :D

Defectos

 

1: Mentir.

 

Ladeó la cabeza y pensó por un momento. El clima fresco, junto con el andar de sus compañeros cuando finalizó el colegio, hizo que el ruido se fuera acabando aún cuando él se encontraba en las escaleras que iban camino al tejado.

 

Vio su pluma, su cuaderno, el libro y creyó que estar ahí,  sin hacer nada, era un tipo de incentivo para poder leer y hacer la tarea, aunque no le gustara. Romeo y Julieta, la más clásica, vieja y aburrida de todas.

 

¿Creer en el amor verdadero?

 

–¿Aún no lees el libro? –le sonrió, acomodándose a lado de él. JaeJoong asintió y siguió viendo el cuaderno en blanco, mientras la pluma rozaba sus pronunciados labios –Es tan romántica, la leí cuando era niño y mi madre lloró por  ella–dijo YooChun viendo el escrito de pocas hojas y sonriendo ante dicho recuerdo de su progenitora. JaeJoong volvió a ver al frente, donde ya casi nadie había.

 

–¿Crees qué nuestro amor sea como  el de ellos?

 

JaeJoong lo miró y YooChun asintió.

 

–Sí.

 

Y JaeJoong también sonrió, porque YooChun era un mal mentiroso.

 

2: Superficial.

 

“Solo gente bonita”  Aunque pareciera un chiste.

 

Esa calle, a esa hora, se llenaba tratando de ver al valiente feo que quisiera ingresar en ese puesto. Colocado por un hombre mayor que solo aceptaba a la gente bella ya sean hombres o mujeres. Muchos intentaban, como reto, ingresar. Y algunos quedaban en nada siendo tirados si no hacías caso a la primera, de forma humillante lanzados al suelo.

 

Pero ahí se encontraba la mejor sopa que  puedes tener en la tarde. Y Junsu seguía comiendo, porque ese día tenía mucha hambre.

 

–Uno acá, por favor. 

 

YooChun ingresó sin ningún problema. Junsu sonrió al verlo, palmeando el puesto a lado de él para que se sentara y conversaran, ya no podían hacerlo tanto porque ese año estaban en diferentes aulas.

 

–¿Tu novio? –preguntó,  al no ver al chico. YooChun sonrió.

 

–Ocupado, tarea –a lo que el  otro asintió cuando entendió. La sopa fue llevada y el buen olor invadió las fosas nasales. YooChun agarró los palillos dispuesto a comer sonriendo por  las ansias que Junsu tenía siempre en esa época. Culpa de los exámenes, a cualquiera.

 

YooChun suspiró y mordió sus labios dispuesto a comer. Le gustaría estar así, siempre, viendo como el  otro conversaba con él y disponían a hacer cualquier cosa en el tiempo libre. Reír por tonterías o por las ocurrencias que cualquiera diría. Pero ya no podía, porque tenía un compromiso que cumplir con la persona que sus padres eligieron para él. Porque estaba acostumbrado a los lujos, a la buena vida, y a obedecer a sus progenitores en todo lo que estos digan.

 

“Superficial”

 

Le había dicho Junsu un día. Pero no eran solo las comodidades lo que le dijeron decir el sí. Tan solo, él sabía que no tenía ninguna oportunidad con Kim Junsu, por que este solo lo veía como un amigo.

 

YooChun siguió comiendo después de eso.

 

3: Hipocresía.

 

Estaba lloviendo, mojado, húmedo, cansado, estresado y aún así, con una sonrisa en el los labios le extendió el paraguas a la otra persona que se encontraba a lado. Este no hizo más que mirarlo sorprendido.

 

–¿En serio? –preguntó Junsu anonadado. La lluvia había caído de repente, y las clases ya habían acabado. Él se había quedado un poco más practicando y cuando estaba listo para irse se tuvo que quedar en el recibidor del instituto por el agua que caía del cielo con ahínco, encontrándose con esa otra persona.

