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Los beneficios del sexo por Takaita Hiwatari

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LOS BENEFICIOS DEL SEXO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 2: "Los resultados del afrodisíaco":

 

Finalmente, las manos de Uzumaki abandonaron su lugar en el pálido rostro para deslizarse hasta enredarse en los negros cabellos de la nuca, y le atrajo un poco hacia él al notar a Sasuke algo reacio a iniciar un nuevo acercamiento. Pensó que tal vez se sentía algo cohibido, así que no le dio demasiada importancia a esa actitud. Sin apartar la mirada de los ojos negros, descendió una de sus manos hasta posarla sobre una de las de Uchiha que todavía permanecía sujetándole de la cintura. Despacio, guió a la blanca mano con la suya hasta que ambas se perdieron bajo su camiseta, instándole a que le acariciara el costado y el vientre. Acercó los labios al lóbulo de una de las orejas, rozándolo.

 

-Tócame -le susurró con voz suave, para después deslizar la lengua por el contorno de la blanca oreja.

 

Si Naruto hubiera visto la expresión de Sasuke, habría pensado que Uchiha ni siquiera se había inmutado por lo que le acababa de decir. Pero lo cierto era que el interior del pelinegro se sentía hervir tras escuchar aquello, deseando cada vez con más fuerza obedecer a ese susurro de Uzumaki y empezar a tocarle de una vez. Pero le seguía confundiendo el hecho de que ese repentino deseo parecía haber surgido de la nada, y parecía que no iba a desaparecer hasta que obedeciera a sus instintos.

 

Sin moverse un ápice, permitió que Naruto guiara su mano libremente, disfrutando en silencio de sentir la cálida y suave piel morena bajo la yema de sus dedos. Dos de sus dedos se toparon con el pezón derecho, y al instante escuchó un suave jadeo muy cerca de su oreja, provocándole un leve escalofrío y un inquietante hormigueo en el bajo vientre.

 

-Vamos, Sasuke´ttebayo. ¿Qué pasa? -cuestionó en voz baja, pero eso no impidió que en sus palabras se apreciara un cierto toque ansioso e impaciente. -Atrévete. No seas tímido.

 

Extrañamente, Sasuke estuvo a punto de replicar y decirle que no era tímido, que el problema ahí era que él de repente era demasiado lanzado. Pero antes siquiera de poder abrir la boca, sus dos dedos habían empezado a rozar con suavidad el pezón a su alcance, como si tuvieran vida propia. Al instante fue recompensado con un ligero temblor del rubio y otro suave jadeo que golpeó de lleno en su oreja. Pensó que Naruto era demasiado sensible, pues apenas lo había rozado y reaccionaba así, pero interiormente aquello le agradó, el saber que podía alterarle de ese modo.

 

Movido por la curiosidad mezclada con sus ansias por tocar, coló la otra mano bajo la camiseta de Uzumaki y con ambos pulgares estimuló los dos pezones lentamente, sintiéndolos rápidamente duros y erectos. Apretó los dientes y un suave gruñido quedó ahogado en su garganta al sentir de forma inesperada los dientes del rubio clavarse en la parte baja de la curvatura de su cuello, empezando a succionar después.

 

-Oi, dobe... -comenzó a decir en voz baja. -Deja de hacer eso, pareces un mosquito.

 

Al instante Naruto se separó y emitió una leve risa, aunque evidentemente divertido. Paseó un dedo sobre la marca que se empezaba a tornar rojiza en la blanca piel. Deseó jugar un poco más, molestar a Sasuke dejando numerosas de esas marcas por todo su cuerpo, pero conforme el tiempo pasaba se sentía más acalorado y con una incómoda molestia creciendo dentro del pantalón. La apremiante necesidad de sentirse unido a Sasuke era cada vez más intensa.

 

Le avergonzó un poco el hecho de calentarse con apenas un par de caricias y un beso. Mientras que Sasuke seguía teniendo esa expresión impasible de siempre, a excepción de un leve rubor en las mejillas y que también parecía acalorado como él. Ese teme... a pesar de la situación en la que se encontraban, seguía con ese rostro tranquilo. Quería hacer desaparecer esa expresión al menos un momento, que Sasuke se desatara y expresara lo que sentía al menos un poco. De forma repentina, colocó ambas manos en los glúteos del pelinegro y los apretó levemente antes de atraerle hacia él. Gimió quedo cuando su excitación chocó con la otra, y pudo comprobar que Sasuke también se sentía excitado. Frunció levemente el ceño al pensar que el idiota se estaba conteniendo tras esa máscara de expresión inmutable.

