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PASIÓN CONTENIDA por Sami chan

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Notas del capitulo:

ME CHOCA, PERO EN VERDAD ME CHOCA QUE ACOMODO MIS PARRAFOS Y MIS NOTAS TODO COMO YO QUIERO, LE PONGO POR EJEMPLO A LAS CARTAS DEL CAPI ANTERIOR, LETRA DISTINTA Y TODO ASI MUY BONITO Y RESULTA QUE CUANDO LOS SUBO, PIERDEN TODO EL ENCANTO Y QUEDA EN UN SOLO TIPO DE LETRA Y TAMAÑO, OIGAN NO SE VALE, O ¿USTEDES QUE CREEN?

CAPITULO  DOS


 


         Pasaron diez años en los cuales, You se graduó, heredo la cadena de restaurantes y comenzó a trabajarlos, diez largos años en los que solo existió el trabajo, nadie sabía que ese tiempo fue para él un verdadero suplicio, fueron diez años en los que cargo con un sentimiento de enojo hacía aquel hombre que lo abandono, de nada sirvió que la madre de aquel ser insensible que tuvo la osadía de abandonarlo le dijera que no albergara esa clase de sentimientos, ¿que sabía ella, de lo que ellos dos sentían, de lo que él sentía?


          Fueron diez años en los que secretamente guardo una diminuta esperanza de volverlo a ver, incluso llego a pensar que se lo había tragado la tierra, también pensó que quizá tenía una enfermedad terminal y que por eso había salido prácticamente huyendo del país, para no despertar lastima en los demás, pero si eso fuera, a él no le hubiera importado nada, solo quería estar junto a él, fueron diez  años en los que aparentemente no había sabido nada de él,  hasta que una noche en una cena de negocios, salió a relucir como tema de conversación, cierto personaje, el dueño de una de las cadenas más importantes del mundo, y salió a flote el comentario porque el empresario era de origen japonés y era todo un misterio, algunos comentaron del lujo que había en sus hoteles, incluso que sus huéspedes eran seleccionados, no cualquiera se podía hospedar ahí.


 


           Kurosaki You era ahora un importante empresario de renombre, perseguido igualmente por mujeres que por hombres, pero él también era un completo misterio, pues desdeñaba por igual; unos de sus mayores atractivos, eran sus ojos, unos hermosos ojos color miel, que siempre los cubrían un velo de tristeza, y todos querían develar ese misterio, a lo cual es siempre sonreía y decía que así eran, que ahí no había nada que revelar.


 


-        De hecho, así es mi personalidad  -  siempre salía con un comentario así, pero esa simple observación parecía un reto para muchos, situación  que a él lo aburría.


 


        You como todo empresario joven que quiere crecer, tenía sueños, proyectos que quería cumplir, quería expandir su cadena restaurantera, era restaurantes de lujo, y  los tenía por todo Japón, ahora era hora de abrirse al mundo, de darse a conocer internacionalmente, se dedico a buscar inversionistas que fueran realmente valiosos para lo que él tenía pensado hacer, socios que llenaran todas sus expectativas, por fin reunió un grupo de diez posibles inversores, se dedico a buscar un lugar donde llevar a cabo sus juntas y poder explicarles todo lo que tenía pensado hacer, lo encontró, fue en un hotel, que se encontraba en Inglaterra, perteneciente a esta famosa cadena hotelera de la cual hacía poco habían comentado, les ofrecía todo lo que necesitaban  y a él le servía como muestra de lo que deseaba construir, tenía sala de convenciones, una protección envidiable, transporte blindado, guardias de seguridad, shows privados para “relajar” a los ejecutivos; todo eso y más, el sitio era perfecto, magnifico, arreglo las reservaciones, y cito a sus posibles socios, les explico a donde los llevaría porque quería mostrarles todo lo que él deseaba, estaba decidido a gastar todo lo que fuera necesario, para conseguir sus objetivos, sabía que era una inversión, y en eso él no escatimaba, pues  tendría sus ganancias a la larga y eso era lo que a él le importaba.


