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Nuestro futuro por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Hemos llegado al penúltimo capítulo de este fic... así que todavía no es momento de la música triste, Sai ¬¬ (Sale Sai con el violín) (Sai: Rayos, es que sigo necesitando dinero x.x) Pero volviendo a las notas, sé que muchas querían lemon, pero... (Kyuu: No te gusta escribirlos, lo has dicho muchas veces ¬¬) Es la verdad TT_TT Cambiando de tema, originalmente este capi era el último, pero se hizo muy largo y faltaban las memorias, de modo que decidí separarlos y aquí lo tienen, la tan esperada boda entre Shi-chan y Yuu-chan, así que les dejo para que disfruten del capítulo: ¡¡a leer!!

 

Cuadro de honor: hana-no-tenkai (gracias!!), nami_kitsu_kaze (Kyuu: No fuiste la única ¬¬), Yume-chan (mi Fu-chan TT_TT pero por eso me esmeré en crearle el novio ideal, jeje), Tsubame (gracias!!), Sora-chan (gracias por la idea, si tengo tiempo antes del final veré si puedo incluirla), eminahinata (jaja, seguro ellos 3 harían una masacre, pero aquí verás los gustos de Ita-chan), kiroi_chan (ya casi se acaba!! Así que no desesperes XD), Saori Kamui (una tercera parte sería demasiado para mí x.x pero en el que sigue viene el epílogo), tsukimichi (gracias y ojalá que el final sea  de tu agrado!!), Emina2040 (O.O Gracias!!! XD) (Kyuu: Le emocionó la comparación con la fruta en verano ¬¬), AMATERATSU (jajaja, sí, aunque sería complicado porque se parece mucho a su teme padre), marizu194 (sí, cualquier hermano se traumaría. Y parece que a Kazu-chan le gustan los serios), KIRAdesu (yo también extrañaré escribir de mis niños, pero tengo más proyectos en mente), sayu-san (gracias!!), dark_sama (gracias!! Y pues sí podría actualizar antes, pero necesito ese tiempo para mis otros proyectos), NaryMusik (gracias!!), EveUsagi (gracias!! Te comprendo con lo del msn -_- pero creo que sería más fácil que me enviaras un mensaje desde amor yaoi, algunas lectoras es lo que han hecho y como me salen sus direcciones desde ahí las agrego porque no uso casi facebook), luchia uchiha23 (jajaja, gracias, ibas a ser mi subcomandante en esa guerra!! Déjame algún correo y te mando directamente el archivo, ¿sí? Y analizaré tu idea de esa boda, jaja, pero ya verás en el último, porque se hará alusión a ello n.n), SofiaCuevas (gracias!! Jeje, son los consentidos de las lectoras), hotaru_neko_flowright (gracias!!)

 

Disclaimer: Los personajes de la serie Naruto lamentablemente no son míos, pero todos los niños me pertenecen, ¡así que no te quieras llevar el crédito por ellos también, Kishi-sensei!

CAPÍTULO 12: HOJA Y ARENA

 

Faltaban cuatro días para la boda y los nervios comenzaban a causar estragos en los familiares de los novios más que en ellos mismos.

-Rápido, esos adornos van aquí –ordenaba Miku-. Allá es donde pondremos las flores. ¿Y las lámparas?

-Ya las traen –indicó Midori dejando unos manteles-. Cielos, esto es estresante. Definitivamente cuando me case haré algo mucho más sencillo.

Miku la observaba fijamente. No habían tenido oportunidad de hablar a solas desde que Fumiya comenzara su relación con Kazuomi.

-Te lo agradezco –dijo la morena-. Fu-chan me contó que tú lo ayudaste mucho para que se decidiera a hablar con Kazu-kun.

-Por supuesto que lo hice. Tú podrás ser su hermana –se señaló con orgullo-, pero ése es el deber de la mejor amiga.

-Jajaja, supongo que tienes razón.

-Y… ¿Madoka cómo está?

-Ya lo asimiló –contestó con pena-, pero aún le duele.

-Claro que todavía lo hace, porque Fumiya-kun es un chico increíble.

-Disculpen –interrumpió un joven-, ¿estas son las lámparas que pidieron?

-¡No eran esas! –gritaron ambas, asustando al pobre chico

 

Mientras tanto Hayate y Tsunade ayudaban a Shizui para que se probara su traje de bodas; con Yuuzuki en otra parte se encontraban Temari y Rika.

-Te ves guapísimo –dijo la ex Hokage con emoción-. No puedo creer que ya estés a punto de casarte, Shizui.

