Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Baby, I go crazy por kaoruyuuki

[Reviews - 211]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Segunda parte de este bello OnTae. Me quedó algo largo me parece O___O

 

En fin, espero que les guste ;3

 

-No quiero que vayas a trabajar. -anunció cruzándose de brazos y haciendo un puchero digno de competir con el de un niño. Aunque bien sabía que él también era uno.

Yo estaba sirviendo dos tazas de café en la mesa cerca de los muffins que había comprado esa tarde.

-¿De qué hablas, Taemin? No puedo faltar a mi trabajo porque sí aunque quisiera. -contesté sentándome en la silla que se encontraba frente suyo.

Él soltó un largo suspiro y estiró el brazo con la finalidad de alcanzar el azúcar. Poco a poco fue vertiendo cucharadas de éste en la infusión. Una, dos, tres, cuatro... ¿Cuántas más pensaba agregarle?

-Si no piensas faltar -comenzó a disolver el azúcar- entonces iré al bar.

Mi rostro se transformó en un segundo, reflejando una única cosa: pánico.

-Ni se te ocurra. -murmuré ahogadamente y esto no tenía nada que ver con el sorbo de café que había tomado.

-¿Por qué no? -indagó poniendo cara de cachorro mojado, como si fuera lo más inocente del mundo.

Sabía en el fondo que este no era más que uno de sus recursos preferidos para comprarme pero, ¡diablos! Lo empleaba a la perfección y yo era débil ante sus sucios trucos. Así era más difícil concentrarse, mucho más difícil.

-Taemin -inspiré profundamente obligándome por dentro a ordenar mis ideas tras su ataque-, no olvides lo que ocurrió la última vez. -mantuve la vista fija en los dulces que se disponían sobre la madera -Se te dio por besarme de la nada frente a las personas que estaba atendiendo y es más... -tomé uno de los muffins y lo presioné como si de esta manera pudiera contenerme, -El dueño vio todo. ¡Todo! Y cuando fue a reclamar una explicación soltaste como si nada que eras mi novio. ¿Sabes el discurso sobre reglas en el área laboral tuve que soportar luego? -terminé mordisqueando el alimento como un claro síntoma de nerviosismo. Fue la charla más incómoda que tuve con mi jefe y no tenía la mínima intención de volver a repetirla.

-Aaah... -mi pareja se quedó mirando hacia un punto fijo como si estuviera procesando lo que había escuchado. De repente se enderezó y tomó un poco de su café. -¿Eso pasó?

Abrí los ojos como platos al oír esto último.

-No vayas a decirme que no lo recuerdas. Tú no estabas borracho esa noche. -dejé mi muffin a un costado de la taza a la espera de que afirmara mi observación.

-No, pero la música estaba muy fuerte. No escuché con claridad. -explicó así sin más, probando otro bocado del pastelillo que estábamos comiendo.

Yo no podía creerlo. ¿En qué mundo vivía ese chico?

-¿De verdad no te enteraste de lo que ocurrió?

-¿Te da vergüenza que sea tu novio? -soltó de repente sin contestar antes la pregunta que le había formulado.

¿Y ese cuestionamiento?

-¿Qué? No, no es eso, es que...

-¿Y por qué te molesta tanto que tu jefe se entere? -interrogó casi en un susurro.

Me extrañó considerablemente su actitud. Mantenía el rostro inexpresivo por lo que se me hizo imposible deducir qué le estaba pasando por la cabeza.

 

Lo cierto era que, aparte del tema del trabajo, me apenaba reconocer ante los demás que era mi novio. No era nada que tuviera que ver él en sí, más bien era un tema mío respecto a ese tipo de cosas. El amor siempre fue algo muy ajeno a mí por lo que me incomodaba tratar ese punto en algún tema de conversación, por lo que ahora que lo estaba viviendo en carne propia me sentía completamente extraño. Era una cuestión personal, una estupidez mía. Y Taemin no tenía la culpa de que fuera un total inexperto en todo esto.

 

-Mira, yo... -levanté la mirada logrando que se encontrara con la suya. Era consciente de que verlo directo a los ojos podría causarme efectos secundarios, sin embargo quería hablarle lo más seriamente posible. -Te pido disculpas si te hace sentir mal por mi incapacidad de asumir lo nuestro. Pero te pido que me comprendas, eres mi primer novio. Sabes que todo esto es nuevo para mí. -rasqué mi nuca y suspiré. -Prometo tomarme las cosas de otra manera, ¿sí? -sonreí sinceramente aunque dudaba que todo me saliera tan bien al final.

Yo no era de cambiar para bien con tanta facilidad.

Él me devolvió la sonrisa, haciendo que me derritiera por dentro. ¿Alguna vez me terminaría de acostumbrar a ella? Relucía como si fuera un diamante y me perdía en su belleza. ¿Era común que siempre ocurriera eso?

-Ok. -contestó tomando mi mano con fuerza. -Pero aún quiero que no vayas a trabajar hoy. -dijo enseñando aún más esos dientes perfectos que tenía.

¿Qué demonios?

Eso no tenía sentido, no podía descuidar mi empleo de esa manera sólo porque un muchachito de diescisiete años me lo pedía. No debía ser tan tonto como para dejarme llevar por sus caprichos...

 

Adivinen qué terminé haciendo.

 

Por supuesto, le hice caso y esa noche no cumplí con mis obligaciones. Por todos los cielos, cada día que pasaba a su lado era peor. Era imposible resistirme y no caer a sus pies con aquel encanto único que utilizaba conmigo.

 

Aquella noche había mucho viento y todo en el clima indicaba que en cualquier momento comenzaría a llover. Entonces, ¿por qué estábamos en ese parque en vez de refugiarnos de la tormenta que se avecinaba?