 


     You, tras haber terminado la universidad, e inconscientemente  obedeciendo  a cierta carta que le había dejado un “amigo” en señal de despedida, estaba haciendo todo por cumplir sus objetivos, apenas salió de la escuela, le pidió a su padre lo dejara colaborar en los negocios, para ir a prendiendo a futuro; su padre convencido de que era lo mejor, así lo hizo, y pronto lo heredo, pues vio que era capaz de mantener el negocio.


 


        You se dedico en cuerpo y alma a hacer crecer los negocios, pero nunca pudo sacar de su corazón a cierta persona, por la cual, estaba tratando de cumplir sus sueños, pronto le tomo gusto a los negocios y analizando su situación decidió que si tenía que hacer algo, sería por él, no por recomendación de nadie más.


 


       Kurosaki You con treinta años recién cumplidos, soltero, guapo, alto, delgado, con una posición envidiable, tenía una personalidad engañadora y por lo tanto era una suculenta presa para muchos.


      


               Se acercaba el día de la reunión.


 



 



 


 


         El lugar era impresionantemente lujoso por donde quiera que la vista se posara, el buen gusto era exquisito  tanto en el interior como en el exterior, afuera enormes jardines muy bien cuidados con fuentes hermosas, que parecían sacadas de un cuento de hadas, el edificio antiguamente había sido un castillo, ahora remodelado, seguía conservando su originalidad, y seguía siendo eso, un castillo digno de unos verdaderos reyes, el enorme lugar estaba bardeado, con malla electrificadas, esto era básicamente para la seguridad de los huéspedes, pero era tan grande el lugar que no molestaban las bardas, pues ni siquiera se veían, se les proporcionaba transporte de limosinas blindadas con guardias de seguridad, desde que había que recogerlos en el aeropuerto, hasta que tomaban el avión con regreso a casa, contaban con helicóptero, claro para casos de extrema necesidad, ambulancia, tenían su propio medico, y este era, solo uno más de la impresionante cadena hotelera, ¿el dueño…?  Todo un verdadero misterio.


 


         El propietario de la gran cadena de hoteles de súper lujo, era de origen japonés, soltero, con treinta y cinco años recién cumplidos, alto, delgado, guapo, era muy atractivo tanto para mujeres como para hombres,  se encargaba de supervisar todo a la llegada de cada uno de sus huéspedes, de revisar personalmente todos los detalles, de su seguridad, su estancia en el hotel, de que se les proporcionaran todos, absolutamente todos los servicios necesarios para su comodidad, aah, pero también así como cuidaba de cada uno de ellos, también le gustaba saber qué clase de gente era por la que iba arriesgar a su gente, así que investigaba la vida de cada uno de ellos, y si averiguaba que  algún futuro huésped no le convenía,  simple y sencillamente no lo aceptaba como cliente.


 


         En esa ocasión ocurría lo mismo, le llego la carpeta con la ficha del futuro huésped, líder de un promisorio grupo de diez empresarios a alojarse en uno de sus hoteles, era un  joven que tenía una cadena restaurantera nacional, y que estaba próximo a internacionalizarse, por lo menos, ese era su objetivo, y el motivo por el cual se iba a hospedar en ese hotel, era porque les quería mostrar a sus futuros inversionistas lo que el buen gusto y el lujo pueden hacer, todo iba bien, hasta que leyó el nombre del futuro huésped que venía con una fotografía del mismo, en ese momento sintió que todo le daba vueltas, cerró los ojos y a su mente acudieron en tropel toda clase de imágenes, de su infancia, de su adolescencia, de su época de universitario, y en todas ellas, estaba siempre en compañía de cierto joven, por el cual no podía ser completamente feliz, a pesar de tenerlo todo.


 


       Odiaba las sorpresas, definitivamente las odiaba, y esa le traía tantos recuerdos que hasta le dolió el pecho, no sabía si sentirse feliz o desdichado, con los ojos cerrados se recargo en su sillón, suspiro, justo en ese momento entro su asistente, que lo miro preocupada, y no pudo evitar preguntar.


 


-        ¿Se siente bien?  -  lo miro detenidamente y se preocupo.


