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Nuestro futuro por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Una vez más les doy la bienvenida con este querido fic. Que a mano por fin pude terminar el capi 8!! (Kyuu: Es que se había estancado en ese desde hace semanas -_-) Por cierto, me preguntaron si Taname y Arashi van a aparecer, y sí, sólo que en uno o dos capis más, la verdad no me acuerdo o.O El día de hoy veremos más de la alborotadora Miku y el loco Hayate, jejeje, el chico más odiado por el teme XD (Sasu: Cualquier padre que tenga una sola hija me comprendería ¬¬*) (Naru: Yo la tengo y me pareces exagerado ¬¬). Cofcof, pero dejemos de lado las peleas maritales y vayamos a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Cuadro de honor: Saya_Misaki, Itzel, Marizu194, merissa_chan_shu, hana-no-tenkai, mugi san, Yume-chan, AMATERATSU, Sora-chan, Nekomata Uchiha, dark_sama, norico-chan y tsukimichi.

 

Disclaimer: Los personajes de la serie Naruto lamentablemente no son míos, pero todos los niños me pertenecen, ¡así que no te quieras llevar el crédito por ellos también, Kishi-sensei!

CAPÍTULO 3: SABES QUE TE QUIERO

 

Era otro soleado día en la aldea de Konoha. Shizui, todavía sin abrir los ojos, tanteó el lugar donde debería estar su pareja, pero lo halló vacío.

-¿Yuuzuki?

-Ah, disculpa –apareció el pelirrojo en la puerta de la habitación-. Es que oí un ruido en la ventana y fui a asomarme.

-¿Era algo malo?

-Depende como lo veas, Shi-chan –rió al ver su cara de confusión-. Era un mensaje de mi nii-san, dice que viene en camino a la aldea.

-¿Qué?, ¿tan pronto? Si falta todavía un mes y medio para la boda.

-Dijo que hizo muchísimas misiones rango A y S para que Otou... digo, Kazekage-sama le permitiera ausentarse tanto tiempo.

-Vaya, no lo esperaba. Me pregunto si le habrá avisado a Miku.

-Jejeje –le guiñó un ojo-, me pidió que lo guardáramos en secreto. Parece que quiere darle una sorpresa.

-La cara de mi Otou-san cuando lo vea será genial.

-Eres malo, Shi-chan.

 

Salieron juntos de la casa, pues el Hokage había decidido darles el día libre al azabache y su equipo, de modo que decidió aprovecharlo para pasar un poco de tiempo con su prometido.

-¿A dónde quieres ir? –preguntó Shizui

-No lo sé –sonrió-. Sólo con pasear juntos me siento contento.

La gente alrededor miraba con felicidad a la pareja que caminaba de la mano. Todos respetaban y querían mucho al primogénito del clan Uchiha Namikaze-Uzumaki y sabían perfectamente que él sólo sería verdaderamente feliz al lado de aquél pelirrojo quien además de ser hijo del Kage de Suna también llevaba genes de un excelente ex anbu de la aldea de la hoja.

-Pero si es la pareja predilecta de Konoha.

-¡Yashiro-sensei!

El ojiazul sonrió. Frente a él estaba su querido sensei trayendo de la mano a una niña y un niño de unos seis años. Aquellos pequeños eran los hijos de Takuma e Izumi, por ende eran como unos sobrinos para Yashiro y nietos para Naruto, quien los adoraba. Sasuke también les tenía cariño, sólo que no lo admitía.

-Hola, Shizui-san –saludaron los niños-, Yuuzuki-san.

-Hola, Hotaru-chan, Takashi-kun, ¿cómo están? –el pelirrojo se agachó a su altura

-¿Por qué estás de niñero hoy, sensei?

-Como yo también tengo el día libre, Takuma e Izumi me pidieron que los cuidara ya que saldrían de misión.

-Nos gusta estar con Yashiro Oji-san –dijo la pequeña Hotaru

-Oji-san –tiró de él Takashi-, llegaremos tarde.

-Ah, sí. Lo siento, chicos, pero mi deber de hoy es llevar a estos pequeños a tiempo a la Academia Ninja.

Los niños rieron y lo agarraron cada uno de la mano.

-Hasta luego, sensei –se despidió el azabache

-Sí, nos vemos.

