Disclamier: Este fic esta basado en la serie televisiva "Dr House" por lo tanto House, Wilson, Chase, Foreman, Taub, Trece y Cuddy no son mi creación, son creación de el Sr. David Shore; el único personaje de mi creación es "James Ivanov"
Aclaraciones: La historia transcurre en la Sexta temporada de la serie, Wilson volvio con Sam (1era esposa), House Continua sin usar Vicodin por lo que sigue asistiendo a sus sesiones Terapéuticas.
Es mi primer fic y si me considero una súper novata así que sean piadosos conmigo…
Agradezco la gran ayuda y corrección a mi Beta Chidori Agatsuma Mil gracias!!!!
¿Sin Diagnóstico?
Era simplemente increíble y extraño, lo fácil podía ser entablar una conversación, con aquel nuevo y aun desconocido “James” y no es que lo hubiese deseado desde un principio.
Es mas, su único plan al ingresar a esa habitación, era el incordiar al paciente; cosa que era prácticamente un Don en la personalidad del Dr. Gregory House.
Él se encargaba de hostigar a los pacientes hasta obtener respuestas, pero ahí estaba, sentado en una silla aledaña a la cama de paciente “hablando” con el Ingeniero Civil.
- ¿Así que tienes por lo menos, a doscientas fieles doncellas a tu disposición? – House le mira con fingido asombro - Ser princesa tiene sus beneficios – Alabó - Yo, sólo tengo a cuatro doncellas y aquí entre nosotros son unas inútiles – Dijo lo último como si fuera un secreto
- ¡Dr. House! ¿Cuántas veces tengo que repetirle que son empleados, y solo se encuentran trabajando bajo mi supervisión?
- Algunas de “ellas” podrían estar enfermas - Razonó el oji azul chasqueando su lengua sarcásticamente e ignorando olímpicamente las palabras de James - Tenemos mucho trabajo que hacer en tu castillo
- ¿Planea revisar a cada uno de los trabajadores de la empresa?- lucía realmente estupefacto - ¡Eso seria casi imposible!
- ¡Nada es imposible para mi! – El Nefrólogo sonrió de manera divertida - ¡Claro!, excepto el hecho de dejar de cojear – Señalaba la pierna que le causaba grandes dolores, todos lo días de su vida
James hizo un ademán de protestar pero se vio interrumpido, cuando una enfermera ingreso a la habitación, llevando una bandeja de comida que dejo en la mesita que se encontraba entre el Doctor y él; para después salir de la misma dedicándole una suave sonrisa ante el agradecimiento de su paciente.
En cuanto volvieron a encontrarse solos ambos hombres. House cogió el tenedor de la bandeja llevándoselo rápidamente a la boca con un poco de puré de papas.
- ¡Dr. House! – Regaño - ¿Planea robarme la comida de Hospital, que amablemente me traen las señoritas enfermeras? – El Ingeniero le miro con fingido enojo - ¡Eso es bajo!
- ¡Piensa que soy el catador real! - Explico el Nefrólogo, con cierto melodrama en la voz - ¡Arriesgo mi vida por ti!, se mas agradecido – agrego fingiendo un regaño - Háblame de tus padres – Dio otro bocado al puré de papas - ¿Alguno estuvo enfermo?, ya que puedes tener algo hereditario – Concluyo antes de llevarse una tajada de carne asada a su boca
Con la dulzura que caracterizaba el hablar de James, respondió a cada una de las interrogantes de su singular Doctor.
Él era hijo único, carecía de abuelos paternos y su abuela y abuelo maternos habían fallecido hace mucho; la primera al dar a luz a su madre y el segundo debido a su edad avanzada.
Por otro lado sus padres no habían sufrido de ninguna enfermedad particularmente grave, hasta el día de su muerte, que fue en un accidente aéreo hace cuatro años y él tampoco lo había hecho hasta el momento.
Exceptuando una ocasión, a sus 28 años cuando tuvo una infección urinaria, pero fue tratada en su casa solamente con antibióticos orales; ni siquiera tuvo la necesidad de internarse en ningún hospital.
- ¿Sabias que tú historial esta ridículamente limpio? – El nefrólogo, hablo con sarcasmo nuevamente, elevando una de sus cejas - Sin precedentes, tampoco enfermedades hereditarias – Miraba fijamente al hombre recostado en la cama - Solamente el hecho de que seas mitad niña ¡Mmm! – Se froto el mentón de manera pensativa – Aunque, si tuvieras los generosos pechos de Cuddy, creo que no me quejaría
- ¿Y usted sabia que tiene un don para molestar a la gente? – Esta vez fue el ingeniero quien le sostuvo la mirada
- ¡Por favor! ¡¡Harás que me ruborice!! Son los años de experiencia – Rebatió sagazmente con un mohín ladino
De cierta forma el Nefrólogo, debía admitir que desde que había ingresado a la habitación de James, este se había mostrado agradable, atento e incluso divertido e ingenioso ante sus “inocentes” comentarios.
