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Juntos, por esta vez por Sweet Happiness

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Notas del capitulo:

 

Jojo, perdón por el resumen -.-' Hace tiempo que no subía nada, y ahora estoy un ciber subiendo este fic que había escrito hace muuuuuucho, realmente necesitaba hacerlo. Bueno, ojalá les guste el fic ^^

 

 

  No tengo idea de cuanto tiempo habrá pasado, aún sigo recordando lo que sucedió. Nunca podré olvidar el día en el que tuve lo que siempre anhelé.

 

 Yo era el mejor amigo de Shima, a mi recurría cada vez que tenía problemas. Conversábamos y yo guardaba sus secretos, tal como si fuesen tesoros. Pero tras aquella amistad estaban escondidos mis más profundos sentimientos, amaba a Shima, desde la primera vez que lo vi el amor comenzó a surgir en mi corazón.

 

 ¿Por qué no confesé mis sentimientos? Porque no me tenía confianza. Durante mucho tiempo estuve debatiéndome entre confesarle o no mis sentimientos, y cuando por fin me decidí a hacerlo, Shima me contó que estaba enamorado de Kai. Miré sus ojos y en ellos pude ver la sinceridad con la que me hablaba, por ello no me permití decirle todo lo que sentía por él.

 

 Me sentía feliz pudiendo estar siempre con Shima, era fantástico el poder hablar de todo (o casi todo) con él, nos teníamos una gran confianza. Aquellas eran las ventajas de permanecer como su amigo, que así podría estar siempre a su lado, y que aunque le dijera que lo quería, no podría rechazarme, ya que se supone lo quería como amigo y como nada más. Aún así me dolía cada vez que lo veía sonreírle a Kai, era tan evidente que lo amaba. ¿Cómo no se podía dar cuenta? Fácilmente yo se lo podría haber dicho, y yo sabía que si lo hacía Kai no se demoraría en darse cuenta de que él también amaba a Shima. Mas yo no quería renunciar a Shima, muy dentro de mí tenía aún la leve esperanza de que quizás, algún día, mi amor pudiera ser correspondido.

 

 

 Una noche, en la que descansaba en mi departamento luego de un largo día de trabajo, Shima me llamó por teléfono, preguntándome si podía pasar a verme, ya que tenía algo importante que contarme. Le respondí que yo siempre iba a estar para él, que era una tontería el que me preguntara aquello.

 

 Me dio las gracias y colgó. No pasó mucho tiempo hasta que sentí sonar el timbre. Abrí la puerta, y como esperaba, era Shima.

 

 Algo en él era diferente. Sus ojos brillaban, su sonrisa era aún más hermosa. Shima se veía radiante, tanto que me sentí más enamorado de él.

 

 

- Hola Ruki - me dijo y se abalanzó sobre mí para abrazarme. Me sorprendí ante aquella acción, Shima no era tan efusivo a menos que estuviese realmente emocionado. Preferí ignorar este hecho y corresponderle el abrazo, que era lo que deseaba hacer.

 

- Hola Shima, pasa

 

 

 Entramos al departamento. Se sentó en uno de los sofás mientras yo iba a buscar algo para beber.

 

 Dejé la botella de vino sobre la mesita de centro y serví dos copas con ese dulce brebaje. Una de ellas se la pasé a Shima y luego me senté a su lado, necesitaba saber qué era lo que con tanta urgencia me tenía que contar.

 

 

- Y bien. ¿Qué es lo que me tienes que decir?

 

- Hoy salí con Kai

 

- ¿En serio? - le pregunté, mirándolo serio, temía que me dijese lo que yo ya estaba comenzando a sospechar.

 

- Si, lo pasé fantástico. Luego del ensayo fuimos a una tienda de instrumentos, estuvimos un rato mirándolos. Nos dio algo de hambre, así que fuimos a comer a un restaurant. Kai me contó varias cosas que me hicieron reír, tuvimos una buena conversación. Después de eso, fuimos con Kai a una plaza. Me llevó a un lugar de esa plaza, digamos que era algo "escondido". Se podía escuchar el cantar de las aves y el débil sonido de un riachuelo que había cerca. Era un lugar muy pacífico y agradable.

