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LOVE NECO por BlueeDecodee

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Notas del fanfic:

Kuroshitsuji no me pertenece, si no a la maravillosa Yana Toboso

Notas del capitulo: LEMMON LEMMON! ADVERTÍ! n.n


Hola gente de la tierra & del espacio! He venido aquí con otra creación que me rondaba por la cabeza nwn, si han leido el manga de Love Neco entenderán, pero no tiene nada que ver con ese manga xD, solo me gusto el titulo owo, ojalá les gusteneste fic! & este capítulo va dedicado a Catalina-chan, ella es una gran persona a la que estimo mucho! Recuerda que te amouw mushooote!

Las calles de Londres se encontraban atestadas de gente, lo usual como todos los lunes por la mañana, la mayoría se iba al trabajo o simplemente salía por no tener nada que hacer en sus hogares. De la multitud sobresalían dos altas y atractivas figuras, eran dos caballeros de lustroso y brillante cabello negro, uno de ellos era alto, casi de la misma altura que su compañero, pero solo un centímetro más bajo, poseía unos profundos ojos carmesíes, su porte era elegante y seductor, su acompañante era un hombre igual de atractivo, sus ojos topacio, tan serios y profundos, su porte duro y frívolo, pero al mismo tiempo galante, poseía unas gafas que le daban un aspecto misterioso. Ambos sujetos caminaban entre la gente, al parecer se dirigían a un lugar en particular.



-Entonces, ¿Quieres ir al lugar que te mencione?-cuestiono el de ojos ámbar.

-Si, desde que me lo dijiste, me ha causado gran curiosidad-comentó el otro, con una pequeña sonrisa en sus labios.

-Recuerda que esos "productos" son para siempre, Sebastian, no hay reembolso-

-¿Quien dice que comprare algo? Solo quiero echar un vistazo, además, no creo que esos juguetes me llamen mucho la atención, Claude-sonrió Sebastian.

-Aún no lo haz visto, puedes cambiar de opinión muy rápidamente-le explico el otro, acomodándose sus gafas.

-Bah, solo apúrate y muéstrame cual es la tienda-

-Niños-suspiro Claude, adelantándose.

-¡No soy un niño! Tengo 21 años-expresó enojado Sebastian, comenzando a seguirlo.

-Y yo tengo 24, hermano-le sonrió de lado el mayor. 



Sebastian se dedico a observarlo con el ceño fruncido, para luego adelantar el paso y acercarse a el-Bien, ahora muéstrame la dichosa tienda esa.



-De acuerdo, de acuerdo-



Claude tomo la delantera, guiando a Sebastian por las calles, hasta que llegaron a una peculiar tienda, la cual era enorme. La tienda era de un color morado con franjas amarillas, en medio tenía una enorme insignia con forma de gato, en letras grandes y brillantes decía "Necoco Shop", y además había un letrero que rezaba en letras rojas "Prohibido la entrada a menores de 18 años".




-¿Que clase de lugares frecuentas, eh, Claude?-sonrió de medio lado Sebastian, observando aquel abastecimiento.

-No muchos, pero me gusta mucho este, además, se que te gustan los gatitos-susurro maliciosamente su hermano.

-¿Y eso que tiene que ver?-preguntó confundido, caminando hacia la puerta.

-Entra y veras-contesto se forma suspicaz el mayor, mostrando una sonrisa perversa en su rostro.

-Bien-Sebastian se dio la vuelta, dispuesto a abrir a la puerta.




Al hacerlo sintió un extraño olor, pero era agradable, demasiado, al entrar se quedo boquiabierto al ver el contenido de ese lugar, en el habían chicos y chicas de diferentes tamaños, todos con diminutas ropas y con orejas y colas de gato. El lugar era amplio e iluminado, tenía alfombrado rojo y varias lámparas con forma de candelabro, los productos estaban divididos en 4 columnas, cada gato tenía en su caja un bebedero, comida y algo con que jugar, debajo de la caja había una nota, informando sus características y costo. Sebastian se encontraba en el cielo viendo todo aquello, aquellos "gatitos" se restregaban contra el cristal de la caja en la estaban metidos, buscando alguna muestra de cariño.




-Dios, esto es el paraíso con orejas y cola-exclamó Sebastian, comenzando a caminar por todo el lugar, deteniéndose seguidamente para observar a las criaturitas.

