CAPÍTULO 13: MEMORIAS DE FAMILIA. EPÍLOGO
~~~~~~~~~~ MEMORIAS DE FAMILIA ~~~~~~~~~~
***** MEMORIA XX *****
Que Shizui (13 años) es muy posesivo no es secreto para nadie, bastaba con sentir las miradas asesinas que lanzaba a todo aquél que osara acercarse con dobles intenciones a alguno de sus familiares o a su novio, Yuuzuki (11 años).
Ellos dos ya llevaban algo de tiempo como pareja, pero sólo sus seres más cercanos lo sabían. El joven azabache se encontraba con su equipo en Suna debido a que necesitaban llevar de regreso a Konoha un pergamino muy peligroso.
-Debo arreglar unos asuntos más con Kazekage-sama –indicó Yashiro-. Si quieren mientras vayan a dar una vuelta, pero no se metan en problemas.
-¡Sí, sensei! –respondieron emocionados
Los tres niños caminaban por la aldea mirando con curiosidad. Algunos ninjas reconocían al azabache, imposible no hacerlo con esos ojos azules que tenía, iguales a los de su rubio progenitor. Muchos le saludaban al pasar pues el primogénito del Hokage de Konoha ya se estaba haciendo muy famoso por su poder.
-¡Lo tengo! –habló Rika (13 años)- Vamos a la Academia ninja de Suna; seguramente mi primo estará por salir.
-Sí, tiene mucho que no veo a Yuuzuki –comentó Hiroki con alegría
Por su parte el Uchiha se sonrojó, aunque igual aceptó. Se moría de ganas por ver al pelirrojo.
Llegaron a la Academia cuando varios alumnos ya estaban saliendo. Hiroki miró al otro lado de la calle un puesto donde vendían recuerdos de la aldea de la arena.
-Quisiera llevarle algo a mis hermanos y a Tsubame-chan –dijo él-. Vamos a ver.
-Yo los esperaré aquí –contestó Shizui ocultando su ansiedad
-Bueno, no tardamos –dijo Rika y se fue con su amigo
Shizui los vio alejarse y suspiró para liberar los nervios. Iba a concentrarse en encontrar el chakra del Sabaku pequeño cuando de pronto se vio rodeado por un numeroso grupo de niñas que lo miraban con ojos brillosos.
-Eh… ¿Se les ofrece algo? –les preguntó, desconcertado
-Eres Uchiha Shizui-kun, ¿verdad? El hijo de Hokage-sama y Sasuke-sama.
-Sí, soy yo.
-¡Kyaaa!
-¡Qué guapo!
-¡Tus ojos son preciosos!
-¿Quieres ir a tomar algo conmigo?
-No, mejor conmigo.
-Yo puedo mostrarte la aldea, si quieres.
El moreno presenciaba contrariado la forma en que ellas forcejeaban para poder tocarlo. En ese momento todas sintieron un escalofrío y giraron las cabezas con miedo. A un par de metros se encontraba un niño pelirrojo de ojos verdes que sonreía, pero tal expresión daba mucho miedo.
-¡Yuuzuki! –llamó Shizui con alegría yendo hacia él
-¡Shi-chan!
Inmediatamente el menor se abrazó a su cuello y le dio un beso en la mejilla. Shizui no se percató para nada del miedo que sentían las chicas, simplemente miraba a su novio con adoración.
-Te extrañé mucho, Shi-chan.
-Y yo a ti, Yuuzuki.
Aún sin soltarlo el pelirrojo enfocó a las niñas y les lanzó una mirada asesina. Ellas sabían perfectamente quién era él: Sabaku no Yuuzuki, el adorado hijo de su Kazekage y Sai-sama, así como el celado hermano menor de Hayate-senpai.
-Eh… Y-Yuuzuki-kun –llamó una con cautela-… Tú y él…
-Sí, somos novios –ensanchó su sonrisa y las miró como diciendo “largo de aquí”
Las niñas salieron huyendo con miedo dejando a la pareja contemplarse con cariño. Ocultos tras una pared eran vigilados por Rika y Hiroki.
-Jajajaja, tu primo es terroríficamente lindo –comentó el Hyuuga con gracia
-Claro, es hijo de Gaara Oji-chan.
