El fin del capítulo
Por: chibiichigo
Tú tomaste tus decisiones sin que yo influyera, haciendo lo que más deseabas y sin importarte lo que yo sintiera. Dame ahora la misma libertad, porque ambos sabemos que el hoy es la consecuencia directa del ayer, que ese hombre que fui pudo no haber muerto… pero lo hizo, y con eso me cedió su lugar a mí.
Tus ojos inundaron mi universo con su oscuro canto de soledad. Sabía que tú eras como yo, que yo era como tú y que nadie podría jamás comprendernos. Y sólo me tomó un segundo averiguar que no podría sacarte de mi vida, que no podría olvidarte y que estábamos destinados a algo legendario. Sin especificar, sólo legendario. Por eso intenté por todos los medios hacerte mío, conocerte, adherirte a esa pútrida pared de personas que me han marcado. Pero no salió bien.
¿Que si te amé? Claro que lo hice, o por lo menos creo que lo hice. Si el amor es esa sensación de vacío que te queda en el pecho cuando te falta esa persona, si es esas ganas de pasar el “por siempre” con alguien, sí, te amé. Te amo todavía… y no sé si te ame mañana, pero ahora formas parte de mis fantasmas, de esas cosas que no puedo ni mencionar so pena de ponerme irascible y cerrarme ante la visión de una vida de la que tú no formas parte, por elección propia y privada. ¡Una puta decisión que me parece normal, coherente y lógica pero que no puedo aceptar! ¿Matar a tu hermano? ¿Vengar a tu clan muerto como si con ello fuera a revivir? ¡Jolines, Sasuke, que es de ser imbécil! Yo mejor que nadie sé lo que es tener una misión en esta vida, el ser adicto a ti y creer que lo que haces es la liga hacia quién eres, y no tengo cara para reclamarte eso. Ni nada. Ni siquiera quiero reclamarte absolutamente nada.
Entiendo lo que haces, pero no estoy acostumbrado al dolor. Fue algo tan constante en mi vida que llegó un punto en el que olvidé cómo se sentía, y con tu ausencia me duele como una puñalada, o gotas de limón en una herida que no se termina de curar. Me encontré necesitándote a ti más de lo que tú me necesitabas a mí, y eso da asco. Yo, que no había requerido nunca de otro humano que no fuese yo, maldigo en silencio la hora en que te encontré en mi camino. Porque me has lastimado, me desgarraste, me compusiste sólo para volverme a romper. Y yo, como el buen imbécil que soy, te sigo amando. Incondicional y estúpidamente… Soy de dar asco.
Te digo todo esto no para que regreses ahora, sino para que sepas que en el futuro encontrarás aquí a un auténtico enemigo, a la persona de quien te obsesionarás y a quien perseguirás todas las noches y todos los días de tu vida. Seré el enemigo que te ama, aquel que no pretende más que ser correspondido…Tu pareja legítima, el poseedor de la mitad de tu alma, de todo tu corazón. Si te dedico estas palabras es porque deseo que busques lo que encuentras.
Tal vez regreses, tal vez no… eso no lo controlo yo, aunque por desear nadie se ha muerto. Sólo recuerda que tienes entre estos brazos de arena un hogar, un puerto seguro.
Yo ya no pensaré en ti, procuraré olvidarte, relegarte a un pasado que nunca se verá suficientemente lejos como para ser irremembrable. Pero, por hoy, es momento de seguir adelante, empezar un nuevo ciclo dejando ir lo que fuimos y abrazar lo que seré. Yo. Sin ti.