La silla producía un extraño ruido al girar, un sonido tan típico que no se molestaba atribuciones para acallarlo, simplemente seguía girando sobre la silla y mirando descuidadamente el techo con su cuerpo desparramado en esta, casi como un cuerpo inerte.
Era tan frustrante todo aquello, que con sólo pensarlo lo hacía sentirse mal. Aún cuando una parte de él le decía que no era su error, sino de su trabajo y obligaciones varias que lo tenían ocupado en cualquier otra cosa, menos en la persona que amaba en secreto y que estaba de cumpleaños. ¡¿Cómo podía olvidarse de tal acontecimiento?! Era un detalle que no podía pasar desapercibido ¡¿Dónde tenía metida la cabeza?!
-Akira, ya deja de dar vuelta en la silla, que ya me estas mareando con tanta vuelta-.
Se detuvo al instante y miro a su lado a su amigo, el cual había ido a visitarlo a su trabajo y ambos se encontraban a solas en el estudio del programa que él conducía todas las tardes en la hora de almuerzo.
-Eh... lo siento Shima, pero es que tengo la cabeza en otra parte-. Confeso algo apenado y dejando lo que quedo de su cigarro en el cenicero.
El castaño negó con la cabeza con una sonrisa y cruzo sus piernas, ajustando-más si podían-los jeans que marcaban sus bien firmes piernas y que hacían juego con la camiseta negra de manga corta con los primeros botones desabotonados, dejando relucir su piel blanca como las de sus brazos cruzados a la altura de su pecho.
-Sí, eso me lo temía-Comento con una pequeña risa-. y deja de lamentarte que no es tu culpa, simplemente no sabías que estaría de cumpleaños.
-¡¿Qué cosas dices?! -Refunfuño indignado por esas palabras, aunque más consigo mismo-. Es mi culpa, yo debí, debí... -Se agarro con ambas manos su cabello rubio que termino siendo una maraña de peinado por la forma en que se chasconeaba, ante una forma de descargar ese sentimiento que le molestaba.
-Tú debiste, pero no lo hiciste... -Suspiro fastidiado por el comportamiento de su amigo y calo de su cigarro en mano, dejando después escapar el humo de su boca por encima de su cabeza y mirar a Akira-. ¿Piensas lamentarte hasta la noche de esto?
-Bueno, yo...
-Ya deja de lamentarte Akira-. Un salto dio el nombrado al escuchar el sonido de la pesada mano del castaño golpear la mesa junto a ellos en cuanto se levanto de su asiento para acercarse más a él, de una forma que casi se sintió intimidado-. No sacas nada seguir con ello, mejor busca una solución y has feliz a tu Manager-san~
-¡Shima! -Grito molesto y sonrojado hasta las orejas por la vocecita que improviso el castaño para molestarlo, porque así es como se refería a la persona que su corazón amo sin mediar su consentimiento.
-Jeje... ¿y qué dices? -Insinuó su amigo alzando las cejas y él se hundió en la silla, maldiciendo internamente por confiar en amigos como el que tenía al frente, que parecía no darle escapatoria, que con ambas manos a cada lado del mango de la silla, dejándolo en un total encierro-. ¿Alguna idea?
-Yo... -Titubeo sin dejar de ser observado por el castaño, que parecía tampoco querer pestañear por las dudas-.
-Tú... -Lo incentivaba.
-Yo pues...
-¿Hum?
-Yo... em... ¿me ayudarías? -Sonó tan patético que se dio vergüenza.
-¡¿Qué está pasando aquí?!
Ambos, rubio y castaño, saltaron del susto al escuchar una voz gruesa a sus espaldas, alejándose prudencialmente del uno del otro, para así girar sus rostros al chico que los miraba con sus costosos lentes de sol y con un atuendo que lo hacía lucir, según Akira, increíble-palabra que creía se quedaba corta con lo que sus ojos presenciaban-... como siempre.
Sí, el era como cual colegiala enamorada cuando se trataba de ese hombre precisamente y todo un hombre, cuando se trataban de otras cosas.
-¡Hola Taka! ¡¿Cuánto tiempo?! -Saludo el castaño para apaciguar el ambiente y el aura que emana el más bajo, pero sólo le saco un bufido y una encuesta mueca. Ni siquiera se saco los lentes por cortesía y porque no estaban en un ambiente libre, sino de una habitación cerrada donde su función de protección ultravioleta sobraba, entendiendo él, que si era ese sujeto el que portaba lentes era únicamente por moda y sin otro fin alguno.