-Te dije, se muy bien que te iras con algo-comento Claude, tocando una de las cajas, viendo como se acercaba el Neco a lamer por dentro donde estaba su mano.

-Lo dudo, ninguno es de mi gusto, demasiadas mujeres delgadas y voluptuosas-dijo Sebastian, alejándose un poco de ahí, oyendo un maullido descontento por parte de la Neco.



-Lo se, por eso hay una sección que creo que es, la más indicada para ti-sonrió Claude, apuntando hacia una de las varias puertas de ahí.

-¿Shota Section? ¿Crees que soy un pedófilo?-cuestiono Sebastian con una ceja levantada.

-Si, ¿Porque preguntas?-

-Vete al diablo-Sebastian se dio la vuelta, dejando solo a Claude.



Se dirigió hacia la sección Shota, imaginándose lo que se encontraría dentro. Al llegar, abrió la puerta suavemente, sintiendo aquel extraño aroma de nuevo, que se le hacia tan afrodisiaco. Sus ojos se maravillaron al ver lo que había dentro. Era como la otra habitación, solo que esta estaba llena de pequeños niños.



-Demonios, si soy un pedófilo, ya que-Sebastian comenzó a caminar dentro de la habitación.



Los Necos al darse cuenta de su presencia comenzaron a maullar, restregándose contra el cristal. Sebastián se acerco hasta uno de ellos, el cual era un lindo niño de ojos verdes y cabello negro al igual que sus orejas y cola, este se alegro de sobremanera al ver que se había acercado, comenzando a lamer por detrás del cristal, todos eran igual de lindos, a Sebastian le comenzaba a gustar eso. Paso su vista por todos los estantes, no podía decidirse por cual elegir, el precio no era problema, el problema era que todos eran muy lindos y sexys.

Hasta que un estante llamo su atención, este se encontraba en medio de todos los demás y era mucho más grande, se dirigió hacia ese con paso veloz, al llegar, se vislumbró con lo que sus ojos veían. Dentro se encontraba un precioso Neco, tenía tez blanca, cabello azulado al igual que sus orejas y cola, se encontraba mirando hacia abajo, pero al sentirse observado levanto la mirada, mostrando sus perfectos ojos azules naval. Este sonrió complacido, observando como el mayor lo miraba.


-Buenos días señor, espero que haya encontrado lo que buscaba-sonrió este, levándose un poco, dejando ver sus apretados pantaloncillos de cuero negro.

-Puedes apostar que si-Sebastian recorría con la vista aquel pequeño y frágil cuerpo.

 

Aparentaba ser un chico de unos trece años, vestía unas botas largas de color negro con tacón, unos apretados pantalones cortos casi a la altura de su muslo de cuero color negro, tenia puesto una pequeña camisa delgada que dejaba ver sus pequeños pezones, en su cuello tenía un cascabel atado con un moño, y para acabar, en sus manos tenia unos guantes que asemejaban la forma de las patas de los gatos, ese niño si que era sensual, se dio cuenta cuando comenzó a gatear hacía el, restregándose contra el vidrio, lamiéndolo lentamente. El miembro de Sebastian comenzaba a despertarse ante tal acto, por lo que llevo una mano hacía su pantalón, y otra hacía el vidrio, el Neco al ver esto, comenzó a lamer atravez del vidrio, mientras restregaba todo su cuerpo contra el cristal. Sebastian se había decidido, quería a ese Neco, bajo la mirada para ver sus características, pero curiosamente en donde debería de ir el precio estaba una equis roja y no había características.

 

-Dime, ¿Cuál es tu precio?-sonrió Sebastian mirándolo fijamente.

-¿Precio?-aquel Neco rio traviesamente-Yo no estoy a la venta, soy parte de la exhibición-contestó este, estirándose en la caja.

-¿Qué? Entonces, ¡¿Porque te exhiben si no te pueden comprar?!-

-Es que al dueño le gusta presumir sus juguetes propios-comentó el Neco, lamiéndose una de sus patitas-Que mala suerte, nos hubiéramos divertido tanto, yo nunca he probado la “leche” Miau-dijo lascivamente, comenzando a jugar con una bola de estambre que había ahí.

-“Tranquilo, tu te vienes conmigo”-pensó Sebastian con una sonrisa en su rostro, para luego darse la vuelta e ir con Claude.

-Vuelva pronto-exclamó aquel pequeño Neco, haciendo una seña de adiós.