-Jejeje, gracias, Obaa-chan –miró a su amigo-. Oye, ¿todavía no vas a decirme quién te hizo esas heridas?

-No, porque yo sé que en el fondo se arrepiente de haberme mandado al hospital –aseguró el pelinegro embelesado y con el ojo derecho algo morado

-Pues yo lo dudo –Tsunade seguía escéptica-. Creí que preferirías estar con Yuuzuki, Hayate.

-Es que si lo veo con su traje de bodas probablemente quiera raptarlo para impedir la ceremonia –se encogió de hombros-. Y Miku-chan, Sasu suegrito gruñón, Otou-chan, Naru-sama, Rika y Shizu ya me amenazaron para que no intente nada parecido.

-Sí, es mejor que te mantenga vigilado para que no te arrepientas –dijo Shizui

Estaba usando un yukata negro con dibujos de espirales azules. En la espalda tenía grabado el símbolo Uchiha. Le había pedido a su hermana que escogiera algo no tan ostentoso y definitivamente Miku hizo una fantástica elección.

-Hablando como tu mejor amigo diré que seguro estás emocionado –sonrió Hayate-, llevas soñando con esto casi toda tu vida. Sin olvidar que tu prometido es un chico maravilloso.

-Sí –sonrió también el ojiazul-, me he esforzado mucho para ser digno de él. De modo que como cuñado te lo prometo: siempre voy a protegerlo.

 

Yuuzuki se sentía avergonzado. Igual que su novio, él tampoco deseaba vestir algo muy llamativo, pero al parecer todas las mujeres que estaban organizando la boda se pusieron en su contra porque escogieron que usara un hermoso kimono blanco con dibujos de camelias bordadas en él.

-¡Te ves precioso! –exclamó Rika con emoción

-¡Mi sobrino es tan lindo! –añadió Temari, igual

-Los kimonos son para chicas –murmuró con reproche

-En cuanto te vea, Shizui querrá desmayarse –siguió su tía

-Jajaja, sí, y todos los invitados que vengan de Suna se arrepentirán más de haberte dejado ir con un ninja de Konoha.

El pelirrojo suspiró y volvió a mirarse frente al espejo. Bueno, admitía que la ropa sí era muy bella, además sólo la usaría una vez. Sonrió porque esa única vez sería el (hasta ahora) día más importante de su vida.

 

No todo el tiempo se casaban el hijo del Hokage y el del Kazekage, de modo que gente muy importante de todas las grandes naciones estaba llegando a Konoha para presenciar la ceremonia. Naruto y Shikamaru estaban supervisando que todos los invitados fueran bien recibidos. Por su parte, Sasuke y los Anbu se encargaban de resguardar la seguridad de la aldea y su gente.

-Ni parece que hace un mes nos atacaron y casi ocurre una catástrofe –comentó Naruto

-Es verdad –suspiró Shikamaru-. Todos están sumamente emocionados, quieren que la boda sea perfecta.

-Disculpe, Naruto-sensei –llamó Yashiro-. Kazekage-sama y la delegación de Suna han llegado.

-Muy bien, gracias, Yashiro. Shikamaru, encárgate de recibirlos –sonrió con burla-, ellos son tu familia.

-Tsk, no me recuerdes sus miradas asesinas por casarme con su hermana. Además –lo vio- te recuerdo que en unos días oficialmente también serán familia tuya.

-Jejeje, es cierto.

El Nara se marchó junto con Yashiro. Naruto suspiró y se puso de pie para estirarse un poco, llevaba muchas horas sentado revisando documentos y velando por los invitados.

-¿Estás fatigado?

Naruto volteó encontrándose con un alto anbu de cabello azabache sentado en el marco de la ventana.

-Un poco –admitió el rubio-. Pero debo resistirlo, es la boda de nuestro primogénito.

Sasuke se quitó la máscara y caminó hacia el Hokage quien se dejó abrazar. Estuvieron buen rato así, sumidos en un agradable silencio.

-Ellos ya viven juntos –comentó el de ojos azules-, sin embargo va a ser un poco triste.

-Lo sé. Aunque esto quiere decir que supimos criar de manera correcta a nuestro hijo.

-Tienes razón –rió-. Y pensar en todo lo que tuvimos que aprender sobre cuidado de bebés y esas cosas. Fue muy divertido y valió la pena.

-Sí.

Naruto se apartó un poco de su esposo para mirarlo a la cara.

-La boda va a ser un día antes de tu cumpleaños –le recordó

El moreno asintió. Él cumplía el veintitrés de julio y curiosamente Yuuzuki nació el veintidós, hace ya casi dieciocho años, razón por la que eligieron esa fecha.