 


       Era la primera vez que veía que tenía fruncido el entrecejo, se acerco despacio para observarlo, de todos modos tenía cerrados los ojos y no pensaba que se daría cuenta, llevaba cinco años de ser su asistente personal, y en ese tiempo, ese hombre nunca dio señales de nada, ni de cansancio, ni de aburrimiento, ni de fastidio, vaya ni siquiera de alegría, era raro verlo reír, y si acaso lo hacía era con algún huésped, era un excelente jefe, así como también era una excelente persona, muy humano, se preocupaba por sus empleados, por toda la gente a su alrededor, pero siempre  guardaba sus distancias con el personal del hotel, cuando ella llego a ocupar el puesto de asistenta personal del jefe, este le hizo una muy especial recomendación, no cometer el titánico error de enamorarse de su jefe, motivo por el cual la otra chica tuvo que irse, pensó que por ser su mano izquierda podría tener una oportunidad con él, y no, definitivamente no, con él podría durar años trabajando, siempre y cuando, nada de sentimientos equivocados, gran eficiencia, y mucha discreción.


         La chica veía como su jefe era perseguido igual por personas de ambos sexos, el era muy discreto, pero a fuerzas de ser su asistenta personal, se podía dar cuenta de cuando el jefe tenía alguna aventurilla o relación, aunque difícilmente se le podía llamar relación a lo que su jefe podía llegar a tener con alguna mujer, él no era de andar cortejando damiselas, ni trataba de engañar a nadie, si salía con alguna chica, las trataba como lo que eran para él las mujeres, unas verdaderas princesas, pero como en el cuento, dando las doce, se acababa el encanto, se rompía el hechizo y zas todo terminaba, no soportaba las “relaciones largas” de más de dos o tres citas, pero tampoco era mujeriego, las chicas con las que había llegado a salir, lo buscaban hasta el cansancio, a pesar de que se daban cuenta de que para él, ninguna era nada especial, solo un desfogue sexual y nada más, a él le gustaba concentrarse en su trabajo, esa era su verdadera pasión, ¡su trabajo! Por lo tanto pasaba de un hotel a otro, siempre supervisando todos los detalles en cada uno de ellos, y por lo mismo es que esos lugares siempre estaban a la vanguardia, se la pasaba viajando de un país a otro, deteniéndose pequeñas temporadas en cada uno de ellos, no tenía un lugar de residencia fijo, tenía su casa, sí, pero nunca la llamaba hogar, pues nunca había vivido en ella.


 


         El hombre era uno de los solteros más codiciados, pero él era… frío, no gustaba de mostrar sus emociones; ese día, al revisar la lista de posibles huéspedes, vio un nombre que lo hizo recordar un pasado doloroso, doloroso por que una despedida siempre mata una parte de ti, cerró los ojos y  suspiro, fue cuando su asistenta entro a su oficina y no pudo evitar preguntar…


 


-        ¿se siente bien?  -  lo miro preocupada.


 


     El hombre no le dijo nada, permanecía con los ojos cerrados, ella lo observo fijamente, tanto que se agacho un poco sobre el escritorio y casi brinca del susto cuando su jefe le pregunto molesto


 


-        ¿Cuál es tu problema?  -  más que molesto, estaba enojado al sentirse observado de tal forma, la chica se sobresalto al ser pillada en semejante acto y avergonzada se disculpo.


 


-        Sumimasen Gackto sama  -  no supo que más decir.


 


-        Deja de perder el tiempo en observar mi rostro y confirma las reservaciones  -  la amonesto.


 


-        Hai  -  no dijo más, pero quería que la tierra se abriera y se la tragara.


 


-        Llama a Grecia, Escocia y a Dinamarca  -  ordeno.


 


-        Hai  -  y salió disparada a su escritorio a hacer su trabajo.


 


      El sabía porque la chica lo había estado observando, pero nunca dejo que nadie, ni siquiera su familia se inmiscuyera en sus asuntos, a nadie le contaba sus cosas, y por primera vez en diez años, sintió que el pulso se le aceleraba, volvió a respirar profundo y decidido a comenzar los preparativos para la llegada de los huéspedes, llamo al que era su mano derecha, su gerente…Yukihiro Chachamaru Fujimura.


 


-        Chacha san…pasado mañana llegara un grupo de diez empresarios, por favor cuídalos como lo haría yo personalmente.


 


-        ¡claro!  -  le contesto algo extrañado, pues nunca había tenido la necesidad de hacerle ninguna recomendación.