 

Sasuke dejó lo que hacía y apoyó las manos en la pared, a ambos lados del rostro del rubio, al sentir como éste de repente le atraía hacia él. Apretó los labios para ahogar un jadeo que luchaba por salir en el momento en que sus miembros despiertos se tocaron a través de la ropa. Aunque escuchó un pequeño gemido de Naruto. Pudo notar que el otro de repente le observaba ceñudo, y no entendía a qué venía esa mirada. Le tomó por sorpresa el repentino movimiento de caderas de Uzumaki, el cual todavía no le soltaba de su agarre en los glúteos; e inspiró hondo en un vano intento de ahogar en esta ocasión un gemido al sentir la constante fricción entre sus miembros. Sintiéndose hipnotizado por las sensaciones placenteras que eso le provocaba, movió también la cadera, empujándola y restregándola con la contraria. Aunque le frustraba el hecho de no poder acallar por más tiempo los sonidos que querían salir de sus labios firmemente cerrados. Y entonces, cuando vio la boca entreabierta de Naruto, jadeando de vez en cuando, no lo pensó y cazó sus labios en un beso para silenciarse a sí mismo.

 

Uzumaki permitió que la lengua de su amigo invadiera su boca, disfrutándolo más que el beso anterior por el simple hecho de que fue Sasuke quien lo inició. Se preguntó si su amigo le dejaría ir un poco más allá en ese encuentro. Ambos se sentían excitados sin apenas haberse tocado, así que supuso que tal vez el pelinegro sentía la misma necesidad que él. Con ambas manos tanteó el borde del pantalón de Uchiha, era elástico y no tenía botón o cremallera. Con movimientos sutiles tiró de el hasta que este se deslizó solo por las blancas piernas hasta quedar en el suelo. Se apegó un poco más a la pared, separando su cuerpo del otro para poder colar una mano entre ellos y empezar a tantear con suaves roces el miembro de Sasuke todavía atrapado en la ropa interior.

 

Recibió gustoso un gemido ahogado, aunque había sonado opacado al tener todavía sus bocas unidas. Con más confianza, continuó acariciándole, sintiendo los estremecimientos que recorrían al pelinegro cada vez que aplicaba algo de presión a los insistentes roces de su mano en aquella parte.

 

Con un movimiento brusco, Sasuke dio por finalizado aquel asfixiante beso. Completamente azorado, aunque disimulándolo bastante bien a pesar de la situación en la que se encontraban, apoyó la frente en la de Naruto. Respiraba agitado por la nariz, aunque llegó el momento en que sentía que no podía tomar el aire que necesitaba y abrió ligeramente la boca, jadeando de vez en cuando. Empujó la cadera contra la morena mano, ansioso por intensificar el contacto. Una especie de niebla parecía haber oscurecido sus pensamientos anteriores. Ya no importaba que estuviera haciendo ese tipo de cosas con Naruto, otro chico, quien consideraba su rival, mejor amigo y casi hermano.

 

No importaba en absoluto.

 

Sólo quería sentir más y más, apagar de una vez el sofocante calor que parecía estar concentrado en sus entrañas, quemándole.

 

Llevó las manos al cierre del pantalón de Naruto y lo abrió, bajándolo de un firme tirón que le hizo parecer desesperado ante los ojos azules, aunque no le importó.

 

Porque realmente se empezaba a desesperar.

 

Naruto dejó escapar un sonido de satisfacción al sentir las primeras caricias sobre su excitación, aunque pensó que aquello se sentiría más agradable si pudiera sentir el toque de piel contra piel, y no a través de la tela de la ropa interior. Se acercó a la boca entreabierta de Sasuke y con la punta de la lengua le acarició un par de veces el labio inferior. Interiormente sonrió al notar que la lengua de Uchiha salía de su escondite, buscando toparse con la suya.

 

Ambas lenguas se encontraron fuera de sus bocas, dándose suaves toques, rozándose, lamiéndose y queriendo enredarse. La saliva escurrió por ambas barbillas en delgados hilos.

 

Y cuando a ambos les recorrió una especie de corriente eléctrica por toda la espalda, Uzumaki fue el primero en detenerse y separarse, ganándose una mirada interrogante y de leve reproche de parte del pelinegro que ignoró. Con la vergüenza velada por la excitación que sentía, se retiró el protector de la frente y la ropa interior. Emitió un imperceptible suspiro aliviado al sentir su miembro libre. Ayudándose de sus propios pies, sin cuidado alguno pateó sus ropas a un lado, y cuando llevó la mirada hacia Sasuke le descubrió haciendo lo mismo que él acababa de hacer: pateando su pantalón y ropa interior a un lado con un movimiento de pie.

 

Los ojos azules y los ojos negros observaron el cuerpo que tenían delante, desnudo de cintura para abajo.

 

Sasuke parpadeó al sentir cómo el rubio le tomaba de la mano y la acercaba a su boca, lamiendo y empapando de saliva tres de sus dedos. Un hormigueo intenso le azotó en el bajo vientre, viendo con detalle y permitiendo libremente que Naruto se introdujera sus dedos en la boca. El interior de aquella boca era cálido, y era como si esa calidez se contagiara a través de sus dedos hasta extenderse por todo su cuerpo y concentrarse en su zona baja.