-Jajaja, como regalo Shizui va a darte un lindo y adorable yerno –Naruto se quedó pensativo-… ¿O preferirías un nieto?

-Ambos me parecen excelentes –sonrió también para luego besarlo cariñosamente

 

Por la noche Shizui y Yuuzuki se encontraban en su casa tranquilamente recostados en la sala cuando escucharon a alguien tocar a su puerta. El moreno se levantó a ver de quién se trataba y del otro lado de la puerta se encontró con la visita de sus suegros.

-Buenas noches, chicos –saludó el pelinegro pintor

-Buenas noches, Sai-san, Gaara-san. Adelante, pasen.

Al verlos, Yuuzuki se puso de pie y corrió a abrazarlos.

-¡Otou-san, Otou-chan!

-¡Yuu-chan! –Sai lo estrujaba- Te hemos extrañado tanto.

-Jejeje, nos vimos hace un mes, Otou-san.

-No importa, para mí han sido años.

-Deja de exagerar –lo regañó Gaara-. Agradezco que no te parezcas en nada a él, Yuuzuki.

-Mi Otou-san es de la misma opinión –comentó el ojiazul con gracia

-Todos son malos conmigo –se quejó Sai-. Los únicos que me comprenden son Yuu-chan y Haya-kun.

-Porque son tus hijos y no les queda más remedio –aseguró el Kazekage

 

Los cuatro pasaron a sentarse, los esposo en un sillón y los prometidos en otro. El azabache les llevó té antes de unirse de lleno a la conversación.

-Queríamos que vieran las sortijas antes de la boda –habló Gaara-, para que nos dieran su opinión.

-Fui hasta la aldea de las gemas para que las hicieran exactamente como las queríamos –platicó Sai-. Espero que a ustedes también les gusten.

Sacó una cajita y la abrió. En su interior había dos argollas de plata. Cada una tenía incrustados en todo su contorno aguamarinas y zafiros alternados cada uno de manera secuenciada.

-Escogí las piedras que más se asemejaran con sus ojos –sonrió el pintor y miró a su esposo, quien asintió-. Queríamos sólo lo mejor para nuestros hijos.

-Son… hermosos. ¡Muchas gracias! –volvió a abrazarlos Yuuzuki

-Vamos a usarlos con mucho cariño y orgullo –prometió Shizui

-Con que cuides al tesoro de la arena nos es suficiente –contestó Gaara revolviéndole el cabello azabache como cuando era niño

 

En la mansión Uchiha-Namikaze, Miku acababa de llegar trayendo unas cajas con ayuda de Hayate. Sasuke, Naruto, Itachi, Fumiya y Kazuomi (a quien la chica dijo que tenía que estar presente de manera obligatoria) los miraban esperando alguna explicación.

-Son sus trajes para la boda –dijo ella-. Como familiares de los novios debemos ir lo mejor posible.

Repartió las cajas a su respectivo dueño. Para Hayate un yukata verde oscuro que resaltaba sus ojos más claros; a Sasuke otro yukata negro con el símbolo Uchiha bordado en ambos brazos; el de Fumiya era azul muy claro que hacía resaltar el color de su cabello y ojos, además traía el dibujo de una espiral en la espalda; y el de Itachi era color rojo oscuro con el símbolo Uchiha en un brazo y la espiral Uzumaki en el otro.

-Ya les envié su ropa también a Kai-senpai y su familia –hizo cuentas Miku-, también a la familia de Takuma-san y a Yashiro-san. Ah, sí, sin olvidar a la madrina Rika-san.

-Eh… Miku-san –llamó Kazuomi con algo de vergüenza-, ¿estás segura que no te equivocaste de caja conmigo?

-Claro que no. Además, ¿cómo te dije que me llamaras, Kazu-kun?

-Ah… Miku nee-san.

-¡Exacto!

-Pero es que ellos usarán yukata –sacó la ropa de su caja-, ¡y esto es un kimono!

Era un bello kimono azul marino con dibujos de flamas para que fuera acorde con el de su novio, o esa era la secreta idea de su loca cuñada.

-Es que en cuanto lo vi pensé que te quedaría genial –dijo con emoción ella

-Pero es ropa de chica –siguió quejándose

-Vamos, Kazuomi, sólo será por un rato –lo consoló Naruto sonriendo

Agradecía enormemente ser Hokage y tener que usar su ropa oficial, de lo contrario seguramente su hija lo hubiera obligado a vestir algo así o hasta más llamativo y ostentoso. No era secreto para nadie que a Miku le encantaba presumir a sus atractivos padres y hermanos.

