Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hurt por Ichi-Ichi

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siento mucho haber tardado tanto tiempo en acabarlo; casi un año, de hecho. Os dejo él segundo capítulo aquí.

Paso unos minutos reflexionando sobre lo ocurrido. ¿Ha sido todo un sueño? ¿Qué ha pasado contigo? Necesito verle, saber que está bien. Mis ojos se inundan de lágrimas no derramadas, pero no de tristeza, sino de alivio. Por un momento había pensado que todo era verdad, que  estabas muerto. Gracias a Dios que no es así.


 


Miro el techo, y escucho voces en el pasillo. La enfermera ha avisado al resto de que yo había despertado. En este momento sólo tengo ganas de verle a él; ojalá esté ahí, esperándome, aunque no me extrañaría que no estuviera dada la forma en la que le he tratado últimamente.


 


La puerta se abre repentinamente, y por ella entra Shuichi. La enfermera le regaña, pero a él no le importa; su cara de preocupación dice que tiene muchas cosas en las que pensar. A un paso acelerado, casi tirándose, llega hasta la cama y frena justo a tiempo de evitar caer sobre mí. El desconcierto de los últimos sucesos me mantiene confuso, pero despierto al ver cómo se aferra al borde de la cama. Me mira fijamente durante unos instantes, sin atreverse a tocarme, y entonces sus ojos empiezan a humedecerse.


 


-¡Yuki! –exclama, al final viéndose incapaz de contener el impulso, aferrándose a mi cuello. La enfermera le regaña de nuevo al ver la brusquedad de sus acciones, pero yo le miro como disculpándolo y decide dejarnos solos.


 


Shuichi solloza, enterrando su rostro en mi cuello, a la vez feliz y contrariado al verme al fin despierto.


 


-He esperado todos los días a tu lado, Yuki –logro entender entre hipido e hipido.


 


Viendo que Shuichi se siente desconsolado, hago un esfuerzo sobrehumano para levantar mis brazos y rodearle con ellos. Su llanto disminuye casi inmediatamente, sorprendido por mi forma de actuar.


 


No quiero imaginar cuánto me he distanciado de él en los últimos meses antes de la fiesta; casi sin darme cuenta, había construido un muro invisible entre nosotros a base de insultos y desprecios, pero sin ser yo consciente de ello. Creyendo tontamente que Shuichi siempre seguiría a mi lado gracias al amor que me profesaba, le menospreciaba y humillaba casi inconscientemente.


 


Ahora no estaba seguro de que debiera de seguir a su lado.


 


Afirmé el agarre sobre el pequeño cuerpo acomodado sobre mí, pensando seriamente en qué decirle. Le debía una disculpa, sobre todo. La forma en la que me había comportado…


 


Agarré entonces sus hombros y lo alejé un poco de mí, y él me miró con miedo. No sabía qué iba a hacer.


 


-Shuichi… -le llamé, deseando hacer lo correcto-. Durante el tiempo que he estado soñando estos tres meses, he visto claramente todo lo ocurrido últimamente –él me escuchaba atento, curioso y temeroso por aquello que pudiera salir de mis labios-. He visto el daño que te he hecho, el error que he cometido al tratarte como te he tratado. Nunca, nunca debí insultarte, ni dejar de mirarte o considerarte menos.


La sorpresa se refleja en sus ojos. Ha dejado de llorar, pero sus mejillas todavía están humedecidas por las lágrimas que las han surcado recientemente. Mis manos se han aflojado poco a poco. Bajo una mano hasta acariciar suavemente uno de sus brazos, mientras con la otra rozo una de sus mejillas. Una sonrisa triste enmarca mi rostro, en contraste con la sorpresa en el de Shuichi.


 


-He soñado que te perdía. Una extraña enfermedad te apartaba de mi lado, y yo no pude soportarlo –a estas alturas, era yo quien lloraba-. Comprenderé que quieras alejarte de mí después del daño que te he causado. Yo…


 


Me miraba, y yo a él. Sus ojos de color amatista se clavaban en los míos con dolorosa confusión.


 


-¡No! –dijo, sobresaltándome. Una de las máquinas que controlaban mi pulso pitó, y yo intenté calmarme-. No digas algo como eso. Sabes que nunca te dejaré; seguiré contigo aun después de muerto. Lo sabes.


 


-Ahora eres tú quien no debe de hablar así –le respondí. Su rostro arrebolado se acercó al mío poco a poco, atento a mis palabras-. Nunca me antepongas a tu salud; no quiero que… Que todo acabe como he soñado.


 


Mi voz se quiebra en la última sílaba, y una lágrima rebelde consigue escapar de mis ojos rodando camino abajo, perdiéndose en mis labios. Shuichi se acerca más a mí, sellando con sus labios los míos; el contacto es cálido y tranquilizador para ambos, y todas mis preocupaciones se desvanecen en el momento.


 


-Yuki –susurra él, tan suave que me cuesta escucharle-. Sabes que todo fue un sueño.


 


Sus ojos, brillantes por las lágrimas, me miran muy de cerca.


 


-Te amo –murmuro-. Te amo, te amo. Y te lo repetiré cuantas veces haga falta. No te haré daño ni dejaré que otros te lo hagan.


 


Una sonrisa adorna su rostro, mientras el brillo de su mirada se torna en uno de emoción al sentir la verdad en mis palabras.


 


-Yo también, Yuki. Siempre lo he hecho.



 



 


Un mes después, todo era ya completamente diferente. Las vidas de ambos se rehicieron con sorprendente facilidad; nadie podía creer el increíble cambio obrado por alguna causa desconocida en Eiri. Al salir del hospital, todos pudieron notarlo. La ilusión en los ojos de la pareja era casi palpable, y casi podían decir que eran las personas más unidas que habían existido jamás.


 


Increíble fue también la oportunidad que tuvo el escritor de enmendar su error; sólo ellos saben y sabrán que gracias a un sueño Eiri se dio cuenta de lo que tenía antes de perderlo.


 


Gracias, Yuki. Gracias a ti sigo bien y a tu lado, aunque nunca te diré que la enfermedad que me aquejaba era real; nuestra historia y mi vida pudieron acabar así, pero tú lo cambiaste todo. Te amo.

Notas finales:

Muchísimas gracias a los que me habéis leído, pero sobre todo a aquellos que me dejaron su opinión y me apoyaron. Me hace muy feliz que os guste lo que escribo, y espero volver pronto con alguna otra publicación. Por ahora me despediré de vosotros; espero que os animéis a dejar de nuevo vuestra opinión.

Ichi-Ichi


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).