 

El rubio apartó los dedos cuando los consideró lo suficientemente húmedos. Soltó la mano de Sasuke, esperando que hiciera lo previsto, pero su amigo parecía haberse quedado congelado.

 

-Date prisa´ttebayo. La saliva... se secará.

 

Parpadeó curioso al ver cómo los ojos negros se tornaban confundidos. Era como si Sasuke no tuviera idea de qué hacer. Y en ese momento, como un golpe le llegó la posibilidad de que seguramente era virgen. O tal vez sí lo había hecho con mujeres, pero nunca con hombres y por eso su amigo parecía tan perdido en lo que hacer.

 

Algo dubitativo, tomó la mano de Uchiha y la acercó hasta que los blancos dedos rozaron la línea que separaba sus nalgas. Tragó duro antes de hablar.

 

-Aquí... Mételos con cuidado.

 

El pelinegro abrió levemente los ojos en señal de sobresalto y alejó la mano con rapidez.

 

-¿Qué? ¡No! -sentenció.

 

Le sorprendió la tajante negativa. Nunca pensó que se negaría con esa vehemencia.

 

Aunque seguro Sasuke se negaba porque no quería prepararle, y no porque no quisiera llegar hasta el final. Frunció levemente el ceño ante eso. No se iba a dejar penetrar así sin más, sería demasiado doloroso. Primero prefería morirse de la excitación.

 

-Pues entonces tenemos un problema, teme -arrugó más profundamente el ceño en señal de disgusto. -A no ser... que tú...

-¡Nunca!

 

Naruto suspiró de forma pesada. No le había dado tiempo de ofrecerle a Sasuke la opción de ser el pasivo y ya se había negado de esa forma que parecía que se le iba la vida en ello. El maldito bastardo se lo ponía difícil. No quería prepararle, y tampoco quería ser el pasivo.

 

Él siempre imaginó que si alguna remota vez en su vida llegaba a tener la suerte de tener sexo con Sasuke, sería... mucho mejor que eso. La verdad, siempre pensó que Sasuke le haría retorcerse y gritar de placer hasta quedar afónico y sin fuerzas. Aunque ya que habían empezado, quería terminar aquello. Alzó una mano, contemplándola fijamente.

 

-Bueno´ttebayo, supongo que no queda más remedio.

 

Sasuke observó como el rubio se acercaba tres dedos a la boca, lamiéndolos y empapándolos en saliva.

 

-Naruto. ¿Qué...?

 

Pero no terminó la pregunta porque fue interrumpido.

 

-Espero que cuando sea tu turno me arranques por lo menos un par de gemidos.

 

Y sin prestar atención a si Uchiha iba a rebatir algo por su comentario, acercó los húmedos dedos a su propia entrada y la rozó un poco con la yema del dedo medio. Estaba algo indeciso, nunca había hecho algo como eso. Finalmente, se armó de valor y cerró los ojos, apretando los labios al tiempo que empujaba el dedo en su interior lentamente.

 

El pelinegro parecía haberse quedado estupefacto observando la escena. ¿Dónde demonios había aprendido eso Naruto? Había sido un ingenuo al pensar que el dobe era virgen. Después de todo habían estado años sin verse, y debía de reconocer que Uzumaki se había transformado en un muchacho atractivo, aunque igual de idiota que siempre, y tal vez ya había tenido una relación con alguien. Frunció levemente el ceño, sintiéndose algo celoso, aunque en voz alta nunca lo admitiría.

 

Salió de sus pensamientos al escuchar una queja apagada de Naruto, el cual se hallaba todavía con los ojos cerrados y el rostro algo inclinado, como intentando mantenerse tranquilo.

 

-Nu-nunca imaginé... que molestara tanto, dattebayo -masculló bajito.

 

El rubio soltó un pesado suspiro y chasqueó la lengua después de introducirse un tercer dígito. La saliva no ayudaba mucho, no era muy buen lubricante. Tal vez debería haber probado con aceite, o cualquier otra cosa. Lo único "bueno" del asunto era que como él mismo se estaba preparando, podía hacerlo al ritmo que quisiera sin hacerse más daño del necesario; aunque por otro lado, ya se sentía bastante excitado como para ir despacio.

 

Entreabrió los ojos, atisbando a Sasuke frente a él que no le quitaba la mirada de encima, aunque seguía teniendo ese tinte de expectación.

 

-Oe, Sa-Sasuke´ttebayo...

 

El mencionado tan sólo alzó la mirada, encarando los entornados ojos azules.

 

-Tú... ¿alguna vez...? -comenzó a preguntar Uzumaki, dubitativo. -¿Con un hombre has...?

 

El blanco rostro de Sasuke se ruborizó un poco más al entender aquellas preguntas a medias.

 

-No soy un santurrón -contestó con voz grave. -¿Por quién me tomas?

-No pregunto por eso, teme -masculló frunciendo levemente el ceño. -Es sólo que no pensaba que fueras gay.

