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Cronicas de una infancia por Nirumi

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Notas del capitulo:

Lamento la demara y porfavor lean las notas al fina =D

CAPITULO III; Tres años, Primer Encuentro.

¡Oto-chan! ¡Yokubō Oni-chan!, ¿Dónde están? - la voz llorosa del pequeño Kibō resonó en medio del bosque. La mañana había sido bastante movida para el pequeño azabache de ojos azules, su adorado Oto-chan los había sacado de paseo a las colinas que se encontraba a las afueras de Konoha junto con Sakura Oba-san y Sai oji-san todo iba de maravilla de no ser por el lindo zorrito que llamó la atención del menor.

Ahora se encontraban bastante lejos de donde se estaban los mayores y su hermano gemelo.

¡Oto-chan! - llamaba el morenito a su papito, quería estar con él, que lo abrazara y le cantara como lo hace todas las noches antes de quedarse dormido en sus brazos.

Limpiándose las lágrimas con sus mangas, el pequeño no se dio cuenta que había llegado a la orilla de un río y resbaló cayendo rápidamente a las aguas de aquella corriente siendo arrastrado a gran velocidad hacia la cascada.

¡Oto-chan oni-chan!- los llamó por última vez, sintiendo que a su corta edad se le escapaba la vida.

Por instinto, Kibō cerró sus azules ojos mientras su cuerpo saltaba al vacio, sintió el vértigo de la caída más sin embargo este se detuvo abruptamente coincidiendo con el agarre de su tobillo izquierdo. Seguido el viento golpeó su cara y después fue soltado súbitamente contra el suelo el duro y seguro suelo- pensó el menor al caer de espaldas contra él, fue entonces que abrió sus orbes. Desde arriba había un hombre de cabellos y ojos negros muy bonitos y a la vez familiares aunque estos lo miraban con cierto desprecio, un escalofrío le recorrió su espalda recordándole que estaba mojado, se incorporó como pudo y miro una vez más a aquel joven que a pesar que todavía no iba a la Academia, el pequeño azabache calculó que el mayor que lo salvo tendría más o menos la edad de su Oto-chan.

Gracias por salvarme señor- agradeció el menor haciéndole una reverencia al mismo tiempo que le sonreía de la misma forma que su Oto-chan; según su tía Sakura como solían llamarla ambos gemelos.

Sasuke alzó una ceja ante el gesto del menor, le era muy familiar-demasiado- pensó para sí mismo. El Uchiha se encontraba en aquellos lugares, debido a que Orochimaru lo había enviado a buscar unos pergaminos en una de las antiguas bases que quedaron olvidadas luego de su deserción.

- Mejor fíjate por donde caminas, dobe.– Ante aquella última palabra dicha por el pelinegro lo dejo por demás sorprendido, pero de inmediato volvió a poner su ya característico semblante frío ya que no deseaba que nadie lo viera así, mucho menos un chiquillo que apenas acababa de conocer. Pero… ¿Hace cuanto tiempo no salía de su boca aquella cantarilla que le dedicaba a su mejor amigo? Y además ¿Quién era este niño? Se parecía demasiado a él cuando era menor solo que esos ojos tan azules como el mismo cielo…

- no fuera porque mi Oto-chan siempre me dice que debo ser educado con la gente. –canturreó el menor sacando a Sasuke de sus pensamientos y fijando su mirada en el niño que se encontraba de pie frente a él con sus brazos cruzados y haciendo un gesto de molestia. – Yo le diría cosas muy feas Señor teme- Respondió dejando al Uchiha más sorprendido de lo que aparentaba.

- ¡Kibō!- Se escuchó desde el bosque el grito infantil y el mencionado se giró hacia el lugar donde provenía aquella voz reconociéndola al instante, apareciendo de entre los arboles la silueta de otro niño muy parecido al morenito -¡Yokubōoni-chan! – le saludó el más pequeño, levantando su mano para que el otro lo viera.

El rubio sonrió aliviado al ver a su hermano, en cuanto lo vio desaparecer detrás del zorro lo siguió. Era bien conocido que Kibō era el revoltoso y Yokubō el centrado, personalidades muy distintas pero ambos hermanos que convivían felices sin mayores discusiones, solamente habían ciertas diferencias con algún juguete ó a quien le preparaban más galletas de su sabor favorito que les cocinaba su Oto-chan.