 

Sebastian salió de la habitación algo acalorado, busco con la vista a Claude, hasta que dio con el en la sección de entregas.

 

-¡Claude! No vas a creer lo que paso, acabo de ver un…-Sebastian se detuvo al ver como su hermano cargaba una enorme caja-¿Qué es eso?

-Lo acabo de ordenar, es importado-contestó este, intentando abrirla-¿Decías?

-Ah si, acabo de ver un Neco que ah, es perfecto, pero, dice que no esta a la venta-

-Entonces elige otro-

-Ese es el problema, no quiero otro, ¿Sabes donde puede estar el director de esto?-

-¿Tal vez en la puerta que dice director? No lo se, es solo una sugerencia-le miro Claude con una ceja alzada.

-Acabo de llegar, no conozco este lugar tan bien como tu-Sebastian se encaminó hasta la puerta del dueño, el quería a ese Neco, estaba dispuesto a pagar lo que sea por el.

 

Toco tres veces la puerta, hasta que oyó un adelante fue que entró, la habitación era grande y espaciosa, tenía unas cuantas plantas y lamparas por todos lados, noto que aquel aroma afrodisiaco provenía de ese lugar, ya que el aroma se concentraba fuertemente ahí.


-¿Que quiere?-preguntó el dueño sin inmutuarse a voltear su asiento.

Sebastian frunció el seño ante esa acción, pero se dirigió hacia donde el-Quiero comprar un Neco.

-¿Tanto problema para eso? Solo preguntale a un encargado-murmuro fastidiado el dueño.

-El problema no es ese, si no que yo deseo comprar uno de "exhibición"-sonrió de lado Sebastian, observando como el jefe se daba un poco la vuelta.

-Mi querido cliente, ha de saber que esos Necos no están a la venta-

-Lo se, pagaré lo que sea por el, ¿Cuanto quiere?-preguntò Sebastian, sacando un cheque.

-Mi curiosidad es mucha, en cada sección hay un Neco de exhibición, ¿A cual se refiere?-

-Al Neco de Shota Section-

-Ahh, ese Neco-susurró divertido aquel hombre.

-¿Que hay con ese Neco?-inquirió Sebastian alzando una ceja.

-Bueno, ese Neco es muy pedido frecuentemente, no entiendo porque-dijo, volteandose en su silla, mostrando a un hombre de rasgos orientales.

-Ya lo creo, volviendo al tema, ¿Cuanto quiere por el?-

-Le he dicho que no esta a la venta-

-Y yo le repito que no me importa, todos tienen un precio, ¿Ual es el suyo?-sonrió astutamente Sebastian, ganandose una carcajada por parte del dueño.

-Vaya que eres testarudo, solo por eso me has caído bien-sonrió aquel hombre.

-¿Y eso a mi de que me sirve?-Sebastian comenzaba a desesperarse.

-Solo por eso te lo venderé-el dueño vio el rostro sorprendido de Sebastian, lo que ensanchó más su sonrisa-Pero te aumentare dos mil euros más.

-De acuerdo-sonrió Sebastian, otorgándole el cheque-Si me disculpa, debo ir a buscarlo.


Aquel hombre observó como Sebastian salía de la habitación, lo que hizo que su sonrisa se hiciera más grande, se cruzo de piernas y observo el techo.


-¿Porque lo ha vendido mi señor? Creí que era su favorito-pregunto su asistente personal, la cual acabab de llegar, se asemejaba a una hermosa muñequita china.

-Ya era demasiado castigo para el, estar encerrado en una caja de cristal, viendo como todos tus compañeros se iban, era suficiente y además, ese comprador ha sido el único que me ha encarado para comprarlo-sonrió aquel hombre-Ranmao, traeme un café.

-Como diga-aquella muchacha hizo una reverencia y salió de ahí, dejando al dueño solo.



Sebastian caminaba por los pasillos, buscando a un encargado a quien pedirle que le diera a su lindo Neco, encontró uno en la estantería, cambiandole el agua a varios gatitos.


-Disculpa, quiero pedir un Neco-

-Claro, digame cual-sonrió el muchacho.