 

El comentario le llegó a Uchiha como una patada en su hombría. Por no parecer un mojigato frente a Naruto, había quedado como un homosexual.

 

Bueno, sí, estaba a punto de hacer "eso" con su mejor amigo, pero eso no le convertía en gay. Nunca se había sentido atraído hacia los hombres lo más mínimo. Es más, no entendía porqué su cuerpo se había calentado tanto al sentir a Naruto tan cerca. Tal vez tenía que ver con el hecho de que nunca podía sacárselo de la cabeza, o tal vez el estrés le había vuelto loco de remate. ¡No lo sabía!

 

Al igual que tampoco entendía porqué a pesar de llevar un rato sin hacer caso a su palpitante miembro, su excitación no había bajado; al contrario, parecía querer crecer al contemplar al rubio preparándose entre suaves y apagados sonidos de molestia, con las mejillas sonrojadas, el ceño levemente fruncido y los ojos entrecerrados y brillantes.

 

Se mordió el labio inferior de forma sutil, apenas rozándolo con los dientes, sintiendo una asfixiante necesidad. Tal vez no era homosexual, pero no podía negar que eso que Naruto despertaba en él era una fuerte atracción y deseo.

 

Uzumaki retiró sus dedos cuando se creyó suficientemente preparado. No se había creído del todo que Sasuke ya hubiese tenido otras experiencias con hombres, sobretodo porque le veía muy quieto e indeciso, aunque le daría el beneficio de la duda por ahora. Tal vez Uchiha sólo se sentía intimidado por hacer ese tipo de cosas con su mejor amigo. Y porqué no decirlo, también le gustaría ser el primero para Sasuke.

 

Respiró profundo y giró hacia la pared, apoyando las manos en ella mientras separaba un poco las piernas, dándole la espalda al pelinegro. En esa postura sería más cómodo, aunque estaba convencido de que de todas formas dolería como mil demonios. Después de todo, era su primera vez.

 

Parpadeó al no sentir nada por parte de Sasuke. Le estaba poniendo de mal humor la inactividad del pelinegro. Tal vez habría obtenido más placer satisfaciéndose a sí mismo mientras pensaba en Sasuke. Giró un poco la cabeza, frunciendo el ceño.

 

-¿Qué estás esperando´ttebayo? -protestó, haciendo evidente su mal humor. -No me digas que además de estresado, ahora eres miedoso.

 

Uchiha arrugó profundamente el ceño. ¡Maldito Naruto! ¡Nadie le llamaba cobarde! En un arrebato de decisión, con las dos manos agarró con firmeza la morena cintura y se acercó hasta que su excitación rozó las nalgas del rubio.

 

El chico de las marcas en las mejillas se sobresaltó ligeramente al sentir el repentino agarre en la cintura, firme y decidido. Tal vez no debía de haber llamado miedoso a Sasuke, porque quizá ahora en venganza le penetraría de un solo movimiento despiadado. Se removió un poco, logrando únicamente que las manos blancas se aferraran más a su cintura para detenerle.

 

-Sasuke... espera, no quise decir...

-¿Quién es el miedoso ahora?

 

Naruto se mordió la lengua para no empezar a insultar al pelinegro, no estaba en una muy buena posición en ese momento como para permitirse hacer algo así.

 

Por su parte, Uchiha descendió las manos hasta posarlas en las nalgas del rubio. Las acarició y apretó un poco antes de separarlas ligeramente para poder abrirse paso, aunque no era sencillo. Tuvo que sujetar su miembro con una mano para facilitar la entrada. Se vio obligado a detenerse cuando sólo había introducido el glande, apretando los dientes al sentir la opresiva calidez del interior de Naruto. Intentó entrar un poco más, pero era como si el cuerpo de Uzumaki se negara a recibirle y aquella presión en su miembro se estaba volviendo dolorosa.

 

-¡No vayas a entrar de golpe! -exclamó Naruto, totalmente azorado.

-C-como si pudiera... hacerlo.

 

Nuevamente empujó la cadera en un intento de abrirse paso, pero se detuvo al escuchar una leve queja de dolor, siendo consciente de que aquello no sólo le dolía a él, sino también a Naruto.

 

Uzumaki cerró los ojos con fuerza, sintiendo continuos espasmos de dolor recorrerle. Sabía que aquello dolería más por no estar bien lubricado, aunque no imaginó cuánto. En el fondo sentía deseos de alejar al pelinegro de una patada, pero otra parte de él quería que aquello continuara hasta pertenecerle completamente a Sasuke. El dolor le hacía tensarse, y el estar tenso le provocaba más dolor. Era un círculo vicioso insoportable. No fue consciente de que había dejado de respirar hasta que sintió la falta de aire, y recobró el aliento algo jadeante.

 

Se inclinó un poco más en la pared, mientras que sus manos todavía apoyadas ahí se convirtieron en dos puños fuertemente cerrados.

