Los profundos océanos verdes se encontraron, el uno calmo, el otro turbio... impenetrable.
-¿Sorprendido?
-Un poco- la voz de Mu no retrocedió ni titubeó.
El viento de la ventana agitó los cabellos lilas mientras el griego acortaba la distancia hasta sentarse a los pies de la cama.
-Imagino que Shaka te lo dijo-agregó por fin el menor sentándose poco a poco en el colchón.
-No he venido a agradecerte si es lo que esperas.
-No soy tan optimista para esperarlo-una actitud implacable.
-¿Cómo lo convenciste?-escupió su duda con la mirada indescifrable que parecía como a una mariposa tenerlo clavado de las alas para que no escapé.
Pero Mu no tenia intenciones de huir a su pregunta, no lo amedrentaría nunca más.
-Fue fácil, cuando se conoce bien a una persona siempre es fácil saber sonde herir ¿no? Tú aprendiste a conocerme bien, a veces pensaba que me leías la mente, ahora veo que sólo fui un conejillo de indias en tus manos, que fui... soy... demasiado predecible ¿fue muy fácil, cierto? ¿Cuánto te llevo saber todo de mi?
La mirada calma se agito al paso de las palabras por su boca, la fría del mayor dudó.
-He pensado solo en ti los últimos dos años-confesó finalmente desviando la vista hacia la ventana abierta que no dejaba de hacer bailar la cortina blanca al ritmo de la brisa.
-Pues te felicito, valió la pena, no cometiste errores.
-¡Los cometí! ... No fue exacto.
-Nada es exacto.
-No predije que te quedarías... que interferirías.
-Me alegra haberte sorprendido aunque sea un poco-artículo limpiando una lágrima rebelde mientras trataba de calmar la tormenta de sentimientos que se enredaban en su pecho.
-Tu abuelo es un infeliz ¡no seas tan idiota de creer en él!
-Pese a todo lo que él es, él me ama, no te dañara, lo conozco.
-Yo también lo conozco.
Un instante de miradas que se desafiaban, que no cedían.
-Le dije que me suicidaría si...-por fin aceptó el menor hasta que Kanon lo interrumpió.
-Ja ¿y el viejo te creyó?
-También le dije que te amaba- el silencio se apodero de la habitación- que no viviría si te pasaba algo.
Kanon cerró los ojos contrariado.
-Permíteme dudar de tus dotes de actuación, ese anciano no es idiota-encontró por fin palabras mordaces con que defenderse.
-No estaba actuando.
Lo hería ¿porqué lo hería con simples palabras?
-¿Pretendes algo diciéndome eso?-un intento desesperado para que dejara de lastimarlo.
-Felicitarte, hiciste un gran trabajo conmigo.
Y finalmente las palabras se le agotaron, no tenía como defenderse, debía escapar de esos ojos verdes que lo hacían temblar. Salió del cuarto sin siquiera una última mirada. Huyó.
***
En un lujoso restaurante de la zona comercial de Atenas un hombre de rasgos orientales y acentuadas arrugas degustaba el vino acompañado por un joven de cabellos oscuros y porte noble, la mirada cristalina de éste parecía traspasarlo todo, leer los temores y sembrarlos al mismo tiempo. Su nombre era Hades Elisyon.
De pie tras él noble alemán dos hombres idénticos a excepción del color de sus cabellos lo custodiaban, tenían razones para protegerlo las veinticuatro horas del día, Hades era dueño de la corporación alemana más importante a nivel mundial.
-¿Y bien? No creo que me haya invitado solo ha probar los camarones, joven Elysion- irritado por el prolongado silencio abrió la partida el anciano.
-Son excelentes camarones-sonrió el noble y bastó el gesto para que un escalofrió recorriera la espina del oriental.
-Detesto perder el tiempo, Hades, dígame de una vez para que me pidió venir aquí- rezongó impaciente el anciano.
-No me gustaría que le caiga mal la comida, señor Kido, pero si insiste...
***
En el comedor Milo y Saga almorzaban en silencio. Kanon seguía encerrado en el cuarto como los últimos días. Bebiendo, fumando y comiendo solo de vez en cuando. Sobreviviendo meramente.
-Está tenso el ambiente-comentó el rubio limpiando con su índice la salsa que se escurría por la comisura de sus labios.
-¿No ha habido torneos?-se interesó Saga.
-No, se ha cancelado todo el mes por el asunto de la investigación policial, deben dejar que se apacigüen las aguas. El tema al parecer son las perdidas, el señor Kido está contra las cuerdas.
