Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Smile por samadhi06yaoi

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, este fic va dedicado a tod@s l@s que les rompieron el corazón...

Esta insprado en dos canciones de lily allen... (al final pondre los enlaces, más vale que vean los videos ò.ó, jaja, ok, no xD)

Ah, y aclaro una cosa: La identidad del ex novio de Sasuke la mantuve 'anonima' porque bueno, creo que si pusiera a algun personaje, seria muy cruel con él,y la verdad ninguno me desagrada tanto, pero, si a ustedes les place, imaginense que es uno al que odien XD

(Ah, y Sasuke narra, medio obvio, pero mejor lo aclaro xP)

Ahora si, sin más "aclaraciones", disfruten el fic:

No soy yo, eres tú.

Idiota:

Cuando me dejaste, no supe que hacer. Me sentí una basura, un perdedor.

Te vi besando a otro…

 “¿Por qué hiciste eso?”

Los dos nos lo preguntamos.

La diferencia es que yo quiero, y puedo, olvidarte y tú me quieres de vuelta.

¿Qué quieres que te diga? ¿“Claro, en un momento.”?

Claro que no. Jódete, eso te diré una y otra vez.

 He encontrado a alguien mejor, mucho mejor, que tú; tal vez tus patéticas lágrimas no te dejan ver que no eres mi mundo. Lo eras, tiempo pasado, supéralo. Pero no te culpo… a mí también me cegaron por más de seis noches seguidas.

La buena noticia, para mí al menos, es que ahora sé que eres un idiota y no cambiaras.

Cuando te vi llorar por mí, sonreí.

Jódete.

Me sentí mal por un rato, pero después de recordar todas tus heridas grabadas en mi corazón, no pude evitar reírme a carcajadas y cerrarte la puerta en la cara. Vete a la mierda, cariño.

Al menos aun sabes cómo hacerme sonreír.

Cuando me llamas y me recuerdas que tú fuiste el primero, el único y el más importante, te digo que tienes razón, lo fuiste.

Pero supéralo, no te amo, ya no más.

Lo pasado no volverá, y dime, si no estoy contigo ahora, ¿por qué crees que aun quiero algo contigo?

Jódete.

Cuando te vi llorar, arrastrarte por mí, colgarte de mí pantorrilla como un chiquillo asustado, sonreí.

Me hiciste sentir culpa un momento, pero después, te patee en la cara, justo en la nariz, y sonreí cuando cruce la acera, dejándote atrás de mí.

Ya déjame en paz, te odio.

Ahora me llamas “zorra”, “puta”, “perdedor”, por favor, no me hagas reír, que el que está llorando eres tú.

Jódete, amor.

Y cuando te vi llorar… Sí, me hizo sonreír.
Al comienzo me sentí mal por un rato.

Pero luego solo sonreí.

Sinceramente, si crees que me puedes decir de insultos y todo eso, estás equivocado. Soy yo el que debe, y tiene todo el derecho, de mandarte a la mierda e insultarte en cuantas forma, e idiomas, me plazca.

Probablemente, me puedas decir enfermo o sucio, por haberte sustituido, no, cambiado, por él, pero acéptalo, él es mejor que tú en cada aspecto y gracias a que tus infidelidades me abrieron los ojos y me rompieron el corazón, pude enamorarme de él.

Te lo agradezco de verdad.

Pero solo lo diré una vez: “gracias, ahora lárgate de mí vista”.

¿Y qué si te digo eso?, ¿qué planeas hacer?, ¿secuestrarme, ponerme un calcetín en la boca y joderme hasta que te diga que te amo y todo fue un error?, perdóname pero déjame avisarte estas soñando demasiado.

Cuando  él me besa, no me besa como tú lo hacías, él no solo busca que me acueste con él, a él de verdad le importo.

Cuando me gritaste “¿Cómo pudiste hacer eso?”, yo te digo lo mismo y agrego que me alegra tener a alguien que me trate como un ser humano, no como a una prostituta o esclavo, alguien que no me diga que hacer, con quien, que me diga que puedo vestir y que no, por favor, para eso está mi madre.

Así que deja de fastidiarme, ve a joder a otros con tus estupideces, ¿sí?

Pero sobre todo me alegra tener a alguien para quien yo no sea un simple juego, alguien que me haría estar como tú si me dejara.