 

Visualizó su erección desatendida, tal vez estimulándola podría compensar un poco la sensación de dolor. Sin nada de cuidado, escupió en la palma de una de sus manos para que así se deslizara mejor sobre su miembro, en otro vano intento de lubricante. Comenzó estimulando el glande, presionando levemente y disfrutando del hormigueo que pareció azotarle hasta los dedos de los pies. Deslizó las caricias hasta el tronco, masajeándolo de forma insistente. La sensación fue placentera. Suspiró hondo, de forma sonora, y aumentó un poco la intensidad.

 

A los oídos de Sasuke llegaron varios suspiros y gemidos apagados que le llamaron la atención. Observó a Naruto con más detalle, o al menos lo que podía ver de él, descubriendo que sólo tenía una mano apoyada en la pared. Pero volviendo a lo suyo, intentó empujar de nuevo, notando que esta vez podía entrar con algo más de facilidad, y percibiendo a simple vista que Uzumaki no parecía estar tan tenso como hace un momento. Exhaló aire de forma sonora cuando se supo dentro de Naruto, envuelto en esa apretada calidez que le incitaba a moverse.

 

Y así lo hizo.

 

Salió un poco y volvió a entrar, escuchando un breve sonido por parte del rubio que no supo identificar si fue de dolor o satisfacción. Con un brazo rodeó la cintura de Naruto y su otra mano la apoyó en la pared, en el lado donde Uzumaki no se sostenía. Continuó embistiendo, sintiéndose a cada momento más seguro en sus movimientos.

 

-Sa-Sasuke...

 

Escuchar su nombre siendo pronunciado de aquella forma le provocó una especie de latigazo placentero que le recorrió por completo. La voz de Naruto se había escuchado tan... no sabía cómo definirlo.

 

-Sasuke...

 

Estimulante, tal vez ese sería el termino, ya que le incitaba a continuar y no detenerse por nada del mundo. Sus arremetidas cobraron más fuerza, su respiración se había vuelto pesada y jadeante, y sentía tensos los músculos, en especial las piernas.

 

Ayudándose del brazo que mantenía rodeado a Uzumaki, cada vez que le penetraba le atraía hacia él para que fuera más profundo. Su mano sobre la pared se cerró en un puño. Aquello era tan placentero que hasta parecía ser irreal.

 

Naruto había cerrado los ojos en un intento de intensificar las sensaciones. No escuchaba a Sasuke gemir, pero sí escuchaba su rápida respiración jadeante. Sasuke no le acariciaba, ni le besaba, pero sentía el abrazo firme y posesivo que mantenía en él. Hasta en una situación así, su amigo no era muy expresivo. Bueno, después de todo se trataba de Uchiha Sasuke, él siempre era así.

 

Un verdadero teme, pero así le quería.

 

Más de una vez el nombre del pelinegro se le escapó en un gemido, ya que a veces las embestidas le provocaban unas sensaciones muy intensas: calor, presión, cosquilleo...

 

Ya no podía aguantar más, sentía que pronto terminaría. Apretó los labios al tiempo que aceleraba el movimiento de su mano al masturbarse. Sintió el agarre de Sasuke afianzarse más, si es que se podía, y de un momento a otro notó un estremecimiento en el pelinegro y una húmeda calidez llenando su interior.

 

-Naruto...

 

Todavía sintiendo a Uchiha moverse levemente, terminando de eyacular en su interior, el escucharle gemir su nombre con esa voz ronca y fatigada le llevó al orgasmo, provocándole un estremecimiento que le azotó por completo y le hizo contraer su entrada inconscientemente al tiempo que se derramaba en su propia mano y la pared.

 

Los dos chicos permanecieron en esa posición un momento más, exhaustos e intentando regular sus respiraciones.

 

El rubio emitió un apagado sonido de molestia cuando Sasuke abandonó su cuerpo sin mucho cuidado, y no tardó en sentir el semen de Uchiha descender por sus nalgas y muslos.

 

Sasuke llevó ambas manos a la cintura de Naruto, sujetándolo cuando éste quiso dejarse caer de rodillas en el suelo sin ningún cuidado. Se arrodilló despacio, llevando a Uzumaki con él.

 

-Naruto...

-Estoy bien´ttebayo -interrumpió.

 

El chico de ojos azules se pasó una mano por la frente, retirando algunas rebeldes gotas de sudor que hacían que su flequillo se pegara a su piel. Parpadeó un par de veces, algo incrédulo con lo que acababa de ocurrir. Primero Sasuke y él estaban fulminándose con la mirada, su amigo intentando echarle de su casa y él totalmente empeñado en quedarse para ayudarle con su estrés, y un minuto después estaban besándose como si no fuese a haber un mañana.

 

Él siempre había sabido controlar bien su deseo por Uchiha, ¿por qué ahora no había podido? De la nada había surgido un fuego sofocante que le instaba a mantener contacto con otro cuerpo, con Sasuke. Además, ambos se habían excitado con una facilidad pasmosa.