-Hola, y para ti soy Matsumoto, Kouyou.
Un silencio se formo y Akira al ver que su amigo estaba en proceso de iniciar una discusión con esa persona en especial, se interpuso entre ambos y carraspeo para llamar la atención, tragando saliva al pensar en que diría, procediendo a pescar el brazo de su amigo de forma abrupta en el momento que no le dio tiempo a este de replicas.
-Este, Shima ya-ya se iba...
-Espe... ¡Akira no me empujes! ¡Akira! -Forcejeo y no había resultado, su fuerza no era nada a la del rubio y maldecía internamente, además de verse insultado por el enano de lentes de mosca.
Una vez afuera del cuarto y lejos de otro, quedando en medio pasillo, inhalo aire antes de hablar.
-Lo siento Shima, pero...
-Ahh... déjate de disculpas -Murmuro frustrado y mirando con desdén al rubio, controlando el mal humor formado por "Matsumoto"-. No es tu culpa y quien debería darme explicaciones es él, así que no me mires con esa cara.
-Lo siento de verdad...-Aun así insistió- Debió pasarle algo, nunca es así -mirando la puerta del estudio donde estaría el más bajo esperando a que vuelva, ya que no se había molestado en buscarlo a su pesar-.
-Uff... -Exhalo hondo Shima y ahora miraba comprensivo a su amigo-. Él siempre ha sido así conmigo cuando trabajaba aquí y..., bueno... eso ya es pasado a parte-. Sonrió-.
-Oye Shima, después te compensó esto ¿Vale? -Le sonrió y el castaño puso los ojos en blanco ante tal comentario.
-Es que ¿acaso no entiendes? -Miro por unos momentos al rubio y sonrió derrotado-. Vale. Nos veremos después. Yo ya me tengo que ir a trabajar.
-Claro, tú dime cuando.
-Mmm... ya veré, pero será pronto... -En ello se acerco más al rubio y con la mano derecha cubriendo un lado su boca, murmurando:- te ayudare, no pienso dejarte solo con "esto" -Y sonrío ante la incrédula mirada de su amigo, del cual al poco se despidió y a lo lejos del pasillo alzaba su mano en despedida-. ¡Nos vemos!
-¡Ha-hai! -Sonrió al recordar su pedido a su amigo que apenas le perdió de vista, miro nuevamente la puerta frente a él. Una gota paso por su cien y se la limpio con su antebrazo, dándose confianza mentalmente a lo que se le venía.
Estaba bajando de su moto a una cuadra del edificio donde trabaja, en el estacionamiento, descubriendo a su vez que su querida motocicleta negra tenía stickers de frutas y estrellitas por cortesía de una señorita que conocía, sacándole una sonrisa al recordar él porque, quitándolas con cuidado de no arruinar la pintura.
"Se ve fea, le fata color y muchio billo... oto-chan, yo te la decolare."
Rió para sus adentros con casco al brazo y camino dentro del edificio, escuchando y viendo a temprana hora de la mañana a las mujeres cuchichear entre ellas; riendo y sonrojándose de vez en cuando, sin tomar en cuenta su presencia al menos que las saludara con un "Hola" que hacía resonar la sala por lo fuerte. ¿Qué estarían haciendo? Pensó internamente, pasando de ello y seguir su camino, cruzándose para mal o para bien, con su jefa en el pasillo con carpetas en un brazo y un café en la mano que tenía desocupada.
-Que pase de mí, que pase de mí, que pase de mí... -Se repetía mentalmente con la cabeza gacha y paso rápido.
-¡Buenos días! ¡¿Cómo está nuestro animador star?!
-Maldición... -Pensó y sintió como lo tenían retenido del hombro, obligándolo girándose para saludar quien le daba de comer-. Ho-hola... -Intento sonar seguro-.Buenos días, ehh... bien. ¿Cómo está?