Si él me dejara, me arrastraría a sus pies pidiendo perdón por todas y cada una de mis faltas; le imploraría que me golpeara, que me violara, que me hiciera sufrir, pero que, al final del día, me besara en la boca e hiciera que toda la tortura valiera la pena.

Pero tu caso no es el mismo que yo tendría, tú no me amas así. Tal vez la humillación se te da, pero, sinceramente, no me amas, aquel de la noche anterior en tu departamento ¿era tu amigo solamente?, ajá, si claro. Púdrete y vete mucho a la mierda.

¿Y tú, sin algún remordimiento, solo me pides al día siguiente que regrese para de inmediato follarme?

No podría parar de reírme si me volvieras a proponer tal cosa; jamás lo haría contigo, ni aunque fuera una puta, como dices, lo haría.

Vamos, es como un juego, así que perdiste, y yo digo “siguiente”; ya vete.

¿Crees que mereces una segunda oportunidad?, me hubieras dicho eso la primera vez que me engañaste, idiota, no se te dan las matemáticas por lo que veo ¿cierto?; pero para ser sincero, yo tampoco sé a cuantos te llevas a la cama.

¿Cómo dijiste que te llamabas?

La verdad, no lo recuerdo…

Cuando te vi llorar, cuando sentí tus brazos rodearme la cintura desesperadamente, no pude evitar sonreír y reírme de ti.

¿Me extrañas?, ¿seguro?, ¿me quieres de regreso?, entonces suicídate, porque solo iría, feliz, a tu entierro.

No quiero volver a ser tu novio, aunque más que eso parecía tú esclavo, y ni con sedantes el dolor se iba cada noche que no dormía contigo y me atormentaba pensando en ti, pensando en si tú me estarías extrañando, pero veo que lo único que extrañas es mi culo.

Gracias a dios me engañaste lo suficientemente rápido.

Siento lastima por quien estés besando ahora.

Sinceramente, si te amé, demasiado, tanto como para olvidar mi dignidad u orgullo; te amé, y la verdad, no me arrepiento de haberte entregado mi virginidad.

En ese momento yo si te amaba, pero, como todo, las cosas cambian y tú cambiaste, yo también, así que no digas que me acosté contigo, porque ya no eres con quien lo hice.

Te extrañare, al chico que eras, pero da igual, la verdad siempre sale, (tarde en mi caso), a flote, así que supongo que este eres tú , que este soy yo, y que los labios que beso ahora saben mucho mejores que los tuyos, de eso estoy seguro.

No molestes ahora, que tendré sexo con él…

Probablemente te de un beso de despedida a ti, solo uno, te diré “adiós y suerte”.

Si te viera llorar de nuevo, sonreiría.

Al principio me sentiría mal y dudaría en si abrazarte o no.

No lo haría… recordare a mi hermano;

Sonreiré y seguiré adelante.

¿Tú crees que ahora te necesito? Por favor, no seas estúpido. Pero supongo que en tu pequeña mente no hay lugar para nada más, no hay lugar para nadie más que tú, maldito egocentrista.

Mira dentro de tu pequeña mente, ¿te das cuenta de lo que significa “fidelidad”?, lo más probable es que jamás te hayan dicho que es eso.

Pero, por esta vez, me alegro de que no lo sepas, porque yo pienso largarme, engañarte, tal como tú lo hiciste a tus anchas cuando yo no estaba, así que:

Jódete, vete a la mierda, jódete mucho, mucho, mucho.

Y es que, no soy yo, eres tú, lo sé, lo sabes, todos lo sabemos...

Tú dijiste que el amor no existe, y claro que no existe, para gente como tú jamás existirá, pero con ayuda de alguien más, para mí aún hay camino por recorrer, y esta vez intentare no tropezar contigo nunca más.

Claro, no fue fácil al principio. Sufrí como nunca lo había hecho. ¿Quieres que repita la historia de cómo ahora con quien jodo es mi hermano y no tú?

Pues bien, lo hare, la contare, pero no a ti, (tú sabes muy bien la historia), sino a mi hermano mayor, quien fue el que me hizo darme cuenta de que no tenías caso, y que era mejor levantar el dedo medio frente a tú cara y decirte, con una sonrisa, “jódete”. Le doy, entonces, las gracias a mi hermano.

 

Itachi:

Cuando él me dejó, no sabes cómo llore, me tumbe en mi cama y llore hasta que me quede dormido.