-Shi-chan –habló el pelirrojo-, ¿acaso coqueteabas con ellas delante de mí?
-Por supuesto que no –juntó sus frentes-, yo sólo tengo ojos para ti.
Shizui era un celoso sin remedio, definitivo. Pero no muchos sabían que, pese a no aparentarlo, Yuuzuki también lo era, pues era consciente del atractivo de su novio. Y las niñas de su aldea habían descubierto a la mala el rostro oculto del (por lo general) dulce pelirrojo.
***** MEMORIA XXI *****
El pequeño Shizui (2 años) jugaba con un zorrito de peluche que Kakashi le había regalado. Sus padres le observaban desde la puerta de su habitación; intercambiaron miradas y decidieron entrar.
-¡Otou-chan! –de inmediato el menor corrió hacia el rubio
-Hola, Shi-chan –le sonrió él al verlo abrazarse a su pierna
-Shizui –llamó Sasuke-, tenemos que hablar contigo.
-¿De qué?
Él dejó que su moreno padre lo cargara y lo llevaron a la sala. El niño miraba con confusión a sus padres. Por su parte, Sasuke y Naruto pensaban en la manera de darle la noticia. Aquella mañana Tsunade les había confirmado que el de ojos azules estaba embarazado y claro que estaban felices, pero les preocupaba la reacción que tendría su hijo cuando le dijeran que tendría un hermano o hermana, pues a pesar de ser pequeño ya se habían dado cuenta de lo posesivo que era.
-Escucha, Shi-chan –habló Naruto-, tú sabes que Otou-san y yo te queremos mucho, ¿verdad? –lo vio asentir- Pues… nunca nadie te va a quitar tu lugar, ¿de acuerdo? Y… nosotros…
-Yo me encargo –intervino su esposo y miró a su hijo-. Shizui, hoy nos dijeron que Naruto está embarazado, es decir, vamos a tener otro bebé.
Sus ojitos azules se fijaron en el rubio y luego regresó la vista sobre el Uchiha mayor.
-¿Tendré un otouto o una imouto?
-Así es. Vas a tener que ser un niño responsable, pues ahora tendrás el papel de aniki y serás su ejemplo a seguir.
Él pareció pensarlo unos instantes y luego sonrió con alegría.
-¡Sí! –gritó emocionado- ¡Yo voy a cuidarle mucho, mucho, Otou-san!
Ambos adultos se miraron sorprendidos. Tsunade les había aconsejado que tuvieran mucho tacto porque existía la posibilidad de que Shizui reaccionara de mala manera, pero su hijo era un niño increíble.
-Parece que heredó tu cualidad de sorprender a la gente, dobe.
-Jejeje, qué bueno que no es tan parecido a ti, teme –ignoró la mirada de reproche del otro para cargar al pequeño azabache-. Estoy seguro que el bebé va a adorarte mucho, Shi-chan.
Él asintió, riendo. Había visto a otros niños que tenían hermanos mayores o menores y les tenía un poco de envidia. Por eso la noticia de que ya no sería hijo único lo hizo inmensamente feliz e iba a esforzarse mucho para ser un buen hermano mayor.
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***** MEMORIA: UCHIHA ITACHI *****
Itachi (15 años) era un increíble chuunin: alto, largo cabello rubio (en honor a su tío Itachi y a Jiraiya), fuerte, bromista, alborotador, pero todos sabían que podían contar con él siempre. El chico debía entregar un mensaje a la Mizukage, misión que casi le pidió de rodillas a su rubio padre para que se la asignara, pues tenía motivos para visitar la aldea de la Niebla. Ya había entregado el mensaje y ahora el joven ojinegro veía con insistencia la calle esperando a alguien.
-¡Itachi-kun!
Frente a él llegó una hermosa niña de unos doce o trece años, tenía un largo y brillante cabello negro, sus ojos eran de color dorado; vestía un lindo kimono violeta con dibujos de flores blancas: era Himura Sayuri (12 años), sobrina de la Mizukage. La misma niña a la que conoció en la boda de su hermano mayor y con la que todo ese tiempo mantuvo contacto regular, aunque nadie más lo sabía.
-Te ves muy linda, Sayuri-chan.