 

Tragó duro al recapacitar nuevamente en lo que habían hecho.

 

Sasuke y él...

 

Ellos habían...

 

A pesar de estar seguro de sus sentimientos hacia su amigo... ¿Era normal sentirse así de abatido después de la primera vez?

 

Quiso girar para ver la expresión de Sasuke y así saber si se sentía igual que él, pero recordó que sería algo inútil, su amigo siempre, bajo cualquier circunstancia, mostraba un rostro impasible.

 

Algo incómodo, carraspeó levemente y dejó escapar un suspiro.

 

-Mn... Sasuke -le llamó dubitativo.

 

Nada más pronunciar su nombre, dejó de sentir el agarre en la cintura y escuchó cómo de forma precipitada su amigo se ponía de pie y caminaba unos pasos. Con curiosidad volteó, encontrando al pelinegro poniéndose la ropa interior. Sintiéndose tontamente avergonzado, llevó la mirada a la pared frente a él, descubriendo rastros de su propio semen manchándola, y eso provocó que sintiera hasta sus orejas arder debido al sonrojo.

 

El escuchar la voz de Sasuke hablándole con calma y un toque de seriedad le llamó la atención.

 

-Limpia eso.

-¿Qué...?

 

Giró la cabeza nuevamente para encararle, viendo a Sasuke caminar por el pasillo, alejándose con su pantalón echado sobre el hombro derecho.

 

-Tú lo has manchado, tú lo limpias.

 

Naruto no pudo reclamar nada, aunque tampoco sabía si quería hacerlo, ya que su amigo se perdió de vista. Llevó la mirada una vez más a la pared manchada. Bueno... era cierto que él la había manchado, pero también era culpa del teme por estamparle ahí mismo para hacer aquello... ¿verdad?

 

Dejando sus pensamientos de lado, se puso de pie al tiempo que una muy leve queja de dolor escapaba de sus labios. Sentía su entrada palpitar y punzar de forma dolorosa. Se llevó una mano a uno de los glúteos, acariciándolo como si así pudiera aliviar la molestia que sentía.

 

-¡Ouch! Duele´ttebayo -masculló. -¡Maldito teme...! ¿Qué le costaba haberme preparado él mismo?

 

Despacio, su mano descendió hasta perderse en la cara interna de uno de sus muslos, sintiéndolo húmedo. Recogió un poco con la punta de los dedos y lo llevó ante sus ojos, observando la sustancia blanquecina.

 

Todo había sido tan repentino... y demasiado rápido.

 

Y de repente, sin parase a pensar en el dolor, se encaminó con rapidez por el pasillo en busca de algo con lo que limpiar... "eso". Y después, se daría un buen y deseado baño, en cuanto el teme terminara con el suyo, porque seguro que lo que Sasuke estaba haciendo ahora, era bañarse.

 

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Uchiha chasqueó la lengua por enésima vez desde que dejó al rubio en el pasillo. Acababa de darse un baño, y había pensado, había pensado mucho.

 

No entendía de dónde había surgido ese repentino deseo por poseer a Naruto, si un minuto antes lo único que pasaba por su cabeza era echarle de una patada en el trasero para que dejara de molestar y acrecentar su dolor de cabeza.

 

Algo había cambiado, pero no sabía qué.

 

Se enrolló una toalla en la cintura y se dirigió a su habitación para vestirse. Al entrar se encontró con las ropas de Uzumaki tiradas en el suelo, y al dueño de éstas durmiendo tranquilamente en su cama, tendido boca arriba y en ésta ocasión totalmente desnudo.

 

Avanzó unos pasos, observándolo más de cerca y con rostro pensativo, rememorando todo lo ocurrido desde que Naruto puso un pie en su casa. Recordaba que primero empezó sintiendo un sofocante calor nacido de la nada, y antes de que eso ocurriera lo único que había hecho era...

 

-Aquí está´ttebayo, Sasuke. Esta infusión hará volar tu estrés.

 

Sí, ahora que lo pensaba detenidamente, fue como media hora después de beber ese mejunje que Naruto le había dado cuando empezó a sentirse sofocado de calor. Corrección, cuando ambos empezaron a sentirse sofocados de calor, casi al mismo tiempo.

 

Afiló la mirada y frunció levemente el ceño. ¿Podría ser que Naruto hubiera puesto algo en aquella infusión para hacerle sentir así? Después de todo, él se quedó en la sala mientras que su amigo hacía la dichosa infusión.

 

Pero... Naruto también había bebido.

 

-Beberemos juntos. ¿Ves?

 

Y había sufrido los mismos síntomas que él, o a simple vista eso parecía.

 

-¡Uuf...! Sasuke, ¿no te parece que hace mucho calor aquí dentro?

 

Además, ¿por qué haría Naruto algo como eso? No, era ridículo. El dobe era, desde su punto de vista, una persona cándida y un total majadero. No podía ni siquiera imaginar la idea de que su amigo hiciera algo tan... rastrero.

