Eran las nueve y media de la mañana de un acalorado día de verano, en la sala de profesores de la escuela infantil Futaba estaban sentadas nuestras dos protagonistas, Matzusaka y la señorita Yoshinaga, ambas discutían, como no, de hombres:
-Vaya, vaya Yoshinaga...me temo que ningún chico pisa por tu casa desde hace mucho tiempo ¿Eh?-afirmó con cierto retintín la morena.
-Pues como en la tuya ¡ Maldita creída ! –contestó Yoshinaga de malos modos.
En ese momento Matzusaka se asustó, bueno, más bien, se sorprendió, la señorita Yoshinaga nunca la había contestado así. Haciendo un esfuerzo por no decir nada malo se acercó a la profesora, que se encontraba en la silla escondiendo la cabeza entre sus rodillas.
-Midori...¿Te ocurre algo?
La chica asintió y miró fijamente a los ojos de la morena, Yoshinaga tenía un secreto, algo que ha estado ocultando durante mucho tiempo...amaba a Ume Matzusaka más que a todas las cosas de este mundo, claro esta la morena no se percataba de ello nunca pues Yoshinaga guardaba ese secreto a muy buen recaudo, pero ya estaba harta, harta de pasarse las noches llorando, harta de escucharla contar todas sus aventuras con los hombres (por pocos que fueran) pero de lo que más estaba harta era de salir con chicos para esconder lo que sentía por Matzusaka. Debía contárselo.
-No...no nada...-contestó débilmente Yoshinaga
-Vamos...se que algo te pasa Midori, como si no te conociera-Ume cogió de la mano de Yoshinaga consiguiendo que esta se sonrojara.
-No me conoces de nada...Ume-contestó casi en un susurro.
-Claro que te conozco, a pesar de que discutimos siempre me intereso por ti, boba-Matzusaka la dio un beso en la mejilla, un beso cariñoso que hizo que a Yoshinaga se la encendiera todo el cuerpo.
-¿Q-que soy para ti, Matzusaka?-preguntó Midori muy seria. Bajó los pies de la silla donde estaba y la miró a los ojos, esperando alguna reacción de la morena, ésta casi sin inmutarse la contestó.
-Eres la mujer por la que siento una gran envidia
-¿Envidia? ¿De qué?-cuestionó con curiosidad.
-Tu siempre consigues lo que quieres...
-No siempre, ahora mismo quiero algo y no soy capaz de conseguirlo...-sollozó Yoshinaga.
-¿El qué, Midori? ¿Qué es lo único que no consigues?
-¡A ti, Ume Matzusaka! Por más que lo intento no soy capaz de conseguirte...
Matzusaka se sorprendió, jamás espero nada como esto de Yoshinaga, de la chica perfecta, joven y guapa, que podría conseguir a cualquier hombre con solo guiñarle un ojo, de la profesora perfecta, simpática y agradable que se llevaba estupendamente con los niños y a la que todo el mundo quería.
-Mi-midori...-susurró Matzusaka- ¿Por qué a mi? Podrías tener a cualquier chico...
-Te amo...desde el primer día que te vi algo cambió en mi, a pesar de que discutíamos me agradaba estar a tu lado, siempre he pensado que detrás de la borde y arrogante profesora se escondía una mujer tímida y simpática que solo salía con la persona indicada.
-Midori...yo...-no pudo terminar de decir nada, la señorita Yoshinaga la atrajo hacia sí de un tirón y se quedó a escasos centímetros de besarla. Se produjo un silencio en el que ambas estuvieron mirándose a los ojos, Yoshinaga quería perderse en los oscuros ojos de Matzusaka para siempre, quería que solo la miraran a ella. Matzusaka en cambio no podía apartar la mirada, a pesar de que quería, pues esa situación se estaba tornando realmente incómoda, Ume Matzusaka nunca caería ante Yoshinaga y era una promesa que se había hecho desde que ambas empezaron a discutir por tonterías, pero ahora se había roto esa promesa, había caído ante Midori.
-Esto...esto no será bueno...-dijo antes de juntar sus labios con los de la profesora en un cálido y apasionado beso. Midori la cogió de la cintura y profundizó aquel beso tan deseado. Había conseguido su objetivo, conquistar el corazón de Ume Matzusaka.
* * *
Shin-chan, Kazama y Nene estaban apoyados en la ventana, lo habían visto todo, desde la confesión hasta el beso. Saltaron de la repisa de la ventana al arenero y comenzaron a hablar de lo ocurrido:
-Ha sido muy romántico, pero...dos chicas...-dijo Nene con su toque romántico de siempre.
-¡ Dos chicas mola más, más diversión! ¡ A mi padre le encantan dos mujeres así~!-exclamó Shin-chan antes de comenzar a bailar de forma verdaderamente extraña.
Kazama hinchó el pecho y, con la cabeza muy alta, dijo:
-El amor entre dos mujeres según mi madre no es malo, si la gente se quiere da igual que sean hombre o mujer que mujer y mujer...aunque lo natural es el sexo contrario pero...
-El amor no tiene límites-terminó de decir Nene.
El director apareció por allí y los tres amigos se acercaron a él con el propósito de preguntarle sobre lo que habían visto:
-Señor Director...¿Es malo el amor entre dos personas iguales?-preguntó Kazama.
-Iguales...¿En que sentido?-preguntó muy sonriente el director.
-Una chica y otra chica-dijo Nene.
El Director se sorprendió, y algo sonrojado consiguió preguntar el por qué de esa pregunta, los tres chicos le contaron lo sucedido en la sala de profesores y cómo Matzusaka había besado a Yoshinaga, El director les explicó.
“Cuando dos personas se aman da igual que sean diferentes, ya sea en el exterior o en el interior, da igual si son dos personas del mismo sexo o del sexo contrario, lo importante, niños, es que se amen y sean felices la una con la otra, y eso es lo que les ha pasado a Yoshinaga y Matzusaka.”
Shin-chan, Kazama y Nene se fueron discutiendo lo que les había dicho el Director. Éste, muy avergonzado, deseó que se olvidaran de este tema nada más llegar a casa, pues el problema con los padres podría ser demasiado malo para él.
Mientras todo esto ocurría Yoshinaga y Matzusaka habían descargado su pasión, las ganas que se tenían la una a la otra, habían estado piel contra piel, susurrándose “Te quiero” en una de las clases que había en el edificio.
Por suerte ninguno de los niños dijo nada a sus madres y actualmente el director sigue con su profesión mientras Ume y Midori, bueno...se podría decir que de vez en cuando se siguen escuchando susurros y gemidos de alguna clase...