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Cronicas de una infancia por Nirumi

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Notas del capitulo:

Bueno despues de casi cuatro meses aqui me tienen con un nuevo capitulo =)

Sin escusas solo no espero tomatasos y denle tambien la gracias a Analily one-san por sermi beta =D

 

CAPITULO II Año 1: Caminar y hablar linda combinación.

 

Yokubō (Deseo) y Kibō (Esperanza) eran los bebes más lindos que nunca habían podido existir, eso es lo que decía Tsunade cada vez que los visitaba en la mansión Uchiha para su chequeo semanal, cosa que no era más que una simple excusa para ver  a los retoños y hacerlos reír con una que otra cara graciosa, es que con casi un añito de vida no podían ser más tiernos.

A Naruto no le molestaba las periódicas visitas de la Godaime ya que le daba un momento de relajación para ordenar la casa mientras ella los entretenía, y ni que decir de una sorprendida Shizune, a pesar de que su maestra seguía siendo una perezosa en el trabajo; pero con la llegada de los bebes las botellas de sake habían desaparecido y rara vez se le veía un vaso en la mano mientras trabajaba en la oficina.

- Etto, Tsunade oba-chan -llamó el joven padre a la rubia mientras esta entraba por la puerta de la sala principal.

- Dime Naru. -respondió mientras volvía a estirar sus mejillas para hacer reír a Yokubō, su cabello rubio se parecía tanto al del mayor, que, de no ser por sus ojos negros tan parecidos a su otro padre ambos rubitos serían idénticos, pero ¿Qué se le podía hacer? La genética es a veces tan injusta (1)

- Quisiera… - el nerviosismo se le notaba en la voz y Tsunade dejó de prestar atención al bebe y ahora lo hacía con el rubio mayor. - ya ha pasado casi un año desde que nacieron los niños y yo…

- Quieres volver al servicio activo, ¿me equivoco?

- ¿Cómo las madres (2) podían ser tan perspicaces, dattebayoo?  - fue el pensamiento del rubio en ese momento quien asintió a lo dicho por la Godaime.

- No es que quiera dejar solo a los bebes pero…siempre he querido ser un shinobi y aunque con lo que hago aquí en casa con los informes que me envías me alcanza para mantenernos yo...extraño las practicas, el entrenamiento hasta caer agotado y…- Iba a continuar pero la voz de la Sannin lo interrumpió.

- Entiendo Naru-chan. – sonrió la anciana mientras acariciaba las hebras doradas del jinchuriki.  - has sido un padre responsable desde que supiste de estas linduras… -miro a los bebes. – y hablando de linduras ¿Dónde se metió Kibō?

- ¿No estaba contigo? – preguntó un tanto preocupado el ojiazul. 

Dos segundos bastaron y Naruto no se encontraba en la estancia, por instinto se dirigió al patio de la mansión, de sobra sabía que al menor de los chibis le encantaba ir al patio donde los arboles crecían y daban juegos de luz y sombra que fascinaban al pequeño azabache. Y justamente allí lo encontró gateando en la tierra siguiendo una libélula, ensuciándose su trajecito azul de bebe con estampado de ranita.

- ¡Oh Kibō -chan voy a tener que cambiarte otra vez ttbayoo!

- Y creo que también a Yokubō -dijo la Hokage con el menor en brazos y su traje igual al de su hermano solo que en verde claro empapado en un liquido anaranjado proveniente de la mamila que estaba tomando y obviamente derramo sobre él. Naruto al ver que su otro retoño estaba tal cual estaba su hermano solo se limitó a suspirar de forma resignada.

Una vez cambiados, ahora con un traje amarillo con dibujitos de nubes y ambos bebes semi acostados en los almohadones del corral de juegos, la plática anterior continuó.

- Como decía, te has convertido en un padre responsable Naruto, pero sabías de sobra y desde el día que decidiste tener a los bebes que esta “profesión” era de tiempo completo.

- Lo sé Oba-chan pero aunque sea puedo tomarme una hora diaria para entrenar, mientras ellos duermen su siesta del medio día o a media tarde dattebayoo…

- Sé de sobra que extrañas tener misiones como el resto de tus compañeros de generación. - la ojimiel suspiró ofuscada y tomando una determinación.

Naruto era un shinobi, si bien aún era gennin seguía siendo un ninja de Konoha, más sin embargo que ya ahora no se notará su hiperactividad como lo era antes, aún seguía siendo aquel risueño jovencito con aspiraciones a Hokage y también sabía que el quedarse sin hacer nada no era prácticamente lo suyo.

Tal vez podría ella darse un tiempo y cuidar a esas cositas hermosas que tenía por “nietos” y dejar que su niño preferido continuara con su otro camino.

 

*****************************************************Hacía ya una semana que había vuelto a entrenar, Hatake Kakashi lo estaba ayudando a recuperar la condición física que había perdido cuando se enteró de la llegada de sus bebes, ciertamente estaba menos resistente y sus músculos más flácidos pero no era nada que no se pudiera solucionar.

