La mañana en casa de Sanada y Yukimura, ellos dormían cómodamente, por alguna razon acabaron viviendo juntos, los padres de Yukimura aceptaron su relación, aunque a los de Sanada les costó un poco entenderlo, pero tenia solo que pasar un poco de tiempo para que se acostumbraran…
-Ahh…me pregunto que hora será. -Decia Sanada despertando se su sueño, para ver la hora en su despertador, aunque antes, observaba como su amado peliazul dormía placidamente a su lado, lo quedó mirando por un tiempo y después comenzó a despertarlo, moviéndolo con delicadeza –Yukimura…Yukimura…despierta
-… ¿Hm? Sa…Sanada. —Decia Seiichi despertando tranquilamente dándole una sonrisa, el sabia que Sanada amaba su sonrisa, sobretodo al despertar- ¿Qué hora es?
-No te preocupes, es temprano aún. –Sanada lo despertó solo para poder contemplar su hermoso despertar, y aprovechar para darle un tierno beso
-Sanada ¿Sabes que dia es hoy?-
-¡Claro que si! ¿Acaso crees que lo olvidaría?- Le decia con una sonrisa, a Sanada muy pocas veces se le ve sonreír, pero con su amado peliazul todo era diferente
-Que bueno, es que, te tengo un regalo, pero te lo daré despues, asi que necesito que te vayas antes a la escuela-
-Muy bien, entonces te esperaré en.- Sanada le volvió a sonreír y se fue caminando tranquilamente a la escuela, pero no tendría las más mínima idea de que ese dia, sería el peor de toda su vida.
En el camino, el subcapitán se encontró con Yagyuu, quien iba por poco llevándose a niou arrastras a la escuela, asi que los decidió acompañar
-Niou, no es necesario que te comportes asi, me das vergüenza ajena, y no es bonito.- Decia Yagyuu con una mano en su cabeza, por poco saca una sartén para hacer que se comportara- además estamos con el Subcapitan, mas aun debes comportarte-
-Si a Sanada no le importa, el sabe como soy yo, puri-
-Pero igual, no eres un niño pequeño como para ser asi…- Yagyuu no alcanzó a terminar el regaño, ya que niou se lanzó hacia el para besarlo
-Yagyuu, no te pongas histérico.- Le decia Niou para después abrazarlo y besarlo con ternura, sin notar a Sanada quien solo los miraba
-Bien, no se distraigan y sigamos el camino- Sanada caminaba tranquilo, pero sentía algo, como si algo fuera a pasar, pero como el no es de creer tanto es suposiciones siguió, hasta que se encontró con Marui, quien comía chicle y caminaba tranquilo, como si nada le importara
-Oii bunta, cambia esa forma de caminar, tu vas a la escuela a educarte.- Lo regañaba Sanada, pensando que si lo hacia, podia sacarse ese presentimiento que tenia, pero no le resultó
Mientras tanto yukimura…
-Bien, ya tengo que irme…oh cierto…casi se me olvida- Yukimura, tenia que entregar un regalo, juntó varias Dalias para regalárselas a Genichirou, por su aniversario de 4 meses viviendo juntos, queria que este fuera un regalo sorpresa. Cuando salio de la casa, saludaba a sus vecinos muy amigablemente, hasta que una señora corría alarmada, pidiendo ayuda a todo el mundo, pero Seiichi la detuvo y le pidió que le contara lo sucedido
-¡¡Necesito ayuda desesperadamente, hay…hay un incendio!!- Gritaba la señora a punto de romper en llanto, ya que la casa era de su hija
-No se preocupe, yo iré.- Armado de valor, el peliazul siguió a la señora hasta la residencia del incendio. Cuando observa el lugar, se da cuenta que hay un pequeña atrapada- señora, mire, hay alguien allá todavía.- Le decia apuntando el segundo piso
-…es…¡¡MI NIETA!!- Gritaba la señora, mientras se dejaba caer en el piso para llorar, creyendo que perdería a su nieta- no puede ser…podré perder todo, pero menos a mi pequeña…- Su llanto era muy desgarrador, era tanto que le partía el corazón al peliazul
-Señora quédese aquí, yo iré.- Le decia con una sonrisa para luego partir, pero por unos segundos, el chico fue detenido por la señora
-Pero, es peligroso, llamaré a los bomberos-
-Si quiere llámelos, pero mientras esperamos a que lleguen, el fuego podría expandirse, por eso, déjemelo a mi.- Le volvió a sonreír y partió. Le costó subir al segundo piso, aunque el fuego estuvo a punto de envolverlo, no le importó, lo único que queria era salvar a la pequeña, aun si perdía la vida, el la salvaría, tuvo varias quemaduras, pero logró llegar, el todavía poseía las Dalias que le daría a Sanada, el sintió que fue gracias a eso que el fuego no lo consumió
En el segundo piso, fue puerta por puerta, hasta que escuchó un llanto que venia de una habitación, pateó la puerta para abrirla, y ahí se encontraba la niña, asustada, llorando y a punto de gritar, Seiichi logra acercarse, la toma en sus brazos y trata de bajar las escaleras, pero fueron consumidas por las llamas, asi que se devolvió a la habitación y logró llegar a la ventana, por fortuna, los bomberos habia llegado, el peliazul les dijo que la niña estaba bien, tambien les dijo que pusieran algo para que la niña pudiera salir, ya que las escaleras estaban destrozadas. Cuando ya estaba listo, se sacó su chaqueta, se la puso a la pequeña y la dejó caer en la malla protectora, cuando la niña calló, fue corriendo donde su abuela, pero cuando miraron al segundo piso, no vieron al chico, puesto que este se habia desmayado, por el humo del incendio, asi que trataron de extinguir el fuego lo mas rapido posible, y cuando el fuego desapareció buscaron al chico, estaba todo quemado, asi que llamaron de urgencias a una ambulancia y se lo llevaron al hospital de Kanagawa