-Esta en la sección Shota-

-Claro-


Ambos comenzaron a caminar hacia aquella sección, pasando por muchas más, incluso había lolicon y SM(*), si que era una tienda surtida. Pasaron por los baños, al pasar por ahí se escuchó claramente los gemidos de una persona, mientras la puerta era azotada violentamente. Sebastian se quedo viendo la puerta, para luego ver al muchacho con una mirada de: "¿Esto es enserio?".


-Lo que pasa es que algunos compradores no se aguantan a llegar a su casa y jugar con su compra-rio nerviosamente aquel muchacho.

-Ya me di cuenta-dijo Sebastian mirando una vez más la puerta, la cual se seguía moviendo con la misma fuerza, ni siquiera sabia porque hablaba, el iba a hacer lo mismo. Pronto llegaron a la sección Shota, el muchacho comenzó a sacar unas cuantas llaves para luego ver a Sebastian.


-¿Cual de todos es señor?-pregunto el muchacho, girando las llaves con un dedo.

-Es el de enmedio-contestó Sebastian, apuntando al Neco de pelaje azul grisáceo.

-Eh, ese Neco es de exhibición, por lo que...-el muchacho no pudo continuar por la interrupción de Sebastian.

-He hablado con el dueño, y me ha dicho que puedo comprarlo, pregunte si quiere-la mirada de Sebastian se había tornado algo oscura.

-N-No es necesario, solo dejeme ir a buscar su llave, es que como es de exhibición no la cargamos todo el día, con su permiso-el muchacho salió lo más rápido que pudo de ahí, temiendo que Sebastian se enfadara más de la cuenta.



Este se dedico a esperar, pero no duró mucho ya que se fue rumbo a la caja de ese precioso Neco. Al llegar, observo como se encontraba estirado en el piso del cristal, jugando con una bola de estambre, mientras que su cabeza se apoyaba en su mano, su expresión era aburrida, hasta que noto que el lo veía, parandose e hincandose frente a el.


 -Hola de nuevo, espero que compre algo-sonrió nuevamente, para luego volver a su antigua posición.

-Claro que comprare algo, es más, lo estoy viendo en este instante-susurró Sebastian, colocando una mano en el cristal.

-Pero yo solo soy de exhibición-aludió el Neco, estirandose en la caja, para poner sus piernas sobre la pared-No puede comprarme-susurró con voz tenue, llevándose un dedo a su labio inferior.

-Ya lo veremos-sonrió, dándose la vuelta y viendo como el encargado se acercaba con la llave de la caja, la cual era un poco más grande que las demás.

-Aqui esta la llave, ahora si me lo permite, abriré la caja para que pueda llevarse la compra-dijo el muchacho, colocandose detrás de la caja, dispuesto a abrirla.

-¿Miau?-el Neco se sorprendió por lo que acababa de escucharlo, ¿De verdad iban a comprarlo? Pero, el había pasado toda su vida en esa tienda, varias personas habían querido comprarlo, pero solo el lo logro. Se le quedo viendo con curiosidad a aquel sujeto, pero luego sonrió, no se arrepentiría de haberlo comprado.


El muchacho abrió la caja cuidadosamente, ya que como era de vidrio con un pequeño movimiento brusco y esta se rompía, diciendo adiós a su empleo. El neco se acerco a el, para luego tomarlo de las caderas y comenzar a sacarlo cuidadosamente. Estas acciones molestaron un poco a Sebastian, el cual estaba de brazos cruzados, en una actitud impaciente. Al terminar, el joven coloco al Neco entre sus brazos, cosa que solo hizo que Sebastian se molestara más.


-¿Ya me lo puedo llevar?-pregunto de mala gana, extendiendo sus brazos, observando como el Neco felizmente maullaba, intentando ir con el.

-Aun no, debemos comprobrar que se encuentra estable y en optimas condiciones, normas de la empresa-comento el muchacho, comenzando a caminar hacia una habitación que decía 'Necoco Test'-Puede esperar en la sala principal, solo tomará unos minutos.

-De aduerdo-murmuro Sebastian no muy convencido, observando como el muchacho se alejaba.


Salió de la habitación, caminando hacia la sala principal. Intentaba localizar con la vista a Claude, encontrandolo sentado en un sofá, con un Neco en sus piernas, al parecer estaban jugando con las manos, ya que Claude las sostenía mientras el gatito se reía.


-Si que no pierdes tu tiempo-comentó Sebastian, sentandose a lado de Claude, observando aquella escena.