Lo único que pude hacer, fue patético; solo vi la televisión, sollozando desconsoladamente con las lágrimas manchándome las piernas y el regazo… no podía aguantar salir, nada.

Revise una y otra vez mis faltas, me pregunte cada noche qué había hecho mal, ¿por qué él me había dejado?

Cuando me dejo, por primera vez, me quede con ganas de más, lo sé, es patético decirlo, pero así fue.

Él se rio y me llamo “fácil”.

Cuando logre caminar de nuevo hasta mi cama, solloce aún más; tú entraste sin llamar, o tal vez lo hiciste y no me di cuenta, me abrazaste y te escuche decir “¿Quién se cree?”, eso me agrado y me hiso sonreír momentáneamente.

Pero no puedo dejar de recordar que, cuando el termino conmigo, por primera vez no supe que decir, me quede mudo frente a él, y solo me sonrió con descaro y me dejó plantado en medio de la nada.

Pero eso me ayudo, tal vez no las dos semanas de depresión, pero cada vez que lloraba y tú me abrazabas, me daba cuenta de que no estaba tan mal después de todo, así supe que eras lo que me podía hacer sonreír.

Pero, aun así, los primeros días (semanas, debo admitir), estuve deshecho. Simplemente quedándome en mi habitación, insultándome mentalmente a mí mismo.

 “Tenemos que terminar”, eso me había dicho antes de que, al siguiente día, le descubriera engañándome, y cuando lo hice me sentí una mierda, creí, al principio, que había sido mi culpa, y también creí que él y yo lo podríamos resolver ese mismo día, mi error.

Fui a buscarle ¿y qué encuentro?, claro, él follando sin pudor con otro…

Solloce sin parar, hasta que tú, que, de nuevo, entraste sin llamar a mi habitación; te sentaste a mi lado, me rodeaste los hombros, giraste mi rostro empapado en lágrimas y me plantaste un beso en la boca; “¿Qué acaso hacia demasiado ruido y tuviste que venir a callarme con un beso?”, te pregunte sin animo, sin sorprenderme, claro, hasta que contestaste: “No, esto lo quise hacer desde hace mucho”,  y así definitivamente, encontré la luz al final del túnel.

Me hiciste reír, me hiciste sonreír esa noche, me hacías gozar de mi ruptura con aquel imbécil como jamás pensé hacerlo.

Pero, como digo, no es fácil recuperarse tan fácil y en una sola noche…

Te dije que me mataría; tú me diste una bofetada…

Eso no me dolió tanto como lo que sentía.

Te grite molesto, te dije que me dejaras morir, que me dejaras de tratar como a un niño estúpido que no sabía lo que hacía.

“Tú no sabes lo que haces”, me escupiste molesto cuando quise levantarme de la cama, ya que tú me prohibiste salir de ahí, temiendo que fuera a por una navaja…

“¿Y tú sí?...”, replique, llorando. Sentí de pronto tus labios sobre los míos. Aunque comencé a llorar y gimotear, tú no separaste tu boca, (gracias), de la mía; me dormí plácidamente en tus brazos, después de haber gastado las pocas fuerzas que me quedaban en corresponder ese maravilloso beso, el cual me tomo completamente desprevenido, y me hiso sonreír en la mañana.

Al día siguiente, llamaron a la puerta…

Cuando sentí que me movías por un hombro, me desperté y vi tu rostro serio.

Yo comencé a sollozar, rodeándote el cuello con los brazos.

No llore de depresión o tristeza, estaba feliz, tanto que dolía. Nunca me había sentido tan bien, tan seguro en los brazos de alguien…

Me dijiste que no valía la pena, tenías razón, no tanto como tú.

Decidí madurar, reírme de él, (que maduro), y seguir adelante.

Tú también reíste conmigo; Me hiciste reír, me hiciste sonreír esa mañana; me hiciste gozar de mi ruptura con aquel imbécil como jamás pensé hacerlo.

Insinuaste millones de historias descaradas, y tal vez demasiado sádicas, que podrían ocurrirle a mi ex, y me dijiste si por ti fuera, él estuviera ahora en urgencias, con mi nombre grabado en su cuello.

Tuviste el maldito valor de hacer lo que yo debí haber hecho en lugar de haber salido corriendo y llorando. Tú lo hiciste, y, por tu cuenta, después de verme gritar su nombre y llorar desconsoladamente esa noche, lo golpeaste.

