CAPÍTULO 6: EMBOSCADA
Taname y Arashi llegaron a un pequeño poblado destruido, casas se incendiaban, había heridos y muertos tirados por doquier.
-Llegamos tarde -dijo Taname, furioso
-Esto es horrible -añadió Arashi-. Debemos avisar al Raikage.
-Sí... Un momento, mira esto -señaló varias huellas-. Se están desplazando a gran velocidad. Parece que...
-Se dirigen a Konoha, justo como sospechábamos.
-Un mensaje con alguna invocación no llegará a tiempo. Tú ve con el pequeño a informar al Raikage, yo me dirigiré a Konoha. Con un poco de suerte tal vez logre alcanzarlos.
-Ten mucho cuidado.
Taname sonrió. Besó su mejilla y acarició la cabecita del bebé que Arashi cargaba en su espalda.
-Ustedes también. Diles que hay que conseguir el antídoto a tiempo.
Taro y Midori ya se encontraban en su lugar de reunión cuando vieron llegar a Kazuomi y Fumiya.
-Buenos días, chicos -saludó el de ojos amatistas
-Buenos días -contestaron ambos
-Entonces deduzco que ya son pareja -señaló la chica
Ambos, apenados pero felices, asintieron.
-¡Felicidades, chicos! ¡Eso es amor de juventud!
-Taro, ¿no te molesta que esté con tu mejor amigo?
-Por supuesto que no -rió-. Si ya sabía yo que terminarías domándolo, jajajaja.
-Taro -lo miró con ilusión-, ¡gracias!
-¡No te preocupes, Kazuomi-kun! -lo abrazó y alzó un puño al cielo- ¡Yo me encargaré de proteger su amor!
Fumiya suspiró resignado mientras los veía reírse como locos.
-De esos dos ya nada me extraña -murmuró
-A mí me sorprende que no estés molesto porque estén así de abrazados -comentó Midori
-Sencillo -sonrió mirando al par que ahora canturreaba feliz de la vida-, confío plenamente en ambos. Bueno, ya me voy.
-¿Eh? Creía que vendrías a la misión con nosotros, Fumiya-kun.
-No, sólo acompañé a ése torpe. Hey -llamó a los chicos-, ya me voy.
-Hasta luego, Fumiya-kun.
-Cuídate, amigo.
-No les causes problemas, Kakzu-chan.
-¡Pensé que ya no me llamarías así, Bakamiya! -reclamó enojado
-Sigue soñando -dio media vuelta y se alejó para reportarse con los Anbu, dejando a su furioso novio despotricando en su contra
-Lamento el retraso -llegó Neji-. ¿Qué pasa?
-Nuestra parejita ya es oficial, sensei -contestó su alumna
El Hyuuga no se sorprendió. Para él, que presenció la evolución de la relación entre Sasuke y Naruto, aquello era algo que sabía iba a ocurrir tarde o temprano.
Los cuatro se pusieron en marcha para ir a cumplir su misión, aunque Kazuomi se quedó un poco atrás.
-Date prisa -lo llamó la pelirosa
-Midori-chan -la miró con aflicción-, ¿estás enojada conmigo por...?
-Olvídate de eso, sólo quiero que lo hagas feliz, o de lo contrario aunque seas mi amigo, te golpearé -amenazó
-Prometo que lo intentaré.
-Hola, Tsubame.
-Buenos días, Yuuzuki-kun.
El pelirrojo acababa de toparse con la joven esposa de Hyuuga Hiroki.
-Jejeje, se siente raro que me llames así puesto que soy más chico que tú.
-Lo sé, pero eres el hijo de Kazekage-sama. ¿Estás solo?
-Sí. Shi-chan se fue de misión con su equipo igual que Mi-chan, y mi nii-san iba a practicar con Shiro nii-san y Kai-san. ¿Qué hay de ti?
-Quería dar un paseo -suspiró-. Hiroki exagera y no le gusta mucho que salga yo sola.
-Sólo se preocupa por ti y el bebé. ¿Puedo acompañarte?
-Claro.