 

–Ajá, yo vivo cerca y llego rápido caminando.

 

–Pero… –trató Junsu de replicar. Aceptar un favor estaba bien, pero no creía conveniente este, porque la lluvia era lluvia y se podía llegar a enfermar. Aún así, la mirada decidida del otro muchacho le hizo entender que este no aceptaba réplicas, aunque no fue solo eso, YooChun ya le había comentado el carácter que se puede guardar el muchacho –…gracias – se inclinó. Abrió el paraguas y salió corriendo, no sin antes volver  a agradecer y ahora si salir a toda marcha.

 

JaeJoong vio al cielo y estiró la mano para que algunas gotas mojaran su palma.

 

¿Hipocresía?

 

No lo sabía… pero no quería que YooChun se preocupara.

 

4: Tacañería.

 

–¿Sabías qué el pez muere por su propia boca?

 

No escuchó y siguió escribiendo. Las fojas tenían que estar listas para la próxima semana y no podía más que teclear las letras de la computadora para terminar rápido. Se saltaba clases pero eso no interesaba, lo importante era terminar el trabajo.

 

Changmin vio al cielo detrás de los ventanales de esa aula, a unos cuantos pájaros pasar por ahí y cambiar de posición de vuelo. Vio como JaeJoong seguía con su tarea, afanoso, como casi nunca lo había visto.

 

El amor hace milagros ¿verdad?

 

Jamás creyó ver a su compañero de esa manera, repartiendo el tiempo y molestándose cuando este no le alcanzaba, siendo antes tan despreocupado con las situaciones de la vida. Porque, se suponía que todo tenía que pasar con calma, para poder pensar, y eso es lo que JaeJoong no hacía desde hace mucho tiempo.

 

Por eso el amor es aterrador ¿cierto?

 

Porque te cambia, trasforma, olvida quien eres para recordar solo a  la persona de más. Te envuelve, te duele, y te hace temer el rechazo por todo lo que el  corazón da.

 

–Bien, me voy –JaeJoong se levantó, apenas la sirena sonó. Changmin asintió viendo como el mayor salía rápidamente para ver a su novio. Siempre se apresuraba porque no quería que este saliera y se encontraba con su amigo y a él olvidarlo en esos instantes de receso.

 

Y es que el amor, te vuelve increíblemente tacaño.  

 

¿Quién fue el idiota que dijo que ese era el sentimiento más puro del mundo?

 

5: Timidez.

 

Era el hombre,  “el hombre”, conocido en su antigua institución. Y es que era fuerte, atlético, capaz, inteligente y un líder nato. O eso siempre dijeron en su antigua curso. Y él lo creía, pero no porque se creyera perfecto sino que a él siempre le gusto hacer las cosas bien.

 

Desde niño, siempre responsable, siempre amable sin ningún tipo de problemas. Pero, como en toda tonta historia, película o cuento, la vida da un giro de ciento ochenta grados cuando por azares del destino toca cambiarse de casa, instituto, de vida. Él creyó que eso eran boberías para iniciar con algún tipo de historia,  por eso nunca creyó estar envuelto de esa manera.

 

Pero ahí estaba, agradeciendo al cielo  el traslado de su padre y su ingreso a esa  nueva etapa. Porque si no, no hubiera conocido a la persona de su vida. Y es que él lo supo, tan solo con mirarlo, tan solo con obsérvalo, verlo  interactuar diariamente, y lo afanoso que se ponía para las cosas que le gustaba.

 

Y su cara era preciosa, y todo él era de la misma manera. Por eso, después de los meses, YunHo decidió decir eso que tanto quiso, pero por timidez nunca pronuncio.

 

–Me gustas –firme, recto, aunque por dentro quisiera derretirse. El otro chico abrió los ojos y quiso encontrar palabras,  porque siempre expresar sentimientos era difícil.

 

–Lo lamento –JaeJoong mordió los labios y salió con paso normal del aula.

