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Hurt por Ichi-Ichi

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Notas del fanfic:

Muchas gracias por entrar a leer. Espero que os guste el que será mi primer fanfic. Me he esforzado mucho, y espero no haber dejado ningún error por medio.

Gravitation no me pertenece. Es propiedad de Maki Murakami.

Notas del capitulo:

Aquí el primer capítulo. He añadido la letra de la canción en la que está basado, y su traducción (hecha por mí, si hay algún error me avisáis).

Aquí podéis ver el vídeo original:

http://www.youtube.com/watch?v=YFQFZ9Solbo&ob=av2n

Hurt –Christina Aguilera

 

Seems like it was yesterday – Parece que fue ayer

when I saw your face – cuando vi tu rostro

You told me how proud you were – Me dijiste que estabas orgulloso

but I walked away – pero me alejé de ti

If only I knew what I know today... – Si sólo hubiera sabido lo que sé hoy...

 

I would hold you in my arms – Te sostendría en mis brazos

I would take the pain away – Te quitaría el dolor

Thank you for all you’ve done – Te agradecería todo lo que hiciste

Forgive all your mistakes – Olvidaría todos tus errores

There’s nothing I wouldn’t do – No hay nada que no haría

to hear your voice again – para escuchar tu voz otra vez

Sometimes I wanna call you – A veces quiero llamarte

but I know you won’t be there – pero sé que no estarás ahí

 

I’m sorry for blaming youEstoy arrepentida de haberte culpado

for everything I just couldn’t dode todo lo que no pude hacer

and I’ve hurt myself /*2 by hurting youy me he herido a mí misma / hiriéndote

 

Some days I feel broke inside – Algunos días me siento rota por dentro

but I won’t admit – pero no lo admitiré

Sometimes I just wanna hide – A veces sólo quiero esconderlo

‘cause it’s you I miss – porque eres lo que hecho de menos

And it’s so hard to say goodbye – Y es tan difícil decir adiós

When it comes to this – cuando se trata de esto

 

Would you tell me I was wrong? - ¿Me dirías que me equivocaba?

Would you help me understand? - ¿Me ayudarías a entender?

Are you looking down upon me? - ¿Me estás buscando desde arriba?

Are you proud of who I am? - ¿Estás orgulloso de quién soy?

There’s nothing I wouldn’t do – No hay nada que no haría

to have just one more chance – por tener sólo una oportunidad más

to look into your eyes – por mirarte a los ojos

and see you looking back – y verte mirándome

 

Repeat

 

If I had just one more day – Si tuviera sólo un día más

I would tell you – Te contaría

 how much that I’ve missed you – cuánto te he hechado de menos

since you’ve been away – desde que te fuiste

It’s dangerous – Es peligroso

It’s so out of line – Está tan fuera de lugar

to try and turn back the time – volver atrás el tiempo

 

Repeat*2


Ha pasado ya mucho tiempo desde que te fuistes, pero a mí me parece que fue ayer cuandome sonreías, recibiéndome en casa. El apartamento está ahora tan vacío como yo...

 

Shuichi, te hecho de menos. Sé que me porté tan mal contigo que fue un milagro que estuvieras tanto tiempo conmigo, pero de alguna forma aprecié todo lo que pasé junto a ti. No había llorado en tanto tiempo que me dolió volver a hacerlo cuando vi que realmente te habías ido.

 

La última vez que realmente había tenido una conversación contigo sin que te insultara de una forma u otra está tan borrosa que ni siquiera puedo acordarme. Es una pena que recuerde perfectamente la última vez que te vi. Preferiría olvidarla; la culpabilidad duele tanto...

 

Había conseguido convertir mi última novela en el número uno de la lista del New York Times durante ya un mes. Ahora me encuentro en la celebración organizada por la editorial; al acabar la rueda de prensa bajo del podium y me adentro en una nueva sala, sin periodistas que estorben cerca de mí. La multitud se me aproxima intentando hablar conmigo, y yo complazco a unos cuantos privilegiados. Algunos, pidiéndome autógrafos en alguna de mis novelas, acaparan mi campo de visión.

 

-¡Yuki! -oigo una voz familiar llamarme. Al girarme, veo a Shuichi, y este se acerca a mí.- ¡Felicidades! He conseguido salir antes del estudio, y...