-¡¿Qué son esos ánimos?! -Dijo divertida su jefa que paso un brazo por su espalda hasta tenerlo firmemente abrazo y el tenía cuidado de no ser quemado por el café humeante que amenazaba peligrosamente-. ¡Deberías rebosar de alegría! -Sonrío y él le quedo mirando sin comprender ¿acaso pensaba subirle el sueldo? Eso sí que le alegraría su día y a su bolsillo. Ella le devolvió la mirada y pareció entender lo que pensaba-. No, eso no... pero quizás en unos siglos más ¿Quién sabe? -¿Entonces de qué debía estar alegre? Refunfuño, pero no dijo nada-. ¡Hoy tenemos fiesta! ¡Adivina quien esta de happy birthday!
-No soy adivino... -Comento con ironía y pareció pensárselo mejor al ver la cara de mala leche que le ponía su adorada jefecita-.Ehh... pues... ¿Usted?
-Ie. Sigue participando-.Exclamo de forma más infantil.
-Ehh... -Medito un poco, la miro, miro el pasillo para ver si podía pedir auxilio de otros, pero estaba completamente solo-. Este... me rindo, no tengo idea.
-¡¿Cómo eso?! -Le hablo molesta-. ¡¿Acaso no sabes de quien es día, hoy?!¡Ni siquiera adivinar haces bien!
-No, por eso le digo que... -intento explicarse, pero fue interrumpido, siendo jalado sin saber cómo a la oficina de esta-. ¿Qué ocu---
-¡Hoy esta de día nuestro enano con problemas de moda!-¿nuestro?¿moda?...¿dijo enano? Medito las palabras de su castaña jefa que vestía de blue jeans, botas de cuero, chaqueta de cuero y camisa blanca, donde solo faltaba el sombrero para parecer una verdadera vaquera.
-¿Ru-ruk...?
-¡Matsumoto Takanori! ¡El manager con complejo de altura y pe-seudo Kiyoharu 2.0!
-¡¿Có-cómo?! -Abrió desmesuradamente los ojos y exclamo sin creerlo ¡¿En qué momento y él ni enterado?!Necesitaba una buena explicación-.
-¿Acaso no sabías -Exclamo con falsa credulidad, mientras se acomodaba hacia atrás en el silla de cuero negra-. Suzuki-san....?
-No, no lo sabía-. Dijo con mal humor y frustrado porque aun teniendo la cercanía del cumplañero, había u olvidado ese día importante ó estaba tan ensimismado sabiendo otras cosas de este, o quién sabe qué, que había olvidado tan pequeño y a la vez gran detalle.
-Yo creía que sabías de ello... como son TAN amigos. -Remarco la penúltima palabra con malicia y al segundo volvió a su habitual posición de conformidad de manera desganada, encendiendo el equipo a su lado-. ¿Acaso no sé llevan tan bien tu con tu manager? ¿No sé comunican acaso?
-Pues yo... -Se estaba sintiendo muy preocupado y culpándose de tan semejante falta-. Y eso que quiero conquistarlo-. Pensó con ironía.
-Ya, deja de hablar que me das jaqueca y lastima... -Le interrumpió la mujer-. Algunos trabajadores de la discográfica y de la radio, tienen pensado hacer una fiesta esta noche por el cumpleaños, una sorpresa. Por lo que deja cualquier plan que tengas y te unes, ¿ok?
-Ya veo y por mí no hay problema-. Dijo no muy animado, ya que aun mantenía la mente en auto-castigarse ante tal falta-.
-Y cambia esa cara, que así ni a un muerto lo alegras y no quiero reclamos por parte de nuestros oyentes-. Lo miro de reojo en ello que hojeaba unas carpetas-. Sé que eres un buen empleado, no del año, pero has dado buenos frutos, así que...
-Lo sé y no necesita decírmelo... -hizo una reverencia antes de irse- así que Drake-san no debe preocuparse-.y levanto la mirada hacia la mujer que le sonrió, en ello que eran interrumpidos por el teléfono, sacándole un bufido a esta y haciendo clic en el botón de altavoz para hablar-. ¿Qué pasa Naoto?
-Mi-miss Drake, el manager de la banda Sadie ha llegado para la entrevista...
-Atiéndelos como debe ser e infórmale a Naoyuki que tenga todo listo con Yukata-kun-.