 

Fue por eso que no vio la sonrisa que YunHo tenía  aún después de la respuesta.

 

6: Impulsivo.

 

Había fruncido el ceño pero siguió leyendo. No entendía su afán de leer investigaciones o cualquier cosa parecida pero que jamás se llegara a topar con una novela o historia. No le gustaba ese tipo de literatura pero bien que le daba leer biografías ¿había sentido para eso?

 

Pero aún así JaeJoong seguía leyendo, porque el maestro le había pedido ayuda con  algunas calificaciones. YooChun se había ido pero le había ayudado con algunos que pudo, lo más difíciles para la pobre cabeza del otro.

 

–¿Cuántas máximas metáforas eran permitidas?

 

Y la voz masculina le sacó del trance, para toparse nuevamente con las hojas y la presencia de su compañero. Movió los hombros, sin recordar eso; el otro asintió y vio la hoja con indicaciones dada por el maestro, eso tenía que ser suficiente ayuda.

 

JaeJoong no entendía mucho sobre los sentimientos, con los suyos bastaban, pero alguna vez se había escuchado que cada persona era un mundo,  y en los mundos siempre habrá cosas que no se puedan explicar. La gente era lo más raro que había en el planeta, más aún el corazón, que no entendía como podía albergar sentimientos si era un músculo que bombeaba sangre llevando vida a las personas y muerte cuando se detuviera.

 

¿Imaginan abrir un corazón? ¿En qué parte estarán los sentimientos? ¿Cómo se aglomeraran tantas  emociones?

 

Por eso se recargó en el escritorio, y vio detenidamente el cabello castaño de YunHo, sin entender del todo porque sentía que tenía un amigo cuando lo veía. Y es que, el chico, después de la declaración y la suerte de estar en la misma  aula, no había hecho más que hablarle amigablemente como si nada hubiera sucedido. Y YunHo era interesante. O era él  el  tonto impulsivo que no pensaba con la cabeza.

 

–¿Te molesta algo? –preguntó YunHo al momento de verlo. JaeJoong negó y siguió escribiendo. Las emociones eran distintas pero le había agarrado cierto cariño al otro chico.

 

7: Ególatra.

 

–Que no hay día blanco*, ni negro* –comunicó el otro mientras sonreía, manteniendo el  lápiz en la mano sin hacer nada. Junsu asintió, entendiendo eso.

 

–¿Y cómo los chicos entregan los caramelos en agradecimiento? –preguntó intrigado, haciendo que YooChun se estirara cansado. La tarea agota a cualquiera.

 

–Lo hacen todo el día de San Valentín, ambos lados reciben y no más. Aunque es una buena manera de ahorrar dinero –YooChun agarró una de las galletas que estaban en la mesa junto con los tantos cuadernos y libros que había por el estudio. Este le estaba explicando que, en el Occidente, no había ese tipo de tradición como en Corea, Japón y Hong Kong, por lo menos en E.E.U.U. donde tuvo que vivir por un buen tiempo. –Oh, y soy más joven* haya.

 

–Sí, eso si sabía –rió Junsu a lo que su amigo no dejaba de comentar, con una sonrisa en los labios, todo lo que hizo y no hizo en su tiempo largo de viaje. Lo que vio y le faltó por ver y todo lo que le había extrañado en ese tiempo. Junsu siempre sonreía, porque él también le había extrañado. 

 

–Oh, tuviste que ser popular.

 

–¿Lo dudas? –le preguntó con una sonrisa. A lo que Junsu viró los ojos ¿por qué tocaba ese punto  de su amigo? YooChun tenía la capacidad de verse en el espejo y hablar con su reflejo, diciendo siempre lo increíblemente atractivo que era y lo injusta que es la vida con unos e buena con otros.