-¿Qué hay de ti, nee-chan? –le preguntó Itachi

-Oh, ya lo verán el día de la boda.

 

Cada uno se midió su ropa para ver si necesitarían hacerle algunos arreglos. Kazuomi no pudo evitar sonrojarse levemente al ver a Sasuke con el yukata puesto, cosa que hizo molestar a Fumiya.

-Pero no te sonrojes, torpe –regañó dándole un golpe en la cabeza

-Auch, eso dolió, Bakamiya. <<Rayos, no esperaba que se diera cuenta>>

Naruto se aguantaba la risa. Sí, podía ser medio despistado a veces, pero la edad le había ayudado y se daba cuenta del efecto que su esposo le causaba a su joven yerno.

-Jajaja, y peor aún que Fu-chan tiene el mismo carácter que el teme –sonrió

-¿Por qué? –preguntó Itachi con ingenuidad

-Lo entenderás cuando seas más grande, Ita-chan.

 

De esa forma pasaron los días que quedaban para la boda. Era la noche del veintiuno de Julio y ni Shizui ni Yuuzuki lograban conciliar el sueño. Simplemente estaban recostados en la cama uno al lado del otro viendo el techo.

-Estoy nervioso –admitió el pelirrojo

-Igual yo –comentó el ojiazul-. ¿Sabes? Todavía me cuesta creer que por fin mañana estaremos casados.

-Sí. Shi-chan –lo miró-, nosotros hemos sido novios desde muy pequeños, ¿nunca te has arrepentido por no haber conocido otras personas antes de elegirme como tu pareja?

-No, porque lo supe desde que te conocí –acarició su mejilla-, que tú serías el único en mi vida. ¿Y tú?, ¿jamás te has arrepentido por atarte tan pronto a mí, Yuuzuki?

-Tampoco –sonrió-. Porque cuando te conocí yo también supe que eras la persona junto a la que siempre querría estar.

-Yuuzuki…

Justo iba a besarlo cuando oyeron un estruendo aproximarse a su casa y segundos después Hayate, Hiroki, Rika y Miku entraron a la habitación. Tras ellos Hiroshi, Tsubame, Kai y Shiro parecían estar cuidando que no destruyeron nada más de lo necesario.

-¿Y esto? –preguntó el Uchiha desconcertado

-Hay muchas cosas que hacer –explicó Hayate y jaló a su hermano- y no debes ver al novio antes de la boda.

-Nii-san, esto es exagerado –comentó el pelirrojo siendo cargado por el otro y se fueron seguidos de Rika, Shiro y Kai

-Vamos, Shizui –lo jaló Hiroki-, tú también.

-Pero ni siquiera he dormido –se quejó, aunque en realidad su molestia era porque lo separaron de su pareja a tan sólo unas horas de poder desearle feliz cumpleaños

 

El Sol salió en la aldea y todos ya corrían de un lado a otro terminando de arreglar los últimos detalles para la ceremonia. Shizui se encontraba en casa de sus padres viendo gente ir y venir sin dejarlo ayudar.

-Toma, aniki –Fumiya le dio una taza de té

-Gracias, otouto –suspiró-. No estoy haciendo nada y ya me siento agotado.

-Deben ser los nervios.

Itachi llegó con ellos y se sentó mientras comía una manzana.

-¿Qué hay de ti, otouto-chan? –le preguntó el mayor

-¿Sobre qué? –el rubio parecía confundido

-¿No hay alguna niña que te guste? Como Kyoko-chan o Lena-chan.

El niño pareció meditarlo y luego negó con la cabeza.

-Ellas son mis amigas, no podría verlas de otra manera.

-Jajaja, recuerdo que otouto dijo lo mismo cuando le pregunté si le gustaba Taro.

-Y era verdad, aniki.

Shizui sonrió y asintió. Lo lamentaba mucho por Kyoko (ya había notado la forma en que ella miraba a su hermanito), pero tal vez, igual que con Fumiya, la persona destinada a Itachi se encontraba fuera de Konoha. Esperaba que no tardara mucho en conocerla y que ésa persona le correspondiera.

 

Todo estaba acomodado y ahora los invitados corrían a vestirse. Miku, usando un hermoso kimono morado con dibujos de mariposas blancas, se fue mucho antes al lugar de la ceremonia para supervisar que no hubiera fallas. Shizui se encontraba en la que solía ser su habitación terminando de ponerse su ropa.

-Qué chico tan atractivo.

Volteó encontrándose con sus padres (ya vestidos) de pie viéndolo desde la puerta.