 

- Eso es genial. ¿Y qué pasó? - necesitaba que me lo dijera de una buena vez, mi ser se estaba derrumbando poco a poco ante el posible hecho de que había perdido del todo al amor de mi vida.

 

- Bueno... Kai me tomó de las manos, me miró a los ojos y dijo "Te amo". Al principio no podía creer lo que estaba escuchando, me parecía que aquellas palabras no iban dirigidas hacia mí. Pero toda duda y confusión se fue de mi ser cuando se me acercó y me besó. Me sentí muy feliz, como jamás lo había estado en toda mi vida. Luego de unos momentos, se separó levemente de mí y me pidió que fuera su novio. Como es obvio, acepté de inmediato. Estuvimos un rato juntos, abrazados bajo la sombra de un árbol. Comenzó a hacer frío y Kai tenía algunos asuntos pendientes, así que se tuvo que ir. Me hubiese gustado estar más tiempo con él, pero también necesitaba contarte todo lo que había sucedido, tú eres mi mejor amigo, quería que fueras el primero que lo supiera.

 

- Me alegra que todo haya salido como querías

 

 

 Mi voz sonó fría, sin vida. Supe de inmediato que Shima se dio cuenta, ya que la hermosa sonrisa de su rostro desapareció.

 

 

- Ruki, ¿Pasa algo?

 

 

 Aquella pregunta me tomó por sorpresa, yo estaba seguro de que Shima me regañaría por haber reaccionado de tal manera, pero en cambio él se estaba preocupando por mí, dejó de lado toda su alegría para preocuparse de su amigo. ¿Por qué tenía que ser tan bueno conmigo? Me dolía todo lo que estaba pasando, me dolía amarle tanto y no ser correspondido, me dolía guardar todos estos sentimientos en mi corazón, me dolía ser el único que conocía el secreto de mi incondicional amor. No lo soporté más, comencé a llorar ante la confusa mirada de Shima, mientras me preparaba para confesar todo lo que sentía en mi interior.

 

 

- Te amo - le dije sin más, necesitaba sacar a la luz todos los sentimientos que habían estado ocultos - Te amo, siempre te he amado, desde la primera vez que te vi. Amo todo de ti, pero nunca pude decírtelo ya que no me tenía confianza y cuando supe que amabas a otro hombre, me prometí no decírtelo nunca. Perdóname, rompí mi promesa, ahora estás cargando el peso de mi secreto, lo siento tanto.

 

 

 Seguí llorando. Me miró sorprendido, incrédulo. Sabía que en cualquier momento se levantaría, daría la media vuelta y se iría. Pero no lo hizo. Me abrazó con fuerza, y sentí como sus cálidas lágrimas caían sobre mi hombro. También lo abracé y lloramos juntos. Me separé un poco de él para secarme mis lágrimas. Miré su rostro y lo vi más hermoso que nunca, con su cara bañada en lágrimas, sufriendo conmigo. No debía hacerlo, pero me acerqué y lo besé. Al principio no hizo nada, pero poco a poco correspondió ese dulce beso.

 

 

- Ruki, no puedo hacerlo, yo amo a Kai - me dijo llorando.

 

 

 Lo miré dolido, aún cuando me besaba pensaba en él. No controlé mis impulsos y lo abracé nuevamente, diciéndole algo que hasta el día de hoy no se si fue correcto decir.

 

 

- Shima, déjame hacerte el amor, será la única vez - le susurré al oído. Tembló cuando le dije aquello. Estaba seguro de que había cometido un gran error, de que toda amistad que había existido entre nosotros ahora ya no existía.

 

- Está bien - ahora el que tembló fui yo. ¿Realmente me estaba dejando hacer eso? Lo miré a los ojos, inseguro, preguntándole con mi mirada si lo que decía era cierto. Asintió con su cabeza y me tomó de las manos, para luego guiarme a mi habitación.

 

 

 Apenas entramos apagó las luces. Las cortinas estaban abiertas y las luces de las calles no permitían que mi cuarto quedara totalmente en penumbras. Así podía distinguir aún cada detalle que conformaba a mi amado Shima. Me tomó el rostro con ambas manos y me besó deseosamente, su lengua se entrelazaba con la mía.