-¿Qué le ocurre, sensei? -preguntó Kuon
-No es nada, lo siento -se disculpó Shizui
Él y su equipo se encontraban en un pueblo cercano entregando un paquete.
-Andando, chicos. Démonos prisa para volver rápido a la aldea.
-¡Sí!
-<<No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento>>
-¿Mandó llamarme, Naruto-sensei?
Yashiro se encontraba en la oficina del Hokage esperando indicaciones.
-Sí -contestó el rubio-. Quiero que te mantengas vigilando la Academia Ninja.
-Entendido. Sensei... ¿debemos preocuparnos?
-Me temo que sí -suspiró
Shikamaru miró al Rokudaime. Hacía mucho que no tenía esa expresión tan afligida y por ello el pelinegro sabía que la situación, aunque de momento sólo fuera un presentimiento, sería crítica.
Sasuke junto con una tropa Anbu patrullaban los límites de la aldea. Desde días atrás notaba a Naruto como si esperara que algo ocurriera y prueba de ello era que Takuma e Izumi se encontraban ahí con él cuando nunca antes habían accedido a someterse bajo sus órdenes.
-Sasuke-san.
Ahí se encontraba su hijo pelirrojo también con su uniforme y máscara Anbu. Siempre que estaban trabajando lo llamaba por su nombre, marcando los límites entre el trabajo y la familia.
-¿Qué sucede?
-Puedo sentir que se están acercando.
El Uchiha cerró los ojos concentrándose. Fumiya tenía razón, decenas de chakras se acercaban a toda velocidad.
-¡Prepárense!
Se escucharon explosiones por todas partes. Inmediatamente los chuunin y jounin que se encontraban dentro de la aldea comenzaron a evacuar a los civiles.
-¿Qué rayos está pasando? -preguntó Hayate
-Vamos -ordenó Shiro a él y a Kai
Muchos shinobi vestidos totalmente de negro lograron traspasar la entrada y comenzaron a lanzar a todo el que veían una especie de agujas que el cuerpo absorbía rápidamente.
-¡Cuidado!
Yuuzuki y Tsubame se lanzaron para proteger a varias familias que intentaban refugiarse. El pelirrojo comenzó a pelear con lo enemigos.
-¡Ay! -la chica cayó al suelo
-¡Tsubame!
Él se colocó frente a ella para protegerla.
-Esas agujas parecen tener... un fuerte veneno...
La vista del ojiverde se nubló un poco, pero apretó sus shuriken con fuerza. Al parecer a él también le habían clavado esas agujas.
-Resiste -le dijo a su amiga-, enseguida te llevaré con un médico.
-Vayan por el pergamino -ordenó un hombre de cabello blanco y ojos grises
-¡Sí! -respondieron varios de sus subordinados
Él volteó a ver a otro grupo de ninjas.
-Nosotros iremos a su Academia Ninja. Veamos qué tan obstinados se mantienen cuando vean a sus niños muriéndose.
-Shikamaru -llamó Naruto levantándose de su escritorio-, ve y ayuda en la evacuación.
-Ellos vienen hacia acá, Naruto.
-Yo me encargaré de proteger este lugar, pero necesito que ayudes a la gente indefensa.
-... Como digas -se marchó no muy convencido
El ojiazul se quitó la gabardina. Una de las paredes explotó y al menos unos 20 enemigos entraron a su oficina.
-¡Entréganos el pergamino prohibido del dragón!
El Hokage los miró con su modo ermitaño ya activado.
-¿Por eso están atacando nuestra aldea? -apretó un puño- Vengan por él si eso desean.
Hiroshi, Hiroki, Rika, Kenta y Yukina estaban combatiendo a los enemigos en otra parte de la aldea.
-¡No dejen que las agujas los toquen! -oyeron un grito
-¡Tou-chan! -dijo Yukina
Chouji llegó con ellos cargando en su espalda a Ino quien estaba inconsciente y pálida.
-¿Qué le pasó a Kaa-chan?
-Fueron esas agujas, parecen estar envenenadas.
Hiroki abrió los ojos con preocupación y miró a su hermano.
-Cúbreme. Debo encontrar a Tsubame.
-Por supuesto, ve.