-¿Podemos pasar? –preguntó Sasuke

-Claro, adelante.

Ambos entraron y se pararon frente a él. Naruto le acomodó la ropa, mirándolo con melancolía.

-¿Sabes? Pareciera que fue ayer cuando me dijeron que te estaba esperando. Y seguro que lo recuerdas porque estuviste ahí.

-Sí –agachó la cabeza con un aura depresiva-. Todo por un error.

-Creí que ya habías superado eso –le agarró la cara para sonreírle con cariño-, porque eres el error más maravilloso que he cometido.

-Otou-chan…

-Nosotros siempre hemos estado muy orgullosos de ti, hijo –aseguró Sasuke-, desde la primera vez que te tuvimos en nuestros brazos. Y sólo deseábamos que fueras feliz.

-Lo he sido, con ustedes, mis hermanos y todos los demás. No podría haber pedido una familia mejor. ¡Estoy sumamente orgulloso de la sangre que poseo!

Los ojos de Naruto se humedecieron, pero se los talló de inmediato para volver a sonreír con la alegría de siempre y ponerle una mano en el hombro a su hijo.

-¡Por supuesto que sí, Shi-chan! ¡No en vano desde que naciste todos te consideran la combinación perfecta entre el teme y yo!

-Dobe –el ojinegro sonrió también y miró a su primogénito-. Shizui, te hemos enseñado todo lo que sabemos, ahora es tu turno de proteger a tu pareja y a la familia que formarás.

-¡Sí!

 

En la casa Nara, Yuuzuki terminaba de ponerse el kimono con ayuda de Gaara, quien lo miraba satisfecho.

-No esperaba que supieras poner uno, Otou-chan –comentó con sorpresa el menor

-Bueno, cuando llegué a Suna con Sai anunciando que estaba embarazado de él y nos íbamos a casar, los del consejo quisieron que la ceremonia se hiciera de inmediato, así que una aldeana que se acababa de casar me prestó su traje de bodas –suspiró recordando aquella sencilla e improvisada boda-, ella me enseñó a ponerme un kimono.

-Jajaja, me hubiera gustado verte usándolo.

-Afortunadamente las fotos las robó tu padre para su colección privada.

Tocaron a la puerta y el mencionado se asomó con una enorme sonrisa en el rostro.

-¡Vaya! ¡Mi Yuu-chan luce mucho más lindo que de costumbre! –puso cara triste- Lástima que sea para que te vayas con otro hombre.

-Ay, Otou-san, exageras –rió

-Toma, Yuu-chan, es un regalo por tus dieciocho años.

Se colocó tras de él para abrocharle una cadena de la que colgaba una medalla. En la parte de enfrente tenía grabado el kanji del amor y por atrás el emblema de Suna.

-Muchas gracias, Otou-san, Otou-chan.

-Promete que nos visitarás siempre que puedas –pidió el pelirrojo mayor

-Claro que sí. De ahora en adelante formaré mi vida en Konoha, pero Suna fue y siempre será mi primer hogar –sonrió de la misma forma que su moreno padre-. Recuerden que soy el tesoro de la arena, jajajajaja.

Gaara lo miró fijamente y soltó un suspiro con pesar.

-Sabía que tarde o temprano el baka de Sai te pegaría algo de su estupidez.

-¡Oye! –se quejó su esposo

 

Ya todos los invitados ocupaban sus lugares. Dado que los novios eran hijos de dos kages, pidieron a Tsunade, como Godaime Hokage y la única de los tres sannin legendarios que quedaba, que ella efectuara la ceremonia. Así tanto Naruto como Gaara podrían estar sentados con sus parejas y prestar total atención a la ceremonia.

-Sasuke bastardo –llamó Sai sentado a su lado en la primera fila-, en realidad sí estoy triste porque tendré que separarme de mi hijo, pero a cambio en unos años tendré en Suna una preciosa hija. ¡Y no olvidemos a los nietos! Seguramente dentro de poco los chicos nos darán la noticia de que serán padres.

El Uchiha asintió, pero se quedó pensativo por el comentario previo. El pintor tenía razón, cuando Miku se casara con Hayate (hasta le daba escalofríos como se escuchaba eso), dejaría Konoha para irse con él. Apretó los puños, todavía no quería pensar en separarse de su niña.

 

Shizui ya se encontraba de pie frente al altar junto a Kai, su padrino. Tanto éste como Tsunade veían con gracia cómo el novio volteaba a cada rato esperando la aparición de su prometido.

-No estés nervioso –le dijo el Hatake-. Es más probable que Hayate le impida a Yuuzuki llegar al altar a que sea él mismo quien se arrepienta. Y por si acaso le pedí a Shiro que vigilara a su loco primo.