 

 Lo tomé de las caderas y retrocedí lentamente, sentándome en la cama para que él luego se sentara a horcajadas sobre mí. Me siguió besando, mientras que con sus manos comenzaba a desabrochar los botones de mi camisa y a acariciar mi pecho. Sus cálidas manos me hacían estremecer, aquel leve contacto provocaba que yo me comenzara a excitar. Yo también comencé a despojarlo como pude de sus ropas, quería tocar su suave y blanca piel.

 

 Lo giré y lo dejé de espaldas en la cama. Me puse sobre él y besé su cuello, luego su torso y toda su piel. De su boca escapaban gemidos que eran la más bella melodía que yo jamás había escuchado.

 

 Me dispuse a sacar su pantalón. Lo desnudé por completo, y pude verlo como siempre había deseado. Era una imagen única, mágica, irreal. Su pene ya estaba erecto y quise encargarme de aquella erección, pero Shima se adelantó y me hizo sentar a la cama, para luego desnudarme, al igual como yo lo había hecho con él anteriormente.

 

 Tomó mi miembro y se lo metió por completo a su boca. Comencé a gemir, mirando el techo. De vez en cuando dirigía mi mirada hacia él, pero ver esos finos labios y esa exquisita boca devorando mi miembro me excitaba tanto que me sentía desfallecer. Sentí que pronto me iba a correr, así que le avisé  para así no acabar en su boca. Me ignoró por completo y siguió subiendo y bajando su cabeza, mientras continuaba lamiendo mi miembro.

 

 Pasó poco tiempo hasta que me corrí en su boca. Se incorporó y pude ver como el semen que no se había tragado se escurría por la comisura de sus labios. Me acerqué a él y con mi lengua retiré todo rastro de la blanquecina sustancia. Me sonrió y se puso de espaldas en la cama, con sus piernas levemente separadas. Pude notar su sonrojo, era la primera vez que estaríamos juntos.

 

 Lamí mis dedos para lubricarlos y comencé a prepararlo. Su entrada estaba bastante estrecha, se notaba que aún no lo había hecho con Kai, y yo estaba seguro de que no había estado con nadie desde que se enamoró de él, ya que el amor que le profesaba era infinito, tal como el amor que le tenía yo a él. Me sentí feliz y a la vez culpable, él estaba sacrificando la fidelidad que le tenía a su amado Kai tan solo para sanar algunas de las heridas que poseía mi corazón.

 

 Luego de haberlo preparado lo suficiente, me puse sobre él y lo besé en los labios. Tomé mi miembro y lo acerqué a su entrada.

 

 

- Esta va a ser la única vez, te lo juro - le susurré al oído, para luego comenzar a ingresar en su interior lentamente, con cuidado de no dañarlo mucho.

 

 

 Se quejó un poco por el dolor que le provocaba aquella intromisión, pero casi de inmediato me dijo que podía empezar. Pasó sus brazos alrededor de mi cuello y me besó. Comencé a moverme lentamente en su interior, me sentía como en el paraíso. Aquel placer provocaba que gimiera, Shima también lo hacía, pero en un momento pude darme cuenta de sus sollozos. Lo miré, estaba con los ojos cerrados. Yo estaba consciente de que no lloraba por el dolor que le provocaban mis embestidas, ya que se notaba que se había acostumbrado. Lloraba por el dolor que le provocaba hacerlo con un hombre al que no amaba, por traicionar a Kai, y también lloraba por mí, por el dolor que yo sentía. Pude saber todo esto porque yo conocía su bondadoso y amable corazón.

 

 Sentí aún más culpa, y lloré junto a él. Nos miramos a los ojos y nos besamos. Seguimos llorando mientras continuaban las embestidas que nos proporcionaban exquisitas oleadas de placer.

 

 Llegando casi al final, gimió más fuerte, moviéndose insistentemente contra mi miembro. Con una de mis manos tomé su miembro y comencé a masturbarlo. Se corrió, dejando su simiente entre nuestros torsos. Los espasmos provocaron que su interior apretara mi pene, haciendo que yo también me corriera.

