Miro sus manos
Hacía mucho tiempo que había sido feliz, pero no recordaba cuando, se limito a contemplar el computador, que vacio estaba, odiaba su vida tan monótona tan sin sentido, suspiro, su casa estaba tan vacía, ya no había rastro de él, ni de su alegría, volvió a suspirar odiaba esos días en que todo le recordaba a él, el celular lo saco de sus pensamientos
-Hola, ¿Puedes venir?
-¿Esta él?
-Sí, ya sabes que él también es nuestro amigo
-Entonces no iré
-No seas imbécil, ven deja de actuar así
-Ese es mi problema- colgó y aventó el celular, este volvió a sonar, rechisto, apago el computador y salió
Hacía mucho frio, adoraba el silencio que había en la ciudad, adoraba esa época no por la temática si no por la soledad, rio secamente otro 24 de diciembre solo, siempre solo, pero no había un tiempo en el que el siempre estaba rodeado de gente, pero eso ya había quedado atrás.
Se detuvo en una tienda, contemplo todos los adornos eran brillantes y deslumbrantes, paso de largo, esos colores y esas luces lo asqueaban, se sentía tan solo, llego a un parque y se sentó, contemplo a unos niños jugar en la nieve, los envidiaba
-Sabia que te iba a encontrar aquí- No espero su respuesta sabía que no habría ninguna –Siempre que te sientes así vienes aquí a descansar, deberías de elegir otro lugar- rio
-Me gusta el paisaje- susurro
Esto alentó al recién llegado a continuar
-Pero te puedes enfermar
-Lo sé, pero ya no importa- volvió a susurrar
-No digas tonterías- lo miro lastimeramente
-¿Por qué me dejaste Ryo?- ni así aparto la mirada de los niños
-Vamos- suspiro –No lo hagas difícil- dijo cansinamente
-¿Difícil, en qué sentido?
-Vamos Satoshi, tu sabes porque
-No, no lo sé ayúdame a entender
-Tu vida, mi vida no se llevaban
-¿Por qué no?- por fin aparto la vista de los niños
-Tú siempre ocultabas cosas, te mantenías en silencio eras muy complicado para mi
-¿Solo fue por eso?- volvió a mirar a los niños
Suspiro –Si, solo por tu forma de ser, te limitas en muchas cosas
-¿En qué cosas?
-En muchas, como, al amar
-¿Me limitaba contigo?
Rio sin ganas –Vamos ¿No me digas que ese amor patético que me mostrabas era tu forma de amar?
- No lo sé, supongo que tienes razón- se levanto
-¿A dónde iras?
-No lo sé, quiero caminar un poco más
-Está bien, si cambias de idea estaremos con Nii
-Sí, lo se
Lo detuvo y le dio un beso en la mejilla
-¿Eso porque fue Ryo?
-Porque no quiero que cometas ninguna estupidez
-Me conoces muy bien- sonrió cansinamente
-¿Y si cambiara, volverías conmigo Ryo?
-Supongo que si, después de todo aun te amo
Se despidió de él y sigo su camino, por fin escucho la risa de la gente, el aroma embriagante de la comida y del alcohol, se detuvo a comer, no le apetecía nada pero aun así engullo alimentos, volvió a su casa.
Se metió a bañar y se cambio de ropa, se dirigió al computador y espero a que se prendiera, observo su ventana, pequeños copos de nieve empezaban a caer, que hermosos eran, millones de ellos y todos eran tan diferentes, tan únicos
Su telefono celular lo volvió a molestar
-¿Entonces vas a venir?
-Sí, creo que es momento de salir
-Te esperamos
Colgó, tomo su abrigo y volvió a salir, los copos de nieve, alegraban su vista y armonizaban con el paisaje, llego al lugar y vio que alguien estaba afuera
-Viniste- sonrió
-Si
-Me alegro mucho por ti, ten- le extendió un regalo
-¿Para mí?
-Obvio que es para ti sonrió
-Gracias- lo abrió era una lámpara de Toy Story –De nuevo gracias- sonrió
-Me da gusto que te gustara
-La propuesta sigue en pie
-No lo sé, ya lo veremos- murmuro –Pero me alegro de que hayas venido
-Si- volvió la vista hacia la calle, los copos de nieve iban cayendo con más prisa –Creo que es momento de cambiar- lo beso