Debiendo finalmente admitir que por primera vez, en mucho tiempo, tenía una charla coherente con alguien que no fuese el Oncólogo. Ahora comprendía el porque las enfermeras de la ala de Medicina Interna se morían por estar cuidándolo.
Una vez mas sus ojos recorrieron todo el cuerpo de James de manera inquisitoria, como quien busca una respuesta.
¿Por qué de todas las personas en el mundo que aparentemente tenían que agradarle a House, llevaban por nombre “James”?
Lo mas seguro era que su obsesiva personalidad había influido en aquello o tal vez los muchos años que tuvo de amistad con el Oncólogo; pero era algo que debería de arreglar o quien sabe donde podría terminar.
Claro que tampoco podía negar que este James era “algo” atrayente a la vista, su cabello rubio ceniza casi caía suavemente hasta sus hombros enmarcando su rostro y sus ojos color jade, resaltaban aun más en su tez pálida. House agito su rostro algo turbado desechando esa idea rápidamente, por lo visto la falta de Vicodin había atrofiado parte de su cerebro.
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El equipo de diagnóstico se preguntaba el porque siempre que tenían una noticia realmente importante su jefe desaparecía. Después de verificar que no se encontraba en su oficina habían ido a buscarlo por casi todo el hospital, encontrándolo para su real y entera sorpresa en la habitación del paciente.
- ¿Interrumpimos? –Inquirió Chase, enarcando una de sus cejas, extrañado mientras miraba a intervalos el rostro burlón de su jefe y el rostro casi ¿feliz? del paciente.
Lo cual si que era extraño, porque lo que todos estaban acostumbrados a ver después de un encuentro House, era ver al paciente realmente enojado, frustrado e incluso llorando (Lagrimas delatadoras según House) pero no sonriendo amablemente hacia el oji azul.
- ¡Oh! - El Nefrólogo usaba uno de sus tonos sarcásticos- ¡Aquí llegan mis “doncellas”!, espero que tengan buenas noticias – Continúo, ya parándose y cojeando hasta la puerta donde su equipo aun continuaba de pie - O tendré que mandarlos a las mazmorras y darles de azotes.
- Tenemos los resultados de los laboratorios - Susurro el Neurólogo precavido ante la presencia del paciente e ignorando como siempre, los ingeniosos apelativos con los que su jefe solía llamarlos
- ¡Bueno! – Fingió meditar - Entonces debo volver a mi torre, a descubrir que es lo que aqueja nuestra “Princesa” - Casi grito
- ¡Dr. House! – Llamo algo abochornado - ¡Por favor, mi nombre es James no “Princesa”!
- Pero eso seria demasiado aburrido y ya no podría fingir ser Sir. Lancelot – Se había detenido ante la suave voz de James que lo llamaba, se giro despacio para mirarlo fijamente con una mueca de tristeza - Hasta conseguí una espada - Movió su bastón en el aire, antes de salir dejando atrás al ingeniero que soltaba un suave suspiro ante el esfuerzo titánico que tuvo que hacer por evitar que su mejillas delatasen su nerviosismo
Una vez dentro de su oficina, el nefrólogo se paro frente a su pizarrón blanco, para comenzar a jugar con su pelota roja y su bastón, haciendo un par de maniobras mientras esperaba que su equipo le de las “buenas nuevas” del paciente.
- ¿Desde cuando hablas con los pacientes? – Inquirió Chase, elevando una de sus cejas de manera interrogante
- ¡Desde que Cuddy, la Arpía amenazó con castrarme si no lo hacia! ¡DUH!* –replico con uno de sus mejores tonos sarcásticos - ¿Qué tienen?
- Hay una anormalidad en el factor de coagulación del paciente – Taub fue el primero en responder la pregunta de su jefe - Los trombocitos bajan inmediatamente se producen las hemorragias, y vuelven a subir cuando terminan
- Un estado de Trombocitopenía*, solo puede ser continuo no a intervalos – Corroboro Foreman
- Podría ser un efecto secundario de algún cáncer – Medito Trece - Pulmones, corazón, estomago - Miraba a su jefe expectante - Creo que deberíamos consultar con Wilson
- Si necesitase consultar todas mis dudas con Wilson – El Nefrólogo chasqueo su lengua algo molesto- No los necesitaría a ustedes, ¿Verdad?