-G-Gracias –se sonrojó un poco-. Tú has crecido mucho.
-Jejeje, gracias, debe ser por tanto entrenamiento y ramen. Ah, sí, te traje un regalo.
De su bolsillo sacó un hermoso broche para el cabello con forma de mariposa.
-Es precioso, Itachi-kun. Muchas gracias.
-¿Puedo?
Con timidez Sayuri asintió y dejó que el rubio le colocara el broche, el cual al ser dorado combinaba con el color de sus ojos y resaltaba el de su cabello.
-Espero que cuando lo veas te acuerdes de mí, Sayuri-chan.
-Claro que sí, te prometo que voy a cuidarlo con mucho cariño.
Itachi sonrió de aquella forma heredada por su sangre Uzumaki. Ciertamente Sayuri todavía era una niña (no es que el chico ya fuera un adulto), pero él no tenía prisa por apresurar las cosas. Quería ganarse su confianza poco a poco y así, un día, ganarse también su corazón.
-¿Quieres que te muestre la aldea, Itachi-kun?
-Me encantaría.
Y cuando ese momento llegara, se lo contaría a su familia.
***** MEMORIA: NAMIKAZE FUMIYA *****
Fumiya (16 años) se encontraba en la aldea de la Niebla. Había ido ahí para acompañar a Kazuomi (17 años) quien dijo que ya era momento de que regresara a ver la tumba de sus padres. El pelirrojo sabía que para su novio aquella fue una decisión muy difícil de tomar, pero por eso estaba allí, para apoyarlo.
-No puedo creer que nos perdieras de camino al cementerio, Kazu-chan.
-Deja de molestar, Bakamiya –se defendió el otro-. No es mi culpa, este lugar ha cambiado mucho desde la última vez que vine, de eso tiene años. ¡Y no me llames así!
Finalmente dieron con una tumba en la que se leía Yamamoto Seiichi y Yamamoto Arisa. Kazuomi llevaba un ramo de lirios, flores favoritas de su madre, y los depositó frente a la lápida. Encendió una varita de incienso y unió sus manos para rezar. Fumiya se limitó a observarlo en silencio.
-Tou-chan, Kaa-chan –habló el de pelo castaño con tristeza-, lamento mucho no haber venido a visitarlos desde que me fui a Konoha, pero ustedes saben, todo esto para mí ha sido… complicado –sonrió levemente-. Aunque no vengo solo, quería presentarles a mi… pareja –se sonrojó un poco, cosa que hizo a Fumiya sonreír con presunción-. Su nombre es Namikaze Fumiya. Es muy fuerte, serio, enojón, mandón, celoso sin remedio, algo frío y amargado…
-Oye, torpe –lo miró mal
-Pero en el fondo es cariñoso, amable, siempre está ahí cuando se le necesita y sé que jamás me lastimaría. Fumiya es… sumamente especial para mí.
Sintió la mirada del de ojos azules sobre él y se puso completamente rojo. No estaba acostumbrado a decir ese tipo de cosas en voz alta.
-Cofcof, i-iré a buscar un poco de… de agua, sí, eso. Necesito limpiar la lápida –y se fue huyendo todavía avergonzado
Fumiya sonrió con gracia y regresó su vista a la tumba, haciendo una reverencia.
-Voy a cuidar muy bien de él, les doy mi palabra.
Adoraba molestar a Kazuomi, era uno de sus pasatiempos favoritos. Sin embargo también lo amaba como a nadie (aunque todavía batallaba para decírselo en voz alta). Y estaba sumamente agradecido por haberse encontrado con alguien como él.
***** MEMORIA: UCHIHA MIKU *****
Miku (19 años) finalmente formaba parte de la fuerza Anbu. En ese momento estaba escribiendo el reporte de su última misión cuando sintió a alguien llegar tras de ella.
-Tan hermosa como siempre, Miku-chan.
-Estoy ocupada, baka.
Hayate (23 años) simplemente sonrió. Luego de haber estado más de seis meses en una misión, el Kazekage (su adorado Otou-chan) le dio vacaciones y el pelinegro decidió visitar Konoha, pues tenía muchas ganas de ver a Miku y por supuesto a Yuuzuki y su familia.