Neji y su equipo estaban a poca distancia de la aldea cuando oyeron las explosiones, de modo que regresaron inmediatamente y ahora se encontraban peleando en el bosque.
-Ustedes sí que son escurridizos -dijo un Ninja-. Han podido evadir nuestros ataques.
-Manténganse atentos -previno Neji
Les lanzaron más agujas. Kazuomi utilizó sus armas para bloquearlas y varias de ellas rebotaron contra uno de los enemigos.
-¡Aaarrggg! -gritó
-Debe ser veneno -señaló Taro
Midori se percató de que en cuestión de segundos las agujas clavadas se hundieron en la piel de aquél sujeto entrando en su sistema.
-Es muy tarde para ustedes -dijo otro enemigo-. Su querida aldea debe estar por caer.
Volvieron a atacarlos. Taro, Kazuomi y Neji esquivaron las agujas, pero la pelirosa se lanzó directamente al enemigo.
-¡¡Midori!!
Más de diez agujas se clavaron en su cuerpo y cayó al suelo. Los otros tres, sorprendidos y molestos, contraatacaron con fuerza.
-¡A un lado!
Kazuomi concentró en su puño derecho su chakra tipo rayo de manera similar al chidori, pero lo que hizo fue golpear el suelo con fuerza y de él salieron los rayos como si fueran cuchillas que atacaron directamente a sus oponentes desde abajo. Taro y Neji se encargaron de rematarlos mientras el castaño, con la mano quemada y sangrando, corría hacia su compañera.
-¡Midori-chan!
La volteó, viendo la expresión de dolor que tenía en la cara.
-¿Por qué hiciste eso? -le preguntó
-Porque... necesitamos esto -abrió su mano izquierda, mostrándole una aguja-... Desaparecen casi al instante... con esto podremos saber qué veneno es... y buscar un antídoto...
-Debemos ir a la aldea -ordenó Neji cargando a su alumna-. Seguramente hay muchos heridos.
-Entregue esto a Tsunade-sama -el chico le dio la aguja-. Fue por ello que Midori-chan se dejó herir.
-Claro. La llevaré con su madre, ustedes ayuden a los demás y tengan mucho cuidado.
Donde había más caos era en la Academia Ninja. Intentado proteger a los alumnos, la mayoría de los profesores ya estaban heridos. Yashiro, con ayuda de Kakashi e Itachi, había logrado detener a la mayoría de los atacantes, pero el peligris ya estaba tirado junto a Iruka debido al veneno, mientras que no sabía dónde se había ido el hijo de su sensei.
-Yashiro Oji-san...
La razón por la que él no se había movido ni para esquivar más ataques a pesar de ya no ver bien era porque tras él estaban Hotaru y Takashi.
-Raizou-sama -llamó un Ninja al que parecía ser el líder, un alto hombre de cabello blanco-, tenemos un pequeño problema en el salón del fondo.
-Enseguida voy -miró a Yashiro-. De todos modos éste se encuentra en su límite.
Se marcharon de esa habitación. El Anbu se dejó caer de rodillas al suelo.
-Lo lamento, niños -les sonrió débilmente-... creo que... ya no puedo... –y se desmayó
En el último salón había muchos niños pequeños asustados abrazándose unos a otros. Afuera de él Itachi defendía la puerta intentando proteger a sus compañeros.
-Eres demasiado hábil para todavía no ser un Ninja -llegó diciendo el líder-. Has resistido mucho.
Señaló donde habían diez de sus hombres tirados en el piso mientras Itachi, respirando agitadamente, se mantenía en pie frente a la puerta.
-No dejaré que los dañen -afirmó el rubio con decisión
-Atáquenlo -ordenó Raizou a cuatro de sus acompañantes
-¡Sharingan!
Gracias a su técnica de línea sucesoria pudo esquivar los ataques. Vio que otros dos se dirigían a la puerta del salón, de modo que usó sus clones para detenerlos, provocando que varias agujas se le clavaran en el cuerpo.
-Vaya, vaya, un Uchiha -sonrió el líder-. Veamos si puedes con esto.
