¿Por qué llega tarde mi sensei?
Naruto, Sakura y Sasuke se encontraban, como siempre, en el mismo puente esperando a que su condenado profesor Ninja apareciese al cabo de cinco horas. Lo más sensato habría sido llegar más tarde, pero el sensei, cuando alguien llegaba tarde, era cuando llegaba temprano y le reñía, así que ninguno de los tres se atrevía.
Llevaban ya un rato esperando, cuando de pronto, Naruto no pudo aguantar más su hiperactividad, y habló.
-Sakura… ¿Tú por qué crees que Kakashi llega tarde siempre? ¿Alguna idea?
-Pues claro, bobo. – le reprochó rascándose la cabeza. – Lo que pasa es que el sensei se queda leyendo su querido icha icha en cualquier lugar y se olvida de nosotros. – respondió la chica con una sonrisa confiada.
Naruto no estaba del todo de acuerdo con ella.
-Pues yo creo que es un superhéroe. – Sasuke rodó los ojos. - ¡¡Seguro que cada mañana se viste de negro con los calzoncillos rojos por fuera y va con una gigante K en el pecho salvando a todos los que se lo pidan!! ¡¡Y cuando se topa con algún niño no puede evitar sonreírle como si fuese un gran guerrero guardián de la luz para que el mal no se apodere del mundo!!
-Miras demasiada televisión. – gruñó la chica. – Lo que sucede es que Kakashi es el jefe de una mafia Italiana que aparece por Japón sólo por las mañanas, así que a las seis de la madrugada Kakashi va al puerto a recibir la mercancía que les dan sus compañeros. Lo que quiere es crear un gran mercado de droga aquí, en esta villa.
-¿Y tú no ves mucha televisión? – gruñó Sasuke reprochándole a la chica lo que ella misma le había dicho a su compañero. Suspiró una vez más y pidió paciencia al cielo para soportar a aquellos dos.
-No, Sakura. Creo que a lo mejor, lo que ocurre, es que debajo de la máscara guarda una horrible cara de monstruo tipo Frankenstein y cada mañana tiene que irse al hospital a ponerse sedantes para el dolor mientras le inyectan nuevas pieles muertas. Eso es muchísimo más creíble.
-Ya, claro…
-¿Queréis parar de decir chorradas? – rugió, harto, el moreno. Sakura y Naruto le fulminaron con la mirada y le mandaron a callar. Sasuke bufó y se sentó a esperar a que los dos compañeros acabasen de decir gilipolleces.
-Pues yo creo que en realidad, lo que pasa, es que se trata de un vampiro que sale por la noche a beber sangres de doncellas inocentes y luego duerme un poco durante el día para reponerse y hacer bien la digestión. – gritó emocionado Naruto.
-¡¡Claro!! ¡¡Tiene lógica!!
-¿A sí? – preguntó Sasuke.
-¡¡Tiene que alimentarse muy bien y quedarse lleno para no mordernos a nosotros cuando estamos cerca de él!! ¡¡Y por eso tiene un ojo rojo!! – Sakura estaba emocionada. - ¡¡Eres un genio, Naruto!!
-¿¡En serio?! – gritaron Sasuke y el rubio aludido a la vez.
-Sí.
En ese momento, apareció Kakashi, encontrándose al rubio y a la chica gritando de felicidad por haber desvelado no sé qué secreto.
-Eres cruel. Deberías decirles que el tiempo que tardas en venir te lo pasas durmiendo. – se quejó el moreno. Kakashi se encogió de hombros.
-Si les dijese eso tendría que explicarles lo que te hago por las noches, y no me apetece.
Sasuke enrojeció completamente y pateó a Kakashi antes de irse hacia otra dirección. El sensei, con una sonrisa, se sentó en el suelo y se pasó las horas viendo como discutían aquellos dos sobre como un vampiro chupaba la sangre de sus víctimas.
Fin.