-Sé que estás ocupada –contestó él-, pero sólo quería pasar algo de tiempo contigo.
-Hum.
El joven se sentó frente a ella y la miró fijamente. Miku se incomodó un poco; cuando Hayate se ponía serio y la observaba de aquella manera, la hacía sentir nerviosa.
-¿Q-Qué pasa? –le preguntó
-Hay algo muy importante que debo decirte.
Él le quitó el bolígrafo con el que había estado escribiendo y la sujetó de la mano, cruzando sus miradas con decisión.
-Miku-chan, te amo, ya lo sabes, claro. Yo…
Oh, no. La ojinegra casi tenía cara de terror. No podía ser posible que Hayate fuera a hacerle “la pregunta”… Bueno, con ése loco todo era posible, sin embargo ella no estaba preparada para escuchar una proposición semejante todavía.
-¿T-Tú qué? –preguntó con temor
-Me puse a buscar en Suna y encontré una preciosa casita que estoy seguro te encantará. Voy a mudarme solo ya que pienso que mis padres apreciarán tener algo de tiempo e intimidad para ellos dos. Además –sonrió-, algún día tendré ahí a Miku-chan acompañándome.
-Vaya –suspiró aliviada-… Creí que me dirías otra cosa.
-Jajaja, eso deduje viendo tu expresión de pánico –la miró con ternura-. Admito que sí me encantaría preguntarte aquello, pero no quiero presionarte. Sin olvidar que seguro me golpearías y Sasu suegrito-gruñón y tus hermanos intentarían asesinarme.
Miku rió con gracia por el comentario porque era verdad. Sí, todavía no estaba lista para dar un paso tan importante, pero también amaba sinceramente a Hayate y estaba segura que él sería paciente hasta que fuera ella misma quien le propusiera matrimonio. Aunque estaba casi segura que eso podría provocarle un infarto a su amado padre.
***** MEMORIA: UCHIHA SHIZUI *****
Shizui (20 años) y Yuuzuki (18 años) acababan de cumplir diez meses de casados. El joven azabache ingresó a una habitación del hospital llevando un precioso ramo de flores. Sonrió al ver tan magnífica escena: Yuuzuki se encontraba recostado en la cama y en sus brazos acunaba a un bultito al que mecía.
-Shi-chan –le sonrió al verlo-, hace un rato abrió los ojos.
-¿En serio? –se sentó a su lado y le besó la frente-, ¿quién ganó la apuesta?
-Hayate nii-san.
Con una mano Shizui acarició la mejilla de la pequeña. Sí, su bebé era una preciosa niña de cabello azabache y ojos color aguamarina. Meses atrás Hayate, Itachi y Rika habían apostado sobre el color de ojos que tendría su sobrina: aguamarina, azules y negros respectivamente. Los padres de la pareja lo único que querían era que su nieta naciera fuerte y sana.
-Anda, cárgala, Shi-chan.
-B-Bien –contestó nervioso
Yuuzuki le puso a la bebita en sus brazos con mucho cuidado. El pelirrojo sonrió al ver la delicadeza con que Shizui la cargaba; sabía que por nada del mundo él querría lastimarla.
-¿Ya elegiste su nombre, Shi-chan?
-¿Eh? Creía que tal vez tú…
-Te conozco –se acurrucó a su lado- y estoy seguro que ya has pensado en ello.
-Mmm… La verdad sí –admitió sonriendo con pena-. Mi Otou-chan dice que los nombres son muy importantes, por eso pensó tanto en cómo llamarnos a mí y a mis hermanos –se inclinó para besar la frente de su hija-. Hatsuki, escrito con los kanjis de hoja y de luna.
-Como Tsuki no Ha, hoja de luna –rió y le dio un beso en la mejilla a su esposo-. Uchiha Hatsuki, me gusta.
-Jejeje, me alegra. Eso sí, déjale claro a Hayate que no me inspiré para nada en él.
El pelirrojo asintió divertido y sujetó una manita de la pequeña. Ahora ella sería su gran orgullo y motivación (junto con los demás niños que vendrían después). Y Yuuzuki estaba convencido que Shizui la cuidaría y celaría aún peor a como era Sasuke con Miku.