 

Alguien me toca el hombro, y al girar veo a mi editora. Me apresura a que vaya a dar el discurso principal dedicado a los asistentes. Sin acabar de escuchar a Shuichi, me encamino al micrófono.

 

-Cállate ya, idiota.

 

Y me voy.

 

Ni siquiera me giro para mirarle.

 

Alguien como tú tenía que encontrar a alguien capaz de demostrar cariño. No pude quererte cuando debía, y sólo fue culpa mía. Si te hubiera prestado atención, hubiera sabido que te pasaba algo. Ahora puedo recordar todas esas pequeñas señales: dolores de cabeza, desmayos, sonrisas decaídas y miradas vacías. Ya ni siquiera intentabas esconder que tu cuerpo no podía más, y ni cuenta me di.

 

Son las cuatro de la mañana cuando vuelvo al piso. No enciendo ninguna luz y paso directamente al dormitorio, ansioso por descansar al fin. Extrañamente, no te encuentro en la cama –donde debías encontrarte siendo tan tarde. Me acuesto sin darle importancia y duermo tranquilamente.

 

Mucha gente dice que he cambiado. ¿Qué crees, Shuichi? ¿Tanto puede cambiar a alguien la ausencia de otra persona? Aunque, creo que para mí fuiste más que eso. Eras la base de mi vida, y por eso mismo no pude verte a tiempo.

 

Quiero comer otra vez ese desayuno que siempre preparabas, quemado y retorcido. Me había acostumbrado a oler siempre eso por la mañana, al despertar. Siempre te levantabas antes que yo para prepararlo, y nunca aprecié ese gesto. Tal vez la primera vez que lo noté fue aquella mañana, cuando al levantarme no escuché nada. La puerta de la habitación seguía cerrada, como la noche anterior, y tú siempre la abrías cuando creías que era hora de que me despertara. Y ese olor... no estaba.

 

-Hum...

 

Despierto agobiado por el calor de la mañana típico de Agosto. El sol transpasa las finas cortinas bañando la estancia en una agradable luz. Pero falta algo...

 

-¿Qué hora es...? –me pregunto a mí mismo, todavía adormilado. Me incorporo lentamente y miro el reloj, sorprendiéndome al ver que son las doce de la mañana. Aunque la noche anterior llegara tan tarde, siempre me levantaba como mucho a las diez. Y ¿Dónde estaba Shuichi? Siempre armaba un jaleo increíble, así que no era posible dormir en su presencia.

 

Un poco preocupado, me levanto de la cama y salgo de la habitación. Sin ir al baño siquiera, llamo a gritos:

 

-¡Shuichi! –nadie contesta.- ¿Shuichi? ¿Estás aquí?

 

Salgo al comedor, y veo tu figura tendida sobre el sofá. Te miro desde la puerta.

 

-¡Shuichi, despierta ya! ¡Son más de las doce de la mañana! ¿Por qué no te has despertado antes?

 

Me preocupo al ver que sigues inmóvil ante mis gritos. Siempre te despiertas cuando te llamo, aunque estés profundamente dormido.

 

-¿Shuichi? –pregunto, acercándome.- ¿Te encuentras mal?

 

Y te veo la cara.

 

Pálida, inmóvil. Tu mirada se pierde en algún punto del parqué, y carece completamente de vida.

 

-¡SHUICHI!

 

Las lágrimas caen hasta el suelo, manchando mis mejillas de pura culpabilidad. Oh, Dios, lo siento tanto...

 

Tus médicos me dijeron que padecías un problema de corazón desde hacía ya un tiempo. La misma tarde en la que se celebraba la fiesta en honor a mis novelas tú habías tenido tu última cita con ellos. Según me dijeron, acudiste allí con Hiro. Te dijeron que no podían hacer nada por ti, ya lo habían intentado todo. Tu situación era tan frágil que cualquier alteración podía provocar tu muerte. Te aconsejaron que te quedaras en el hospital para poder tratarte en caso de que se producirá cualquier problema, pero dijiste que tenías que acudir a un lugar urgentemente y te fuiste haciendo caso omiso.

 

De una forma u otra, te maté. Provoqué con mis acciones aquello que acabó contigo.