El gemelo de Kibō llegó hasta el lugar donde se encontraba su hermano, sin embargo se le hizo por demás extraño de que este estuviera acompañado.

¿Ni-chan porque te alejaste tanto? –preguntó el rubio de ojos negros de manera muy seria, pero sin dejar de ver al mayor.

Gomenasai Oni-chan… -se disculpó el morenito bajando su mirada en señal de arrepentimiento.

Sasuke quien se encontraba de pie ante los menores solo observaba los gestos de ambos, se mostraba interesado de quienes eran los padres de estos pequeños, pero como todo Uchiha, el mayor solo se dio la media vuelta y haciendo el gesto de no importarle, comenzó a alejarse de ellos, pero la voz del pequeño Kibō lo detuvo en el camino.

¡Matte señor! –habló el ojiazul y de inmediato se puso de frente a Sasuke para verlo directamente al rostro.

Arigato gozaimasu. –volvió a agradecer el niño al mayor pero está vez le extendió la mano para saludar al vengador.

Hmn… - fue solo la respuesta del pelinegro, comenzando a alejarse de nuevo, dejando al pequeño con su mano extendida al aire.

Ante aquel desaire por parte del Uchiha hacia Kibō, Yokubō no pudo evitar sentir coraje ante lo hecho y viendo el semblante triste de su hermano, el rubito tomó aire y corrió detrás de Sasuke para reclamarle el porque de esa actitud, pasando de largo ante el morenito que se encontraba cabizbajo y algo triste.

¡Oeee… baka! –gritó el niño llegando hasta donde estaba el mayor.

¡¿Cómo se atreve a dejar así a mi ototo?

No me interesa saludar a chiquillos dobes como ese enano que no saben cuidarse por sí solos. –respondió sin detenerse y con su sutil aire de grandeza.

Aquellas palabras dichas por Sasuke hicieron cabrear más al rubio que no pudo evitar sentir mucho coraje hacia aquel hombre y sin pensarlo dos veces, el niño le tomó una de las mangas del Haori del vengador.

No sé quien sea usted, señor – esto último el niño lo dijo en son de burla. –ni me interesa si sea un ninja muy poderoso, pero… ningún baka como usted va a insultar a alguien de mi familia. Así que vengaré el desaire que le hizo a mi ototo.

El mayor se detuvo ante lo dicho por el rubio y giró su rostro para ver el del niño, quien lo miraba con determinación; algo que se le hizo muy parecido al clan Uchiha.

¿Quiénes son estos dos niños? –pensó Sasuke muy intrigado y siguiendo el "juego" se soltó del agarre del pequeño y dio dos pasos hacia atrás, incitando así a comenzar una pelea.

Está bien enano seguiré tu juego… -esto lo dijo en son de burla. –tienes agallas para defender al dobe de tu hermano.

Le advierto que no soy tan débil solo porque tengo tres años, mi Oto-chan es uno de los mejores shinobis de Konoha y he aprendido muchos jutsus que él utiliza.

¡Konoha! -susurró el Uchiha algo sorprendido viendo como Yokubō se ponía en plan de ataque a medio metro de distancia. – Esta bien, pelearé contigo… te eliminaré usando solo mi mano izquierda. –dijo sonriéndole al menor en son de burla.

La intensión de Sasuke no era de matar al niño, solamente le daría un pequeño escarmiento ya que le llamaba mucho la atención la manera de ser de los niños, ya que Kibō era muy parecido en lo físico a él pero mostraba una actitud algo parecida a alguien que él conocía, mientras que Yokubō también le era algo familiar su aspecto, pero en sí lo que lo intrigaba y querer saber más del asunto era la actitud del mocoso, muy compleja a la forma del clan Uchiha.

¡Aniki no debes pelear con él, el señor me salvo de caerme en la cascada! –gritaba el morenito algo asustado ya que sabía que su hermano no iba a salir libre de esta.

Yokubō no escuchó el llamado de su ototo, y juntando sus dos manos de la misma manera en que las ponía Naruto para empezar el combate, el niño comenzó a hacer movimientos con ellas en señal de formar un jutsu.