-Gracias –sonrió con sinceridad y alivio

 

Unos minutos después apareció Yuuzuki acompañado de Rika, su madrina. El pelirrojo estaba algo avergonzado por la forma en que todos lo miraban, hasta escuchaba maldiciones hacia alguno de los novios por ser el afortunado que se casaría con el otro. Sin embargo en cuanto sus ojos se encontraron con los azules de Shizui, le sonrió y caminó directo hacia él ignorando todo lo demás.

-Se ven realmente felices –comentó Yukina suspirando con derrota

-Claro que lo están –contestó Kenta

-No importa cuánto tiempo estés junto a una persona –dijo Hiroki y sonrió a su esposa-, dar un  paso así hace que la relación cobre un nuevo sentido.

-Es verdad –sonrió ella

 

Yuuzuki llegó frente a su pareja y lo tomó de la mano.

-Feliz cumpleaños –le dijo Shizui con ternura-. Te ves hermoso.

-Gracias. Tú también te ves muy guapo, Shi-chan.

 

La ceremonia comenzó sin problemas. Al llegar a la parte de si había alguien que se opusiera, cuatro pares de Sharingan (excepto el del novio que miraba embobado a su pelirrojo) y varios chakras siniestros intimidaron al resto de los invitados dejándoles claro que por seguridad ni siquiera estornudaran. Y así la ceremonia concluyó con un beso entre los ahora esposos. Todos se pusieron de pie aplaudiendo con júbilo, pues ahora ambas aldeas estarían más unidas que nunca. Las familias de los dos inmediatamente fueron a felicitarlos.

-¡Ahora al banquete! –gritó Chouji

-Sí, con todo el ajetreo de la seguridad y eso me muero de hambre –apoyó Kiba

-Cortan el romanticismo –los regañó Ino

Yashiro fue a abrazar a su querido alumno. Iruka y Kakashi felicitaban a Yuuzuki y en medio del alboroto Kai sintió que alguien entrelazó su mano con la de él.

-Ahh, Shiro. Por fin te veo.

-Kai –lo miró con determinación-, casémonos.

-¿Qué? –arqueó una ceja-, ¿hablas en serio?

-Sí –sonrió-. Creo que sólo necesitaba decidirme a pedírtelo.

-Mmm… Claro que sí –también sonrió-. Mi Otou-san y tu Okaa-san van a estar muy felices.

-Sobre eso… Van a hacer un gran escándalo, así que, ¿por qué no lo hacemos en secreto?

Kai lo meditó unos instantes y luego soltó una carcajada.

-Eso será genial. Pidámosle ayuda a Naruto nii-san para que impida que cuando ellos se enteren nos quieran matar.

-Me parece bien –concluyó dándole un beso

 

Todos pasaron al banquete. Algunos fueron a sentarse, los shinobi que estuvieron trabajando en la seguridad de los invitados y la decoración inmediatamente se abalanzaron sobre la comida, sin embargo varios solteros (sobre todo chicas) se juntaron para esperar el lanzamiento del ramo. Hiroki se burló de su gemelo al ver cómo Rika y Yukina se lanzaban miradas asesinas declarándose la guerra por el ramo.

-Tú ni siquiera tienes novio, Yuki –le recordó la Nara-. Y en cambio yo tengo a mi Hiro-san.

-¿Y? Tal vez esta sea mi oportunidad –se defendió la otra

-Yo en tu lugar iba ahorrando para la boda, Hiroshi –le dijo Kenta con burla

-No molestes –lo miró feo

 

-Bueno, aquí voy –avisó Yuuzuki dándose la vuelta y arrojó el ramo

Miku (quien intencionalmente se había alejado para no participar), aterrada, lo vio acercarse a donde ella estaba. Desde su lugar Hayate ya se estaba haciendo mil y un ilusiones cuando de pronto, a una velocidad que hasta su difunto suegro alabaría, Sasuke saltó y pateó el objeto lejos de su hija.

-¡Sasuke bastardo! ¡¿Por qué lo hiciste?! –reclamó Sai

-¡Cállate y no molestes, pintor barato!

Pero en lo que ellos peleaban el ramo fue a estamparse contra la cara de Kazuomi quien estaba probando la comida junto a sus tres compañeros de equipo. El chico lo tomó con sus manos y, con la cara roja (tanto por el impacto como por la pena), volteó a ver a Fumiya quien estaba igual luego de que muchos vitorearan, silbaran y otros se lamentaran por no haber ganado o por descubrir que el pelirrojo ya no estaba soltero.