Para sorpresa de muchos, inclusive del joven aprendiz, el ninja copia llegaba temprano a los entrenamientos, incluso antes que Naruto y ambos sacaban el máximo provecho al tiempo que podían disponer. Una de las ventajas del Kage bunshin era el poder multiplicar su aprendizaje, el rubio trabajaba con diez bunshis para la labor física hasta que pudiera nuevamente a mantener su chakra en equilibrio, el joven rubio volvería a  practicar nin-jutsu sin problemas.

Cuerpo sano, jutsus efectivos según Kakashi; no muy buen lema pero conociendo a Kakashi cualquier cosa era normal.

Llegando al medio día a casa, el joven padre saludó a sus bebitos y a Iruka-sensei, quien se enteró gracias a Tsunade, y el chunnin no dudó en ofrecer su ayuda para que Naruto volviese a entrenar, además, él también adoraba a esos pequeñines y muy gustoso se ofreció a cuidarlos cuando la rubia de grandes atributos le fuera imposible ir a la mansión Uchiha. Después de una relajante ducha, Naruto se dirigió al comedor donde sus bebitos estaban almorzando sentado cada uno en sus sillitas altas, con sus baberos puestos y algo sucios debido al almuerzo con el que estaban jugando, porque hace bastante tiempo su hambre se había acabado.

- Naruto - llamó el sensei mientras el rubio se dedicaba a servirse para poder almorzar.

- Diga Iruka-sensei - respondió sin voltear a ver al mayor, ya que toda su atención estaba en el delicioso platillo que había cocinado el castaño.

El Umino notó esto y decidió mejor pasar a los hechos, se acomodó de espalda a los bebes quienes miraban a su rubio padre moverse de aquí para allá casi con fascinación.

- Oto-chan - una voz infantil resonó en los oídos del rubio mayor.

- Oto-chan - otra voz igualmente infantil pero con diferente timbre pronuncio las mismas palabras.

Se dio vuelta tan rápido que parte de la comida que tenía en su plato se cayó al suelo y miro a sus retoños estirando sus brazos hacia él y comprobando de primera mano lo antes escuchado. Kibō y Yokubō estaban llamándolo… Estaban hablando, el joven padre se acercó a ellos y los tomó a ambos en brazos mientras los pequeños continuaban llamándolo.

- Jejeje - rió suavemente el maestro - te lo intenté decir pero estabas concentrado en la comida.

- ¡¿Pero cómo?! -pregunto el rubio aún con fascinación al escuchar a sus chibis.

- Te estuvieron llamando toda la mañana, créeme que también me sorprendí cuando los escuché.

- ¡Ohhh mis niños! – sonrió Naruto con sus traviesos en sus brazos al mismo tiempo que besaba sus caritas.

- Y no es todo lo que aprendieron hoy…

- ¿Nani?- ladeó la cabeza en muestra que estaba confundido, sin decir nada Iruka se dirigió a la sala de estar seguido por el jinchuriki, una vez allí hizo que dejara a los pequeños en los cojincitos de colores en el suelo, tomando la mano de Naruto lo alejó un par de pasos. - no entiendo Iruka-sensei, ¿Qué más aprendieron, dattebayoo?

No alcanzó a terminar la frase cuando vio que Yokubō apoyó sus manitas en el suelo para apuntalarse mientras levantaba su traserito con claro ademán de ponerse de pie, luego se sujetó en uno de los muebles cercanos hasta lograr equilibrarse, detrás del pequeño rubio, Kibō hizo lo mismo a diferencia que este se recargó en su hermano para poder sostenerse de pie.

- Yokubō-chan, Kibō-chan  - los llamó su padre y estos lo miraron, se arrodilló en el suelo y con sus manos hizo gestos para que los bebes vinieran a él - vengan mis niños, vengan…

En cuanto el pequeño azabache trató de dar un paso este cayó llevándose a su hermano con él, y en consecuencia por el susto los gemelos comenzaron a llorar.

Después de ese día, los bebes trataron de caminar hasta que lo lograron, convirtiéndose en la pesadilla de su padre, después de todo ambos eran un torbellino andante…no podría negar que eran sus hijos, El Uzumaki se lamentaba del porque no habían sacado el carácter tan serio de Sasuke, que sí lo hubieran heredado, los pequeños Uchihas serían muy tranquilos y Naruto sería tan feliz con eso, pero bueno la realidad es otra y los niños eran igual o más hiperactivos que él… Pero aún así su llegada ha sido lo mejor que le haya pasado en su corta vida.

Notas finales:

 

()   (1)Buenos todos sabemos que es injusta, yo quería los ojos verdes como mi mami xp

       (2)Tsunade es como su madre-abuela, Naru la considera así =D

 

¿Que les parecio? espero que les haya gustado ^^ y recuerdo que dejar un review no cueta nada =)

PD. todos los reviews del capi anterior estan contestado =D


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