Katon: Gōkakyū no jutsu (Elemento fuego, gran bola de fuego) – y el pecho del rubito se hinchó de manera sorprendente para aventar de su boca una enorme bola de fuego que duró solo un par de segundos, los suficientes como para dejar perplejo a Sasuke y al pequeño Kibō, quien miraba a solo un par de metros de donde se encontraban los otros dos.

¡No puedo creerlo! ¿Cómo este enano puede dominar casi a la perfección el Katon? –pensó Sasuke muy sorprendido viendo detenidamente el rostro del menor quien se encontraba agitado y respirando con dificultad por el enorme esfuerzo que había hecho para emplear aquella técnica.

Veo que has aprendido a usar el elemento fuego… -habló el mayor usando un tono de superioridad muy al estilo del que usaba Fugaku Uchiha cuando él le demostró a su padre que podía realizar las bolas de fuego.

La aprendí… solo… viendo… al sensei de… mi Oto-chan… -respondió Yokubō con mucha dificultad ya que aún se encontraba exhausto por el enorme desgaste de energía que utilizó en esa técnica.

Aniki ¿estas bien? –preguntó Kibō quien llego a auxiliar a su gemelo a poder sostenerse en pie ya que estaba a punto de caerse.

Estoy… bien… Kibō-chan... –respondió el ojinegro aún con mucha dificultad y recargándose en el brazo de su hermano.

Sasuke observaba como los pequeños se apoyaban uno al otro, sintió algo conmovedor ya que no hace mucho tiempo, tanto él como su antiguo mejor amigo hacían lo mismo que ese par de chiquillos, cuando estaba a punto de preguntarles quienes eran sus padres, el moreno pudo sentir que alguien se acercaba a gran velocidad, así que de manera inmediata, su rostro y actitud cambiaron a una forma un tanto asesina y comenzó a hablarles a los chicos quien seguían dándose apoyo.

Ahora me toca a mi mostrarles como se elabora esa técnica que aprendiste Yokubō, pero esta vez no será una pequeña bola de fuego como la que hiciste enano… está técnica ha permanecido en mi familia por siglos y no un par de dobes como ustedes vengan a deshonrar su memoria… Así que… retiro mi propuesta y pelearé con mis dos manos y los mataré aquí mismo…

Sasuke comenzó a hacer signos con sus extremidades superiores, haciendo lo mismo que el rubito, solo que, al momento de dispersar la enorme y gigantesca bola de fuego; una barrera de agua impidió que esta llegara a lastimar a los pequeños que se encontraban asustados y con sus ojos cerrados solo esperando el ataque que sin duda alguna los llevaría a la muerte, siendo Yokubō protegido con el cuerpo de Kibō.

¡Katon: Gōkakyū no jutsu!–invocó el Uchiha.

¡Suiton: Suijinheki!(Elemento agua: técnica de la barrera de agua)

Al chocar ambos ataques entre sí, se formo una capa de vapor que impedía la visibilidad de ambos mayores, sin embargo, el vengador no dudó ni por un segundo en activar su sharingan para saber quien había salvado a los niños de su ataque, pero, cual fue su enorme sorpresa al saber quien protegía al par de chiquillos.

¡Oto-chan! –gritaron al unísono los dos pequeñitos abrazándose fuertemente al cuerpo de su joven padre.

¿Na… Naruto? – preguntó el pelinegro mayor a espaldas del kitsune, quien al reconocer aquella voz sintió un enorme escalofrío que le recorrió por todo el cuerpo volviendo a sentir el miedo de la reacción de Sasuke al enterarse que estos niños son el fruto de aquel intercambio de pasiones.

CONTINUARA….

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Notas finales:

HAORI: es la chaqueta o saco que va encima del kimono, viene siendo la ropa en color blanco que trae encima Sasuke en Naruto Shippuden.

Buenooooo, Lamento la demora estimados lectores, la verdad sin escusas flojera nada mas de no sentarme frente al pc y abrir Word y exprimir al cerebro T.T

Y como todos los capítulos agradecerle a Analilian por vetear el capi y esta vez por terminar el capitulo, Gracias ONE-SAN te pasaste de sobremanera esta vez T.T.

Espero que les haya gustado y busquen las respuestas a sus review mas abajo en el caso de fanfiction y en Amor Yaoi ya saben donde buscar =D.

Cuídense mucho y espero sus reviews y hasta la próxima =D


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