-Parece que es el destino que mis hijos se casen jóvenes –comento Naruto sentado junto a Gaara en una mesa

-Sí. Recuerda que en la boda de Kakashi-san e Iruka-san a mí también me cayó el ramo en la cabeza –suspiró su amigo

 

-¡Felicidades, Kazuomi-kun! –gritó Taro- ¡Yo seré el padrino!

-¡Entonces yo la madrina! –dijo inmediatamente Midori

Kazuomi observó el ramo con horror y usó su chakra para destruirlo rápidamente.

-Oye, torpe, ¿insinúas que no te casarías conmigo? –preguntó Fumiya, molesto

-¡Es demasiado pronto para pensar en ello!

-Pero si ya hemos avanzado a un nivel más adulto, Kazu-chan –le recordó sonriendo con soberbia

-¡Cállate, Bakamiya!

 

-Y que conste que lo hice sin intención –dijo Yuuzuki sonriendo

-Supongo que es una señal del destino –contestó Shizui abrazándolo por la cintura-. Significa que mis hermanos están con las personas correctas.

 

En medio de la fiesta Itachi caminaba buscando a sus dos amigas. Había tantos invitados bailando y platicando que le costaba esquivarlos, de modo que chocó con alguien.

-Lo siento –se disculpó la otra persona

-No, yo no me fijé por dónde iba.

Itachi alzó la vista para encontrarse con una linda niña de unos aparentes ocho o nueve años que vestía un elegante kimono plateado con dibujos de flores de cerezo. Tenía el cabello muy largo color negro y los ojos color dorado como la miel.

-Nunca te había visto –dijo él-. Soy Uchiha Itachi, vivo aquí en Konoha y estoy a punto de ser genin.

-Oh, eres hijo de Naruto-sama y Sasuke-sama –hizo una educada reverencia-. Yo me llamo Himura Sayuri y vengo de la aldea de la Niebla. Soy sobrina de la Mizukage.

-Disculpa, Sayuri-chan, ¿cuántos años tienes?

-Ocho –contestó-, ¿por qué?

-Curiosidad –sonrió-. Eres muy bonita.

La niña se sonrojó y también sonrió levemente. Oyó que la llamaron y volteó a verlo con timidez.

-Debo irme. Espero verte de nuevo, Itachi-kun.

-Sí, lo mismo digo.

Observó cómo se alejaba para unirse a un pequeño grupo de la aldea de la Niebla que fue a saludar al Hokage y al Kazekage. Kyoko y Lena llegaron a un lado del chico rubio.

-Ita-chan, te estábamos buscando –se quejó Kyoko

-Lo siento, jejeje.

-Te miras muy feliz –se percató Lena-. ¿Pasó algo bueno?

-Conocí a una bonita persona.

 

La fiesta se prolongó hasta muy tarde y los recién casados decidieron retirarse a su casa. A Shizui le dio gracia que cuando le propuso a Yuuzuki cargarlo para entrar a su hogar, éste alegó que no era una chica y que suficiente tuvo con el kimono. Entraron a la recámara y Shizui sentó al pelirrojo en la cama. Se arrodilló frente a él, le tomó la mano y besó la sortija que ahora adornaba su dedo anular junto con su anillo de compromiso.

-Te amo –le dijo-, más que a nada en este mundo.

-Siempre lo he sabido –sonrió-. Yo también te amo más que a nada y nadie… Shizui.

Sus ojos azules se abrieron con sorpresa. En toda su vida, desde que se conocieron, era la primera vez que Yuuzuki lo llamaba por su nombre completo.

-Porque hoy es un día muy especial –explicó el de ojos verdes adivinando sus pensamientos-. A partir de hoy somos esposos y nunca nada podrá separarnos.

-¿Ni siquiera la muerte?

-Mucho menos la muerte.

Shizui sonrió, se levantó para luego tumbarse en la cama con Yuuzuki debajo de él. Comenzó a besarlo lentamente, sin prisas, después de todo ya tenían toda la vida por delante.

-Miku escogió una ropa hermosa, pero lo lamento –lo alzó un poco para desabrocharle el obi-, hoy por fin vas a pertenecerme por completo.

-Sabía que tenías un lado pervertido.

-Jajaja, te dije que culparas a mis genes Uchiha. Y mejor ni te cuento la conversación con Otou-san sobe “Qué hacer en la noche de bodas”. No sé quién de los dos estaba más avergonzado.

-Me lo imagino.