Los niños se despidieron moviendo las manos libres y se alejaron platicando sin parar con el mayor. Shizui sonrió bobamente mientras los observaba alejarse.

-¿Qué pasa, Shi-chan?

-Jejeje –se rascó la cabeza con pena-, sólo me imaginaba cómo nos veríamos cuando llevemos a nuestros hijos a la Academia.

Yuuzuki se sonrojó, pero también sonrió. Esa idea ilusionaba mucho a ambos y estaba seguro que también a sus respectivas familias.

 

En la oficina del Hokage, Naruto leía una carta con el ceño fruncido.

-¿Sucede algo malo? –le preguntó Shikamaru

-Mmm... No estoy seguro. Parece que hay movimientos sospechosos en el país del Rayo. Espero que el Raikage y Killer Bee estén al tanto de ello.

-Oh, quiere decir que la carta la enviaron aquellos dos sujetos.

-Sí, dicen que van a investigar un poco más –usó su chakra para hacer pedazos el papel-. Tal vez no sea nada importante, pero estemos alertas a cualquier señal.

-Entendido.

 

-Hola, chicos.

Frente a Shizui y Yuuzuki había llegado Temari quien traía algunas bolsas, al parecer fue a surtir la despensa.

-Hola, Temari Oba-chan.

-Buenos días, Temari-san.

-Vamos, no seas tan formal, Shizui –sonrió-. Muy pronto seremos formalmente familia.

-Lo tendré en cuenta –contestó, sonriendo

-Ah, sí. Rika está ayudando con la decoración para la boda, está quedando preciosa. Pero deberían de estar más inmiscuidos, son ustedes los que se van a casar.

-Confiamos en ellas, dejaremos que nos sorprendan –dijo el pelirrojo, a lo que su novio asintió

-Bueno, supongo que no podía esperar otra cosa con los padres que tienen –rió ella recordando la sencilla ceremonia de Sasuke y Naruto, mientras que Gaara simplemente llegó a Suna con Sai anunciando que estaba esperando un hijo del moreno y se casaron casi de inmediato-. Cuídense, chicos.

 

Ambos llegaron a Ichiraku, donde se encontraron a su Hokage comiendo alegremente.

-Otou-chan –llamó Shizui-, ¿no deberías estar trabajando?

-Jejeje, se supone, pero cuando estoy preocupado me da hambre, así que me di una escapadita –sonrió

-¿Acaso ocurrió algo? –preguntó Yuuzuki

Naruto no quería preocuparlos, lucían tan felices y relajados que no iba a arruinarlo con sus presentimientos.

-No realmente –siguió comiendo-. ¿Me acompañan? Yo invito, claro.

Tomaron asiento a su lado y cada uno pidió un tazón.

-Y dime, Yuuzuki, ¿mi hijo te ha tratado bien?

-Claro que sí, Shi-chan es muy dulce conmigo.

-Más le vale –desordenó el cabello del azabache-, si no lo castigo. Ah, sí, cuando lo veas con el ceño fruncido y apretando los puños te recomiendo que tengas cuidado porque se pone igual de agresivo que su teme Otou-san.

-Eso no es cierto –se quejó el ojiazul menor

-Al menos soy más responsable que cierto Hokage que debería estar en estos momentos en su oficina.

Naruto respingó. Un molesto Sasuke con los brazos cruzados se encontraba de pie a sus espaldas.

-Eh... Hola, Sasuke, jejeje –sonrió nervioso-. Qué sorpresa verte aquí.

-Shikamaru me envió a buscarte; no eres el único que está saturado de trabajo, dobe.

-Sólo tomaba un pequeño descanso –suspiró-. La verdad no esperaba que me encontraras tan pronto.

-Eres demasiado predecible, usuratonkachi. Además, sabes que no importa si vas hasta el fin del mundo, terminaré encontrándote.

El rubio sonrió por el comentario, luego miró a los menores.

-Aquí dejo el dinero de la cuenta, chicos. Vayan a visitarnos más seguido, ¿de acuerdo? ¡Que vivimos bastante cerca!

-Por supuesto, Naruto-san.

-No vayas a ser muy rudo con él, Otou-san –pidió Shizui

-Aunque quisiera no puedo –bufó-. Le juré lealtad como Ninja y devoción como esposo.

-Te tengo dominado, teme, jajajajaja.

Dejó de reír al ver el ceño fruncido de su pareja y mejor fingió toser.