 

-Son sólo... ¡Un momento´ttebayo! ¡Esta bolsa no es mía!

-¿Qué estás diciendo?

-Esta es la bolsa de Sakura-chan. Seguro que cuando chocó conmigo... Sí, ahí fue.

 

-¿Sakura...? -se susurró tan bajo que ni siquiera él mismo se escuchó.

 

Él era totalmente consciente de que su amiga suspiraba por él desde que apenas eran unos estudiantes en la academia ninja.

 

Pero...

 

-Es que... como no estaba seguro de cuál de todas las infusiones era la que te aliviaría el estrés, las mezclé todas, por eso creo que tenía ese sabor ¡Pero no te preocupes dattebayo! Sakura-chan dijo que había comprado todo eso para ti, así que no creo que sea algo malo.

 

Tal vez... Tal vez lo que había ocurrido entre Naruto y él había sido el resultado de mezclar todas las infusiones. A lo mejor si el dobe hubiese elegido la infusión correcta, todo eso no habría ocurrido. Aunque todavía había una vocecita en su cabeza susurrándole la posibilidad de que Sakura hubiese comprado esas infusiones desde un principio con la intención de hacerle sentir así con ella presente. Que tal vez había comprado a posta infusiones con sustancias excitantes.

 

Pero esa opción le seguía pareciendo algo muy rastrero, ya sea de parte de Naruto o de Sakura.

 

En ese momento llegó a la conclusión de que lo ocurrido con su mejor amigo sólo había sido obra de la maldita infusión, y no supo cómo sentirse ante ese descubrimiento.

 

¿Debería decírselo a Naruto?

 

Sí, eso sería lo correcto. Después de todo el dobe no tenía la culpa. Sólo había ido con su estúpida sonrisa bien intencionada a ayudarle con su estrés.

 

Sólo esperaba que su amigo no hiciera un berrinche, se pusiera a gritar, o algo peor; porque ni siquiera él mismo terminaba de asimilarlo.

 

Se acercó a su cama, parándose junto a ésta.

 

-Oi, Naruto.

 

No recibió respuesta. Puso una mano en uno de los morenos hombros y lo movió un poco.

 

-Naruto -le llamó con voz firme.

-...suke.

 

Eso fue todo lo que logró escuchar entre unos inentendibles y apagados murmullos de protesta.

 

-Tsk...

 

Uchiha se irguió nuevamente y se cruzó de brazos. Ese usuratonkachi dormía como un tronco, seguro que ni una bomba lo despertaría. Sin pretenderlo realmente, sus ojos comenzaron a estudiar el cuerpo tendido en su cama, totalmente desnudo y expuesto. No pudo evitar preguntarse si su cuerpo tendría reacción alguna si tocaba a Naruto como lo hizo antes, así podría asegurarse de que todas y cada una de las respuestas de su cuerpo fue por culpa de la infusión.

 

Con sigilo, se arrodilló en la cama. Sujetó una de las piernas del rubio por el tobillo para poder moverla a un lado, pero le sorprendió que Uzumaki se soltara del agarre e intentara patearle en el rostro, aunque pudo frenar el golpe anteponiendo un brazo. Llevó una mirada furiosa a los ojos azules, pero ésta desapareció al ver que estaban cerrados. Naruto... seguía profundamente dormido.

 

-Nadie me robará mi ramen´ttebayo... -susurró en un hilo de voz, dejando caer la pierna que todavía mantenía alzada, sobre uno de los hombros de Uchiha.

 

Sasuke parpadeó incrédulo. El idiota estaba tan obsesionado con esa comida, que hasta soñaba con ella. Volvió a sujetar la morena pierna con la intención de quitársela de encima, pero medio segundo después, decidió que aquella pierna se encontraba perfectamente sobre su hombro. Comenzó acariciándola brevemente, con cierta prisa y dando caricias algo toscas. A fin de cuentas Naruto no podía sentirlas, sólo quería descubrir si él podía sentir algo.

 

En el lado interno de los muslos, descubrió una sustancia blanquecina y algo reseca, y no pudo evitar rememorar la enloquecedora sensación que le provocó el sentirse dentro de Naruto y escucharlo susurrar su nombre prácticamente en cada embestida. Eso le provocó un suave hormigueo en el bajo vientre.

 

-Sa-Sasuke...

 

-Sasuke...

 

¿Qué expresión habría tenido en ese momento, mientras gemía su nombre? Le habría gustado verle la cara, el brillo que seguramente tendrían sus ojos azules, y besarle un poco más. Sin ser consciente, suspiró de forma breve pero audible, anhelando enredar su lengua con la contraria. Y dejándose llevar por su deseo, se inclinó hasta posar, esta vez con cuidado, sus labios en los contrarios, no queriendo despertar a Uzumaki. Ese efímero tacto de sus labios no le satisfacía, pero no quería ser descubierto hasta comprobar cómo reaccionaba su cuerpo al contacto con el del rubio.