-Lo he pedido hace unas cuantas semanas y llegó hoy, ¿Acaso no es lindo?-sonrió con orgullo, mostrandole su Neco a Sebastian. Era delgado, un cuerpo frágil y níveo, sus ojos eran de un azul claro, brillosos y grandes, su cabello era rubio y poseía una sonrisa contagiosa-Su nombre es Alois.

-¿Alois? Si tu dices, he de admitir que es bonito, pero cuando veas al mío se te caerá la mandíbula-sonrió Sebastian, esperando tranquilamente.

-Aunque fuera cierto, me quedo con el mío-murmuro Claude, abrazando a Aloi, el cual le correspondió felizmente-¿Verdad, Alois?

-Hai-sonrió el Neco nuevamente.

-Orden de Sebastian Michaelis-anuncio una muchacha, entrando a la sala principal, con un bulto entre sus brazos.

-Soy yo-Sebastian se puso de pie inmediatamente, extiendo sus brazos para sostener a su Neco.

-Aqui tiene, son 1750€-sonrió la muchacha, entregandole cuidadosamente al Neco.

-Si claro, aquí tiene-dijo entrgandole una tarjeta de credito de platino.

-En seguida regreso-la muchacha se dio la vuelta para pagar la compra, llendo hacia la caja.


Sebastian se quedó observando al Neco, dormía plácidamente, sus ojos se encontraban cubiertos por un antifaz suave al tacto, y sus manos tenían una especie de esposas, lo que lo hacían ver violable. Después de unos minutos, la muchacha hizo aparición de nuevo, con la tarjeta de crédito en la mano y una caja en la otra.


-Aqui tiene su tarjeta, la factura y el manual de cuidados, gracias por su compra, vuelva pronto-la muchacha hizo una reverencia para retirarse.

-Claude, ayudame con esto, no puedo cargarlo-se quejo Sebastian, intentando no tirar la caja.

-Ya voy-suspiro Claude fastidiado, sentando a Alois a lado, tomando la caja y la tarjeta de crédito.

-Ya vamonos, me urge llegar a casa-Claude tomo las llaves del vehículo e hizo un ademán para que Alois lo siguiera.

-Lo unico que quieres es tirarte al gato-sonrió Sebastian, siguiendo a Claude.

-Como si tu no fueras a hacer lo mismo-

-Touché-


Ambos llegaron al auto, quedando Sebastian y Claude adelante, este último conduciendo, el Neco de Sebastian dormía plácidamente en la parte trasera del auto, siendo observado por un curioso Alois, el cual solamente lo veía, esperando a que se despertara, por alguna extraña razón, Alois sintió cierta atracción hacia el.

Llegaron rápidamente a la casa, por no decir que era una mansión. Claude y Sebastian no eran hermanos de sangre, la madre de Sebastian se casó con el padre de Claude, volviendolos hermanastros. Ambas fortunas de cada familia se fusionaron, convirtiéndose en una de las familias más millonarias de Londres, por lo que era de esperar, lo caprichosos que eran sus hijos. Claude estaciono el vehículo, saliendo de el, en compañía de Sebastian.


-Ahora, creo que pasare la tarde en mi habitación, no me molestes hasta la cena-exclamó Claude, tomando de la mano a Alois, para caminar rumbo a la casa.

-Como si quisiera saber lo que le harás a ese pobrecito gato-murmuro Sebastian, tomando a su Neco entre brazos y la caja, para comenzar a caminar rumbo a su habitación.


Una vez dentro, Sebastian se dirigió hacia su habitación, la cual era grande y espaciosa, adornada con toques elegantes. Coloco suavemente al aún durmiente gatito sobre la cama, para desatar el listón de la caja y observar su contenido. Dentro habían dos manuales, saco ambos y se dedico a leer el más grueso y llamativo.


-Felicidades por un adquirir un producto original de la marca 'Necoco', lea toda esta información para sacar al máximo provecho su adquisición-leía tranquilamente, pasando las hojas-Aqui dice que un Necoco activado no puede pasar más de siete días sin el acto sexual o morirá, de eso no hay que preocuparse-sonrió lacsivamente Sebastian-Un Necoco es como una persona, tiene todas las necesidades fisiológicas y emocionales, un dato importante es, al tener sexo por primera vez con el, esa persona podrá ser la única en satisfacer esas necesidades-Sebastian seguía leyendo, hasta que acabo el manual, lo demás hablaba de sus alimentos, ropas, higiene personal, etc.