-Nos vemos, chicos –dijo el ojinegro jalando del brazo al Hokage, quien bajo las miradas curiosas de los aldeanos iba alegando que lo soltara

-Qué pareja tan peculiar –dijo el ojiverde-. No nos parecemos mucho a ellos.

-No –sonrió-, pero hay un par que sí lo hace –concluyó recordando a su hermano pelirrojo y a cierto compañero de equipo que éste tenía

 

En otra parte Miku se encontraba combatiendo con su compañero Akimichi Yuichi mientras su mejor amiga, Hyuuga Madoka, los miraba sentada bajo un árbol y sacando comida de una canasta.

-A almorzar, chicos -los llamó-. Tómense un descanso.

-Por fin –dijo él-. ¿Estás segura de esto, Miku? Yo creo que tus hermanos serían más útiles en ayudarte a entrenar para los exámenes Anbu.

-Tanto Shi-chan aniki como Fu-chan están ocupados –explicó mientras caminaban hacia su amiga

-Puedes pedirle ayuda a Yuuzuki-san –sugirió la Hyuuga mientras se sentaban a su lado

-Sí, lo he pensado –miró a su amigo y le sonrió-, pero Yuichi conoce todos mis movimientos, por eso pensé que me ayudaría mucho para planear nuevas estrategias.

El chico se sonrojó levemente.

-¿O estoy siendo una molestia? –preguntó, preocupada

-¡Claro que no! Al contrario.

La miró fijamente y justo cuando iba a decirle algo más la vio levantarse y sacar varios kunais.

-¡Sal de ahí!

Los lanzó hacia unos arbustos de los cuales salió una sombra que los esquivó con facilidad.

-¿Enemigo? –se levantaron los otros dos

A una velocidad sorprendente el desconocido atacó a Miku, la tomó desprevenida acorralándola contra un árbol.

-Nunca debes bajar la guardia, Miku-chan –le dijo

Tenía la cara cubierta, pero dejaba al descubierto la banda Ninja de la aldea de Suna.

-¿Ah, sí? –sonrió de medio lado- Deberías seguir tu propio consejo –apretó el puño-. ¡Chidori!

Él saltó hacia atrás, pero recibió un poco del ataque en su brazo izquierdo el cual sobó.

-Auch, no tienes por qué ser tan violenta conmigo.

-Eso te mereces por llegar así de improviso, Hayate baka.

Yuichi arrugó el ceño. El visitante se descubrió dejando ver su negro y algo largo cabello así como sus ojos verdes aguamarina. Era abaku no Hayate, el primogénito de Sai y Gaara, hermano mayor de Yuuzuki y, luego de mucho esfuerzo, actual novio de Miku. A paso lento se paró frente a la chica e hizo una reverencia sonriendo con galantería.

-Mis disculpas, Miku-chan. Es sólo que quería sorprenderte y creo que lo logré, jajaja.

-T-Tanto tiempo sin verte, Hayate-san.

-Sí, lo mismo digo, Madoka-chan, me alegra verte tan bien. A ti también, Yuichi-kun.

-Hum –lo miró de forma asesina

El moreno sonrió levemente; sabía la razón del por qué no le agradaba al chico, pero no podía hacer nada para remediarlo. Después de todo, él en su momento dio su mayor esfuerzo para que Miku le correspondiera.

-¿Ya fuiste a ver a Hokage-sama?

-Sí, pero no estaba en su oficina, de modo que me reporté con Shikamaru Oji-san.

-¿Te quedas a almorzar con n-nosotros?

-Gracias, pero no quiero ser una molestia –sonrió-. Iré a ver a mi otouto. Hasta luego.

Miku lo vio alejarse. Debido a su fuerte carácter muchas veces Hayate prefería darle su espacio para no incomodarla ni presionarla.

-Deberías ir con él –sugirió Yuichi al verla indecisa-. Anda, luego terminamos la práctica.

-Sí, gracias –le sonrió y se fue

-Eres muy amable, Yuichi-kun.

-Ni tanto –mordió una bola de arroz que la chica le dio-. No lo hago por el tonto de Hayate, sino porque no me gusta ver confundida a Miku.

 

El recién llegado iba a paso lento admirando los alrededores. Se detuvo sonriendo cuando escuchó a alguien persiguiéndolo.