Era la hora del almuerzo en la escuela, y Sanada ya se estaba preocupando, Seiichi no llegó, y ahí es cuando el empezó a hacer caso de su presentimiento, los otros titulares del club lo miraban preocupados, todos comían menos el subcapitan, por alguna razon, no tenía hambre, lo único que quería era sacarse el presentimiento que cada vez lo consumía mas. Mientras los otros comían, había una pantalla, no daban nada interesante, y nadie de la cafetería le prestaba atención, hasta que salió un reportaje de último minuto al que ninguno pudo ignorar
-Lamentamos interrumpir su transmisión, pero esta noticias los impactará, cerca de la plaza del centro de Kanagawa, hubo un incendio, a juzgar por la intensidad, se cree que fue por una fuga de gas, hasta el momento, se desconoce si hay victimas fatales, lo unico que se sabe es que hay un muchacho de mas o menos 15 años en estado critico, el cual es identificado como Yukimura Seiichi…-Mientras seguían comentando la noticia, Sanada se quedó estático, no podía moverse, creía que era un error, pero, tan solo el escuchar que Yukimura estaba en estado critico, decidió salir corriendo del lugar, no le importó si lo regañaba alguien por salirse de la escuela, tampoco le importaba si lo llegasen a expulsar, pero tenía que llegar a como de lugar.
Al primer lugar que fue a ver, fue el del incendio, todavía estaba la señora con la niña, asi que se les acercó y preguntó de forma mas detallada de cómo ocurrieron las cosas
-D…disculpe…d…de casualidad ¿Usted presenció el…incendio?- La voz de Genichirou titubeaba
-Si, vi todo, ya que esta era la casa de mi hija.- Mientras le contaba ella se empezaba a deprimir- Pedía ayuda por todos lados, pero un muchacho como de su edad me escuchó y me siguió, cuando llegamos…el vio a mi pequeña nieta atrapada en el segundo piso…-Mientras le contaba, unas lágrimas caían por sus mejillas- y me dijo que el iría, solo me sonrió y se fue, y despues de que mi nieta saliera de la casa, ya no vi mas al muchacho hasta cuando apagaron el incendio y se lo llevaran de urgencias al hospital- La señora no aguanto mas y se dejó caer en el piso, sintiéndose culpable, por la situación del peliazul, Sanada logró notar que la pequeña traía la chaqueta de Yukimura, lo cual le dio a entender de que no era un error, asi que se fue de inmediato al Hospital, sin decir absolutamente nada
Y cuando llegó, fue a recepción dio su nombre y preguntó por Yukimura Seiichi, la recepcionista le dio el numero de habitación, el solo corrió, debía ir a la habitación 413 del 4 piso. No subió por el elevador, porque se demoraba mucho asi que fue lo mas rapido subiendo las escaleras, y cuando llegó vio a un doctor saliendo de ahí y preguntó por el estado del chico
-Oh disculpe ¿Quién es usted?- Decia el doctor sujetando un cuaderno
-Lo siento, soy Sanada Genichirou, vengo a ver a Yukimura-
-¿Y usted qué es de el?-
-Soy su novio, por favor, necesito verlo-
-Le tengo que decir algo- Al escuchar esa frase, Genichirou quedó estático, temblaba de pies a cabeza- pues este chico posee quemaduras muy graves, y con su delicada apariencia, dudo que sobreviva, creo que tiene a lo menos media hora de vida.- No lo podía creer, la persona que mas amaba en el mundo iba a morir, no lo podia creer, parecía una pesadilla, pero por mas que el deseara que lo fuera, era muy real, solo se dejo caer en el piso y posó sus manos en su cabeza, el trataba de aguantar cualquier expresión de angustia y dolor, pero por primera vez, no pudo, sacó toda la fuerza del mundo, solo para poder levantarse e ir a ver a su chico, quien descansaba en una camilla, y en su mano sujetaba unas flores, las cuales Genichirou reconoció de inmediato, eran las Dalias que Yukimura le regalaría en su aniversario, lo mas curioso, fue que lo unico que no se quemó durante el incendio, fueron las flores. El vio como sujetaba las Dalias y se dio cuenta que habia una tarjeta, la sacó, la abrió y a leyó: “Sanada, feliz aniversario de nuestros 4 meses, se que no es mucho, pero quiero que tengas éstas dalias, para que nunca me olvides, y para que nunca olvides cuanto te amo”
Sanada no se contuvo mas y rompió en llanto, su mundo se derrumbó, quería poder estar junto a el, se culpó de todo, al dejar que se fuera despues, comenzó a gritar, esto no le podía estar pasando, y peor aun…la media hora habia pasado, y ya lo habia perdido para siempre, abrazó su cuerpo mas o menos frio, quería que nada de eso pasará, pero ya habia pasado y nada de eso podia cambiar.
Su desgracia de perder a su amado justo en su aniversario, y las ultimas palabras de Sanada, aunque su chico no lo pudiera escuchar en cuerpo, lo haría en alma: “Lamento no haber estado ahí, se que para mi es dificil expresarme y lo entendiste, pero quiero que sepas…que…yo te amo, y siempre lo haré, aunque ahora estés allá arriba”
Fin