Dejo ese manual sobre la mesa y se dispuso a leer el otro, se sorprendió al ver que no era un manual, si no un catalogo, la portada decía 'Como hacer a un Necoco feliz', ahí dentro habían diferentes secciones, ropa, comida, juguetes, incluso de eso para "esas" ocasiones, Sebastian se entretuvo observando todo eso, por lo que no se dio cuenta cuando el Neco comenzó a despertaras, revolviendose en la cama, incómodo por las esposas.


-¿Podrias quitarme el antifaz, nya?-pregunto inocentemente, intentando levantarse.

Sebastian se sorprendió, pero luego le sonrió, para acercarse y sacarle cuidosamente aquel antifaz, pudiendo observar sus hermosos ojos azules-Listo-

-Gracias-sonrió, pasaron unos cuantos segundo cuando se comenzaron a oír gemidos en la habitación de a lado, se podía oír claramente la voz de Claude y la otra obviamente la de ese Neco rubio, si que no perdía el tiempo, rio por lo bajo Sebastian, observo a su Neco, viendo fijamente sus ojos azules, había encontrado el nombre perfecto para el-Te llamare Ciel, ¿Te gusta?

-¿Ciel? Es un nombre bonito-sonrió, al cabo de un rato más, los gemidos se hacían más fuertes, cosa que incomodo a Sebastian-Nee, si quieres, podemos hacer lo mismo que ellos-sonrió traviesamente Ciel, levantandose y comenzando a lamer la oreja de Sebastian-Solo quitame las esposas, nya.

Sebastian no lo pensó dos veces, tomo las muñecas de Ciel y comenzó a quitarle las esposas, y como solo eran de seguro, fue muy fácil quitarlas-Y dime, ¿Que harás ahora?-pregunto Sebastian, comenzando a excitarse.

Ciel sonrió, comenzando a acercarse lentamente a Sebastian, cambiando de posciciones, quedando Ciel sobre el adulto-Ya lo veras-murmuró coquetamente, acercándose al rostro de Sebastian.


Ciel comenzó a lamer su cara, su lengua era suave y algo rasposa, pasaba su lengua por todos lados, hasta llegar a sus labios, comenzando a morder el inferior, besandolo un poco. Sebastian puso ambas manos en la espalda de Ciel, pasandose por toda su extensión, y tratando de quitar su camisa, alzo una de sus piernas, quedando esta entre las piernas de Ciel, inmediatamente empezó a moverla un poco, rozandose contra la entrepierna del Neco, el cual comenzó a gemir un poco.

Sebastian no aguantó más, por lo que tomo sus labios con lo suyos, besandolo con pasión, su lengua se introdujo dentro de esa húmeda cavidad, buscando la de Ciel, que al encontrarla, comenzó a pelear con ella, entrelazandose, al final la lengua de Sebastian ganó, haciendo lo que sea con la de Ciel, el cual estaba más que complacido por esa situación. Las manos del gato comenzaron a pasarse por el pecho de Sebastian, comenzando a quitarle el saco, este se dio cuenta y sonrió entre el beso, por lo que sus manos bajaron hasta los muslo de Ciel, apretandolos contra si, masajeandolos a su antojo.


-Nyaaa-gimió gatunalmente Ciel, soltandose del beso, para comenzar a respirar en el cuello de Sebastian completamente ruborizado-Acariciame más-pidió suplicante, comenzando a lamer su cuello, besandolo poco a poco.

-Ah, claro-comentó Sebastian, disfrutando de la boca de Ciel en su cuello.


Las manos del mayor se introdujeron dentro del pequeño short del Neco, arrancándolo casi por completo, sus manos comenzaron a estrujar más los muslos de Ciel, eran demasiado suaves para resistirse, los movía de arriba a bajo, comenzando a acariciar su entrada, por lo que la colita de Ciel comenzó a moverse de un lado a otro, intentado mantenerse quieta.

-Nya, Sebastian, q-que bien se siente-comentó Ciel, con su rostro completamente ruborizado y sus ojos algo oscuros por la excitación, sus manos quitaron la corbata de su adjunto, empezando a desabotonar su traje, que al hacer por completo, comienza a lamer los pezones de Sebastian, mordiendolos un poco.

-Ngh, C-Cie-eso hacia que Sebastian se excitara aún, ya que su miembro le comenzaba a doler, porque estaba en esa red de tela, esperando a ser liberado.