Akira sonrió al escuchar el nombre del último, pensando que antes se le hacía increíble saber que trabajaba como compañeros en la misma estación de radio, cuando antes lo escuchaba hablar con famosos de música en Japón como entrevistador muy popular y él era un trabajador a tiempo completo en lo que fuese, escuchando siempre su programa para animar el día, como el de su amigo Shima en ese tiempo, pero este ahora había dejado ese mundo para volver a las pasarelas de moda.
-Ahhh... y ¿cuántos músicos llegaron de la banda? -Volvió su mente a tierra al escuchar nuevamente la voz de su jefa, creyendo que había pasado mucho tiempo cuando recordó esos tiempos y apenas pasaron unos segundos.
-Ehh... un guitarrista y el vocalista... -titubeo.
-Mmm... Dejo la banda en tus manos. Apenas inicie el programa yo... -En eso fue interrumpida por una voz en el altavoz, ella y Akira se miraron y al poco apareció algo agitado un chico con un mechón violeta en la puerta.
-¡Mi-mi-miss...Dra-drake-san! -Grito agitado y algo nervioso por la mirada de su jefa, sin tener cuenta de la presencia de Akira a su lado, el cual sólo observaba-. ¡¿Cómo pudo?!
-¿Eh?... -Enarco una de sus cejas la morena y miro seriamente al conocido-. Cuida las palabras que dirás Naoyuki y habla claro. Me molesta que tartamudeen, cuando hago lo posible de entender su japonés.
-Ha-hai... lo siento-. Agacho la cabeza y luego la levanto-. De lo que hablo ¡es de la entrevista esa! ¡No fui informado!
-¿Hontoni? -Inquirió la morena frunciendo el seño.
- ¡La banda Sadie!... -Trago saliva-. Es un honor para nosotros el recibir a esa banda, pero no estaba en la agenda y cuando de momento escucho entre las chicas "Kai-san entrevistara a los chicos de Sadie" ¡Casi me ahogo con mi desayuno! ¡¿Qué significa eso?! -Tomo un respiro y recién dio cuenta, al girar sus rostro, de Akira-. ¡Ahhh! ¡Hola Suzuki-san! No te había visto.
-Tranquilo, no hay problema e igual me da gusto verte.
-Bueno, a mi no mucho, si lo que me dices es cierto-. Interrumpió la mujer el ameno saludo de ambos jóvenes y se levanto seriamente de su asiento para acercarse al joven-. ¿Estás seguro de lo que dices?
-Hai.
-Mmm... extraño... ¡NAOTO! -Grito a viva voz, haciendo que ambos chicos se taparan los oídos y vio entrar a la secretaria toda asustada-. Naoto...
-Ehh... ¿Si Miss Drake? -Nerviosa.
-Tenemos un problema... -Miro al rubio-. Tu ve a tu puesto de trabajo, debo arreglar un asunto.
-Hai.
-¡Ah! Y te encargas que tu manager no sepa nada, que como eres el más cercanos estarás a cargo de mantenerlo vigilado y ¡Más te vale que no sepa nada! -Le amenazo y el rubio arranco por si las dudas. Siguió escuchando aun detrás de la puerta el problema de Nao, manager de Kai y decidió no interferir e ir a su estudio, sorprendiéndose en el camino a los músicos de Sadie siendo MUY bien atendidos por varias chicas. Sin embargo, no dio cuenta de que alguien le asalto por la espalda, haciéndole una llave.
-¡Shima! -Grito al escuchar la risa de su castaño amigo y verlo, mientras lo soltaba.
-Hola, yo también te extrañaba y estoy bien... -Le recrimino el castaño con sarcasmo y el rubio suspiro al poco que sonría, para saludar como era debido, donde después termino por contarle lo que le pasaba y volver al inicio.
-Vamos, has pasado por peores cosas ¿Acaso Ruki te va a recriminar el no haber recordado su cumpleaños? -Pensó y se dio valor para entrar, abriendo la puerta, notando algunas envolturas de papel llamativo encima de la mesa y al más bajo analizando una cajita con cuidado, volviendo la mirada hacia él, apenas lo vio entrar.
-¿Tu también me tienes un regalo Aki-chan? -Le hablo de manera irritante y el rubio trago grueso, sintiendo como le sudaban las manos. Porque sabía que lo que tenía de amable ese hombre, también lo tenía de mimado y pobre de quien no lo tomase en cuenta.
-Yo...
C O N T I N U A R A