 

Pero Junsu no siempre se quejaba, porque  de cierta manera estaba de acuerdo con eso. Aunque varias personas dijeran que su amigo es muy atractivo, este le veía más con el apelativo de “bonito” aunque la palabra sea un insulto para un hombre. Pero es que no podía evitarlo. Su rostro, ojos, cara eran lindas. Aunque YooChun le frunza el  ceño y se ponga rojo por eso.

 

8: Orgullo.

 

Se había olvidado y no  podía perdonarlo.

 

Apretó las manos junto con los labios, esperando que con eso su corazón dejara de doler tanto. Todo seguía igual, incluyendo las ganas de echarse a llorar y gritar lo más fuerte que podía. ¿De qué servía el amor? No se maneja por lógica sino por los instintos, no  es la mitad de lo  útil que el cerebro y su capacidad para el raciocinio, entonces ¿por qué tantas personas lo buscan? ¿Por qué lo anhelan  con tanto afán? ¿Por qué él se tuvo que enamorar?

 

Incluso, él mismo se notaba paciente. Algo que nunca creyó tener.

 

 –JaeJoong –lo llamó  el otro, apenado, rascando levemente los cabellos negros de su nuca. JaeJoong lo  vio con el corazón  latir desde ese momento –Lo siento –se disculpó. JaeJoong sonrió de medio lado, queriendo decir “yo lo sentí aún más” pero aún  así las palabras no salieron de la boca. Por que todo era confuso e incluso dolía mucho tenerlo cerca, algo que no había esperado jamás.

 

–Cállate, ya no importa.

 

–Pero…

 

–Calla –le advirtió, con la mirada mezclada de enojo. Por que JaeJoong era muchas cosas y una de tantas era el orgullo, la arrogancia y la fuerza para dar algo suyo. YooChun así lo hizo, porque sabía perfectamente como se ponía cuando estaba molesto, aunque casi nunca lo estaba,  por eso daba más miedo.

 

Pero no pudo evitarlo, porque desde niño, desde que se conocieron, desde que YooChun vislumbró a Junsu, ambos habían prometido siempre recordar y celebrar el día en que se habían hecho amigos. Y esa ilusión y cariño tapa todo lo demás ese día, incluso el cumpleaños de su prometido.

 

JaeJoong no necesitaba más. Su orgullo no lo permitía, solo quería descansar.

 

9: Amor.

 

Las personas son un mundo, según había escuchado y Changmin estaba seguro que esos mundos eran completamente distintos a los que alguna vez alguien haya planteado. Por que saca diferentes etapas y sentimientos, diferentes reacciones y son con distintos procesos.

 

Por que algunos se resignan, otros continúan, otros toleran y soportan. Varios luchan, viven y pocos solo dejan que les lleve la corriente.

 

¿Cuál es el defecto más grande del ser humano?

 

Poder sentir amor. Porque ello lleva a las debilidades. Suficiente ejemplo tenía con sus amigos, y no quería ser igual que ellos.

Notas finales:

Día blanco: El 14 de marzo cuando los hombres entregan caramelos (en Corea) por lo recibido el 14 de febrero.

 

Día negro: Para las personas que no entregaron nada el 14 de febrero y marzo, se celebra el 14 de abril por estar solteros/as (o renegar de ello xD)

 

La edad: En cuestión a lo que YooChun dice, en el oriente, cuando naces, tienes un año. Y, el primero de enero, dos años. Por eso, alguien que haya nacido el 18 noviembre de 1990, tendrá un año esa fecha y el 1 de enero de 1991 tendrá dos, cuando en el occidente, ni siquiera tendría un año de vida.

 

Notas de la Autora:

 

Bien, fic extraño, pero solo quería algo dónde el amor no sea bueno sino que, muestre todo lo negativo que alguien puede ser con este. Eso era todo, por eso no hay final feliz… aunque estaba pensando (seriamente) en continuarlo y darle un final feliz (me quedé con ganas de eso, pero si lo hago lo que quise plasmar en la historia no valdría ;_;) ¡aunque no estoy segura!

 

¿Continúo? ¿No continúo? ¿Reviews?


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