Gracias.

No tuve el placer de ver la maravillosa escena, pero, cuando me lo contaste, cómo reí y reí; igual que como me emborrache contigo; y como termine con tu boca sobre la mía, gimiendo tu nombre como loco, ahí fue cuando olvide el suyo.

Amanecí en tu pecho y preguntaste por mi estado, respondí “dañado” y te reíste conmigo.

La verdad, él me dejó así, si mi salud mental ya estaba hecha una mierda… imagina ahora.

Supongo que la locura es lo mejor.

Me acosté contigo, mi hermano, por hacerme tan maravilloso favor de golpearle; por hacerme, después, el favor de abrazarme sin buscar sexo de por medio, el de interesarte por mí, cosas que él  jamás hizo ni hará.

Ahora en la mañana, mientras  te beso, ambos sentados en el sofá, gimiendo sin pudor, escucho mí celular y  sé que es él.

Miras hacia este, me sonríes con descaro y me rio.

-Se cruel.-Me dices con una risita.

-Más que tú no podría.-Te digo, te ríes y asientes.

Contesto el teléfono.

-¿Si, hola?

Y ahí empieza su drama, amor.

-Sasuke, no creerás lo que paso…

Suelto una exclamación, fingiendo sorpresa:

-¿Qué ocurrió?-Pregunto conteniendo la risa, al igual que tú.

-Un chico, ayer me…-Blablablá

¿Él no sabe que tengo un hermano mayor verdad?, que bueno que no lo sabe, sino, de seguro, me hubiera engañado también contigo, (y tú eres solo MIO). Y ahora, él sigue parloteando de como ‘un chico’ le golpeo y… Blablablá; ya no quiero oír más.

Aunque al oírle gimotear y decir que me extrañaba, tapo el auricular y me rio, me giro hacia ti, te sonrió y te doy un beso.

Cuando termino de deleitarme contigo y vuelvo a fingir escucharle, poniéndome de nuevo el teléfono en la oreja; él todavía se queja.

-¿Estas bien? ¿Qué puedo hacer por ti?-Le pregunto con hipocresía, importándome una mierda lo que responda.

Me responde cosas sin sentido, ¿de qué revista lo está leyendo?  ¿Cree que con simples frases de amor me tendrá de nuevo en sus brazos?

-Deja de joderme la vida y ve a jodérsela a alguien más, cariño.-Termino la insoportable llamada y le mando un simple y cínico beso por el auricular.

Cuando cuelgo, siento tus cálidos brazos en torno a mi cintura, tiran de mí sobre tu cuerpo y yo me dejo acurrucar en tu pecho; sonrío, me siento tan feliz de que él esté mal y tú estés conmigo.

Sí, al principio si me sentí mal por un rato, pero después sonreí.

Sonreí, vaya que sí.

Me reí a carcajadas, tú igual lo hiciste cuando te lo conté, así que no me digas inmaduro o hipócrita.

Cuando apareció afuera de mi escuela, con los ojos llorosos y una rosa, aguante las ganas de reír y comencé a jugar un poco, consejo tuyo, mi maravilloso hermano: ‘si él te hiso sufrir, lo menos que podemos hacer es hacer lo mismo’.

Así que finjo emoción cuando me abraza y hasta derramo una falsa lagrima, la última, por él.

 “Te quiero”, me susurra al oído.

Creo que voy a vomitar.

Poco me falto para decirle “Sí, me quieres a mí, al vecino, a ese, a aquel, ah ¿y a esos también?”, ¿pero por qué hacerlo?, solo me reí de él en silencio, con mi rostro hundido en su cuello.

Cuando nos sentamos y  le vi quejarse de nuevo, una y otra vez, solo sonreí, fingiendo escucharle, pero en realidad no pensaba en él, cosa que él nunca deja de hacer, pensaba en lo graciosa que era la situación.

Pensaba en ti. En cómo me habías hecho sonreír, en vez de llorar, cada vez que pensaba en él.

Ver su ojo moreteado era lo más gracioso, ver como cuando intentó besarme y yo le aparte, fingiendo timidez, él solo volvió a decir “Te quiero” y yo me tape la boca hastiado, en serio ¿dónde está el sanitario?