***
-Las apuestas estaban por las nubes, Giudecca vs Santuario ¡ningún apostador se lo quería perder! ¿Alcanza a hacerse una idea del dinero que debí devolver ya que usted no estaba en condiciones de hacerlo? ¿Se imagina a cuánto se fueron los intereses por su deuda con esto, señor Kido? ¡Ha triplicado el monto que ya me debía!
-Se lo pagaré.
-La deuda nueva más las anteriores ¿comprende, cierto? Está en mis manos-prenunció esbozando una sonrisa de placer.
El anciano palideció.
-¿Qué quiere? ¿Acciones en mi corporación? ¿Mis tierras en...?
-Señor Kido, ya soy el mayor accionista de su corporación y sus tierras no alcanzarían a cubrir siquiera los intereses de la deuda-suspiró el noble dejando caer su mentón en su palma- pero sabe que, le hare precio, una oferta tentadora en nombre de nuestra larga amistad.
Hades tomo un bolígrafo y anotó el monto sobre una servilleta, luego la deslizó sobre el elegante mantel. El señor Kido se ahogó con su bebida al leerlo y luego se incorporó violentamente a atacarlo, sin embargo, los gemelos reaccionaron de inmediato en defensa de su señor.
-Piénselo bien, Kido ¿su fortuna o su nieto? Reconozca que soy un hombre sumamente amable- dijo acercándose divertido al oído del anciano sujeto por Hipnos- ¿sabe? tengo la cinta de esa noche... me masturbó viéndola-articuló relamiéndose los labios de placer al ver el rostro oriental enfurecido.
-Infeliz ¡te voy amatar!
-Adiós, señor Kido- dijo ordenándole a sus guardias con un gesto de la mano sacarlo de su presencia- hablaremos en unos días, cuando se le aclare lamente y comprenda las ventajas de mi oferta.
***
Alverich bebía café estacionado frente al departamento del griego, llevaba horas aguardando por su victima, finalmente, cuando el sol declinaba lo vio salir. Lo reconoció de inmediato, lo había visto en varias ocasiones junto a su señor Camus. Ahora sólo era cuestión de un disparo y misión cumplida.
***
Mu descendió con las maletas los escalones de la mansión Kido, fue abrigado por el abrazo de cada uno de sus familiares. Se sorprendió cuando fuera de sus planes su abuelo llegó a la casa antes de lo usual y lo descubrió.
-¿Qué significan esas maletas? ¿Donde vas, Mu?
-No es de su...
-Abuelo, dile a Mu que se quede, abuelo dile...-sollozó Kiki abrazando al anciano.
Mu palideció, para evitar una escena así es que había planeado despedirse cuando ese hombre no estuviera en la casa.
-Kiki ya soy grande, ya te lo expliqué, necesito independizarme ¿si?-dijo revolviendo la cabellera anaranjada.
-¿Dónde iras? Ya mismo ordenare que te preparen una habitación en...
-No necesito nada su... abuelo ¿no entiende a lo que me refiero? quiero ser libre, no necesito su tarjeta, ni que me pague una habitación ni nada- dijo abrazando al anciano para tranquilizar a su familia- ni que me busque-agregó a su oído-Nos vemos.
***
Kanon se levantó irritado del sofá ante el coro de insistentes golpes en la puerta. Abrió grande los ojos cuando descubrió se trataba del mismo Milo cubierto de sangre.
-Maldito Kido- masculló Kanon ayudándolo a entrar.
-No, ¡mierda! ¡Maldito francés! ¡Lo matare!
-¿Qué?
-Un idiota de sus blue warriors quiso matarme, pero ese idiota no sabia con quién se metía, claro que no.
-¿Lo mataste?
-No se, no me quede a ver-ironizó el rubio quitándose la playera para mostrar que solo eran unos leves golpes-¡lo único que falta es que me arresten! sabes que no tenemos papeles, no existimos, Kanon.
-Tranquilízate y siéntate, déjame ver dónde...
-No, estoy bien, no me hirió ¡maldito francés! Te juro que lo voy a...- maldijo encaminándose hacia el teléfono
-¿Pero que haces?
-Se lo quite al infeliz- respondió extrayendo un celular de su bolsillo- ¡aquí está!- dijo marcando el número de la mansión Aquarious que encontró en la agenda de contactos.
***
Algo olía definitivamente mal pensó el hindú tomando valor para adentrarse en su comida.
-¿Qué haces despierto tan temprano?