- ¡Intoxicación! Pudo haber estado expuesto a asbesto en su trabajo - Dijo inmediatamente Chase, al percatarse del mal genio que podía iniciarse en su jefe - Al ingresar el paciente tuvo un periodo de hematemesis*
- El solo supervisa las construcciones – Trece negaba con la cabeza, mientras fruncía el ceño - Para intoxicarse debería haber sido un trabajador de tiempo completo
- Podría haberse intoxicado en su departamento – Rebatió nuevamente Chase
- ¡Ya! Dejen de pelear “niñas” –Dijo House con un gesto de burla - Revisen su departamento y fuente de trabajo, y no olviden hacer laboratorios en busca de cáncer; tienen mucho trabajo que hacer, así que procuren no necesitarme hasta mañana ¿OK?
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Si James Ivanov había imaginado que su primer encuentro con su amor platónico, seria un mar de rosas, ya debería estar decepcionado.
Pero ciertamente ese no era el caso, se había sentido muy a gusto ante la implacable presencia del Nefrólogo; y mas aun después de ver, como era él en realidad un “Egoísta, insensible, directo y sin tacto”. ¡Eso era cierto! muy cierto en realidad.
Pero era, él “egoísta, insensible, directo y sin tacto” del que se había enamorado y no podía hacer nada por evitar o rebatir aquello. ¿Quién puede mandar en el corazón?, se cuestiono mentalmente mientras recorría con la mirada, la mesa donde aun permanecía la bandeja de comida que había dejado el Nefrólogo encontrándola para su diversión, casi terminada.
- Gregory House - Susurro para si mismo, acomodándose mejor en su cama pronto iba a anochecer y su cuerpo le exigía descanso, estaba seguro que esta noche por lo menos sus sueños serian agradables
En esta oportunidad por alguna y extraña razón, Morfeo había decidido cumplir con los deseos del Ingeniero ya que su sueño era placido y agradable; mucho de hecho.
Se encontraba en la penumbra y solamente podía sentir en su rostro, la barba sin afeitar de varios días de un rostro ajeno, mientras sus suaves labios, eran reclamados por otros mas ansiosos en un efusivo pero pasional beso, acompañados por ligeras caricias en su esbelto torso que descendían hasta la parte interna de sus muslos, obligándole a abrir las piernas con suavidad, algunas palabras dulces susurras a su oído y el peso de alguien recargándose contra el suyo propio. En cuanto unos profundos irises azules le contemplaron con una mezcla de devoción y deseo, pensó en lo terrible que seria despertar de aquel magnifico sueño.
Pero el pitido insistente de uno de los aparatos que rodeaban la cama, lo obligo a abrir los ojos. Aun algo somnoliento y molesto por tan inoportuna interrupción, miro a sus alrededores, al no encontrar a nadie se acomodo mejor en la cama, necesitaba llamar a una enfermera para que detenga ese infernal sonido, rápidamente se levanto de la cama y en cuanto sus pies tocaron el piso se detuvo en seco.
Tuvo un ligero mareo, además de que la parte inferior de su cuerpo se sentía algo ¿húmeda?
- Ya estoy algo mayor para tener sueños húmedos – Hablo para si mismo, mientras una de sus manos subía parte de su bata para inspeccionar esa zona- ¡Demonios!
Su entrepierna estaba completamente bañada en sangre. ¡Su sangre para ser más exactos!, intento aferrarse a la cama pero lo ultimo que pudo sentir fue como un sudor frió recorría su cuerpo, antes de que éste dejase de responderle y cállese sobre la fría cerámica del piso.
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¿Qué había hecho para enfadar tanto a House?
Esa pregunta acompañada de varias similares, estaban constantemente en los pensamientos del Oncólogo, no era la primera vez que peleaban, eso era cierto.
Pero generalmente era éste, el que optaba por alejarse de House, nunca había sido el Nefrólogo quien lo ignorase y se alejase de su persona.
Después de analizar varias opciones se limito ha aceptar la única razón que encontraba coherente, “Solamente era una rabieta mas del comportamiento infantil de House para manipularlo” y esta vez no iba a seguir su juego.
Su relación con Sam estaba en buen camino, ambos habían ya logrado entender sus diferencias y de esta manera poco a poco entablar una nueva relación de pareja, ¡Por fin! Todo en su vida parecía ir por buen camino.
