Sentado hojeando una documentación ordinaria para el reino Touya se puso a recordar mientras su vista involuntariamente se fue hacia la ventana.
Recordó el tiempo en que era niño y jugaba con la peque Sakura y con Yukito.
De pronto esa melancolía lo llevo a recordar ese angustioso día.Los tres jugaban en el jardín a tu la traes y el se burlaba de la pequeña Sakura que apenas sabía andar y los seguía con pasos inseguros.
-No seas así Touya-dijo el bueno de Yukito.-Es solo una niña-dijo extendiendole la mano para que se levantara del pasto donde había caído.
-Tu la trades-dijo la pequeña niña tocando la mano que el otro le ofrecía.
Youya estallo en una estruendosa carcajada.-Que te cuezan por tonto- le dijo su amigo y luego añadió-Voy a buscar limonada ¿Quieres?-
-Si-respondió Yukito mientras reía de lo mismo que Touya porque tenía buen humor.
Corriendo iba a la cocina cuando escucho a su padre en el recibidor hablando con otro hombre que en ese momento le dijo-He encontrado que solo Yukito llena las caracteristicas necesarias.Me lo llevare mañana-.
Touya sintió que se le paraba el corazón.
Entro con paso decidido y le dijo a los hombres allí reunidos-Usted no se llevara a Yukito.Padre,dile que no puede-le exigió a su progenitor.
Touya era un príncipe no malcriado pero si era lo acostumbrado que si lo que exigía era tolerable se le diera.
-Lo siento pero no puedo hacerlo.Pero no te preocupes.En un mes mas Yukito estara de nuevo con nosotros-le dijo su padre apaciguando sus ánimos.
-¿en serio?-pregunto el pequeño Touya de diez años preocupado por su alegre amigo de juegos.
-Si príncipe.Lo traeré dentro de un mes y podrás volver a jugar con el-le dijo el hombre alto que ahora no recordaba con nitidez.
-Ahora hijo ve a jugar afuera.Disfruta hoy porque mañana Yukito se irá por un tiempo-le dijo su padre agachandose para sonreirle de la forma mas tierna posible.
Touya recordo su faz de luna llena, sus ojos azules y su pelo largo y rubio recogido en una coleta.Vestía un uniforme impecable negro y usaba su espada al cinto.
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Yukito sonreía mientras paseaba por el jardín.
Los hijos de una de las empleadas casi lo tiran al piso mientras corrían persiguiéndose y el solo rió por verlos felices.
Luego vio a uno de los Konohanos que estaba sentado en el suelo del jardín pintando algo con lápices y se acercó para ver el trabajo.
Era un hermoso dibujo abstracto que tenía mucho color y fuerza.
Se arrodilló a su lado y mirando su perfil le dijo-Es muy bonito.Es maravilloso que dibujes así-.
Miro sus ojos sin expresión cuando le contesto-Yo en realidad no siento nada-y luego lo miro a los ojos con una mirada fría que hizo que un frío le recorriera la espalda.
Esos ojos fríos los conocía ya.
Tenía esa rara sensación cuando de pronto en el rostro del otro vio uno distinto, uno coronado por una larga cabellera plateada y que en vez de ojos negrois poseía unos frios ojos color cielo que tenían pupilas verticales, que poseían esa mirada de frío polar que le congelaba el alma.
Se levanto espantado y corrió lejos de Sai que lo miro receloso.
Sabía que causaba reacciones raras en algunos pero esa mirada……..
Yukito fue hasta un apartado lugar del jardín con el corazón palpitándole a mil.
¿Por qué ese hombre que vio de alguna forma le resultaba familiar?
Tenía miedo y no sabía por que.
De pronto en su mente vio unas imágenes desenfocadas de un ave aprisionada por las llamas que lanzaba unos atroces gritos y de pronto veía a ese hombre darse la vuelta sus ojos de cobra se clavaron en los suyos.-Por fin llegaste.¿Es el?-dijo.
Yukito respiraba con dificultad cuando recordo que era hora de servirle el te a Touya y fue por el a la cocina.
Como pudo se tranquilizó y entro sin dar muestras de nerviosismo excepto por un ligero temblor que el otro noto pues siempre lo observaba atentamente.
-¿Todo esta bien?-pregunto el rey.
-Si-respondió su fiel compañero.
*Me miente.¿Por que me miente?*se pregunto el de ojos negros mirandolo de una forma que puso a Yukito nervioso.
Luego recordó el tiempo en que Yukito volvió y que el lo invito a una pijamaza.
Jugaron hasta tarde y luego se durmieron.
A mitad de la madrugada los terribles gritos del niño lo despertaron.Yukito lloraba como un bebe abrazando su almohada.
Cuando Touya logro despertarlo el otro le dijo que no recordaba lo que había soñado pero aun así lo que fuera lo mantenía atemorizado.