Logró su cometido de desabrocharle el obi y lentamente siguió despojándolo del resto de las prendas. A través de la ventaba se apreciaba una bella luna, la cual sería el testigo silencioso del momento en que esos dos seres se volvieran uno solo.

 

Aquella noche Sasuke y Naruto fueron de los últimos en irse a dormir. De hecho a lo lejos podía verse que faltaba poco para que el sol comenzara a salir. Ambos estaban sentados uno al lado del otro sobre el tejado de su casa.

-Todo salió bien –comentó el rubio, feliz

-Por fortuna. Si alguien hubiera intentado arruinar la boda, juro que lo mataba en ese instante.

-No hubieras sido el único, teme.

Contemplaron las pocas estrellas que quedaban. El Uchiha sintió un beso en la mejilla y luego la cabeza de su pareja recargarse en su hombro.

-Sasuke, feliz cumpleaños.

-Muchas gracias, Naruto. <<Por todo lo que hemos vivido hasta hoy. Por darme cuatro maravillosos hijos y por dejarme estar junto a ti>> -pensó rodeándolo con un brazo

 

Pasó una semana de aquello y la aldea regresó a la normalidad. Era fin de semana y Shizui y Yuuzuki, tomados de la mano, llegaron a la casa Uchiha-Namikaze, ya que ése día celebrarían el cumpleaños de Sasuke. Su rubio padre los guió al jardín donde Itachi estaba combatiendo con Kazuomi.

-¿Y eso? –preguntó Yuuzuki

-Desde la boda, Ita-chan le pidió a Kazuomi que le enseñara cómo pelean los ninjas de la niebla –explicó Naruto

-Es cierto –recordó Shizui-, Kazuomi viene de ahí.

-Sí. ¿A ti no te ha dicho el por qué de su interés, Shizui?

-No, Otou-chan.

La pareja le dio el regalo a su padre y se sentaron a ver a los chicos. Un rato después Miku y Fumiya llegaron con la comida.

-Ustedes dos, ya vengan –llamó la chica

-Eres muy fuerte, Itachi –le dijo el de ojos amatistas

-Kazu nii también.

-¿Pero por qué de tu repentino interés? –preguntó Sasuke

-Jejeje –el niño alzó un puño-. ¡Definitivamente un día tengo que ir a la aldea de la niebla!

Todos parecían extrañados por su actitud, pero bueno, mientras Itachi fuera feliz no había problema.

 

Por la noche los recién casados regresaron a su hogar. Se cambiaron de ropa y decidieron sentarse un rato en la sala.

-Me pregunto por qué Ita-chan está tan ansioso por ir a esa aldea –comentó el pelirrojo-. ¿Crees que conoció alguien?

-Mmm… Tal vez. Después de la boda parecía más alegre de lo normal, pero no pensé que fuera algo importante.

Repentinamente el azabache se quedó serio y callado.

-¿Qué sucede, Shi-chan?

-Espérame un momento.

 

Fue a su habitación y regresó trayendo consigo una cajita. La abrió para mostrarle a su pareja que en su interior había una pequeña bolita verde, similar a un dulce: era el tratamiento de fertilidad.

-Es el regalo de bodas de Obaa-chan.

Sonrió levemente recordando las advertencias de la rubia quien le recalcó que no fueran tan torpes e irresponsables como Naruto y Gaara en su juventud.

-Yuuzuki, sé que acabamos de casarnos, pero ya hemos compartido la vida de pareja mucho tiempo. Por eso… si tú crees que ya es tiempo…

En respuesta, el pelirrojo agarró la bolita y se la tragó. Cruzó sus ojos verdes con los azules de su esposo y se le abalanzó besándolo apasionadamente. Todavía sorprendido Shizui lo abrazó para corresponderle. Se separaron unos centímetros y sonrieron de manera cómplice con la misma idea en mente. Ambos estaban felices y orgullosos por las familias en que nacieron, así que era su turno de continuar con tan honorables linajes. Después de todo era algo que estaban seguros sus padres y hermanos llevaban esperando desde hacía mucho tiempo.

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Mis niños han crecido tanto!!! TT_TT Y es un poco deprimente saber que el que sigue será el último capítulo, así que dejen sus comentarios con quejas, felicitaciones, pedradas, flores, jitomatazos, saludos, cebollazos, bombas, amenazas y demás XD Ya casi acabo el capítulo 5 de S.E.M.E.S. y sigo trabajando en el otro fic del que luego les doy más detalles porque rompe muchos esquemas de lo que usualmente escribo -_- Bueno, se me cuidan mucho, nos leemos la próxima semana con Susurros del más allá, y en dos semanas con el gran final de esta historia. Bye byeeeee!!!


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