-Pensé en hacerte el desayuno antes de que vayas a trabajar. Es lo menos que puedo hacer para agradecerte el hospedaje.
Shaka contempló preocupado las pobres tostadas y pensó que hubiera sido mejor su huésped fuera un desagradecido. Finalmente, respiró hondo y se dispuso a salvar el desayuno.
-Descuida, Mu-le sonrió empujándolo hacia una silla- no hay nada que agradecer, es un gusto ayudar a un amigo.
-Prometo conseguir un trabajo pronto y ya no estorbarles.
-No hay apuro, siéntete como en tu casa, aunque dudo este departamento sea al menos más grande que tu habitación-habló alegre mientras preparaba el café.
-¿A que huele?- inquirió Saga entrando con el ceño fruncido a la cocina y observando el intento de huevos revueltos que yacían en la mesa.
- Un desayuno delicioso-se apresuró a decir Shaka poniendo una cuchara en su mano- ¿prepara tortillas, si?
-Lo que usted quiera-aceptó el griego robando un beso tierno al hindú.
Mu apartó automáticamente la mirada de ellos. Se había acostumbrado a vivir con el novio de Shaka, a oirlos gemir en las noches, incluso al hecho de que el rostro de Saga fuese idéntico al del hombre que lo hizo pedazos, sin embargo, acostumbrarse a verlos profesarse tanto amor y confianza hacía que una punzada de tristeza atravesara su pecho.
-¿Negro o cortado?- lo sacó de su abstracción el mayor revolviendo sus pelos lilas fraternalmente.
-Cortado, gracias-le sonrió el menor.
De pronto el timbre sonó y Shaka atendió la puerta.
Regresó pálido a la cocina, con un "escóndete" dirigido a Saga y un "te buscan" dirigido a Mu.
***
Camus se sorprendió ante el anuncio "de un vulgar griego que grita en la bocina del teléfono" que dio su sirviente.
-Hola.
-¡Ah! ahí estas infeliz, maldito hijo de puta así que mandaste a tu perro a hacer el trabajito de Kido ¿no? maldito resentido ¿Por qué no venís a terminarlo vos ya que lo empezaste? Que te voy a...
-¿Milo? Milo- el corazón de Camus casi se detiene ante el sonido de esa voz que conocía muy bien y en todos sus matices.
-...Te las voy a colgar de la torre Eiffel. Si tenés un problema conmigo resolvelo vos y no me mandes un matón cualquiera a...
Camus colgó la llamada pasmado mientras veía entrar a Unity con su café.
-¿Pasa algo, señor?
Como respuesta Camus le dio una cachetada.
-Consigue un pasaje a Atenas para esta misma noche.
-¿Atenas?
-Es una orden-gruñó molesto dejando la habitación.
***
El primer gesto de Saga al entrar al departamento de Milo fue servirse un trago, luego indagar por el ojo morado del rubio, finalmente, pedirle a Kanon que lo mire cuando hablaba a lo que el gemelo menor respondió poniéndose completamente de espalda a él en el sofá.
-No seas idiota.
-Te dije que no me interesa nada de lo que pase con tu inquilino.
-A mí si me interesa si el chisme es bueno- levantó su vaso de cerveza Milo.
-Pues no se imaginan quien estuvo esta mañana en el departamento de Shaka ¿recuerdan lo que hablábamos sobre la cancelación de los duelos? El maldito Kido tiene una deuda garrafal por ello con el alemán, Hades, parece que incluso el combate que nos habían arreglado con Giudecca era sólo para solventar esa deuda pero al cancelarse el torneo ésta sólo aumento.
Kanon comenzó a silbar irritado e indiferente.
-Jajaja me alegro, el maldito viejo se quedara en la calle-rió Milo.
-Hades no lo dejara en la calle- aclaró Saga.
-Esos malditos tienen más suerte que...
-Le ofreció cancelar la deuda a cambio de que Mu... le interesa unir los imperios al alemán, sabe que al viejo no le queda mucho y que los nietos heredaran todo... al menos el apellido.
-Ese bastardo siempre encuentras la forma de salirse con la suya, igual no creo que ese desgraciado acepte, quizás vendería a cualquiera de sus otros nietos, pero a Mu...-comenzó Kanon de pronto interesado.
-Quizás él no acepte, por eso, Hades fue a hablar personalmente con Mu esta mañana.
-Mierda-maldijo Kanon comprendiendo la situación.
Lo conocía demasiado bien como para conocer su respuesta.