 


        Yukihiro  Chachamaru Fujimura, mejor conocido por todo el personal como Chacha, era la mano derecha de Gackt, lo había conocido en la época de escuela, cuando acababa de llegar a Londres a estudiar, prácticamente el ojiazul se refugió en sus brazos,(no piensen mal, no es como se imaginan, pervertidos) Chacha se convirtió en su mejor amigo, era un poco mayor que Gackt, si acaso unos cinco años más, Chacha ya no era un estudiante, estaba en la escuela pero por motivos muy diferentes, pero aun así, logro ganarse la confianza del pelinegro y convertirse en alguien importante para él, cuando Gackt termino sus estudios, platicando con Chacha lo convenció de irse con él, de convertirse en lo que era, su mano derecha, este acepto y desde entonces estaban juntos, Chacha se caso y con el tiempo se convirtió en padre de dos pequeños, los cuales eran la adoración del ojiazul, más aparte que venía otro en camino.


 


-        ¿no estarás aquí?  -  se le hizo extraña la forma de pedírsela.


 


-        Aún no lo sé… pero quiero que no les falte nada.


 


-        Por eso no hay problema, ya sabes que los huéspedes son nuestra prioridad… ¿alguien en especial? 


 


-        No, no, nadie…  -  ya no dijo más  -  Chacha entendió y lo dejo solo, haber si pasado un tiempo decidía completarle la información. 


 


 


          Cuando Gackt le hizo tal recomendación a Chacha, faltaba una semana para que se confirmara la asistencia del grupo empresarial, a partir de entonces Chacha vio como cada día que pasaba y se acercaba ese día Gackt estaba un poco más nervioso, hizo memoria y definitivamente nunca lo vio estar así de nervioso, cada día que pasaba su curiosidad crecía, llego el día de la confirmación y a partir de ahí, vio como su jefe y amigo estaba que no lo calentaba ni el sol.


     Faltaban dos días para la llegada del dichoso grupo y Chacha se pregunto si en ese grupo habría alguien que tuviera el poder de sacar de quicio a su jefe, pues conforme se acercaba la llegada de ese grupo en especial, Gackt se iba poniendo más nervioso y distraído, nunca espero verlo de esa forma, realmente era una faceta nueva en él, realmente estaba ansioso por conocer tal grupo.


 


-        Gackt san…eeeto…solo es una observación, pero quiero preguntarte si los del grupo que recibiremos hoy… ¿acaso son mafiosos? Digo no sería la primera vez que…  -  no lo dejo terminar, pero aun así le respondió.


 


-        Eso no me preocupa, todos los que buscan alojamiento aquí, saben de las condiciones para poder hacerlo, no… es solo que el grupo de empresarios que vendrán, quiero que se lleven la mejor impresión de nosotros, de hecho, tú los vas a recoger al aeropuerto, llegan en dos horas, confirma el vuelo y te vas.


 


-        Claro  -  ya no pregunto más porque claro se vio que no le diría más.


 


*****************


 


          El vuelo esperado llego con exactitud, Chacha se acerco al grupo y les dio la bienvenida, saludo a todos y cada uno de los empresarios, llamándole la atención uno en especial, por su juventud, por su elegancia, por su aparente inocencia, y se sorprendió aún más, cuando se entero que precisamente él, era el líder del grupo, los observo disimuladamente a todos, pero no podía imaginar cuál de ellos, era el motivo del nerviosismo del jefe, los condujo a la limosina blindada que era el transporte habitual del hotel, checo que los guardias fueran cerca por cualquier motivo, y sin querer, vio que a lo lejos los estaban observando, disimuladamente vio a través de sus lentes oscuros y con nerviosismo se dio cuenta de que el personaje que los estaba observando a lo lejos, era nada más y nada menos que…

Notas finales:

¡¡¡OIGAN NO SEAN GANDALLAS!!! POR LO MENOS UN MENSAJITO CHIQUITO, ¿COMO VOY A SABER SI LES GUSTA O NO? NO SEAN CODOS, QUE LES CUESTA ESCRIBIR UNAS CUANTAS PALABRAS DE ALIENTO PARA SU SERVIDORA, VAMOS NO SEAN CODOS. ANIMO BYEEE


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