 

Mis pensamientos se interrumpen en el momento en el que oigo que llaman a la puerta. Seguramente será Tatsuha, me digo. Como no he salido de casa durante los últimos dos meses y medio posteriores a tu muerte, él se encarga de que siga comiendo en contra de mi voluntad. Me obligo a abandonar mi puesto en el sofá, exactamente el mismo en el que moriste. No he cambiado nada, todas tus pertenencias siguen recordándome mis errores.

 

Al abrir la puerta veo a Hiro ante mí. Lleva una bolsa deportiva entre sus brazos –que reconocería en cualquier lugar- y su cabeza está gacha, su mirada fija en el suelo.

 

-No esperaba verte a ti –murmuro.

 

-Lo sé, y yo no esperaba atreverme a venir, pero tenía que hacerlo. –Levanta la mirada, y en ella puedo ver un mar de tristeza y trazos de odio, dirigidos completamente a mí.

 

-¿Por qué?

 

-Shuichi me pidió que te diera esto. –Miro la bolsa que llevaba en brazos. Él me la tiende, y yo la recibo dudoso.

 

Al ver que empieza a retirarse, le detengo tirando de su brazo. Él se gira y me mira, su mirada ahora llena de resentimiento.

 

-¿¡Qué quieres!? ¿¡No has hecho ya suficiente!? –Deja que su ira surja, tranquilizándose a sí mismo de alguna forma.

 

-Perdóname.

 

Su odio desaparece al oír mis palabras, y sólo puedo apreciar un profundo pesar en su voz cuando me dice:

 

-No es conmigo con quien tienes que disculparte.

 

Desaparece de mi vista al entrar al ascensor, y cierro la puerta tras de mí. Apoyándome en ella, me escurro hasta el suelo.

 

-Ojala pudiera disculparme.

 

 

Despierto del sueño en el que me he sumido después de la visita de Hiro. Él tiene muchas razones para odiarme; después de todo, he causado la muerte de su mejor amigo.

 

Al recordar la bolsa que me ha dado, me levanto del sofá –que se ha convertido en mi nueva cama desde entonces.

 

La encuentro junto a la puerta, tirada donde la he dejado. Al recogerla siento una nostalgia avasalladora; es la bolsa que te regalé para tu último cumpleaños. No la había visto desde entonces, pensé que no le había gustado. Me apresuro a abrirla para descubrir qué hay en su interior, y me sorprendo al ver su contenido. Decenas de objetos que alguna vez le regalé hacen que mis recuerdos afloren. Un oso de peluche rosa, unas gafas de sol, fotos de los días que pasamos juntos; aquel mechero con nuestra foto, al que se le había acabado el gas y yo había tirado. ¿Acaso lo había recuperado de la basura?

 

Sigo revisando el contenido y un sobre en blanco llama poderosamente mi atención. Al abrirlo, descubro una corta nota que me arranca las últimas lágrimas que podría haber derramado.

 

Cuando ya no esté, tira todo y no me recuerdes;

hacerlo sólo te hará daño y es inevitable que esto acabe de otra forma.

 

Shuichi

 

-Lo siento tanto...

 

Me recuesto en el sofá y medito sobre la carta, intentando decidir si hacerle caso o no. Al cabo de horas, sólo sé que daría cualquier cosa por poder volver el tiempo atrás.

 

 

Me despierto en una habitación completamente blanca, y me duele la cabeza, como si hubiera dormido demasiado. Vuelvo mi cabeza a los lados para ver qué es lo que ha pasado, por qué me encuentro en ese lugar.

 

-¿Un hospital...?

 

En ese momento, alguien entra por la puerta. Una enfermera, reconozco al mirarla.

 

-¡Ha despertado! –dice, sorprendida de verme consciente.

 

-¿Qué ha pasado?

 

-¿No lo recuerda? Tuvo un accidente cuando se celebró su fiesta hace casi tres meses, ha estado muy grave.

Notas finales:

Espero que os haya gustado, si habéis llegado al final. Por favor, dejad un review para que pueda saber si os ha gustado. Decidme si hay errores, si puedo mejorar algo o si es perfecto... ¡aunque no creo! No os cortéis.

Subiré el próximo cuando esté listo siempre y cuando sepa que alguien ha leído este capítulo.


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