***** MEMORIA: SASUKE Y NARUTO *****
Una agradable calma reinaba en Konoha. Naruto se encontraba sentado en el corredor que daba al jardín de su casa. Todos sus hijos se encontraban de misión, de modo que estaba solo y aburrido al tener el día libre. De su chaleco verde sacó un tomo del Icha Icha Paradise que lucía muy viejo y lo miró con nostalgia.
-Estoy en casa –anunció Sasuke y lo observó-. Vaya, Naruto –sonrió con malicia-, si ibas a comenzar a leer ese libro pervertido, me hubieras avisado para que lo hiciéramos juntos.
-No molestes, baka –insultó-. Realmente no lo tengo por eso.
-¿Entonces? –tomó asiento a su lado
-Hace unos días Obaa-chan lo encontró y me lo regaló. Dijo que fue el primer libro publicado de esta saga que Ero-sennin escribió.
Sasuke no dijo nada, él sabía que esa era una herida que su esposo todavía tenía muy presente. Claro que Naruto también lamentaba no tener a sus padres, pero el Uchiha estaba seguro que perder a su sensei era algo que al rubio siempre le dolería en el alma.
-¿Tú crees… que él estaría orgulloso de lo que he logrado, Sasuke?
-Por supuesto que sí. Te has convertido en el mejor Hokage, el shinobi más fuerte de la aldea, con un guapísimo esposo –vio a Naruto sonreír divertido-, cuatro excelentes hijos, tres molestos pero poderosos alumnos y todos tus subordinados te seguirían hasta el fin del mundo. Ya no eres el lamentable usuratonkachi que conoció.
-Tenías que arruinarlo, bastardo –lo miró feo
Sasuke lo sujetó del mentón para besarlo, aunque el rubio giró la cara, acción que molestó al otro.
-¿Ah, sí, dobe? Ven acá.
Lo tumbó al piso y se posicionó encima de él. Naruto, levemente sonrojado, pataleaba para quitárselo. De nueva cuenta el moreno lo sujetó y ahora sí pudo besarlo, logrando que con ello Naruto dejara de forcejear. Se separaron y observaron directo a los ojos.
-¿Sabes, teme? Hablando de los niños… Ahora que todos están creciendo la casa se va a quedar muy triste. Shi-chan se acaba de casar, Mi-chan va a ser Anbu igual que Fu-chan, además ella tiene a Hayate y él a Kazuomi. E Ita-chan ya es genin y se va a las misiones.
-Es verdad –sonrió seductoramente-. ¿Quieres que tengamos otro hijo?
-¡¿Estás loco?! ¿Cuántos años crees que tenemos?
-No estamos tan viejos, Naruto. Recuerda que comenzamos a encargar bebés muy jóvenes.
-Es cierto, ¡pero no fuiste tú el que soportó cuatro partos!
-En cambio sí fui yo quien sufrió cuatro veces el durar meses despertando en la madrugada para cumplir con tus raros antojos o tener que ir a las dos de la mañana a la única tienda abierta que por cierto estaba en el otro extremo de la aldea.
Naruto soltó una carcajada recordando todo aquello. Sasuke, todavía encima de él, acomodó su cabeza en el pecho del rubio relajándose con su acompasada respiración.
-¿Creías que llegaría el día en que estaríamos de esta manera? –preguntó el ojiazul
-Cuando estaba sumido en mi sed de venganza por supuesto que no –sonrió-, pero me alegra mucho que pasara.
-Supongo que ahora tendremos más tiempo para nosotros.
-Se me ocurre una excelente forma de aprovecharlo.
-Ya estás otra vez con esa cara de pervertido, Uchiha.
-Luego de tantos años ya debería estar acostumbrado, Hokage-sama.
En ese momento sintieron dos chakras muy conocidos ingresar a la casa.
-Otou-san, Otou-chan, ¿están aquí? –oyeron la feliz voz de Shizui- ¡Yuuzuki y yo queremos darles una excelente noticia!
Azul y negro se encontraron y sonrieron con la misma emoción. Qué importaba si no pudieran tener todavía ese tiempo íntimo que Sasuke anhelaba, a cambio muy pronto podrían oír de nuevo pasitos correr por su hogar.
~~~~~~~~~~ MEMORIAS DE FAMILIA, END ~~~~~~~~~~