El secreto.
No la odiaba.
En absoluto.
Sólo que no la apreciaba.
Lo suficiente.
Entonces…. ¿La odiaba?
Bueno, puede que un poco.
¿Un poco? Más que un poco.
¿Un poco mucho?
¡¡Vale, de acuerdo!! ¡¡La odiaba con toda su alma!!
Sí, era oficial. Sasuke Uchiha odiaba con toda su alma a Sakura Haruno, la chica de cabello rosa y pesada que lo seguía a todas partes.
Entonces…. ¿Por qué salía con ella?
Por qué ese maldito día andaba distraído.
Por qué no era lo suficientemente frío como para echarla.
Por qué en el fondo, le era indiferente su presencia.
El día que el gran Sasuke Uchiha había decidido salir con la chica en cuestión, había sido un nefasto día de diciembre. Sasuke andaba distraído por las preparaciones del instituto para la fiesta de navidad, así que cuando la chica se lo propuso, pasó de ella distraído, alegando un: “Sí, sí….”, y Sakura se lo había tomado como un: “Me muero de ganas de salir contigo”.
Sí, reconocía también que desde ese momento había empezado a odiar la navidad. Reconocía también, que desde que salía con Haruno, cualquier chico/hombre/macho del instituto, se le hacía más atractivo que ella. ¡¡Y él no era gay!!
Así, cuando tenía la menor oportunidad, se iba de fiesta a la discoteca con sus amigos, y se pasaba allí hasta el amanecer. Claro que gracias a eso sus notas estaban bajando, y muchos días, por culpa del sueño, ni siquiera asistía a clase.
Lo peor de todo, no obstante, era que en las discotecas, se solía fijar y se acercaba a bailar con los chicos. Y eso, sí era un buen problema. Por qué, como había dicho antes, y no tenía ningún problema en volver a repetir, él no era gay.
Definitivamente, Sakura le estaba amargando la vida. ¿Más aún? Sí, todavía más de lo que hubiese conseguido él mismo.
Resumiendo: ¿Qué había sacado en claro tras su repentina reflexión personal? Dos cosas. Primera: Sakura le había hecho la vida imposible. Segunda: Debía dejarla sin tener que romperle el corazón, ya que sino se pasaría la vida llorando, (eso NO le importaba) encima de él (eso SÍ le importaba y SÍ sería una molestia).
En fin, ahora si nos centramos en la historia.
Una mañana de estas casuales con las que suelen empezar los fikis, Sasuke se encontraba saliendo de su casa, cuando de pronto, Itachi, su hermano, se le cruzó sin avisar, tropezándose con él de forma accidental, provocando que el menor cayera al suelo.
-¿Sasuke? Vaya, perdona…. – se excusó Itachi todo sonrojado, riendo como un tonto con una mano en su nuca y una gota de sudor cayéndole por la sien. - ¿Estás bien?
-Estaría mejor si no me hubieses embestido…. – gruñó mientras se levantaba a duras penas. – Y si me ayudaras a levantarme…. – Itachi se le quedó mirando sonrojado, sin moverse. – ¡…E incluso si me dejaras pasar!
-Ah… ¡¡Sí, perdona!! – se volvió a excusar, apartándose de la puerta, pero sin dejar de verlo con la misma sonrisita tonta.
-¿Qué te ocurre hoy? ¿Es que te has dejado la cabeza en el retrete y crees que la has perdido, o qué? – preguntó en un gruñido Sasuke. A continuación, siguió su camino hacia al exterior de la casa, dejando a Itachi plantado, mientras le reprochaba lo infeliz que le hacía sólo por el hecho de existir.
Definitivamente, Sasuke no se había despertado de buen humor.
Más tarde, se encontró con Naruto, que fue a encontrar con una sonrisa zorruna.
-¡¡Buenos días Sasuke!! – gritó emocionado en su oído. ¿Acaso parecía sordo a su edad? - ¿¡Qué tal has dormido hoy?! ¡¡Estás madrugando!! Felicidades, por qué como se suele decir…. ¡A quién madruga, Dios le ayuda! Pero claro, tú religión es la de Jashin-sama, así que este dicho a ti no te afecta… Pero igualmente lo digo. ¿Sasuke? ¿Me estás escuchando, verdad? ¿Entonces por qué no dices nada? ¿Sasuke? ¿Sasuke? ¿Hola? ¿Sasuke?
-Sí, te estoy escuchando, dobe… Simplemente es que no puedo contestar si hablas tan rápido… ¿¡Y como quieres que no te oiga si me gritas en plena oreja?!
-¿Gritar? ¡¡Qué exagerado!! – gritó de nuevo el rubio mientras empezaba a carcajearse. - ¿Qué te cuentas?