-A ver, explícame qué se supone que hacemos en este lugar. -exigí mientras observaba a nuestro alrededor. No había absolutamente nadie. Pero claro, aquel cielo espantoso era capaz de asustar a cualquiera esa noche.

-Vamos a... -giró de repente y se aproximó bastante, lo suficiente para que nuestras narices se chocaran- ayudarte a que pierdas la vergüenza.

Había dos cosas que estaban provocándome un mareo terrible: su aliento rozando mi rostro y la única cosa que se me ocurría al pensar en lo que significaba "perder la vergüenza".

-Ge-genial. -atiné a decir, provocando la risa de mi pareja.

-¿Qué te pasa? No estarás imaginando cosas pervertidas, ¿o sí? -guiñó un ojo y volvió a reír.

Eso era jugar conmigo, y lo peor de todo era que me encantaba que hiciera eso.

Qué idiota, ¿verdad?

-Y entonces... ¿cómo es el asunto? -decidí no seguirle el juego ya que así solamente conseguiría hundirme más y más.

Él sonrió y se volteó para caminar hacia la fuente principal del parque. Se sentó en la orilla de ésta y me miró.

-Sencillo. Tienes que gritar a los cuatro vientos que me amas. -finalizó la oración enarcando una ceja.

 

Si ese era un chiste ya debería estar riéndome. 

Sin embargo, no lo hice. Algo me detenía.

 

-Diría que te pares arriba de un banco, pero eso ya es una elección personal. Tú decides.

 

Y con la caída de la primera gota de lluvia, lo comprendí. Estaba hablándome en serio.

 

-¡¿Qué?! ¡No, me niego! -levanté las manos a modo de queja. ¡Eso era completamente imposible! Ni siquiera podía decírselo a él naturalmente, el solo pensarlo lograba que mi cara se tiñera de un color bordó.

-Lo harás. -sentenció mirándome serio.

-No. -negué de nuevo con firmeza.

-¡Vamos, tan sólo inténtalo! -cambió el tono de su voz tornándola infantil. Más gotas cayeron y en poco tiempo el suelo estaba completamente mojado. Más que una tormenta, eso terminaría siendo un diluvio por la velocidad en la que se empapaba la zona.

-Taemin, regresemos, ¿sí? Ya comenzó a llover, nos vamos a enfermar. -le dediqué una mirada suplicante con la cual rogaba internamente que comprendiera que no iba a conseguir lo que quería hacer.

Resopló con fuerza. Miró hacia el cielo y tembló. ¿De frío? Tendría sentido, yo también comenzaba a tiritar.

-¿No me amas, Jinki? -cuestionó sin dejar de observar hacia arriba.

-¿Cómo dic...? 

Mi corazón latió con fuerza y caí en la cuenta de algo muy importante: ¿yo lo amaba?

 

¿Eso era amor? ¿Obsesión? ¿Un engaño?

¿Qué diablos sentía por Taemin?

 

-Yo... no lo sé... -expresé con miedo por cómo podía llegar a tomarse mi respuesta.

 

Mi novio se quedó viéndome fijamente. ¿Estaría enojado conmigo?

De repente tomó el impulso suficiente para ponerse de pie y caminó hacia mí. Me quedé embelezado con la caminata que realizó ya completamente empapado hasta llegar y quedar cara a cara conmigo nuevamente.

 

-Veamos... -esbozó una media sonrisa y acortó la poca distancia que había entre nosotros, rodeando mi cuello con sus brazos.

 

Juntó sus labios con los míos sutilmente y me besó. Con tranquilad, sin apuros, con sentimiento.

¿Sentimiento?

Cerré los ojos y me dejé llevar por aquel maravilloso beso. Lo tomé por la cintura y lo acerqué más para profundizar el contacto. Delineé con mis manos su frágil figura ignorando la lluvia que caía sobre nosotros. No podía pensar así, solamente dejé que mi cuerpo hiciera lo que sintiera.

¿Lo que sintiera? ¿Ésto era lo que sentía por él?

 

Se separó lentamente de mi boca y yo lo imité, jadeando por el cambio de velocidad que había sufrido mi respiración.

-Repite conmigo: "Te amo, Taemin".

-Te... te a--...

-"Te amo..."

-T-te a-m..."

-"...Taemin"

-Te...

-Dilo todo junto y en voz clara y alta. -musitó.

-T-- -inspiré hondo. -T-te a-mo, Taemin.

-¡Bien! Ahora dilo más fuerte.

-Te a-mo, Taemin.

-¡Grítalo!

-¡¡TE AMO, TAEMIN!!

-¡¡YO TAMBIÉN TE AMO, JINKI!!

 

Silencio. ¿Qué había dicho? ¡¿Qué demonios había hecho?!

 

-¡Momento, eso es manipulación! -objeté escandalizado.

-¡Te amo, te amo, te amo! -ignoró mi protesta y me abrazó con fuerza, riéndose con ganas. 

 

Y yo no pude evitar reírme con él, era algo completamente contagioso.

 

Al fin y al cabo, había comprendido que realmente amaba a Lee Taemin. A la fuerza, pero lo logré.

 

-Estás loco, ¿lo sabías? -le dije entre risas mientras la lluvia resbalaba en nuestras cabezas.

-No más que tú. -se defendió también riéndose y chapoteando en el agua.

 

Cierto. El qué más loco estaba era yo... por estar enamorado de él.

 

Notas finales:

Si leyeron comenten, por favor♥

 

Gracias por los reviews anteriores! ;___;

 

EDIT: Ah! Me olvidaba! Capítulo dedicado a mi querida Okasan♥ ;DD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).