La lengua de Ciel lamia los pezones de Sebastian, haciendo movimientos circulares, después de estar haciendo eso, bajo su lengua, dejando un pequeño rastro de saliva, llegando hasta el pantalón del adulto. Ciel empezó a tocar el miembro de Sebastian sobre el pantalón, agarrandolo por completo, bajó su rostro, lamiendo la tela y mordiendola, para luego comenzar a bajar el cierre con los dientes, quitandole el cinturón y bajando sus pantalones, liberando el imponente miembro de Sebastian, el cual estaba verdaderamente erguido, y palpitante. El mayor coloco su brazo derecho en el colchón para apoyarse, mientras su otra mano estaba acariciando la cabeza de Ciel, jugando con sus orejitas.


-De verdad llevas esperando mucho-sonrió traviesamente, colocando un dedo sobre el meato, moviendolos lentamente-Dime que me deseas-exclamó Ciel, tomando con sus manos la base de la virilidad, para restregarasela en la mejilla, pasandosela de arriba a bajo.

-Ah, T-Te deseo como no tienes, ngh, idea-susurró Sebastian, frunciendo un poco el entrecejo por el placer que sentía.


Ciel sonrió complacido, para separarse un poco y tomar con una sola mano el miembro del mayor, pasando cuidadosamente su lengua por el, empezando por la base hasta llegar a la punta, mordiendo levemente, después de eso, se introdujo por completo aquella palpitante masculinidad a su boca, usando su lengua para recorrerla.


-Ahh, sigue así-Sebastian se deleitaba observando como Ciel bajaba y subía su cabeza, succionando su miembro como si de un dulce se tratase.

-Nee, Sebastian, igual quiero que me toques-dijo el Neco, colocandose sobre el, otorgándole una vista perfecta de su entrada, y comenzando a tocarse el mismo-Porfavor.

-Ni siquiera tienes que pedirmelo-Sebastian coloco ambas manos en cada pierna de Ciel, mientras su lengua lamia su entrada introduciendose en ella.

-Ahh, S-Sebastian-los gemidos de Ciel llenaron la habitación, revelando cuan excitado estaba, sus labios buscaron el miembro del mayor, para meterlo en su boca y comenzar a succionarlo, intentando así callar sus gemidos, su lengua pasaba por toda la extensión, jugando con los pesados testículos.

Sentía claramente la lengua de Sebastian en su interior, hasta que este la saco, comenzando a introducir sus dedos, abriendose paso poco a poco. El adulto levantó un poco más las caderas de Ciel, para poder comenzar a lamer su pequeño miembro, introduciéndoselo por completo a su boca, pasando se lengua a lo largo.


-Ahh, S-Sebastian-Ciel comenzó a gemir incontrolablemente, restregando su rostro contra el miembro de Sebastian, por lo que comenzó a morderlo, bañandolo de saliva.


El adulto seguía lamiendo el miembro de Ciel, deleitándose con el sabor, sintiendo como este comenzaba mordisquear su miembro, aumentando su orgasmo. El gatito tenía sus orejas para abajo, pero su colita no se dejaba de mover, enrollándose en su pierna. Ciel sintió como algo dentro de sí quería salir, por lo que comenzó a lamer más fuerte el miembro de Sebstian, apretando un poco sus testículos. Por su parte, el adulto al sentir esto, hizo que su climax estuviera a punto de salir, acelerando su ritmo, queriendose correr junto a el.


-Nyaa, ahh, Sebastian, m-me vengo-exclamó Ciel, mordiendo el miembro del mayor, para luego venirse en la boca del adulto, soltando todo de su interior, y manchando el pecho de Sebastian con esa sustancia viscosa y blanquecina.

-Ahh, yo igual-murmuró con un gemido ahogado, corriendose en la boca de Ciel, sacando en abundancia ese liquido blanco y pegajoso, sintiendo como caía un poco en su abdomen. Después comenzó a lamer los restos de Ciel dejo en su rostro, sin dejar ni una sola gota.


Ciel tragó todo lo que Sebastian le ofreció, lamiendo los restos que quedaron en su abdomen y en la comisura de sus labios.


-Ahora, es momento de la mejor parte-sonrió Sebastian con lujuria, cambiando las posciciones, quedando el detrás de Ciel y este abrazado de la almohada.