-Contarme, no me cuento nada… - pensó Sasuke mientras seguía andando, deseando que Naruto se rompiese las dos piernas de repente para dejar de seguirle. – Bueno, sólo que ahora me dirigía al despacho de la Hokage para llevar a cabo una dura misión…
-¿Una misión? Recuerdo una vez que…
-¡¡Mira!! – cortó el azabache. - ¡Un elefante rosa vendiendo ramen! ¡Corre, Naruto, que no llegas y se le está acabando! – Y antes de que acabase de decir aquello, Naruto ya había desaparecido, buscando al misterioso vendedor de ramen.
Sasuke 1- Molestias 0. ¿Uno? ¡¡Y qué más!! ¡Esa jugada valía doble! ¡No, triple! Bueno, para no discutir más… Sasuke 100.000, Molestias 0. ¡Sí!
Pero todavía no había ganado la batalla. De repente, le apareció delante un chico moreno como él, pero con una espeluznante sonrisa falsa en el rostro.
(Mire: A que no saben quién es, ¿eh? A que no, ¿eh? Juas juas pues no lo diré xD
Sasu: Déjate ya de tonterías, escritora de segunda, que ya todos saben que se trata de Sai… ¬¬
Mire: ¡¡Aguafiestas!!)
Así que, de la nada le apareció Sai, viéndole con cara… esto… (¡Si nunca expresa ningún sentimiento!) pues… viéndole con cara.
-Hola, original. ¿Dónde vas? – preguntó el chico, medio insinuándosele.
-A la torre de la Hokage, y ya llego tarde.
-¿No querrías que un valeroso caballero te acompañase? – le preguntó Sai mientras se acercaba a los labios de Sasuke.
-Sí, me encantaría. – dijo fingiendo felicidad, mas de repente puso cara seria y apartó al moreno de un manotazo. - ¡Es una verdadera lástima que Minato esté muerto, ¿no crees?!
-Me refería a mí. – respondió con cara de funeral.
-¿A ti? ¡Por favor, no me hagas reír que tengo prisa! – gruñó, mientras le volvía a apartar y corría hacia el edificio que estaba a unos pocos metros. - ¡Adiós! ¡Hasta nunca!
Llegó a la torre de la Hokage bastante enfadado para con toda la gente molesta de la villa. La maestra Hokage, Tsunade, no lo observaba precisamente con alegría. Parecía que acabase de venir de un funeral.
-Sasuke Uchiha… Conocías a Sakura Haruno, ¿cierto? – asintió un poco extrañado. ¿Qué habría hecho ya? – La han encontrado muerta hoy en su piso. Decapitada cruelmente. Su cuerpo estaba lleno de magulladuras y quemaduras. – a cada palabra, el corazón de Sasuke se iba encogiendo más y más. - ¿No sabes nada acerca de lo que le ha podido ocurrir?
-Bueno, no la he visto desde ayer, pero… - no hacía falta aclarar que Sasuke estaba muy sorprendido. Nunca hubiese imaginado esa noticia. Y extrañamente, no se sentía demasiado bien. Había ocasiones en que la hubiese querido matar él mismo, pero ahora estaba muerta de verdad.
Y él no había sido, ¿verdad? No podía ser que fuera sonámbulo o algo… no, no había sido él. Entonces… ¿Quién podría haber sido el desalmado de haber matado a una pobre mujer inocente? Bueno, ¿quién tendría bastante fuerza como para matar a una marimacho cacho bestia como esa?
-Vaya, lo siento Tsunade-sama, yo…
-Tú eras su pareja. ¿No sabes quién ha podido ser?
-No, lo siento…
-Bueno, bien. Ya te puedes ir…
-Gracias Tsunade-sama.
Sasuke se marchó cabizbajo de la Torre de la Hokage. No sabía muy bien como sentirse… Él odiaba a la chica, pero matarla era pasarse. No le deseaba tanto mal como ese…
Llegó a casa, encontrándosela a oscuras. Encendió la luz sin muchas ganas y entró.
-¡¡¡SORPRESA!!!
-¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!!
-¡¡Sasuke!! – gritó Naruto sobresaliendo sobre Sai y sobre Itachi. - ¡Te hemos hecho una fiesta sorpresa! ¿Te gusta? Es para celebrar que por fin te has desecho de Sakura. - anunció con una sonrisa. – Ahora, a beber…
-Espera… ¿Cómo sabéis vosotros que Sakura ha muerto…?
-Es un secreto. – le respondió Itachi mientras cogía a su hermano de la cintura y se lo acercaba.
-Y los secretos… - susurró Naruto en su oído cuando se acercó a su rostro.
-…deben seguir siendo secretos… - anunció Sai mientras pasaba la lengua por su nuca.
Fin