-Joder Bill… ¡Apúrate que me ando durmiendo!- gruñó Tom en la cama del hotel. Habían tenido un día bastante agotador con varias entrevistas y un concierto que duró 5 horas. Tom en esos momentos se sentía muy cansado y el hecho de estar en una cama era lo mejor.
-¡Momento!- gritó el cantante desde el baño -Aun no me he quitado todo el maquillaje…
-Pues déjatelo, estoy cansado y ya ando desde hace 3 horas esperando poder descansar…
-No, si me lo dejo la piel se me pondrá arrugada, envejeceré antes de tiempo.- chilló Bill agarrando una toallita para quitarse la crema que le quitaba el maquillaje.
Tom gruñó tirando su camisa que era la única prenda que tenía, claro, aparte de sus bóxers, jamás dormía con ropa, le molestaba mucho y el simple hecho de pensar en dormir con algo encima le producía bastante calor.
Después de varios minutos Bill salió sin maquillaje, sin cabellera estrambótica, sin pantalones que se le pegaban a su cuerpo. Sí, su hermano era completamente hermoso viera como se viera.
Bill sonrió al verlo ya costado y el se acercó para tirarse en la cama, esta estaba muy blandita lo cual al caer hizo que gimiera sintiéndose bastante cómodo en ella.
Tom no pudo evitar verlo, arrugó la frente.
-Quítate la camisa Bill… Demonios, no sé por qué tanta pena conmigo, somos hermanos.- el pelinegro se sonrojó. –Y tu cuerpo es igual al mío, preocúpate si tuvieras algo diferente a mí…
-Idiota, mi cuerpo no es parecido al tuyo.- Bill desorbitó los ojos tratando de cambiar el tema, estar completamente desnudo delante de su gemelo eran una de las cosas que le daba pena hacer con Tom, no sabía el porqué pero desde hace poco tiempo empezó a sentirse así.
-Claro que sí, no tienes tetas, ni un coño, eres un macho, tienes un pene… Aunque no se de qué tamaño pero no importa, está allí…- El de rastas no entendía como su hermanito podía ser bastante penoso con él en ocasiones.
Bill suspiró.
-No importa, no somos iguales, mira… Tienes la piel más morena que yo.- Bill se acomodó en la cama viendo a su gemelo. -Tu cuerpo está mejor trabajado que el mío y mira que ni haces muchos ejercicios….
-Lo hago cuando me follo a esas chicas…- bromeó Tom sonriendo de forma pícara.
-Claro, he escuchado que se quema muchas calorías debe ser por eso…- el pelinegro rodó los ojos.
-Pero de los dos tu eres el más hermoso…- murmuró Tom muy cerca de Bill poniéndolo nervioso.
-Deja de hacer eso, por eso la gente piensa mal cuando decimos en las entrevistas que dormimos en la misma cama…
-No estamos haciendo nada, hacemos lo que naturalmente hacen los hermanos… ”Hablar”… Te cuento a que tías me tiro últimamente.- Bill frunció el ceño molesto por el comentario. -Y tu me cuentas sobre nuevas ideas que tengas para las canciones…-Tom sonrió y Bill suspiró.
-Mejor durmamos que ya es tarde…-Tom asintió.
-Pero antes quítate la camisa…
-¡Tom! Deja de ser fastidioso, déjamela y ya.- el de rastas hizo un puchero.
-¡Vamos!... Y nos arropamos si quieres… Como lo hacíamos antes de pequeños…
-Está bien…- aceptó Bill con las mejillas rojas, lentamente se desabotonó la camisa dejándola a un lado, Tom sonrió para que después acariciar la espalda de su gemelo haciendo que este se estremeciera y volteara a verlo. -¿Por qué lo hiciste?
Tom se encogió de hombros.
-Me dieron ganas de hacerlo, tu piel es muy suave…
Bill de mordió los labios, su hermano a veces bromeaba con él de muchas formas, pero a veces no entendía si ese tipo de comentarios que hacía eran serios o solo algún tipo de broma.
-Ya… Durmamos…
El pelinegro apago la lámpara de la mesita de noche, y le dio la espalda a su gemelo, aunque de la nada sintió los brazos de Tom en su cintura pegándolo a su pecho, Bill no respiró por minutos.
-No sé porque estas así…- susurró Tom en la oreja de Bill de forma sensual, haciendo que el pelinegro se estremeciera. -Cuando estamos en una fiesta y volvemos siempre te lo hago… ¿No lo recuerdas?