 

 Caí sobre él, exhausto, con mi mente aún confusa por todo lo que había ocurrido. Luego de normalizar nuestras respiraciones, salí de su interior y me pidió prestada la ducha. Después de darse un baño, se vistió y se fue, dándome un fugaz beso en los labios. "Cuídate", me dijo justo antes de salir.

 

 Sentí como mi pecho se oprimía. Hice lo mismo que él, me bañé y vestí. Me dirigí hacia mi habitación y pude ver los rastros de nuestro apasionado encuentro. No podría dormir en esa habitación esa noche. Me fui al living, apagué las luces ya que era demasiado tarde. Me recosté en el sofá. Tomé la botella de vino y me serví copa tras copa, en un vano intento de olvidar todos los problemas. No era un alcohólico, pero quería hacer el intento de olvidar. No funcionó.

 

 Seguí llorando, como jamás había llorado en toda mi vida. Llegó un momento en el que de mis ojos no brotaban más lágrimas. Y en aquel momento todo dolió más que nunca, ya que no había forma alguna de desahogarme. Ni siquiera tenía las fuerzas para gritar, para golpear algo. Nada. Mi alma pesaba terriblemente, tanto que yo no podía hacer absolutamente nada. Me mantuve toda la noche mirando hacia el techo, sin un punto específico, en la habitación fría y oscura. No podía dormir. Temía soñar con Shima. Estaba solo, atemorizado y con el corazón roto. ¿Qué podía ser peor? ¿Y que pasaría luego? Había hecho el amor con Shima, y no sabía qué consecuencias podría traer aquello.

 

 A eso de las 8 de la mañana por fin pude dormir. Tenía ensayo a las 10:30, y desperté media hora antes. Planeaba decirle a Kai que por favor cancelara el ensayo, ya que me sentía mal. Y eso era cierto, no tan sólo en lo psicológico, sino también en lo físico, era lógico que me sintiese mal después de una noche de sexo y alcohol, en la que casi no dormí.

 

Pero se me adelantó. Me llamó diciéndome que no me preocupara por ir a ensayo, que Shima ya le había contado que me sentía mal y que era mejor que me recuperara de "la fiebre que me había dado". Le di las gracias y pensé en Shima. Nuevamente traicionó a su amado por mí, le mintió ya que sabía que yo no estaba bien, aunque no exactamente por la fiebre.

 

 Me dije a mi mismo que si Shima se había sacrificado tanto por mí, yo debía esforzarme por superar mis problemas. Así que lo hice.

 

 Las primeras semanas, apenas hablaba con Shima. No era que no nos dirigiéramos alguna palabra, pero nuestras conversaciones no eran como antes.

 

 Después de un tiempo todo volvió a la normalidad. Shima en una ocasión me dijo que tratara de no recordar mucho todo lo que había pasado. Le dije que eso haría, pero el recuerdo sigue invadiendo mi mente.

 

 Han pasado años, no se cuantos, y soy feliz. No me he vuelto a enamorar, pero tengo buenos amigos, soy parte de una grandiosa banda, mi familia me quiere y apoya. Y lo mejor de todo es que hasta el día de hoy Shima y Kai siguen juntos. Las miradas que se dedican son de sincero amor, y eso me alegra enormemente. Estoy seguro de que seguirán juntos por el resto de sus vidas, y aquí estaré yo, alegrándome por ellos.

 

 No sería malo si me volviese a enamorar, claro que espero que esta vez no sea tan complicado y triste como lo fue con Shima.

 

 Aún así pienso que fue hermoso amar a Shima, hasta el día de hoy el sentimiento permanece. La cicatriz que quedó en mi corazón es el más bello regalo que me ha dado, al igual que el recuerdo de nuestra noche juntos.

 

Te amo Shima


 

Notas finales:

Es triste T^T Quizás sea una llorona, pero a mi me hizo llorar ¬¬' Bueno, gracias por leer el fic y por favor dejen reviews ^^ 

Nos leemos, Chao =3

 


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