Lanzó un sello explosivo destruyendo la pared. Los enemigos lanzaron las agujas a los niños, de modo que Itachi hizo aparecer más clones para que ellos las recibieran todas.
-Interesante, niño, pero te olvidas de algo.
Sus clones desaparecieron. El Sharingan se desvaneció de sus ojos negros y se llevó una mano al pecho respirando entrecortadamente.
-El daño que ellos reciban lo absorberás tú. Pero ya que fuiste tan valiente me encargaré de que tu agonía termine aquí. Sólo un poco de veneno más y morirás enseguida.
Arrojó decenas de agujas mientras Itachi caía de espaldas, pero antes de que lo golpearan, un cuerpo lo protegió. Se trataba de un Anbu alto, de cabello azabache, usando una máscara de lobo e irradiaba un chakra siniestro. El atacante pudo vislumbrar, a pesar de la máscara, un par de ojos rojos.
-Él debe ser... ¡Retirada! -gritó huyendo
A una velocidad sorprendente y de un solo golpe, Sasuke detuvo a uno de los enemigos.
-Ni creas que te dejaré huir -siseó, con su otro brazo sostenía al niño-. Tú vienes conmigo, y si algo le pasa a mi hijo, sufrirás tanto que desearás nunca haber nacido.
~~~~~~~~~~ MEMORIAS DE FAMILIA ~~~~~~~~~~
***** MEMORIA X *****
A veces ser el hijo menor era una carga muy pesada. No sólo te comparaban con tus hermanos mayores, sino que de alguna forma la gente alrededor insinuaba que debías superarlos, no cometer sus mismos errores y muchas cosas más. Al menos eso es lo que le decían a Itachi (6 años).
El niño tenía una semana de haber ingresado a la Academia Ninja y de inmediato llamó la atención de los demás. Y cómo no hacerlo si se trataba del miembro más joven del clan Uchiha Namikaze-Uzumaki, llevaba sangre del Rokudaime Hokage y del capitán de la fuerza Anbu. Ni qué decir de sus hermanos: Shizui (15 años), Miku (12 años) y Fumiya (10 años), los tres muy jóvenes pero sumamente talentosos, halagados por las sorprendentes habilidades que tenían.
-Oye, Uchiha -llamó un niño-, ¿eres tan bueno como tus hermanos?
-Lo dudo -dijo otro-. No parece ser tan increíble como Shizui-sama.
-Ni como Fumiya-kun -intervino otra niña-. Ya es chuunin y todos lo consideran un genio.
-Y también Miku-san es genial.
-¿Ya acabaron? -preguntó el rubio, bostezando- Bueno, me voy, muero de hambre.
-¡Itachi! -llamaron unos niños de su clase- Vamos a jugar, ¿vienes?
-¡Claro que sí! -se fue corriendo hacia ellos
La razón por la que lo cuestionaban tanto era debido a su carácter tan bromista y despreocupado, no le gustaba complicarse la vida ni destacaba de sus demás compañeros. A decir verdad todos esperaban que hiciera una gran demostración de técnicas Ninja o algo así, pero hasta el momento no había ocurrido nada de eso.
-Ita-chan -llamó Lena (7 años)-, oí lo que te dijeron esos niños.
-Ahh, sí. Sólo ignóralos.
-¿Está bien? -preguntó Kyoko (8 años)- Si quieres entre los tres los golpeamos. Incluso puedo pedirle a Tsubame nee-chan que utilice sus insectos para darles una lección.
-Jajajaja, suena divertido, pero no es necesario -sonrió a sus amigas
Es que ellas ni nadie sabían de la conversación que tuvo con sus padres antes de que comenzara a ir a clases.
Fue el día previo a ingresar a la Academia. Sólo Naruto, Sasuke e Itachi se encontraban en casa, los otros niños estaban de misión.
-Ita-chan -llamó el ojiazul-, queremos hablar contigo.
-Juro que yo no lo hice, Otou-chan.
-Ehem, no, ya veremos luego qué travesura hiciste ahora -intervino Sasuke-, pero es otro tema el que trataremos.
-Mañana empezarás en la Academia Ninja, ¿cómo te sientes?