-¿Qué?- Bill abrió los ojos sin moverse -Nunca recuerdo que me hayas tocado así…
-Sí…- Tom soltó una risita -Aunque tan borracho que te pones que ni lo recuerdas…
Bill suspiró y trató de dormir, aunque fue difícil ya que la voz de su hermano no se despegó de su oreja.
-También…- dijo con voz entrecortada -Siempre te restriegas contra mí… De esta forma...-
Bill gimió al sentir algo rozándole las nalgas, era obvio, Tom tenía una erección.
-Que demonios, Tom no es gracioso…- murmuró Bill tratando de estar calmado, algo que no pudo.
Su hermano no le habló, aunque si escuchó su respiración en su cuello, las manos del mayor acariciaron la cintura de Bill que se puso rígido, toco las piernas de su gemelo lentamente, eran muy suaves y a Tom le gustó eso, pocas veces lo había hecho, la primera vez que lo hizo sintió que estaba mal, pero las sintió tan bien que no pudo evitar repetirlo en ocasiones, como ésta.
Las manos de Tom viajaron al pecho de Bill que de la nada sintió un calor recorrerle el cuerpo, el de rastas acarició los pezones de Bill jugando con ellos, sonrió escuchando la respiración de Bill que se volvía mas y mas agitada mientras le regalaba esas pecaminosas caricias.
-Esto... Es raro, mmm…- Bill se movió un poco en la cama.
-Nosotros somos raros… No debería de extrañarte...- susurró para después con su lengua lamer el cuello de su hermano menor escuchando un gemido que salió de el.
-Sabes muy bien… Bill…
Repitió la acción un par de veces, la piel de su hermano sabía muy dulce, y no era el sabor de alguna crema o algo parecido, era el sabor de Bill, de su cuerpo, le supo tan delicioso como a la miel y el quería empalagarse con ella.
Bill no sabía exactamente que hacer, eran completamente nuevas las sensaciones que sentía con su hermano y las mariposas que sentía cuando lo veía se intensificaron mas cuando este lo giró para besarle la boca, Tom lo devoró completamente, su cuerpo se movió ansioso, sus manos viajaron al cuerpo de su hermano mayor acariciándolo sin dejar de besarle, su gemelo besaba muy bien, besaba exactamente como a él le gustaba.
Las expertas manos de Tom llegaron hasta el bóxer de su hermano que apretó escuchándolo gemir cerca de su boca.
-Así me gusta Bill…- el de rubias rastas besó de nuevo a su hermano mientras este se dejaba hacer.
Ambos gemelos bajaron sus bóxers rozando sus erecciones que estaban muy duras, incluso se podían ver brillantes por el pre-semen que salía de la punta de ambos miembros.
-Vamos Bill…- murmuró con voz embriagante Tom -Quiero hacerlo…
Bill agarró la erección de su hermano, era grande, más grande que la suya, su cara ardió de vergüenza pero, movió su mano lentamente viendo el rostro de Tom contraerse por el placer que sentía. Tom hizo lo mismo que Bill y poco a poco ambos empezaron a masturbarse entre sí, sus gemidos eran algo fuertes pero no les importó, solo querían complacerse.
-Tomi... Ahhh Tomi...- ambas manos aumentaron la velocidad rápidamente.
-Tienes que correrte conmigo…- murmuró Tom cerca de los labios de su gemelo, que asintió apretando en su mano la erección del de rastas escuchándolo gruñir y gemir como un animal.
Hasta que pocos minutos después Tom y Bill se corrieron en manos del otro gimiendo fuertemente, para después soltarse y entrelazar sus manos sin importar que estuvieran llenas de semen.
-Con que no hacemos nada, eh?-comentó Tom levantando una ceja, Bill sonrió montándose encima de él para besarlo y hacer lo mejor que hacían ellos dos en la cama “Nada”.
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-¡Hey! Escuché muchos ruidos en la noche.- comentó Georg mientras veía que ambos gemelos bajaban al comedor del hotel.
-Espero que no hayan estado peleando…- Gustav untó un pan con mermelada.
Bill sonrió sentándose al lado de Tom.
-No se preocupen chicos… No pasa nada…- su sonrisa se amplió mientras una de sus manos se juntaba con la de Tom y este le respondía de la misma forma.
Fin.