-Miau, la estaba, ahh, esperando-exclamó entre gemidos, sintiendo como Sebastian rozaba su miembro contra su entrada.


Sebastian comenzó a introducir su miembro lentamente, abriendose paso en la entrada de Ciel, sonreía con lujuria observando como su gran miembro se introducía lentamente en aquella pequeña y estrecha entrada, recibiendolo por completo. Ciel se encontraba mordiendo la almohada, con unas cuantas lagrimas en sus ojos, le dolía mucho, pero no por eso iba a detenerlo, ya que sabia lo que vendría después del dolor. Sebastian introdució por completo su miembro, quedándose quieto por un instante.


-Comenzare a moverme ahora, dolerá al principio pero te acostumbraras, si te duele demasiado avísame-susurró el adulto, besando el cuello de Ciel, el cual asintió levemente.


Sebastian comenzó a moverse lentamente, para darle un poco más de ritmo. El dolor que Ciel sentía comenzó a desaparecer, dando paso al placer, por lo que comenzó a mover sus caderas a un ritmo contrario, buscando más placer. Pronto, las embestidas de Sebastian se hicieron más fuertes y profundas, haciendo que Ciel se agarrara fuertemente de los barandales de la cama.


-Como, ah, se siente-preguntó Sebastian, embistiendolo rápidamente, metiendo y sacando su miembro sin detenerse.

-Ah, para, vas muy rápido-exclamó Ciel con su voz completamente excitada, moviendo sus caderas.

-Pues tu cuerpo parecer decir todo lo contrario-murmuró Sebastian con orgullo, embistiendolo más fuerte, hasta chocar contra la próstata de Ciel, haciendo que este desfalleciera de placer.

-Ahh, t-tan profundo, ah, dentro de m-mi-Ciel seguía sosteniendose de los barrotes, sentía como la cama temblaba levemente por las estocadas salvajes de Sebastian.


Las caderas de Sebastian no podían dejar de moverse, su miembro chocaba repetidamente contra la próstata de Ciel, se oía claramente el morboso sonido que hacían los testículos de Sebastian al chocar contra el trasero del Neco, el cual se dedicaba a gemir como loco.


-S-Sebastian, dame, ahh, más-exclamaba Ciel, moviendo sus caderas contrariamente, para que el adulto fuera más profundo dentro de el.

-Eres un gatito precoz-dijo, con una sonrisa lacsiva, acatando las ordenes, penetrandolo más rápido.

-Nyaa, soy un gatito precoz, lo soy-los gemidos de Ciel se hicieron más audibles en toda la habitación-M-Me corro, ahh.


El miembro de Ciel comenzó a sacar todo de sí, manchando el edredón, sintiendo como su semilla salía por completo, dejando algo viscosas sus piernas. Sebastian vio como se corría Ciel, por lo que su entrada apretó a su miembro fuertemente, haciendo que el igual se viniera dentro de el, eyaculando en abundancia en su interior, haciendo que algo de su escencia se escurriera por las piernas de Ciel.


-Ahh, eso ha sido, lo mejor-sonrió Ciel con su rostro completamente sonrojado-Perp recuerda, una vez que hemos hecho esto, debemos repetirlo antes de que pase una semana-rio traviesamente.

-Creeme que se repetirá más de una vez al día-sonrió Sebastian, saliendo de Ciel para darle un beso en los labios.

-¡Sebastian! Es hora de cenar, baja, que todo el escandolo que hiciste se ha oído hasta en el patio-golpeteo la puerta Claude, algo molesto.

-Ya voy, tu nos metiste la idea, así que te aguantas-respondió Sebastian-Ahora, bajemos a cenar para que después te de un baño.

-Hai-rio Ciel por la actitud de Sebastian.


Sebastian no sabia las consecuencias que traia el tener a un Neco tan sexy, pero una cosa era segura, nunca jamás se volvería a aburrir.

Notas finales:

(*) Por si no saben, esas son las siglas de sadomasoquismo n///n. Espero que les haya gustado el primer CAP! ^^ & por cierto, continuare mi otro fic de 'In love with a robot' ya tengo el CAP, solo lo estoy puliendo, tarde demasiado lo se -w- pero es culpa del bicentenario! orgullosa de ser mexicana *-*, dejen muchos reviews si quieren saber lo que pasara en esa mansión tan sexosa owo, Sayonara! ^-^


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