Ver como lloraba frente a mí, ver sus lágrimas, me hizo reír, no pude resistirlo, lo siento si parece cruel o inmaduro, ¿pero por qué me fijo en esto si él no se fijó cuando me hiso lo mismo?

Cuando me mira enojado y contrariado por mi risa, me agarra fuertemente de los hombros.

Yo guardo silencio y, con todo el placer de mi alma, le doy una patada en la entrepierna.

-Espero que estés bien.-Miento y me levanto.

Al menos, me hace reír, y mucho.

‘Accidentalmente’, al levantarme, vacié mi bebida sobre su celular,  y cuando mucho me sentí un poco mal.

-Dios mío, cuanto lo siento…-Exclame con voz inocente, intentando que mis labios no se curvaran en una sonrisa.

No me cubrí el rostro para llorar, como él creyó, en realidad me moría de risa; Itachi, debiste ver su cara.

¿Por qué lo hice? Al principio lo había hecho solo para verlo sufrir, pero veo que mate dos pájaros de un tiro; ya no me volverá a llamar.

¿Quiere continuar conmigo?

-Anda, lárgate y vete a joder a alguien más.- le digo harto de que aun siga con su sonrisa fingida, forzada y descarada de ‘todo está bien’.

¿Qué quiere que haga ahora, que rasgue su ropa, que le golpee ‘accidentalmente’, que meta mi pie para que se caiga, en serio? ¿Aún no se da cuenta de que lo que me hace sonreír es ya no tenerle cerca y verle sufrir por mí, o al menos si es verdad lo que dices?, ¿qué quien me hace sonreír ahora eres tú?

Solo aclaro que salí con él para decirle, por fin, adiós.

¿Por qué se siente mal ahora? ¿Por qué llora? Debería ser yo ¿no?

Y él dice que me extraña, ¿sabes?, no soy de los idiotas que caen tanto; tal vez la primera vez le creí. Tal vez la segunda también, pero esa ‘relación’ ya era un asco y no quiero volver a vomitar cada vez que le veo.

-Suelta mi mano, a menos de que quieras otra patada, y déjame ir.-Le digo con una sonrisa.

¿Qué si me he convertido en un desgraciado, en una mala persona, en un cínico?

Pues solo con él, sí. Que le conteste con monosílabas, no significa que este deshecho, significa que quiero que se vaya.

Solo seré malo con él, sí, se lo merece y él lo sabe, son tres strikes y esta fuera; lo siento… la verdad no.

“Se siente bien hacer el mal a quien se lo merece.”, eso me dijiste cuando te pregunte porque le habías golpeado, (aunque en realidad jamás me preocupe por él), después de decirme “Porque te hiso daño, y no lo soporto.”, y ahora me gustas a sobremanera TÚ, mi hermano.

Por favor,  no me digas que soy una ‘zorra’, ya he tenido bastante de esa palabra y sinónimos por estas horribles semanas… en primer lugar, no lo soy, lo fui con él, pero tú eres diferente; te amo; en segundo, si lo dices porque esto entre tú y yo es inmoral, (el incesto), pues deberías culparte a ti, que tú fuiste el que me hiso darme cuenta de que merecía algo mejor, y que tú siempre fuiste todo lo que quise.

Pero supongo que de eso no hay necesidad, ya que supongo que he de significar algo para ti ¿no?, eso espero.

Ahora sí, como te prometí, Itachi, este será el último beso que le daría, y lo cumpliré, el ultimo.

Me giro sobre mis talones y le encuentro mirándome.

Como un perfecto y ultimo sacrificio, uno mis labios a los suyos y les robo un último roce, ese es mi regalo de despedida y mi agradecimiento por tantas carcajadas causadas por su patético dolor y llanto.

Lo suelto inmediatamente y le doy la espalda, comenzando a caminar, como si nada.

Veo como empieza a llover a cantaros, sigo caminando bajo la lluvia, mientras él intenta retenerme para hacerme un ‘lindo favor’ y llevarme en su auto.

No gracias, prefiero una pulmonía a ir con él.

-Adiós.-Le digo secamente cuando me sujeta por la muñeca y yo la aparto bruscamente.

Al fin…

 No sé qué es lo que siento en mí, tengo tantas ganas de reír, de hecho lo hago y me voy caminando, casi bailando de felicidad, al apartamento, donde te encuentro dormido en el sofá. Te contemplo, sonrío conmovido; siempre me habías sobreprotegido y cuidado. Ahora es justa una recompensa, un agradecimiento.

