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Gazerock is not dead por KokoroDeLioncourtx

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Notas del capitulo:

 

Tal vez, el simple canto de un pájaro entre el caos de la multitud podría alegrarle el día

 

Shiroyama Yuu miró al gran edificio que se alzaba frente a él, como la mayoría en esa ciudad llamada Tokyo. Te hacían sentir insignificante, como si no valieras nada. Odiaba eso. Se detuvo unos segundos antes de entrar y respiró hondo. Era un chico de unos 20 años, guapo, pelo negro y largo y unos ojos del mismo color. Era hijo de una familia bastante rica que le permitía hacer lo que le viniera en gana, mejor para él.


-Yuu -dijo una voz aterciopelada- no esperaba verte por aquí, viniste la semana pasada, ¿no?


El hombre que le hablaba era el dueño del local, Yuuji Kamijo. Rondaba casi los 30, pero seguía viéndose tan joven como siempre.


Yuu sólo asintió, no era algo a lo que tuviera que responder con palabras, pagó y siguió su camino hasta una habitación que conocía muy bien.


Un chico joven, de pelo castaño, le abrió la puerta. Era más alto que Yuu, sus ojos color miel eran perfectos para perderse en ellos y sus labios carnosos... parecían pedir que le besaras, que fue precisamente lo que Yuu hizo.


-Me alegra que hayas venido


Yuu no le permitió seguir hablando y volvió a atrapar los labios del joven. Podía conseguir todo lo que se propusiera, tener todas las mujeres que quisiera. Lo único que no tenía, era él. De lo contario, no estaría pagando para poder verle, para poder sentirle...


Todo había empezado unos meses atrás, producto de una borrachera. Al principio, sólo iba a acostarse con él, pero, poco a poco, aquel chico de ojos miel le fue atrayendo cada vez más y se quedaban también hablando. Aunque, a decivr verdad, tampoco sabía muchas cosas sobre él. De todos modos, podía verle tanto como quisiera, para Yuu, el dinero no era un problema.


A veces, pensaba que otras personas también habrían estado con él, aunque, bien mirado, probablemente muy poca gente sería capaz de pagar lo suficiente.


El joven le guió hasta la cama y le tumbó, para luego colocarse encima. Mientras lo besaba de nuevo, le fue desabrochando la camisa a su cliente.


Sabía como hacer su trabajo, tuvo un buen maestro. Yuu veía cómo el joven pasaba su lengua por su pecho. Lo había hecho un millón de veces, pero aún así, siempre se ponía nervioso cuando estaba junto a él.


Yuu se incorporó y besó el cuello del muchacho. Poco a poco, recorrió su rostro y agarró su cabello, empujándolo hacia sí, y colocándolo debajo de él. Se quedaron inmóviles, mirándose. Yuu con los brazos alrededor de las muñecas del chico, como si fuera su prisionero.


-Eres mío... -le susurró Yuu al oído, antes de morder su oreja.


-Soy tuyo -le contestó, besándolo de forma rápida y notando la lengua de su cliente.


Los bonitos pantalones a rayas negras y rojas que llevaba Yuu reposaban encima de una pequeña mesa, al lado de la cama.


Con cuidado, acariciando y besando el cuerpo del joven, le fue quitando la ropa interior. El chico estaba quieto, obedeciendo a las palabras de Yuu. Se dio la vuelta y Yuu se colocó encima de él para masajear sus nalgas. El chaval sonreía con su rostro atrapado en la almohada suave y costosa en la que estaba su cabeza apoyada. Cogió la mano de Yuu y se la llevó a la boca. Recorrió sus dedos con su lengua y, después, Yuu los introdujo dentro del chaval.


-Espera... ¿No quieres jugar un poco antes? -propuso el joven


Se acercó a un pequeño armario que había al lado de la puerta. Sonriendo a Yuu, comenzó a buscar algo. Yuu se imaginó qué era y, entonces, sonrió también. No supo el porqué pero se sonrojó.


El chico sostenía un consolador en su mano.


Yuu no podía creer que una cosa como aquella le hiciera sentirse así, querido, amado, deseado.


-Entonces... ¿jugamos?


-Si sabes hacerlo bien... por mí, vale


Asintió y se sentó encima de Yuu, que sentía las sábanas pegándose a su piel cuando comenzó a sudar, excitado.


-¿Te gusta? -le susurró su amante al oído- Espero que sí, ¿mmm?


Yuu no pudo contestar, estaba nervioso y su mente ya no se encontraba junto a él. Se había ido lejos, muy lejos, pero, al menos, una parte seguía en aquella habitación, junto al chico, que empezó a besar su espalda, pasando su lengua suavemente...


-Ah... Shima... -gimió


Llegó a su cuello y le retiró el pelo negro que caía sobre él. También le besó y Yuu pudo sentir sobre él el miembro duro de Shima. Estaba realmente excitado, y supo que no podía parar.


-Por favor... -dijo cuando notó que Shima había dejado de besarle- Sigue...


-Está bien...


Yuu sintió cómo Shima recorría su entrada con su lengua y de su boca escapó un leve gemido.


-Ahora viene lo mejor -susurró- Ya verás...