Esa mañana en su oficina, Wilson marco un nuevo día en su calendario y es que ya habían transcurrido dos semanas… ¡Dos semanas sin House!, Lo cual era el sueño dorado de muchos en el hospital
Y la ambigüedad había vuelto a instalarse en su vida, pese a lo sumamente raro que pareciera, debía admitir que lo extrañaba. Sus bromas pesadas, la forma en que lo sacaba de quicio, su egoísmo; pero también debía admitir que aun no comprendía el porque su amigo lo rechazaba de esa forma, aquel rechazo lo hacia sentir una profunda tristeza. Después de todo Gregory era su amigo, un amigo que formaba parte importante de su vida, aunque se negara a decirlo en voz alta.
Ya que ahora ni siquiera entablaban mas conversación que no fuese la estrictamente necesaria durante sus horas laborales. Ya no hablaban de las tonterías que hacían, es mas, ni siquiera charlaban de los casos que llegaban al Departamento de Diagnóstico Medico de aquel hospital.
Soltó un suspiro cansado, antes de pararse y salir de su oficina rumbo a la del Nefrólogo, necesitaba respuestas y las necesitaba ¡Ya!, sabía perfectamente que si tomaba al toro por los cuerno, Greg nunca le diría el porque de aquel distanciamiento que, no sabía porque, lo estaba deprimiendo poco a poco.
En cuanto llego a la susodicha oficina, la diviso vacía; no era nada raro si tomaba en cuenta el hecho de que House nunca llegaba temprano al trabajo. De hecho ese hombre nunca llegaba temprano a ningún lugar.
Algo decepcionado decidió dirigirse hacia el hala de Medicina Interna y consultar a la administradora, solamente ella aparte de él, podría saber algo relacionado con el Nefrólogo.
Grande fue su sorpresa en cuanto vio al oji azul dentro de una habitación, sentado en una silla junto a una… ¿paciente?
- ¡Disculpe!, ¿Con quién se encuentra el Dr. House? – Inquirió el Oncólogo a una de las enfermeras de medicina
- ¡Buenos días Dr. Wilson!, El doctor esta con el Sr. Ivanov – Respondió la enfermera, mirando con algo de tristeza la habitación - Se encuentra delicado, así que el Dr. ha permanecido con él, desde que llego al hospital
- ¿Desde que hora esta el doctor House aquí? – Miraba fijamente hacia las paredes de cristal que dejaban ver el interior de la habitación-
- El Doctor lleva aquí desde hace dos horas
- ¡Gracias! - Logro decir algo perplejo, el Oncólogo mientras permanecía mirando la particular escena que se daba frente a sus ojos
Aquella misma mañana había sentido una desazón ante la ausencia de Gregory House en su vida. Pero en ésta ocasión lo que sentía era algo más visceral, algo mas intenso, desagradablemente intenso. “House estaba cuidando de alguien mas” “Estaba al pendiente de completo extraño”.
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- Entro en un estado de Hipovolemia por hematuria* desde las cuatro de la mañana; las enfermeras lo encontraron inconsciente en el suelo de la habitación – Inicio la explicación Foreman – Se le administraron tres unidades de sangre y un paquete de plasma; su corazón comienza a fallar y aun no tenemos ningún diagnostico – Parecía algo frustrado - No es Intoxicación y tampoco cáncer - Frunció su entrecejo antes de finalizar - No se le pueden realizar endoscopias, ya que hay peligro de desgarrar mas esa zona
- Trece y yo revisamos su departamento y no había ninguna fuente para alguna intoxicación – Señalo en esta oportunidad Chase, algo cansado
- Los laboratorios para cáncer salieron limpios – Continúo Taub, igualmente cansado por haber permanecido gran parte de la noche realizando los laboratorios
- ¡mmm! Ahora sólo nos queda revisar a las doscientas doncellas que trabajan para él –Dijo el Nefrólogo, simulando total indiferencia - Debemos tener unas cuatro horas mas, hasta que su corazón falle de forma irreversible – en sus ojos se podía reflejar la angustia, una angustia que se negaba a aceptar - ¡Así que necesito que lo hagan rápido!
- ¡¡Esta muriendo!! - Dijo una exasperada, Trece - ¡¡House!! ¡Necesitamos un diagnostico!
- ¡Si!, y morirá mas rápido si no comienzas a moverte – Su jefe le miraba con mal disimulado enojo - Seguiremos con la administración de paquetes globulares
Una vez dicho aquello los cuatro doctores abandonaron la habitación. Mientras tanto House se había acomodado en uno de los sillones de la habitación y nuevamente en contra de todos sus principios, no podía dejar de observar a su paciente que a simple vista parecía plácidamente dormido exceptuando el hecho de que se encontraba pálido como un papel luchando para evitar que la muerte se lo llevara de esté mundo para siempre.
Continuara…