 

Se descubrió a sí mismo ansiando más de Naruto, queriendo hacerlo suyo de nuevo, embestirle hasta alcanzar el climax, besarle de forma hambrienta, acariciarle con tal necesidad que sus manos dejaran marca en la morena piel...

 

Pero... no quería hacer nada de eso con su amigo dormido.

 

-Naruto, despierta -demandó.

 

Y una vez más no recibió respuesta. Frunció el ceño, hastiado.

 

-¡Usuratonkachi! -exclamó, aunque sin gritar.

-Mmn...

 

Al notar que Uzumaki pretendía moverse, tal vez para acomodarse boca abajo, no se lo permitió y lo detuvo sujetándole de un hombro con su mano libre. ¡Y ni con eso ese dobe despertaba! Si no fuese porque lo escuchaba respirar y lo veía moverse, juraría que estaba muerto.

 

Algo inseguro, se acercó dos dedos a la boca y procedió a ensalivarlos, dejándolos lo mejor empapados que pudo. Abandonó el agarre en el hombro del rubio y le alzó la otra pierna hasta colocársela sobre el otro hombro y así lograr que mantuviera la cadera algo alzada. Se retiró los dedos y con uno de ellos rozó de forma sutil la entrada del rubio, sería la primera vez que hacía eso, y no estaba totalmente convencido de hacerlo.

 

Pasó saliva de forma sonora, sintiendo sus mejillas algo calientes. Esa sensación era incómoda, además, seguro que se veía ridículo estando ruborizado. Agitó un par de veces la cabeza, como si con eso pudiera deshacerse del sonrojo. Miró por enésima vez el rostro de Naruto para ver si de milagro había despertado, pero no era así.

 

Y de repente, una duda le asaltó.

 

Naruto se había comportado muy seguro sobre lo que había que hacer, y no quería pensar que el dobe lo había aprendido por haber tenido experiencias anteriores, pero... ¿sino por qué iba a ser? La incertidumbre le carcomió y se concentró en su estómago como un fuego intenso. ¿Con quién habría estado antes Naruto? Ese tonto era tan extremadamente amistoso y sociable que cualquier opción era factible.

 

Ahora resultaba que el usuratonkachi se había convertido en una especie de pervertido, y él ni cuenta se había dado. Y hablando de pervertidos... cuando estuvo entrenando con Orochimaru, la serpiente le había hablado brevemente de su antiguo amigo y maestro de Naruto: Jiraiya, uno de los tres sannin legendarios. Según Orochimaru, Jiraiya viajaba por el mundo, escribiendo novelas no aptas para menores, y era un total pervertido.

 

Tal vez Jiraiya no le había enseñado solamente ninjutsu a Naruto. Y además, dicen que los alumnos muchas veces toman algunas mañas de sus maestros. A lo mejor a Naruto se le habían contagiado las manías pervertidas del sannin. Y por otro lado también estaba Kakashi. Siempre había pensado que un adulto leyendo ese tipo de libros frente a niños, no podía dar muy buen ejemplo.

 

O eso era lo que él prefería pensar, antes que imaginar que él no había sido el primero para el rubio.

 

Se preguntó también si el cuerpo de Naruto reaccionaría a su tacto otra vez. Si no lo hacía, quedaría claro que había sido obra de la condenada infusión. Y en alguna parte de su cabeza, esa opción no le gustó.

 

Está bien, ya había pensado demasiado. Era hora de pasar a la acción.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

¡Hola a todos! ^^

 

Antes que nada, siento no haber traído antes la continuación. Quise hacerlo cuando "Kitsune no kokoro", pero la página no dejaba de darme problemas. ¡Oh! Bueno, a pesar de que muchas queríais mi cabeza en bandeja de plata por dejar el primer capítulo donde lo dejé, lo hice para no cortar el lemon. Sino el primer capítulo habría tenido 24 páginas o__oU

 

Y bueno, diré algo que probablemente a nadie le interese pero que se me pasó por la cabeza escribiendo éste fanfic xD A pesar de que en el 99% de los fics Sasuke es un pervertido nato, pienso que Naruto tiene muchas más posibilidades de ser un pervertido, aunque luego tenga ese toque majadero. Nada más hay que ver de la gente que el niño se rodea: Jiraiya, Kakashi... y un poco con Ebisu. Y la enseñanza que le dejó a Konohamaru: Oiroke no jutsu XD ¿Y Sasuke con quién ha estado? Con Orochimaru, un loco obsesionado con los jutsus y la inmortalidad.

 

Así que... analizándolo fríamente, ¿quién de los dos tiene más posibilidades de ser un pervertido? ¿Sasuke? ¿O Naruto? XDD Me gustaría saber qué piensas tú al respecto, lo digo en serio.

 

Ahora me voy a buscar rápidamente a ero sennin para que nuevamente me ayude a escribir el siguiente capítulo, jaja...

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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