Sintió un leve dolor al notar cómo introducía en él dos de sus dedos, un dolor que pronto desapareció para dar paso a un placer inmenso. Volvió a gemir con fuerza.


Sus labios buscaron los de Shima, la verdad es que el joven nunca había conocido a nadie que le tratara con tanto cuidado. Además, después de hacerlo, nadie se quedaba para hablar con él, salvo Yuu...


Acercó el consolador a la entrada de su amante cuando llamaron a la puerta. El chico se colocó una sábana en la cintura y salió, era Kamijo.


-Tenemos una cliente muy importante, tienes que ir a atenderla.

-Pero... ahora no puedo... estoy con Yuu


-Pues le dices que venga mañana y vas con la clienta ya, no te había hecho una pregunta


-Pídeselo a Kenji, él es mucho mejor, ¿no?


-Ahora no está, y lo más parecido a él eres tú. Además, ¿no quieres ganar algo más? Muévete...


-Dirás que tú ganarás más -pero, ante la mirada de Kamijo, cambió de idea- Ya bajo...


Shima volvió a entrar en la habitación.


-Lo siento, Yuu, me ha surgido algo muy importante. ¿Puedes volver mañana? Por supuesto, no tendrás que pagar


-Sí... de acuerdo


El joven se vistió rápidamente y, antes de marcharse, besó a su cliente.


-Ojalá pudiera dejar esta mierda -murmuró para sí antes de cerrar la puerta

 


No soportaba el ruido de la ciudad. Los choches, las luces, la gente... Todo traspasaba las paredes y ese infernal ruido de la ciudad llegaba hasta sus oídos. Por suerte, las mañanas eran mucho más tranquilas. No entraban y salían personas continuamente.


Vio el sobre que había encima de la mesa. ¿Cuánto dinero habría? ¿Cuánto se habría llevado Kamijo? Suspiró. Estaba harto, harto de su vida, de su existencia...


Recordó cómo empezó todo... Cuando era un adolescente y no sabía qué era el mundo ni quién era él. Recordó los golpes, las violaciones y vejaciones, la violencia extrema y la pasividad de su madre...


Sacudió la cabeza y, al hacerlo, su cabello cayó sobre sus ojos. Miró el dinero del sobre, había 300000 yenes. Puede parecer mucho para una noche, sí, lo puede parecer, pero, aunque suene algo egocéntrico, él sabía que su precio es superior, muy superior a los 300000 yenes. Además, debía pagar la comida, la estancia... Le entraron ganas de llorar...
Esa vez se iba a dar un capricho, pensó. Algo exclusivo para él.


El ruido seguía en sus oídos y aumentaba a cada paso que daba, en dirección a la calle...


Tal vez, el simple canto de un pájaro entre el caos de la multitud podría alegrarle el día. Una simple melodía para recordar, y una simple melodía para interpretar.


El viento le daba de lleno en el rostro, pero, esta vez, su cabello permaneció inmóvil.


Caminando por un simple barrio de la gran ciudad llamada Tokyo, entró en una simple tienda de música. No lo dudó, al ver aquella guitarra negra... Supo que era para él y se gastó todo el dinero en ella. Puede sonar algo absurdo, pero aquella guitarra fue su segundo gran amor, el primero, lo vivió siendo un chaval de cartoce años.


Aún quedaba algo de tiempo, una o dos horas hasta que Yuu acudiera a su habitación.


Al entrar en el edificio, escuchó los gritos de Kamijo y de otro joven, amigo suyo y experto amante, Kenji. Intentó no escucharles, así que al llegar a su habitación, colocó la nueva guitarra sobre sus piernas. Lo preparó todo para poder tocar y comenzó. Eso sí que era agradable. La música inundó su cuerpo y dejó, por un momento, sus pensamientos de lado. Sólo música, fuera ruido, fuera problemas, fuera preocupaciones... Sólo música y nada más...


Pero, al poco de empezar, recordó lo que había sido, y le dolió recordar lo que fue.


Un joven soñador, que amaba la música, que amaba a su madre. Su único amor a parte de su deseada guitarra. Su primer y auténtico flechazo. Luego recordó las traiciones, el sufrimiento, el adiós...


Dejó de tocar.


-Sigue -escuchó que le decía alguien desde la puerta- Tocas muy bien...


Era Yuu y, desde hacía años, el joven sonrió. Sonrió de verdad.

Notas finales:

Holaaa!

Os ha gustado? Espero que sí! Se hace lo que se puede xD Sobretodo porque lo escribimos en clase (para que nos pillen los profes, dándolo todo xD)

De hecho este fic comenzo con un "me aburro, qué hacemos?" "y si escribimos un fic?" "vale, y luego lo subimos a amor yaoi!!" XD

Y ahora os pongo unas preguntas por si os apetece jugar a adivinar qué pasará (a mí me mola un huevo xDDD)

Quién es Kenji? Y por qué está discutiendo con Kamijo? Qué pasará ahora que Yuu sabe que Shima toca la guitarra? (no vale mirar el resumen ¬¬) Y si lo habeis mirado, que le dirá Shima? XD

Bueno, aceptamos de todo, críticas, declraciones de amor, lo que querais!

Nos vemos en el proximo capi!


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