Recordé cuando te conté, con emoción, que él y yo éramos novios; me dijiste que yo era un idiota por estar con él, y, desde ese momento, me había enojado contigo. Sin embargo, no puedo creer que jamás te hayas resentido de mi frialdad y me hubieras abrazado cuando lo necesitaba, a pesar de que nunca te di las gracias o te dirigí una sonrisa durante las dos semanas.

Todo te lo debo a ti.

Así, que, oficialmente, le digo adiós para siempre al idiota cuyo nombre desconozco.

Hola para siempre a ti, Itachi.

Todo te lo debo a TI. A nadie más…

Me saco la camiseta empapada y me lanzo sobre ti, haciéndote dar un respingo, despertándote, y sueltas un leve quejido.

-Te quiero, te quiero, te quiero...-Te repito una y otra vez sin cesar al oído. Mientras tú solo ríes quedamente y me revuelves el cabello.

-Yo también, Sasuke…-Me respondes mientras entreabres los parpados y me depositas un beso en la frente. Te doy un beso y vuelvo a reír al recordar...

-¿Por qué tan contento?- Me preguntas al ver mi sonrisa -¿Qué hiciste?

-Me porte mal.-Te conteste con una sonrisa que prácticamente decía ‘Castígame, hermano’, queriendo provocarte.

-¿Qué tanto?-gemiste en mí oído con una risita y yo sentí un calor insoportable a pesar de estar completamente mojado de los pies a la cabeza.

-Mucho…-Gemí contra tus labios y te bese, (quitándome el amargo sabor, por fin, de los de aquel idiota), empapándome los labios de tu saliva, que se corría por mi boca cuando tú me lamias sin cesar y yo tenía que cesar e intentar respirar...

-Hazme el amor…-Te pedí entre gemidos cuando me quitaste traviesamente el pantalón y apretaste mi trasero entre tus manos, haciéndome soltar un gemido y dar un respingo.

-No puedo esperar.-Susurraste contra mi pecho y pasaste tu boca en cada milímetro de mi piel. Me encantaba como uno de tus brazos me rodeaba la cintura y me pegaba a tu bien formado torso, reclamándome como tuyo, como tu novio, como tu hermano menor; tuyo.

Con cada gemido que salía de mi boca, en nuestra  primera vez, yo olvidaba cada vez más quien había sido aquel.

Aproveche ese momento para inundar tu cuerpo de besos y caricias y tus oídos de mis bien merecidos ‘gracias’, creo que incluso me quede afónico, eso me alegra; espero que ese último ‘te amo’, con voz quebrada por tanto gritar y gemir tu nombre, te haya sido un poco comprensible para que sepas cuanto siento por ti.

Esta es la mejor noche de mi vida, y le seguirá la siguiente, y la siguiente contigo.

Sé que si alguna vez, me rompen realmente el corazón, ese serás tú, nadie más que tú me afectaría perder. ¿Quién dice que caer enamorado una y otra vez es malo?

Bueno, al menos ya aprendí que hacer si me rompes el corazón, Itachi.

- Jódelo (ay) y sonríe (jajá)-

A ti, porque si leer eso no te dejo nada, entonces:

Si te han roto el corazón y no sabes qué hacer, es simple, la solución está enfrente de ti, literalmente,  solo cruza la habitación (si, ya sé que duele levantarse, pero háganlo), ve a la del lado contiguo, insiste en preguntar si puedes pasar, solo una vez, abraza a tu hermano mayor,  y deja que él repare la grieta, y de paso, que te deje jugar un poco con él.

Eso, o simplemente gritar:

“Jódete, John/Matt/Mike/etc.; por no llamarme, por no decirme lo mismo, por no… blablablá.”

Ah, casi lo olvido, y que golpeen a tu ex es algo que no tiene precio, sinceramente. Siéntete mal por él un rato, luego ríete y sal adelante.

♥ Fin ♥

Notas finales:

Bueno, ahora si, aqui estan los enlaces de las canciones n_n:

Smile - lily allen

&

Fuck you - lily allen

Espero que los vean, estan geniales los videos.

Ah, y tambien espero que les haya gustado el fic. ¿Review? n///n

Xoxo

Me despido por ahora.

♥ Samadhi ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).