-Qué saludo tan simple –sintió que lo abrazaron por detrás-. Eres tan poco romántico, Hayate.

-Creí que no te gustaría que hiciera algo así delante de tus amigos.

Se dio la vuelta y le acarició la mejilla con ternura.

-Un momento –entrecerró ella los ojos-, ¿te dejaste crecer el cabello?

-Sí –contestó con orgullo-. Muchas kunoichis de mi aldea dijeron que seguro me miraría genial con el cabello largo. ¿Te gusta?

-No –respondió, molesta-. Se ve horrible.

El Sabaku sonrió. Ver a su novia celosa lo hacía sentir inmensamente feliz y mucho más seguro de sus sentimientos.

-Bueno, entonces prometo que me lo cortaré antes de la boda.

La sujetó del mentón e inclinó su cabeza hacia la de ella. Miró con regocijo cómo se sonrojaba levemente, gesto que seguía haciendo a pesar del tiempo que llevaban juntos.

-Te extrañé mucho, Miku-chan –besó su mejilla

-Obvio –desvió la cara-, si soy irresistible.

-Lo sé.

 

Shizui y Yuuzuki habían decidido ir por Itachi a la Academia, de modo que ahora los tres comían helados sentados en una banca.

-Delicioso –decía el menor-. Yuu nii, ¿quieres?

-Sí, a cambio te doy del mío.

El azabache sintió un chakra muy conocido y segundos después el grito se lo confirmó.

-¡¡Shizu!!

-¡Haya...!

No terminó de hablar porque de una patada el pelinegro lo había aventado al piso y ahora abrazaba al ojiverde.

-¡Yuu-chan! –restregaba su mejilla con la de él- ¡Onii-san te hay extrañado mucho, mucho! ¿Cómo estás?, ¿has comido bien?

-Claro que sí, nii-san, pero me estás lastimando.

-Ah, disculpa –aflojó el agarre, aunque no lo soltó-. Hola, Ita-chibi.

-¡Ya no soy chibi! –protestó- ¡Seguramente voy a ser tan alto como Otou-san, jajajaja!

-Shi-chan aniki, ¿estás bien? –preguntó Miku ayudándolo a levantarse

-Eso creo –se sobó la cabeza-. Supongo que todavía no me perdona por haber traído aquí a su otouto.

-Juro que estoy trabajando en ello –sonrió el moreno-. Sabes que te quiero, Shizu, eres mi mejor amigo, pero como cuñado todavía no te soporto.

-Suena sencillo cuando lo dices así.

 

Más tarde en la mansión Uchiha y con los hermanos preparando la cena, Miku ponía al tanto de la situación al pelirrojo de ojos azules, quien acababa de llegar.

-¿Hayate vino? –repitió Fumiya- Con razón me pareció sentir su chakra.

-Sí, dijo que va a permanecer aquí hasta el día de la boda –respondió Miku

-¿Dónde va a quedarse?

-Jajaja, eso fue tan gracioso –reía Itachi-. Primero fue a decirle a Otou-chan si se podía quedar con nosotros, pero antes de que él le contestara, Otou-san se negó rotundamente alegando que se parecía demasiado a Sai Oji-san y que no lo quería en la misma casa que nee-chan.

-Otou-san exagera –bufó la chica-. Antes de que él me hiciera algo yo le pegaría un puñetazo.

-Luego sugirió quedarse con aniki y Yuu nii –continuó el rubio-, pero aniki dijo que seguro por la noche intentaría asesinarlo para llevarse a Yuu nii de vuelta a Suna.

-¿Y entonces?

-Shiro-san le ofreció su casa, pero Hayate contestó que no quería terminar en un trío con él y Kai-senpai –dijo ella con pena-, así que terminó en casa de Rika-chan y sus tíos.

-Supongo que debes estar feliz, nee-san.

Ella volvió a sonrojarse levemente y sonrió. Para qué negarlo, de verdad quería al Ninja más popular y desesperante de toda Suna.