-¡Muy emocionado! ¡Estoy seguro que será divertido!
-Así será, hijo.
-Itachi -el moreno lo miró seriamente-, es casi seguro que todos tendrán grandes expectativas sobre ti, querrán ver que tengas un nivel similar al de tus hermanos, pero aún eres un niño y no deseamos que te dejes presionar por sus palabras.
-Nosotros queremos verte avanzar a tu ritmo -continuó Naruto-. Jamás te pediremos que seas perfecto porque nadie lo es. Lo único que deseamos es que nunca te rindas y siempre des tu máximo esfuerzo, Ita-chan.
-Así que ya sabes, cualquier cosa que un niño idiota te diga, sólo ignóralo.
-¡Teme! -regañó su esposo
-Es la verdad.
El pequeño rubio sonrió.
-De acuerdo, Otou-san, Otou-chan. Entonces, ¿puedo seguir haciendo travesuras y esas cosas?
-Mientras no te excedas como cierto dobe en su época no hay problema.
-Grr, Uchiha bastardo, no sé por qué me casé contigo -lo ignoró para ver a su hijo a quien sonrió-. Nosotros confiamos en ti, después de todo, ¡eres Uchiha Itachi! Tienes el mismo nombre y los mismos ojos que aquél excelente shinobi.
Sasuke sonrió con melancolía a la mención del recuerdo de su querido hermano, luego le desordenó el cabello al niño.
-Y no nos olvidemos de tu Sharingan, hijo.
-¡Sí!
-¿Ita-chan?
Kyoto y Lena lo miraron con confusión por la expresión tan rara que tenía el ojinegro.
-Jajaja, lo siento -soltó una carcajada-. Sólo recordé algo.
Porque aquél también era un secreto que sólo conocían él y sus padres: su Sharingan era más poderoso que el de sus hermanos mayores. No le gustaba presumir, así que algún día habría una oportunidad para que los demás vieran en acción de lo que estaba hecho.
***** MEMORIA XI *****
Naruto tenía cuatro meses de embarazo. Estaba agradecido por no sufrir síntomas como los vómitos y cambios de humor. En cambio había uno que, en opinión de su azabache pareja, era horrible.
-Sasuke... -llamó a mitad de la noche
-¿Mm? -gruñó adormilado
-Oye, teme, tengo ganas de ramen.
-La Hokage dijo que sólo podías comer un tazón diario -le recordó para seguir descansando
-Pero se me antoja -hizo un puchero-. Bueno, si quieres que tu hijo nazca con cara de fideo luego no te quejes.
De mala gana el Uchiha se puso de pie, bostezando.
-Te traeré tu maldito ramen, espera unos minutos.
-¡Gracias! Ah, y ya que vas a la cocina tráenos un vaso de leche con miel, unos panes tostados con mayonesa y trozos de sandia encima, un plato del guisado de ayer y una botella de chocolate líquido.
El moreno ni siquiera quiso preguntar qué tenía que ver el chocolate con todo lo que le pidió. Se limitó a ir y traer todo lo que el rubio quería. Bufó con fastidio, todavía le quedaban cinco meses más de esa tortura.
-Oye, Sasuke, ¿qué haces?
Hacía una semana que tanto Naruto como su recién nacido Shizui habían sido dados de alta del hospital. El azabache se encontraba sentado en el corredor que daba al jardín con el bebé dormido tranquilamente entre sus brazos. El ojiazul había hecho la pregunta porque notó que su esposo llevaba rato mirando fijamente al pequeño.
-Nada -contestó-. Sólo pensaba que valió la pena cumplir con todos tus raros antojos.
-¿Eh?, ¿por qué lo dices? -se sentó a su lado
-Fácil, porque nuestro hijo es muy lindo -le acarició su cabecita- y estoy seguro que se volverá un chico muy atractivo.
Definitivamente si tenían más hijos (y claro que los tendrían, estaba más que decidido), Sasuke iba a asegurarse de que ninguno naciera con cara de ramen.
~~~~~~~~~~ MEMORIAS DE FAMILIA, END ~~~~~~~~~~