 

 

~~~~~~~~~~ MEMORIAS DE FAMILIA ~~~~~~~~~~

 

***** MEMORIA V *****

 

Miku (15 años) junto con todo su equipo había llegado a Suna para entregar un mensaje al Kazekage. En la entrada de la aldea fueron recibidos por Yuuzuki (16 años).

-Bienvenidos, los estábamos esperando.

La azabache lo observaba con ansiedad, pero debía controlarse pues estaba en medio de una misión.

-Adelante, Miku-chan –le dijo su sensei Lee-. ¡Demuestra tu poder de juventud!

Ella asintió y sin esperar más se lanzó encima del pelirrojo.

-¡Yuu-chan!

-Jejeje, hola, Mi-chan. Me da gusto verte.

-Lo mismo digo –lo soltó-. Tenemos tanto de qué hablar.

Madoka (15 años) sonreía ante la escena, igual que Yuichi (15 años).

-Lo siento, Miku –dijo éste-, pero primero hay que acabar la misión.

-Sí, tienes razón –recordó, sonriendo-. Vamos.

 

El ojiverde los llevó hasta la oficina de su líder, quien los recibió con agrado.

-¡Hola, Gaara-san! ¡Es un placer verlo en tan buen estado!

-Gracias, Lee –sonrió a su amigo-, lo mismo digo –miró a los chicos-. Si gustan vayan a recorrer la aldea, cualquier cosa pueden preguntarle a Yuuzuki.

-¡Sí!

 

Los cuatro menores salieron de la oficina. Madoka y Yuichi iban muy entretenidos porque era la primera vez que visitaban Suna. A cierta distancia Miku pudo ver a un grupo de genin y chuunin (chicos y chicas) bastante emocionados, de modo que se acercó con curiosidad para saber qué pasaba.

-Y esa es la mejor forma de lanzar un kunai.

-Ohhh –exclamaron todos

-Es todo por hoy, pueden retirarse.

-Muchas gracias, Hayate-sama.

-¡Kyaaa! ¡Hayate-san es genial!

-Y tan atractivo.

Miku observó como varias kunoichis, sonrojadas y coquetas, rodeaban a Sabaku no Hayate (19 años), el formidable primogénito del Kazekage, y comenzaban a adularlo.

-Como siempre sus lecciones son tan interesantes.

-Ya que terminó, ¿por qué no nos acompaña a comer?

-<<Idiota –pensó la pelinegra con molestia-, ¿qué no ve que se le están insinuando? Bueno, a mí no debería importarme, él es libre de hacer lo que quiera>>

-Hayate-sama –llamó un niño-, ¿cree que un día pueda ser tan fuerte como usted?

-Claro que sí –se agachó a su altura y sonrió-. Sólo debes tener el coraje y la fuerza de voluntad necesarios, entonces verás que cualquier cosa que desees se hará realidad. Lo más importante es nunca rendirse.

 

La morena se sonrojó. Rara vez veía al Sabaku en aquella actitud tan madura y confiable, casi siempre salía con sus tonterías. Pero la verdad es que era alguien digno de admiración.

-Hace mucho que mi nii-san se ganó el respeto de los aldeanos –comentó Yuuzuki llegando detrás de ella-, por eso pidieron a Otou-chan que lo convenciera para darles algunas lecciones siempre que tuviera tiempo libre.

-Se nota que es bastante popular.

-Así es, pero él no es consciente de ello, o al menos no le interesa –sonrió-. Nii-san sólo persigue lo que de verdad quiere.

-¡¡Miku-chan!!

En segundos el pelinegro había corrido hacia ella y la tenía entre sus brazos restregándole su mejilla.

-No sabía que ya estabas aquí.

-Auch, baka, suéltame –intentaba zafarse

-Estás mucho más hermosa que la última vez que te vi.

Tal comentario la hizo sonrojarse levemente, cosa que su cuñado notó. Las demás kunoichis la miraban con envidia mal contenida.

-Disculpe, Hayate-sama, ¿quién es... ella?

-Sí, parece tenerle... mucha confianza.

A la aludida no le gustó el tono tan despectivo que usaron. Hayate se separó de la chica y la tomó de la mano, sonriendo con felicidad.

-Es Uchiha Miku, quien un día será mi esposa.

-¡¿Qué?!

-¡En tus sueños, estúpido! –le soltó un puñetazo en la cara

Yuuzuki rió. No estaba seguro si las chicas gritaron por escuchar su nombre o por la declaración de su hermano. Lo bueno es que con esa información, por más que quisieran, nunca le dirían nada a la ojinegra. Los nombres de ella y su familia ya eran leyenda.

 

Todas las chicas se marcharon desilusionadas. Los otros tres regresaron con los compañeros de Miku.

-Ho-Hola, Hayate-san –saludó Madoka con timidez

-Qué tal, Madoka-chan. Ya te he dicho que no muerdo.

-Pero más vale prevenir –murmuró Yuichi enojado, y es que veía como él todavía sujetaba la mano de Miku

-Oye, ya suéltame –reclamó ella-. No es como si me fuera a perder.

-No, lo que me preocupa es que alguien te quiera robar.

 

Los acompañó durante todo el paseo. Yuuzuki miraba con satisfacción lo feliz que lucía su hermano mayor a lado de su cuñada, aunque ella cada vez estaba perdiendo más la paciencia por sus acosos e indirectas. Madoka sentía pena por Yuichi, pues sabía bien de los sentimientos de éste para con su amiga y seguro la forma en que Hayate la trataba le molestaba mucho.

 

Aquella noche decidieron pasarla en Suna para reponer energías. Despertaron muy temprano a la mañana siguiente para partir cuanto antes.

-Me hubiera gustado que se quedaran un poco más –dijo Yuuzuki

-Sí, pero el deber nos llama –contestó la morena

-Kazekage-sama se disculpa por no poder despedirlos –explicó Sai y sonrió, mirando a la chica-. De mi parte saluda a Naruto y dale un golpe al bastardo, por favor.

-¡Otou-san! –regañó su hijo- Te recuerdo que Sasuke-san es mi suegro.

-Gracias por su hospitalidad –Madoka y Yuichi hicieron una reverencia

-¡Muy bien, chicos! –gritó Lee alzando el puño- ¡Hagamos una carrera para regresar a nuestra amada Konoha!

-Ni hablar –replicaron Yuichi y Miku, la Hyuuga sólo suspiró

Miku miró hacia la aldea, pero no vio señales de la persona que estaba esperando.

-¿Sucede algo? –le preguntó su amigo

-Lo siento, ya vámonos.

Comenzaron a andar cuando oyeron a alguien acercarse a toda velocidad.

-¡Miku-chan!

Hayate se detuvo para recobrar el aliento. La ojinegra le pidió un poco de tiempo a su sensei porque necesitaba decirle algo importante.

-Menos mal –dijo aliviado el chico-, creí que no te alcanzaría.

-Oye –lo miró-... ¿Sabes? –sonrió- Al final, creo que sí me gustaría ser tu novia.

-¿Eh?

-Nos vemos luego, Hayate baka.

Alcanzó a su equipo para volver a retomar el camino mientras que el pelinegro todavía no salía de su estupefacción.

-Haya-kun –llamó su padre-, ¿qué te pasa?

-Yo... Entonces –sonrió radiante y gritó-... ¡Miku-chan! ¡¿Eso quiere decir que por fin aceptaste mi propuesta?!

 

-¿Y ahora qué tanto grita ése loco? –preguntaba Yuichi

-Miku-chan –llamó Madoka al ver la sonrisa de su amiga, y, más importante, el lindo sonrojo que adornaba sus mejillas

-Después te cuento –fue todo lo que contestó, y luego pensó con gracia- <<Las caras de Otou-san y Shi-chan aniki van a ser tan divertidas>>

 

~~~~~~~~~~ MEMORIAS DE FAMILIA, END ~~~~~~~~~~

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Jejejeje, qué directa es Mi-chan cuando se decide XD Y hoy sólo una memoria porque es demasiado larga, que por cierto la otra memoria de ellos dos es más o menos con la misma extensión. Les adelanto que en el siguiente se tratará de... ¡Fumiya y Kazuomi! La pareja con la que, en lo personal, más me divierto al escribir sus peripecias XD Como siempre saben que esperaré sus reviews con saludos, felicitaciones, quejas, sugerencias, pedradas, cebollazos, flores, amenazas, jitomatazos, bombas y demás. Ya subí el final de Cosas de familia, por si gustan pasar a chocarlo, y la próxima semana les traigo uno de los tres oneshot que tengo, ¿cuál quieren primero?, ¿itadei?, ¿kakairu?, o ¿sasunaru y saigaara? (Kyuu: Ese es más largo y vienen las dos parejas). Sin más me despido por hoy y nos leemos dentro de dos semanas con este fic. Se me cuidan mucho y bye byeee!!


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